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domingo, 9 de noviembre de 2025

«DETIENEN OTRA VEZ en TIJUANA a AGENTE del NEFASTO CISEN ACUSADO de ser el SEGUNDO TIRADOR en CRIMEN de COLOSIO»…liberado en 1994.


Ayer sábado, la justicia mexicana revivió el thriller político nacional al detener a Jorge Antonio Sánchez Ortega, el exagente del Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN) señalado desde hace décadas como ese “segundo tirador” en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, en Tijuana. Porque claro, si algún capítulo de la historia reciente parece escrito por Kafka, es este: tras treinta años de teorías, especulaciones, películas y mañaneras, el tipo vuelve a los encabezados gracias a la Fiscalía General de la República que insiste ―más necia que un bolero de cantina― en que “no fue uno, sino dos los que tronaron la pistola en Lomas Taurinas”.

El sospechoso perfecto… otra vez

Sánchez Ortega fue detenido por primera vez en marzo del ‘94, minutos después del magnicidio, empapado de sangre y con el resultado de rodizonato positivo. Básicamente, la policía lo pescó como a cualquier villano clásico: ensangrentado y rodeado de sospechas. Pero la PGR,hoy FGR (…cambian de nombre pero no de mañas) lo soltó al día siguiente porque el dictamen balístico apuntó hacia la pistola de Mario Aburto; mientras tanto, las conspiraciones crecían más rápido que los memes en una elección presidencial mexicana.

Ahora, en 2025, Sánchez Ortega se lleva el trofeo del “detenido favorito de la historia” tras ser arrestado de nuevo por la FGR en la colonia Los Reyes, de Tijuana.

Y para ponerle más sabor, no han aclarado si el motivo de la detención es directamente por el caso Colosio, pero los reflectores están sobre el hombre más citado en expediente judicial, documentales y WhatsApp de reporteros curiosos.

Biografía y suspenso 

El tipo no salió de la nada. Nacido en El Rosario, Sinaloa, migró de niño a Tijuana y, como buen antihéroe, pasó de empleado de gasolinera y papelería, a encerar pisos en EE.UU., estudiar derecho, trabajar en periódico y, finalmente, meterse directo a la cueva de los espías mexicanos que han servido para muy poco, por no decir nada, salvo para cambiar de nombre y no de mañas,el CISEN,ahora pomposamente renombrado a Centro Nacional de Inteligencia,otra cueva de inteligentes que bajo liderazgo del General Audfomaro Martinez,condescendia con el trafico de Huachicol y el Cartel de Jalisco» usando a Sergio Carmona,extinto «Rey del contrabando fiscal» que pagó con su vida la aventura de pagar la candidatura de Americo Villarreal para gobernador de Tamaulipas.

Sanchez Ortega también laboró en almacenes de ropa de mujer, hizo el tour por organizaciones estudiantiles, la burocracia, campañas del PRI y, más tarde, sobrevivió veintidós años entre redes de inteligencia nacional antes de abandonar el barco en 2015.

Treinta años, dos arrestos y una biografía que parece escrita para un episodio de Netflix. La incógnita sigue bailando entre declaraciones, pruebas de pólvora, una chamarra sangrienta y la eterna pregunta: ¿será la última vez que la justicia mexicana desempolva el expediente Colosio para regalarnos otro acto a su interminable tragicomedia? ¿O vamos a tener “segundo tirador: el regreso” cada vez que la memoria colectiva necesita adrenalina electoral?

Por lo pronto, Jorge Antonio Sánchez Ortega vuelve a la escena nacional, y la historia del magnicidio, como el mejor truco del sistema político mexicano, demuestra una vez más que en este país la verdad oficial siempre tiene final abierto, cuando los escándalos del oficialismo Moreno,estan de moda, otro buen distractor.

Con informacion: ELNORTE/

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