El Secretario de Seguridad de Ciénega de Flores sufrió un atentado del que resultó ileso, al evadir a sus agresores en su camioneta blindada, en Zuazua.
El ataque se reportó ayer alrededor de las 22:00 horas, en la Avenida Real San Pedro y Olimpia, en la Colonia Real San Pedro.
Trascendió que en la zona ubicaron unos 50 casquillos de arma de fuego, pero esa versión no ha sido confirmada.
La agresión sería contra el titular de Seguridad Pública de Ciénega de Flores, Juan Eduardo Gutiérrez Galindo.
De inmediato se trasladaron de apoyo a la zona elementos de Fuerza Civil, Ejército, Guardia Nacional y de la Fiscalía General de Justicia.
La unidad tipo Suburban blindada que traía el jefe policiaco fue estacionada en la comandancia y se le apreciaban diversos daños por los proyectiles de arma de fuego.
“Queremos informar que hace un momento hemos sufrido un atentado contra nuestro Secretario de Seguridad”.
“Afortunadamente, se encuentra a salvo y ya está colaborando con Fuerza Civil y el Ejército Mexicano para esclarecer los hechos”, publicó en sus redes Miguel Quiroga, Alcalde de Ciénega de Flores.
“Queremos asegurar a la ciudadanía que estamos tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la tranquilidad en nuestra comunidad.
“Estamos trabajando en estrecha colaboración con las autoridades correspondientes para investigar este incidente y llegar con los responsables”, dijo el edil.
Terminó diciendo que seguirán trabajando incansablemente para garantizar la paz y la tranquilidad en el municipio.
La caricatura representa a cabalidad el momento politico-criminal que vive Sinaloa y es una poderosa crítica a la situación actual del gobernador de MORENA Rubén Rocha Moya.
Elementos Simbólicos
El Acantilado en Llamas El lado izquierdo muestra a Sinaloa en llamas, simbolizando la crisis y caos que vive actualmente el estado.
La Figura Central Se representa al gobernador siendo expulsado, literalmente empujado al acantilado, vistiendo ropa blanca manchada de sangre, sugiriendo la calidad de asesino o en el menor de los casos, su responsabilidad en la crisis actual.
A Huevazos,tomatazos y botellazos Los objetos que le lanzan al gobernador manifiestan el desprecio que le tiene el pueblo, ademas manchado por el lodo de la corrupción.
Los dedos y la mano que evitan la caida Un elemento muy importante en la caricatura, esta representado por esa mano que evita que caigá al vacío,con alusiones en las mangas de la imagen,tipico de la vestimenta que utiliza la Presidenta Claudia Sheinbaum,aunque claramente ese dedito no sera suficiente para evitar la caída,aqui o en EE.UU.
Significado General
La caricatura es una representación metafórica de la actual crisis de gobernabilidad en Sinaloa, donde el gobernador está siendo “expulsado” o “cayendo” de su posición de poder debido a los recientes acontecimientos violentos y las protestas ciudadanas que exigen su renuncia. El fuego representa la situación de violencia e ingobernabilidad que vive el estado, mientras que la caída simboliza el desmoronamiento de su administración.
El carton,de la autoria de Paco Calderon en ELNORTE,es particularmente relevante en el contexto de los acontecimientos recientes, incluyendo las protestas masivas y la toma violenta del Palacio de Gobierno, que han puesto en jaque la legitimidad del gobierno estatal.
Crisis Actual
El gobierno de Rocha Moya enfrenta una severa crisis de legitimidad, evidenciada por las protestas masivas que culminaron con la irrupción violenta en el Palacio de Gobierno el 23 de enero de 2025. Los manifestantes exigieron su renuncia tras el asesinato de los hermanos Gael y Alexander, de 9 y 12 años respectivamente, junto con su padre.
Antecedentes Políticos de Rocha Moya
Trayectoria Académica y Política
Nacido en Badiraguato, Sinaloa, en 1949
Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (1993-1997)
Senador (2018-2021)
Gobernador de Sinaloa desde noviembre de 2021
Controversias
Vínculos con el Crimen Organizado La administración de Rocha Moya ha estado marcada por señalamientos sobre conexiones con el crimen organizado que van mas alla de un simple infundio y la situación se agravó tras la detención de Ismael “El Mayo” Zambada en julio de 2024.
Crisis de Seguridad
Más de 800 asesinatos (actualizado) desde septiembre de 2024
Centenares de Levantones
Escalada de violencia entre facciones criminales
Paralización de actividades económicas y educativas
Soy testigo de una violación. No puedo llamarle de otro modo: en la pantalla de la computadora hay una muchacha que no debe tener más de 16 años y resiste con llanto los embates de un hombre que le triplica el peso y, probablemente, la edad.
Es un video de 18 minutos y 36 segundos que se titula “Rica indita bachillerato” y es parte de una antología, “Las mejores chamulitas 2024”, que se vende en una memoria USB por 150 pesos en los alrededores del Mercado Merposur en San Cristóbal de las Casas, a 15 minutos en vehículo del poblado vecino de San Juan Chamula –en las zonas altas de Chiapas–, donde a niñas y niños se les llama con cariño chamulitas y chamulitos.
San Juan Chamula se ubica en Los Altos de Chiapas y se distingue por su sincretismo religioso, cultura y social | Anaid Simón / Gobierno de México
No tiene escapatoria: esa bestia abusa de ella en un colchón en el piso que tiene más manchas que resortes. A la izquierda, se ve una pared azul carcomida por la humedad, y a la derecha, el cómplice del violador que graba todo con manos temblorosas.
El camarógrafo cuida la identidad de la bestia y lo filma únicamente por la espalda; a ella, en cambio, la graba de frente y con acercamientos. La única parte del cuerpo que la muchacha tiene cubierta es la mitad de la cara. De los ojos hacia el cabello la tapa una falda negra y larga. En algún momento, la cámara registra un rebozo color blanco con rojo en el suelo, aventado junto a un huipil florido y calzado. La vestimenta es la típica de una joven tzotzil, un grupo indígena ubicado en el centro y norte de Chiapas.
La venta de estos videos no está a la vista, pero tampoco está oculta. Basta preguntar a los vendedores de películas piratas para toparse con decenas de volúmenes de “etnoporno”, el nombre que la comunidad académica ha dado a este tipo de pornografía –que es explotación sexual de mujeres indígenas–. A veces, promocionan los nuevos volúmenes con títulos denigrantes o repugnantes. En otras, la atracción son fotos de adultas jóvenes o menores de edad. Hay quienes ofertan que son grabaciones voluntarias y quienes prometen que son forzadas, lo único que se mantiene es que son mujeres, pobres e indígenas.
Los compradores son hombres que no sólo se excitan con el dolor ajeno, sino con la vulnerabilidad de mujeres y adolescentes. Les da placer que hayan llegado a esos cuartos y colchones sucios por necesidad, así que pagan gustosos por ser testigos del castigo. Todos son clientes –lo saben o no– de una violenta organización criminal que monopoliza y monetiza con la venta del etnoporno en el sureste mexicano: el Cártel Chamula, el primer y único cártel indígena en México.
Chiapas era un territorio indómito para el Cártel del Golfo
En algún momento entre 1999 y 2000, al jefe del Cártel del Golfo, el temible Osiel Cárdenas Guillén, se le metió en la cabeza que para convertirse en el criminal más notable de México tenía que controlar los dos estados fronterizos en los costados del país: Tamaulipas en el noreste y Chiapas en el suroeste. De ese modo, tendría las llaves que abren las puertas hacia Norteamérica y Centroamérica.
Tamaulipas era ya un bastión ganado para el matamorense Cárdenas Guillén y su guardia paramilitar Los Zetas, pero Chiapas era un territorio indómito. A finales del siglo XX, su frontera con Guatemala lo había convertido en un importante estado de trasiego y cultivo de marihuana, pero ninguna agrupación criminal lo controlaba por completo.
Acaso, el Cártel de Sinaloa había logrado un tímido avance en Chiapas –lo que quedó asentado en 1993, cuando El Chapo Guzmán usó el municipio Ciudad Cuauhtémoc como escondite para huir hacia Guatemala, donde fue aprehendido por primera vez– pero la atención nacional e internacional que atrajo el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, al año siguiente, complicó el dominio total de cualquier cártel.
MEXDF20ENE2001.- Joaquin Guzman Loera, lias “El Chapo”, se fug esta madrugada del penal federal Puente Grande, en Jalisco. Hasta el momento se han detenido a 33 custodios y al director del penal ya que se sospecha de su participacin en la fuga del reo. FOTO: Pedro Valtierra/Archivo/CUARTOSCURO.COM
El Chapo Guzmán fue capturado por primera vez en Guatemala. (Cuartoscuro)
Cárdenas Guillén aprovechó ese vacío y envió a Los Zetas a conquistar la frontera sur. Personajes como El Amarillo se hicieron famosos por instalarse con fuego y sangre en municipios como Comitán y San Cristóbal de las Casas, donde abrieron y explotaron nuevos negocios ilícitos, además de las drogas: robo de combustible, tráfico de migrantes indocumentados, explotación sexual y la incipiente extorsión a negocios. La mina de oro redescubierta por los tamaulipecos marcó el regreso de los sinaloenses, quienes también querían aprovecharse del estado.
Pero Los Zetas, que se creían eternos, sufrieron bajas importantes que los empujarían a una rápida extinción en tan sólo una década. Esa inestabilidad hizo que los zetones del sur buscaran un nuevo cobijo criminal ofreciéndose al mejor postor como expertos en infringir los peores dolores. Una disidencia del Cártel de Sinaloa los acogió.
Ya con ese apoyo cupular, salieron a buscar su base social. No sería difícil encontrar nuevos reclutas en el estado más pobre del país. En territorio de agraviados, la revancha es ley. Y entre los olvidados del Estado, la guerrilla y los viejos cacicazgos encontraron a su gente: los desplazados, los que no tenían nada que perder.
Algunos eran desterrados por conflictos agrarios, otros más por disputas políticas, pero muchos más eran desplazados religiosos, es decir, tzotziles que crecieron en familias de cosmovisiones indígenas, pero que recientemente se habían convertido en evangélicos, un movimiento protestante que gana cada vez más adeptos en Chiapas. Esa nueva religión les impedía participar en ceremonias tradicionales o pagar tributos ancestrales, lo que les valió la expulsión de sus comunidades de origen.
Exiliados, se asentaron en los barrios pobres del norte de San Cristóbal de las Casas y en los cinturones de miseria de San Juan Chamula. No tenían tierra, comunidad, arraigo, trabajo ni futuro… excepto el horizonte que ofrecían esos viejos zetones que les hablaron de una vida nerviosa y fugaz, pero con poder y dinero.
Y como no hay nada más apremiante para un expulsado que sentirse parte de algo, aceptaron integrarse a esa nueva familia criminal. Así nació el Cártel Chamula.
Los negocios ilícitos que sostienen al primer cártel indígena
En San Juan Chamula nació el primer y único cártel indígena de México
El Cártel Chamula es una rareza en el mapa criminal de México. Conserva el orgullo indígena del sur y lo mezcla con la narcocultura del norte. Lo integran alucines —los eufóricos por las drogas, según la Asociación de Academias de la Lengua Española— que hablan tzotzil, buchonas con huipil y sicarios que cambiaron las botas piteadas por huaraches de piel. Su ídolo es un Malverde que usa pantalones de manta.
En la zona de los Altos de Chiapas los distingue una triada particular: un radio para comunicarse con sus compañeros, una bandolera sobre el pecho para guardar el arma y una motocicleta para huir a toda velocidad, aunque no lo necesitan porque la policía municipal les cuida los pasos y los protege del Ejército y la Marina.
Salvo esas características, la tropa que integra al Cártel Chamula es muy similar a la del resto de los brazos armados en México: son jóvenes, violentos, consumidos por la piedra –la forma de cocaína más barata y adictiva– y con delirios de poder. Carne de cañón para los verdaderos jefes del crimen organizado.
El gobierno federal reconoció la existencia del primer cártel indígena hasta 2021, cuando en una conferencia de prensa encabezada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, el exsubsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, dio detalles del asesinato de Gregorio Pérez, fiscal indígena de Chiapas. “El autor intelectual está detenido”, dijo el funcionario. “Es integrante de un grupo delictivo conocido como Cártel Chamula”.
Una académica avecindada en San Cristóbal de las Casas cuyo nombre no puedo mencionar, dice en entrevista que “la vida para ellos vale muy poco y, por lo tanto, vale poco para todos. Acá en Chamula, San Cristóbal, Comitán, te matan por cinco mil pesos. Y no hace falta que estés metido en cosas turbias. Te matan porque no pagaste el derecho de piso, porque viste feo al vecino, porque no les invitaste una cerveza”. Trafican drogas, secuestran migrantes, revenden mercancía de contrabando, pero la extorsión es su sustento económico. Cobran, dice mi fuente, hasta por respirar.
La colecta de dinero se hace a los locatarios de los mercados, a los vendedores en vía pública, a las familias que estrenan automóvil, a los estudiantes que se gradúan. Y en una región donde el fervor religioso es todo, las veladoras, el incienso y hasta los libros sagrados tienen impuesto criminal. Pero un negocio sobresale entre todos. No es el más lucrativo, pero sí es el más estratégico: el etnoporno. La pornografía del cártel.
La trampa en la que caen jóvenes tzotziles a cambio de droga
Detrás del ‘etnoporno’ se encuentra un problema del consumo de drogas en la región | Anaid Simón / Gobierno de México
Para que el “etnoporno” funcione, dice mi fuente, necesitas adolescentes y adultas jóvenes vulnerables como base social. Mujeres dispuestas a ser grabadas para que sus videos circulen en los mercados y los hombres le vean otra utilidad a la existencia del Cártel Chamula. Y esa voluntad se dobla con la droga.
“Es un funcionamiento que ya está muy claro: buscan a jóvenes tzotziles necesitadas y les invitan dosis de piedra. Entre más corriente es mejor, porque te engancha más rápido. Al principio, todo es gratis. Luego, la venden y elevan el precio para que no puedan pagarla y les ofrecen un trueque: la droga a cambio de que te dejes grabar”, cuenta la profesora, quien teme que algunas de sus alumnas hayan caído en esa trampa.
Ese modus operandi se hace con menores de edad, de 13 años y hasta con adultas mayores. Una vez cooptada esa muchacha puede ser grabada en muchos más videos. Y para obtener su salida de ese negocio sucio, muchas veces deben entregar a otra víctima: una vecina, amiga, hermana. A veces, incluso, sus madres o hijas.
Los videos se graban en hoteles en Chiapas que están bajo el poder del Cártel Chamula. Ahí entran sin problema los camarógrafos, custodiados por una jauría de motociclistas. Si acaso faltara quien grabe, el cártel tiene un plan B, pues las habitaciones tienen cámaras ocultas que graban todo: desde parejas apasionadas hasta turistas despistados.
“No es un negocio millonario, pero es importante, porque mantiene a la base social: las mujeres tzotziles –que cada vez son más consumidores de drogas– tienen así un sostén para la adicción y los hombres ven estos videos como un servicio más del cártel, una especie de ‘regalo’ que justifica su existencia”, afirma mi fuente. Entonces, me entrega una envoltura de papel celofán. Adentro hay una USB que estuvo a la venta en la zona turística de San Cristóbal de las Casas. La que más tarde veré en mi computadora. “De esto te estoy hablando”, dice. “Le quité la portada porque es horrorosa, pero esto es el ‘etnoporno’. Te advierto: esto es horrible de ver”.
El ‘etnoporno’ se ha esparcido como virus en el sur de México
El dispositivo que me entregó mi fuente viajó de Chiapas a la capital del país y luego de mi escritorio a las oficinas de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República en la colonia Lomas de Sotelo de la Ciudad de México. Imagino que después irá a algún almacén donde se guardan discos duros, computadoras, celulares y otros dispositivos electrónicos con crímenes terribles, que van desde fraudes financieros hasta pornografía infantil.
La agente que me recibe es una veterana que ha visto lo peor del ser humano en la pantalla de su computadora y aún conserva la rabia de los novatos. Igual que yo, siente asco cuando reproduce el video que le he entregado, aunque no es el primero. El ‘etnoporno’ se ha esparcido como un virus por otros estados del sur del país.
Como todos los que trabajan en este búnker, la investigadora pide anonimato a cambio de hablar brevemente con un periodista y parafrasearé sus palabras: voy a investigar pero no te prometo mucho porque esto pudo ser grabado ayer, este año o hace una década y no se ven los rostros completos de nadie. Agradezco su franqueza. “Las víctimas del ‘etnoporno’ son las víctimas perfectas. Aunque un agente federal encuentre quién es esa pobre chica, muy probablemente no pueda entrar hasta San Juan Chamula. El control del cártel es total, absoluto. Nadie pasa sin su autorización.
“Y si pudiera llegar, ¿a poco crees que logrará conseguir una denuncia? Esto no sólo está envuelto en crimen, adicción y violencia. Está otro componente muy poderoso para las comunidades rurales y pequeñas, como las que hay en Chiapas: la vergüenza de aparecer en esos videos que se venden en el mercado de tu propio pueblo”, dice mi contacto.
El Cártel Chamula sigue al pie de la letra una frase atribuida al escritor Oscar Wilde, quien decía: “todo en la vida es sexo, excepto el sexo que es poder sobre la otra persona”.
Alicia camina de un lado a otro, da pequeños pasos dentro de una cocina. Se detiene cerca de la estufa y menea con fuerza las ollas de barro que tiene a fuego lento, de una se escapa el olor de puerco en salsa verde, y de otra, en salsa roja. Mientras termina de preparar los guisados que vende en una lonchería improvisada en su casa, responde con mucha certeza: “como sea, pero los vamos a pasar”.
Alicia prefiere ser identificada con ese nombre, pero su identidad es otra. Es una mujer pequeñita, con cabello largo y negro, hecho trenza. Tiene más de 40 años y desde antes de la pandemia se integró a una red encargada de cruzar familias por la frontera y entregarlas en sus destinos en territorio estadounidense.
Es famosa en esta región, en el noreste de Tijuana. La gente la conoce por dos cosas principalmente: por su sazón al cocinar y porque —dicen— conoce los cruces seguros. Su actividad consiste en canalizar a los migrantes con sus “guías”, y desde que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ganó las elecciones, su trabajo y ganancias se incrementaron.
Para muchas familias, el miedo a quedarse atrapados una vez que llegara la nueva administración fue suficiente para decidir cruzar la frontera de forma irregular. Para quienes no lograron cruzar antes, ese temor se cumplió.
A principios de este mes el secretario saliente de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, informó que hubo un total de 47 mil 300 cruces irregulares de personas desde México durante diciembre de 2024, lo que significó un leve aumento comparado con noviembre, cuando se reportaron unos 46 mil arrestos.
“Nada de lo que está pasando va a detener a las familias. Tienen necesidad porque hay sitios donde simplemente ya no se puede vivir”, opina Alicia mientras corta un pedazo de pan típico de la región del Istmo, “Y si, a pesar de todo, créame, van a cruzar”.
El costo por cruzar la frontera hasta sus destinos puede variar, desde 12 mil y 20 mil dólares, es decir entre 240 mil y 400 mil pesos por cruzar (a tipo de cambio de 20.37 pesos). Según lo que se pague hay diferentes rutas y diferentes métodos, que son principalmente a través de túneles y puertos fronterizos.
“No se imagina”, explica la mujer mientras se le dibuja una sonrisa al recordar las historias que conoce; “la gente cruza en sus narices”.
Por ejemplo, era octubre del año pasado cuando llegó una familia con al menos dos niños y una niña. Habían pagado 10 mil dólares por cada uno, porque cuando son menores de edad el costo es menor.
En ese momento se había reforzado la frontera y optaron por cruzarlos a través del puerto limítrofe. Esperaron un par de días y eligieron la fecha para cruzarlos, el 31 de octubre, en pleno Halloween.
Esa tarde, la persona encargada de hacer el cruce disfrazó a los niños. “Iban de calaveras, ellos como la muerte y ella una Catrinita (…) bien bonitos”. Los mezclaron en un grupo de niños, el coche conducido por una mujer y a todos les entregaron una visa. No tardó más de cinco minutos la revisión de los documentos que hizo el oficial de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
“It’s ok”, les dijo el oficial, y cruzaron. Cada menor fue entregado a su familia que ya los aguardaba del otro lado de la frontera.
Alicia explica que el costo podría incrementarse porque la cantidad que se cobra se reparte entre mucha gente: los “guías”, los que reclutan. Si se atraviesa por túnel, hay que pagar comisión al cártel que es dueño de la zona. Además, a los agentes de ambos lados de la frontera. A ellos —dice— se les paga por no hacer nada. “Ellos en realidad no tienen que participar, lo único que tienen que hacer es hacerse tarugos, voltear los ojos, tomarse un café o rascarse la panza, o sea, nada”, asegura.
“Se burlaban de nosotros”
Javier es chiapaneco, recién retornado a Tijuana. Lo regresaron el martes junto a su esposa y dos hijas pequeñas; los detuvieron agentes migratorios cuando apenas les habían dado un documento que les permitía quedarse en Estados Unidos.
“Nos trataron peor que animales, se burlaban de nosotros, nos mentían porque a veces querían que firmáramos hojas, pero era para regresarnos”, recuerda.
“Ellos piensan que uno deja su vida entera nada más porque sí, pero no, dejamos todo porque ya no podemos estar ahí y nuestra única opción es cruzar y lo vamos a volver a intentar”, afirma.
Javier y su familia son parte de los miles de migrantes que decidieron brincar el muro con una escalera. Pensó que al cruzar sólo tendría que pedir asilo. No tenía medio millón de pesos para pagarle a un pollero, pero juntó 500 dólares para que tres hombres, a un costado del muro, les ayudarán a saltar.
Ya en territorio estadounidense, se quedaron hasta que oficiales de la Patrulla Fronteriza llegaron y pidieron asilo, que les negaron.
Aunque la seguridad en la frontera mexicana fue reforzada, los traficantes dicen que es muy sencillo librar los controles: “Les pagamos 500 o mil pesos, depende de la cantidad [de migrantes]”, explica uno de los polleros que coloca la escalera. “Nosotros llegamos, pagamos y ellos van por un café, nos dan unos 10 minutos, pero cruzar a la gente toma mucho menos, los brincamos casi enfrente de ellos”.
La informacion aunque a nivel de trascendido,advierte con contundencia, la familia CDG despidió con “todo” a su lugarteniente caído en desgraciá,pero antes de partir ,dieron una muestra de poder criminal en Ciudad Madero,una zona del sur de Tamaulipas,donde todo indica radica su familia, como quedo a descubierto desde las redes desde 2023.
Y es que,de acuerdo a las mismas filtraciones de sus compinches, estos presumen que la FAMILIA CDG de RICARDO FELIPE ZUÑIGA LOPEZ,alias EL CIEGO,junto con su familia directa, tuvo una despedida de “aquellas”, pues para empezar desalojaron a todos de la funeraria , incluyendo cuerpo y deudos que recibían servicio funebre en FUNERALES ALTAMIRA en su sede de Ciudad Madero ,ubicado en la Avenida 1 de Mayo 909 pte. y fueron llevados a otra de sucursal en Tampico.
De esta manera,el ir y venir de vehículos de lujo con gente de toda clase, algunos sin clase, se convirtió en un desfile porque también se dice,cerraron la transitada calle.
Arreglos de flores por demas suntuosos,como si se tratara de despedir a otra “Gilbertona” o tal si, fueron llegando por montones de todas las florerías de aquella zona, hubo globos blancos que se lanzaron por cientos y juegos pirotécnicos como si se tratara de recibir el año en Australia,Hong Kong o Nueva Zelanda.
Al final y en un acto por demas llamativo aparte de sospechoso, fueron destrozado los arreglos flolares,tal vez para impedir el registro grafico de los dolientes, algo que no ocurrió asi con la “Gilbertona”, pues abiertamente se publicitaron, lo mismo de sus “cuates” del Cartel de Jalisco,que de su amigo el “Mayo Zambada”, ahora en desgraciá.
El ruido de la velada, que mas parecía fiesta, con asistentes vestidos de blanco, “como a el le gustaba” ,tal y como rezaba la esquela a durante la velada de Matamoros, desato tanto ruido ene sa zona, que de boca en boca la gente que ignoraba de quien e trataba, solo cuchicheaban que “eran un gran narco, un señor de alla de la frontera”.
En los lamentables hechos, Ricardo Felipe Zúñiga Lopez,alias “Richy,Ciego o Pandita”, logro escabullírsele a la justicia federal, estatal y el gobierno de Americo Villarreal,muy a pesar de que era un destacado generador de violencia,como les llama el gobierno, pero nunca dijo que era aliado del gobierno, socio y proveedor.
EL “Ciego” no fue cualquier criminal,fue uno muy atrevido, tanto que recién trascendio que orquestaba un ataque contra el consulado de EE.UU en Matamoros,una vez que se atrevieran a extraditar a su jefe,ALFREDO CARDENAS MARTINEZ,ALIAS el CONTADOR,lider maximo del CARTEL del GOLFO,MORENA y la alcaldía de MATAMOROS.
Todo por obra y gracia del oficio de agarrar partido de “DON AMERICO VILLARREAL ANAYA,su mas claro beneficiario, muy pese a que el grupo de “Escorpiones” ha sido el “mejor matón de policías” en Tamaulipas, con cifras que destrozan la tasa nacional para una entidad con 3,856 elementos activos de una plantilla de la SSP de 6 mil 178,como cita REPORTE INDIGO.