Esta semana, miembros del cártel Nueva Familia Michoacana llevaron a cabo una serie de sangrientas ejecuciones en las zonas rurales entre la ciudad de Apatzingán y la comunidad de La Ruana. Los sicarios secuestraron a 11 personas de las cuales solo se han recuperado los cuerpos de tres.
Las víctimas no eran miembros rivales del cártel, sino que de hecho eran residentes locales que se habían negado a apoyar a la Nueva Familia Michoacana.
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Las víctimas no solo fueron asesinadas y mutiladas, sino que los sicarios del cártel cortaron las cabezas de sus cuerpos y luego cortaron varias partes del cuerpo. Para agregar horrores adicionales al crimen ya sangriento, los hombres armados colocaron algunas de las partes de los cuerpos en una parrilla y comenzaron a cocinar los restos de sus víctimas.
Los miembros del cártel tomaron fotografías de sus atrocidades y luego las diseminaron a los residentes locales con el objetivo de infundir terror en la comunidad. El mensaje era que aquellos que no apoyaban al cártel en sus esfuerzos se encontrarían con un destino similar.
Los miembros del cártel usaron cuchillos para garabatear las letras LNFM en los torsos de sus víctimas y dejaron algunas partes de los cuerpos en las áreas circundantes.
Los horrores exhibidos por la Nueva Familia Michoacana suceden en un momento en el que han estado peleando con células locales del Cartel Jalisco Nueva Generación por el control de Michoacán. El estado del sur de México es el hogar de la ciudad portuaria de Lázaro Cárdenas, que otorga acceso a los cárteles de la droga al Océano Pacífico. La región también es considerada un área lucrativa de producción de drogas.
fuente.-Breitbart/TX/
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