El equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador comenzó a difundir información sobre la consulta ciudadana que se llevará a cabo del 25 al 28 de octubre y través de la cuál se decidirá el destino del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), pero lo hace con "dados cargados" hacia uno de los proyectos.
En el documento "Consulta Nacional Nuevo Aeropuerto" de México Decide —dada a conocer este lunes por el equipo de transición— se informa de las dos opciones que se tiene para ampliar la capacidad aeroportuaria del país: el proyecto de Texcoco o la Base Aérea de Santa Lucía y se establecen los pros y contras de ambos, con la balanza inclinada hacia la segunda opción.
¿Cuáles son los puntos que inclinan la balanza? Aquí te contamos.
El estudio que da el sí pero...
En la página 9 del documento, al hablar de la ventajas se establece que la opción de la Base Aérea de Santa Lucía es viable y citan un estudio del 2013 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), no obstante, citan de manera textual un texto del estudio donde se dice que Santa Lucía es una poderosa opción, pero se omite un siguiente párrafo donde se explica que en un horizonte de 30 años y se quisiera que esta opción sustituyera a al actual terminal, es "claramente insuficiente".
A principios de mes, la OACI –entidad especializada de la ONU– envió una carta al presidente electo para aclarar que las opciones que se indican en el estudio "Necesidad e Idoneidad de la Solución Propuesta para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México" siguen siendo viables.
En el estudio de 2013, el organismo internacional señala que "de entre las opciones contempladas, la más adecuada es la de la construcción de un Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el emplazamiento de Texcoco".
“La zona del exlago de Texcoco dispone de espacio suficiente para la construcción de un nuevo aeropuerto que atienda las necesidades de transporte aéreo que requiere la Ciudad de México para los próximos años”, se señala en el estudio.
En el documento, con fecha de noviembre de 2013, la alternativa de Santa Lucía se menciona solo 21 veces y en correlación con la propuesta que se tenía entonces de construir una instalación complementaria al AICM en Tizayuca, Hidalgo.
En la carta enviada al presidente electo en octubre, se indica que es necesario hacer un estudio exhaustivo de todas las opciones para determinar los pros y los contras técnicos de cada una.
"El nuevo estudio solicitado por Aeropuertos y Servicios Auxiliares mediante el Oficio ASA/C/264/2018 de fecha 7 de septiembre de 2018, la OACI se concentrará en llevar a cabo un estudio complementario al que se realizó en 2013”, se explicó en la carta firmada por Melvin Cintron, director regional para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de la OACI, y de la que ADNPolítico tiene una copia.
“La mayoría de las opciones que se indican en el estudio realizado (en 2013) siguen siendo válidas. El nuevo estudio sería complementario al ya realizado”.
Melvin Cintron, director regional de la OACI
Lo anterior, luego de que el pasado jueves el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, citara dicho estudio para defender la “viabilidad” de la construcción de dos pistas en la Base Aérea de Santa Lucía.
Solo una postura a favor de Texcoco
El documento de la consulta ciudadana se señala a Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), como única postura a favor de que el NAIM se mantenga en Texcoco.
Sin embargo, el empresario Carlos Slim es otra voz que ha defendido el proyecto en el antiguo Lago de Texcoco, igual que Rodrigo Pérez Alonso, director general de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), quien sostuvo que un nuevo aeropuerto permitiría la llegada de más turistas.
Los ingenieros que fueron solicitados por el equipo de López Obrador para revisar el proyecto también indicaron que la obra debe mantenerse en Texcoco.
Como “posturas en contra”, dicho documento cita a los pueblos originarios de San Salvador Atenco, así como otros 17 municipios aledaños y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, que han acusado que la obra representa "ecocidio, etnocidio, urbanicidio, despojo y destrucción del patrimonio natural", es decir, se presentan más voces en contra que a favor.
Al exponer el proyecto de Texcoco, el documento solo se limita señalar que en el 2015 se publicó el Plan Maestro del NAICM, "que establece los objetivos, planes de acción, metas y etapas para lograr el desarrollo de la obra", y no un solo detalles del proyecto. Lo que sí enumera son lo daños ambientales que traerá la obra.
"Destrucción del ecosistema que funge de refugio clave para aves migratorias, desgaje de decenas de montañas del Estado de México, destrucción de terrenos agrícolas, alteración del paisaje milenario de Teotihuacán por la extracción de materiales y la alteración de el Lago Nabor Carrillo", se indica en el documento oficial.
Por el contrario, al tocar el proyecto de Santa Lucía, sí se dan a conocer los detalles que contempla el proyecto en 19 puntos como la construcción de un hotel de 30 habitaciones, la ampliación del Viaducto Bicentenario (segundo piso del Periférico Norte) o la construcción de un edificio terminal y un distribuidor vial", además de que se habla de que se generarían ahorros con las obras.
En tanto que al señalar las desventajas de decidirse por esta opción, se indica que habría "posibles perdidas económicas por la cancelación de Texcoco y un "posible impacto negativo de los mercados financieros".
Según varios expertos consultados , la cancelación puede ser más costosa que finalizar la construcción, en términos de reputación internacional, indemnizaciones y efectos sobre la economía.
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