El PRI está ya en posición de dar a
luz. El trabajo de parto del “tapado” ya comenzó. En cualquier momento el jefe
supremo tricolor, Enrique Peña Nieto, hará uso de los forceps que permitan el
alumbramiento.
La liturgia política solo está
suspendida por una pregunta: ¿Qué nombre le ponemos al niño? Evaluemos.
José Antonio.- Meade es el precandidato
con más experiencia de servicio público. Mesurado, profundo, eficiente, sin partido,
el actual secretario de Hacienda personifica al candidato ideal. Tiene por
superar el nunca haber vivido una elección.
Miguel Ángel.- Aunque sea el puntero en
las encuestas dentro del priismo, su trabajo en Bucareli deja mucho que desear,
sobre todo en materia de Seguridad. Sus intrigas lo confrontaron con Videgaray,
Cienfuegos, Soberón, Nuño, Beltrones, Calzada y hasta con Peña Nieto, quien no
pudo defenderlo frente a las críticas del repunte de la inseguridad.
Luis.- El forcejeo por el Tratado de Libre
Comercio lo está reinstalando como un candidato viable. Si el secretario de
Hacienda dijera “paso” prefiriendo Banxico, Videgaray podría ser el Caballo
Negro. Desde que regresó a la Cancillería se descartó como precandidato, pero
se instaló como el jefe máximo del llamado Grupo Itamita.
Aurelio.- Es el itamita favorito de un
sector del PRI que no acaba de aceptar el no-partidismo de Meade. Tiene en su
contra sus pendientes en los avances de la Reforma Educativa –quizás boicoteado
por Miguel Ángel- y ese porte de príncipe inglés difícil de venderle a un
electorado mayoritariamente de manta, mezclilla, huarache y botas.
José.- El más culto y conciliador de
todos, con esa autoridad que solo dan los años. Narro aparece como el que está
más allá del bien y del mal. Tiene en contra esas canas y esa edad que se
presume no serían fácilmente respaldados por los votantes milenials, que buscan
líderes de ímpetus y empuje, como Trudeau o Macron.
Enrique.- Con el apellido De la Madrid
a cuestas como sinónimo de resuelve-crisis, el secretario de Turismo es, con
Meade y Nuño, el tercero de esa generación de jóvenes que pueden hacer click
con el nuevo electorado. En contra –¿o quizás a favor?- viene con el padrinazgo
del poderoso, pero igualmente controvertido, Emilio Gamboa Patrón, quien fuera
el alter ego de su padre Miguel de la Madrid.
Enrique Bis.- Aunque no está en las
listas oficiales, sus sorprendentes resultados en 12 meses al frente del PRI lo
ubican como el político con quien en estos momentos Peña Nieto se siente más
confortable.
Ese hecho, sumado a que es el único que
confronta con eficacia a Anaya y a López Obrador, le da un boleto de última
hora para instalarse como un comodín, desde la misma posición que algún día
ostentó otro presidente del partido: Luis Donaldo Colosio.
¿Para
cuándo programamos el parto priista? ¿Natural o por cesárea?
Fuente.-Ramon Alberto Garza/
(Imagen/Twitter)
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