En el juicio por peculado y
lavado de dinero en Tamaulipas contra el ex Gobernador priista Eugenio
Hernández casi nadie acudirá a sostener las imputaciones que lo tienen tras las
rejas.
De los cinco testigos y
denunciantes en su contra, dos fueron asesinados en el 2016 -uno de ellos
después de ser amenazado de muerte-, uno se suicidó en mayo del 2014, seis
meses después de delatarlo, y otro más fue "levantado" y está
desaparecido desde hace un año.
El único que no corrió la misma
suerte es Feliciano Reyes Pérez, activista de 82 años, quien el 31 de enero del
2005 presentó la denuncia que apenas el 6 de octubre tuvo como consecuencia la
captura de Hernández.
Si bien las acusaciones no serán
ratificadas ante el juez, su carencia no significa que en automático el ex
Gobernador vaya a quedar libre, pues está sujeto a un juicio de extradición a
Estados Unidos por lavado y fraude bancario.
El ex Mandatario tamaulipeco está
acusado de adquirir, mediante prestanombres y a precios subvaluados, mil 600
hectáreas de la zona portuaria de Altamira, que pertenecieron al patrimonio del
Estado, según la causa penal 67/2017.
Acudieron Aurelio Parra Bustos,
chofer y asistente de Fernando Cano Martínez -presunto prestanombre del ex
Mandatario Tomás Yarrington (1999-2005)- y Casimiro Mora Vázquez, asesor
financiero de Alberto Berlanga Bolado, ex titular de Obras Públicas y presunto
testaferro de Hernández (2005-2010).
Los cuatro relataron tramos de
una historia de corrupción que comenzó en el 2002, cuando Yarrington vendió los
bienes del patrimonio del Estado a Materiales y Construcciones Villa de Aguayo,
empresa de Cano Martínez.
En el 2007, el presunto
prestanombres de Yarrington vendió dichos inmuebles a GMC Desarrollo Industrial
Altamira, registrada a nombre de Alberto y Delia del Carmen Berlanga.
El testigo Mora Vázquez dijo en
noviembre del 2013 al Ministerio Público que Berlanga lo había amenazado de
muerte. Pasado el tiempo, él y los demás testigos tuvieron finales trágicos.
El 12 de mayo del 2014, Higuera
Martínez se suicidó de un balazo en el Palacio de Gobierno de Tamaulipas, donde
laboraba en la Secretaría de Finanzas.
El 12 de junio del 2016, Mora Vázquez
fue plagiado y descuartizado; y el 16 de agosto de ese mismo año fue
secuestrado López Munguía, cuyo cadáver apareció dos días después.
El 2 de noviembre de ese mismo
año, Parra Bustos fue levantado y nunca más se supo su paradero.
fuente.-
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