Pese a los recortes económicos ordenados por el gobierno para el 2017, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) envió a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) un proyecto para adquirir tres aeronaves avanzadas no tripuladas para reforzar la vigilancia estratégica y apoyar la lucha contra los cárteles del narcotráfico.
En el actual contexto en el que se avecina una contracción económica para el próximo año, el alto mando de la Sedena aprobó la propuesta del comandante de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), el general Carlos Antonio Rodríguez Munguía, para la adquisición, en un solo pago, de tres aeronaves no tripuladas que se usarán para reforzar operaciones de vigilancia y de combate al crimen organizado.
El sistema aéreo no tripulado que estaría bajo la mira de la FAM es el Predator XP o el Grey Eagle, fabricados por la misma empresa pero de los cuales uno es estaría artillado con misiles aire-aire o aire-tierra.
El Análisis Costo-Eficiencia presentado por la Sedena ante la SHCP indica, en dos escuetas cuartillas, que “la Secretaría de la Defensa Nacional y la Fuerza Aérea Mexicana, evaluaron la situación actual de la capacidad que se tienen para cubrir la demanda de este tipo de operaciones; siendo necesario garantizar la coordinación y cooperación entre la Secretaría de la Defensa Nacional y organismos superiores, subordinados y adyacentes, para la consecución de sus misiones en el territorio nacional, acorde a lo planteado en la meta de un México en paz establecido como primicia en la presente administración pública y en la estrategia de fortalecer las capacidades de respuesta operativa de las Fuerzas Armadas”.
Los aparatos que la FAM compraría son de fabricación estadunidense y con capacidades de vuelo que superan por mucho a los Hermes 450 israelíes que opera desde 2009. Esto aparatos, adquiridos en un paquete por 25 millones de dólares, pueden mantenerse en vuelo continuo durante unas 18 horas como máximo.
El costo inicial del proyecto es de poco más de 502 millones de pesos, pero los “gastos estimados totales de mantenimiento y operación del activo en el horizonte de evaluación” presentados por la Sedena elevan el costo en otros 723 millones, 266 mil 242 pesos.
Con ello, el proyecto quedaría finalmente en 1 mil 225 millones, 943 mil 199 pesos por la compra de un sistema avanzado de vigilancia aérea cuya vida útil se estima en 15 años, esto de acuerdo con lo publicado en la página de la SHCP relativa a los programas y proyectos de inversión de todas las dependencias del gobierno federal.
De acuerdo con el especialista Iñigo Guevara, experto en adquisiciones militares por la Universidad de Georgetown, “la Sedena utiliza su escuadrón de “drones” para labores de inteligencia contra el crimen organizado, pero también para patrullar regiones fronterizas, apoyar labores en desastres y vigilar instalaciones estratégicas, como las de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”.
La dependencia ha reconocido públicamente que ha utilizado sus “drones” UAS para monitorear el tren de carga que viaja hacia el norte, conocido como “La Bestia”, el cual transporta diariamente a cientos de migrantes que se dirigen a Estados Unidos, señala Guevara.
El especialista agrega que en 2013, la Secretaría de Marina (Semar) comenzó a fondear la segunda fase del programa de investigación y desarrollo de UAS y en 2014 anunció que estaba construyendo una nueva base y centro de entrenamiento de UAS en El Salado, Veracruz”.
Un paso adelante
Las aeronaves no tripuladas que la FAM ha seleccionado serían el Predator XP o el Grey Eagle, fabricados por General Atomics & Affilated Companies, que opera en Poway, California, con laboratorios en San Diego e instalaciones de prueba en el desierto de Mohave, en Arizona.
El Predator XP es una aeronave de mayores prestaciones que los Hermes 450 o sus similares de fabricación mexicana. El aparato tiene una autonomía de hasta 35 horas de vuelo, alcanza un techo de 25 mil pies (unos siete mil seiscientos metros de altura), vuela a 120 nudos (unos 220 kilómetros por hora) viene con equipo multiradar y sistema de visión infrarrojo.
El aparato cuenta con un equipo avanzado para identificar naves marinas y para recibir y enviar información en cualquier condición atmosférica. Puede ser transportado en un avión C-130 Hércules.
El Grey Eagle alcanza una altura ligeramente superior, de 29 mil pies (8 mil 839.2 metros), vuela a mayor velocidad (167 nudos) y tiene una característica que lo haría único entre las flotas aéreas del Ejército, de la Marina o de la Policía Federal: está artillado con cuatro misiles Hellfire.
De acuerdo con los detalles que se pueden conocer públicamente en el Programa y Proyecto de Inversión (PPI) de la FAM (Clave de Cartera 16071320008), la compra de los sistemas aéreos no tripulados fue responsabilidad del comandante de la Fuerza Aérea, el general Carlos Antonio Rodríguez Munguía.
El proceso de compra inició en septiembre de este año y deberá concluir en diciembre de 2017, con la liquidación, en un solo pago de 502 millones, 676 mil 957 pesos, de los tres aparatos.
El PPI señala que se trataría de una compra directa, con recursos de la Sedena (no provenientes de arrendamiento financiero por Banobras) a consolidar para finales del próximo año.
Problemas en el aire
Pero ¿por qué compra la Sedena drones nuevos a una firma distinta con la que ha trabajado en los últimos cinco años?
Sencillamente, porque los aparatos israelíes son los que más fallas operativas han presentado en los últimos dos años. Un reporte difundido en junio de este año por el sitio Infodefensa.com señalaba que los sistemas Hermes 450 fabricados por la firma israelí Elbit Systems, quedaban muy mal calificados en una revisión hecha por la FAM.
El reporte indicaba que los Hermes resultaban ser las aeronaves con más fallas en su operación, tomando como punto de partida las horas de vuelo acumuladas. El texto de Infodefensa explicaba que la Sedena había difundido un documento en el que se indicaba que “el vehículo aéreo no tripulado Hermes 450, de fabricación israelí, es la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) que más problemas de funcionamiento presenta en relación a sus horas vuelo, pues tiene un registro de 468 fallas en 3.515 horas certificadas desde su adquisición en 2009”.
La nota añadía que “en realidad, el avión ligero de cuatro plazas Cessna 182 cuenta con un número mayor de fallas en su historial, ya que registra 711, sin embargo, y a diferencia del Hermes, este vehículo monomotor cumple casi 20 años de servicio desde su adquisición en 1999 y, con 248.175 horas de vuelo, su margen de error es menor al avión no tripulado o “espía” como también se le conoce”.
En tercer lugar, con 384 fallas en 4.212 horas de vuelo, se encuentra el helicóptero de transporte de carga pesada Sikorsky CH-53 Sea Stallion. Con el mismo número de fallas pero en 5.335 horas de vuelo se encuentra el helicóptero de combate MD530F. Y en quinto lugar se encuentra el avión de combate norteamericano fabricado en la década de los 60 Northrop F-5E/F Tiger II, con 361 fallas en 22.349 horas, indicaba la nota.
Así, la adquisición de los drones estadunidenses obedece a las fallas constantes que ha presentado el sistema Hermes 450.
El propio diagnóstico hecho por la FAM y contenido en el Análisis Costo-Beneficio del PPI, señala que“se requiere adquirir tres sistemas para realizar operaciones de vigilancia, debido a la obsolescencia gradual de los que actualmente se tienen, los cuales tecnológicamente se encuentran obsoletos en el mercado aeronáutico especializado, actualmente se encuentran mejoras de última generación, que garantiza un soporte logístico suficiente y adecuado para realizar operaciones de vigilancia con mejores márgenes de seguridad, economía, eficiencia y eficacia en su empleo coadyuvando a garantizar la vigilancia del espacio aéreo nacional”.
Dones navales
La Marina comenzó a utilizar aeronaves no tripuladas desde 2010, cuando adquirió sistemas de fabricación nacional hechos por la empresa jalisciense Hydra Technologies. Los aparatos con los que comenzó a operar eran los Ehécatl S-4.
En este sexenio la Armada de México inició proyectos para desarrollar sus propios sistemas de vigilancia aérea no tripulada, pero los suspendió por los recortes presupuestales ordenados por la Secretaría de Hacienda.
Para no cortar de tajo con los trabajos y la experiencia que comenzaba a acumular en esta área, la Marina compró dos sistemas no tripulados a la empresa norteamericana Arcturus UAVs, con sede en Rohnert, California.
Con esta firma adquirió dos aparatos: un Arcturus T-20CL (Catapult Launch), co con autonomía de 20 horas de vuelo, y un Arcturus Jump 20, con 16 horas de permanencia en el aire.
Fuente.-Jorge Medellín
@JorgeMedellin95
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