El número de malhechores
no autoriza el crimen.
Charles Dickens
(1812-1870) Escritor británico.
El sistema penitenciario
y carcelario del país, desde hace muchas décadas es una universidad del crimen.
Pero, ahora son cuevas donde se doctoran aquellos que ofenden a la sociedad con
especializaciones que abonan cada día a la insoportable impunidad.
TAMBIEN PUEDES VER:
El sistema carcelario
mexicano es analizado por estudiosos mexicanos, especialmente en la UNAM. Los
resultados saltan a la vista: las prisiones son negocios de grupos delictivos
oficiales y que controlan las prisiones mediante la intimidación y la
violencia. Por si fuera poco, el grado de especialización y complicidad con
autoridades judiciales, nos lleva a las terroríficas estadísticas donde sólo el
2% de los delitos son investigadores y de éstos sólo al 12% se les castiga
mediante sentencias.
En esta columna hemos
manejado las estadísticas sobre el sistema penitenciario. Hay más de 255 mil
reos en 388 prisiones federales y estatales. Este sistema carcelario sólo tiene
capacidad para 203 mil personas. En varias entidades ese hacinamiento provoca
que muchos de los prisioneros duerman “amarados y parados”.
Por si fuera poco, pese a
lo que establecen los derechos humanos y los principios elementales de
readaptación social de los criminales, conviven miles sujetos a proceso y
sentenciados. En la misma área están primo delincuentes y reincidentes.
No se necesita ser un
genio de la talla de Einstein para darse cuenta que ese hacinamiento convierte
a las prisiones en fábricas de delincuentes especializados.
Al país le cuesta cada
reo más de 8 mil pesos mensuales que pagamos todos los mexicanos de nuestros
impuestos. Es una friolera de 432 mil millones de pesos anuales. El 37% de los
prisioneros son primo delincuentes que están confinados por delitos “no
graves”, que pueden purgar sus procesos judiciales e incluso cumplir sus
condenas en sus casas con pulseras geolocalizables (cada una cuesta 350
dólares), trabajando y convertidos en pesadas cargas para la sociedad.
Por si fuera poco, los
delincuentes de alta peligrosidad o que cometieron delitos de alto impacto como
secuestradores, narcotraficantes, extorsionadores, violadores, asaltantes,
asesinos, entre otros, no están aislados para evitar que puedan contaminar al resto
de los “internos”, como eufemísticamente el gobierno les ha dado en llamar.
La contaminación de esos
delincuentes, provoca que todo el corrompido sistema judicial, libere infinidad
de sabandijas que deberían estar recluidos y aislados de por vida. Sus ofensas
dañan la moral social. De esto sí que esta la sociedad harta y cansada; la
impunidad convierte en un aliciente a delinquir. El gobierno no puede quedarse
en calidad de Buda en contemplación. Debe actuar y dejarse de disculpar. Acaso
no se dieron cuenta: en las pasadas elecciones, del 5 de junio, la gente votó
en contra de los gobernantes en turno especialmente del PRI, PRD y PAN.
Podremos ver que continuará el voto de la venganza ante la ineptitud y
corrupción si continúan la sociedad siendo víctima de los criminales.
fuente.-Victor Sanchez vsanchez@gmail.com
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