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viernes, 13 de mayo de 2016

"UNO de CADA TRES MILITARES y MARINOS DESERTORES se VAN al EJERCITO del NARCO"....el problema suele ser que quien combate el problema también es problema.


Según reportes de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA), uno de cada tres militares o marinos desertores trabajan para el narco. Así como anteriormente conformaron células de sicarios que dieron origen a Los Zetas, en la actualidad grupos de ex militares son parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), por citar un ejemplo, quienes tienen en sus filas a ex policías y ex militares capacitados en el manejo de armamento, sin contar el tráfico de éste.
“Los vínculos de las fuerzas armadas con el narcotráfico no es un hecho que se da en medio de la lucha contra dicha actividad delictiva, la relación estrecha de algunos generales, coroneles, tenientes, mayores, capitanes, subtenientes, sargentos, cabos y tropa, con narcotraficantes, no tiene sus inicios pero si su intensificación desde la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, pasando por Ernesto Zedillo, siendo Vicente Fox quien les diera puerta abierta; ya con Calderón tuvieron que fungir como ‘excusa’ para asesinar y oprimir al pueblo, siendo Peña Nieto quien adoptara a este tipo de grupos como sus colaboradores, quienes se adjudicaran todas las acciones del gobierno, es decir, los homicidios anteriores, los que suceden en este momento y los de mañana”, explica el especialista en Derecho Militar, Santiago Fonseca.
“Ayotzinapa y Tlatlaya son los ejemplos más reconocidos con respecto a la estrategia de Peña Nieto, pero cada muerto y desaparecido que se suman a la larga lista, aún mayor que la de Calderón, son representaciones de una sádica excusa para seguir rompiendo el tejido social, motivado por intereses y compromisos con la hegemonía yanqui”, agrega Fonseca.
SEDENA ha reconocido que el Cártel de Jalisco -que recientemente se ha puesto en la escena de la inseguridad nacional- no solamente ha sumado a militares desertores mexicanos, sino también centroamericanos, dicha acción ha facilitado que el grupo delictivo lleve a cabo negocios ilícitos, principalmente la distribución de droga, en Centroamérica, teniendo también a las bandas de Maras Salvatruchas de Honduras, Guatemala y la Frontera Sur de México, como ‘escudos’ para resguardar la transportación de la mercancía.
La secretaría también ha informado que ha sido durante los sexenios de Vicente Fox y Calderón en los que se han dado mayores deserciones. Puntualizando que durante el mandato de Calderón, se descubrió que integrantes y líderes de grupos criminales, puntualmente el Cártel del Golfo y los Zetas, pertenecieron anteriormente al Ejército o Marina.
El caso más recordado es el de Heriberto Lazcano, quien formó parte del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército, donde permaneció dentro durante siete años. Poco después de haber desertado se convirtió en uno de los fundadores de Cártel de Los Zetas, siendo uno de los principales líderes.
Felipe Calderón aceptó que 49 mil 471 efectivos desertaron del Ejército Mexicano; 4 mil 671 de la Armada de México; y 987 de la Fuerza Aérea Mexicana, cifra que se redujo a comparación del sexenio de Vicente Fox Quezada, en donde 107 mil 158 efectivos militares abandonaron las fuerzas armadas.
El General retirado Luis S. afirma: “el ejército y la Marina son disciplinas de vida, estamos entrenados para soportar situaciones de vida o muerte e infrahumanas, es de ley tener amor a las fuerzas armadas, pero no significa que no hayan casos en donde la tortura se da, le llaman ‘formación de carácter’, no lo creo conveniente pero pasa. Ante la deserción de un gran número de elementos, se ha implementando la medida monetaria, ‘más dinero, mayor interés’.
“En la actualidad, los soldados y marinos rasos perciben un aproximado de 5 mil 300 pesos; los cabos, 5 mil 700; los sargentos segundos y tercer maestres, 6 mil 800 pesos, y los sargentos primeros y segundo maestres, 8 mil pesos. Pero lamentablemente con eso no se vive dignamente, y estando en medio del terreno donde se gesta la delincuencia o los combates, te unes y causas deserción. Porque sin ser Coroneles o Generales, podrían ganar mucho más, ya que ambos grados perciben más de 4 veces el salario del que obtiene mayor sueldo. Es decir poco más de los 85 mil pesos mensuales”, argumenta Luis S.
“Creer que el Ejército y Marina combatirán a la mafia en las calles es caer en la burla del gobierno, sea cual sea éste, desde Vicente Fox a la fecha. La realidad es una sola, los mandatarios hacen alianzas. En el pasado resultó una obviedad como Calderón desató ataques contra los Zetas y dejó de lado al Cártel del Golfo, quienes a su vez, resulta lógico pensar, combatían en colaboración con Calderón en la erradicación de los Zetas”, complementa Jiménez O.
Y agrega: “si partiéramos del supuesto que el gobierno sí quiere combatir el narcotráfico -siendo esto nada creíble y sumamente ingenuo-, el ridículo que hoy hacen las fuerzas armadas se debe a un fracaso que tiene su origen en la corrupción del Ejército y la Marina, no de todos sus miembros, pero sí de la mayoría en todos los grados. Desertando o estando aún dentro, el narcotráfico es el titiritero de las fuerzas armadas y de las autoridades civiles, quienes también mantienen nexos e ‘inversiones’, en negocios ilícitos”.
“Entre la corrupción de las fuerzas armadas, la fracasada estrategia de inteligencia, miserables sueldos y manipulación del soldado raso a quien se le asegura que es más que el ciudadano, el pueblo está siendo exterminado por Ejército y Marina, instituciones al servicio de la delincuencia”, finaliza Jiménez O.

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