El ejercicio del gasto público en México es tan
desordenado que el año pasado se ejercieron 579 mil 884 millones de pesos por
encima de lo que aprobó el Congreso.
Dicho monto es más de tres veces el famoso recorte por 164 mil 77 millones de pesos que hizo todavía el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para el mismo año y tres veces más que el monto requerido de subsidio para evitar el gasolinazo.
Especialistas señalan que en la práctica, el Gobierno federal no ha podido aplicar una auténtica austeridad, ya que sistemáticamente siempre gasta más respecto al presupuesto aprobado.
"Pese a que hay reglas, Hacienda constantemente está excediendo el gasto y la consecuencia de estos excesos es nula.
"Todos los excesos en el gasto que vemos apuntan a que el Gobierno tiene un problema que no quiere conocer, donde subestima ingresos, gasta de más, incurre en omisiones y no hay consecuencias", aseguró Alejandro González, director de Gesoc.
En 2016 el programa original era gastar 4 billones 763 mil 874 millones de pesos. Finalmente, según el informe trimestral presentado por la Secretaría de Hacienda, se erogaron 5 billones 343 mil 758 millones de pesos.
Este sobregiro fue principalmente debido a los excesos de las Secretarías del Gobierno federal, destacando el caso de Presidencia, Relaciones Exteriores, Hacienda, Función Pública, Turismo y la Comunicaciones y Transportes.
González mencionó que no es cierto que el Gobierno federal gaste adecuadamente como sugiere la SHCP y que las transferencias a Pemex y CFE justifiquen el exceso de gasto incurrido en 2016.
Al respecto, Gabriel Farfán, director de Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados (GPR), criticó que la actual administración federal no ha tenido contrapesos claros al momento de ejercer el gasto.
"Lo que se aprueba por el Congreso difiere constantemente de manera muy importante de lo que al final se gasta, los excesos del gasto siempre sucede y eso quiere decir que los legisladores no tienen una función de contrapeso real.
"No hubo una verdadera austeridad en 2016 y una cosa que me preocupa es que el gobierno concentra sus esfuerzos de austeridad en una reducción al salario de los funcionarios, cuando hay otros gastos superfluos que no están atendiendo", criticó.
Entre esos gastos prescindibles se encuentran los de comunicación social, añadió Sunny Villa investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), que además siguen al alza en varias dependencias.
"Hay un problema de asignación de gasto, dónde se gasta y cómo, que el gobierno aún no atiende y es un problema que presiona en el largo plazo", explicó.
Dicho monto es más de tres veces el famoso recorte por 164 mil 77 millones de pesos que hizo todavía el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para el mismo año y tres veces más que el monto requerido de subsidio para evitar el gasolinazo.
Especialistas señalan que en la práctica, el Gobierno federal no ha podido aplicar una auténtica austeridad, ya que sistemáticamente siempre gasta más respecto al presupuesto aprobado.
"Pese a que hay reglas, Hacienda constantemente está excediendo el gasto y la consecuencia de estos excesos es nula.
"Todos los excesos en el gasto que vemos apuntan a que el Gobierno tiene un problema que no quiere conocer, donde subestima ingresos, gasta de más, incurre en omisiones y no hay consecuencias", aseguró Alejandro González, director de Gesoc.
En 2016 el programa original era gastar 4 billones 763 mil 874 millones de pesos. Finalmente, según el informe trimestral presentado por la Secretaría de Hacienda, se erogaron 5 billones 343 mil 758 millones de pesos.
Este sobregiro fue principalmente debido a los excesos de las Secretarías del Gobierno federal, destacando el caso de Presidencia, Relaciones Exteriores, Hacienda, Función Pública, Turismo y la Comunicaciones y Transportes.
González mencionó que no es cierto que el Gobierno federal gaste adecuadamente como sugiere la SHCP y que las transferencias a Pemex y CFE justifiquen el exceso de gasto incurrido en 2016.
Al respecto, Gabriel Farfán, director de Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados (GPR), criticó que la actual administración federal no ha tenido contrapesos claros al momento de ejercer el gasto.
"Lo que se aprueba por el Congreso difiere constantemente de manera muy importante de lo que al final se gasta, los excesos del gasto siempre sucede y eso quiere decir que los legisladores no tienen una función de contrapeso real.
"No hubo una verdadera austeridad en 2016 y una cosa que me preocupa es que el gobierno concentra sus esfuerzos de austeridad en una reducción al salario de los funcionarios, cuando hay otros gastos superfluos que no están atendiendo", criticó.
Entre esos gastos prescindibles se encuentran los de comunicación social, añadió Sunny Villa investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), que además siguen al alza en varias dependencias.
"Hay un problema de asignación de gasto, dónde se gasta y cómo, que el gobierno aún no atiende y es un problema que presiona en el largo plazo", explicó.
Fuente.-
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