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martes, 1 de julio de 2025

LOS “PAJAROS en el ALAMBRE”: “NUEVA LEY que le DA MAS PODER al GOBIERNO le QUITA GARANTIAS a CIUDADANOS en NOMBRE de la SEGURIDAD y la INTELIGENCIA POCO INTELIGENTE”…asi se la han pasado los últimos 4 sexenios.


La imagen de la caricatura de “Paco Calderon” en El Norte,es otra potente sátira visual sobre la vigilancia estatal en México, representando a los “pájaros en el alambre” como aves con cámaras y ojos electrónicos en lugar de cabezas, sentadas sobre un cable rotulado “Ley de Telecomunicaciones”. 

El mensaje en el globo de diálogo —“Vamos a saber hasta cuando van al baño”— enfatiza el nivel de intrusión y el sacrificio de garantías individuales en nombre de la seguridad o el control estatal bajo componente militarizado.

Contexto y significado de “pájaros en el alambre”
En el argot mexicano, la frase “hay pájaros en el alambre” alude a la sospecha o certeza de que una conversación está siendo escuchada por terceros, tradicionalmente por el Estado o sus agencias de inteligencia que a través de los años han resultado en los hechos, muy poco inteligentes,mas alla de su celular inteligente,pues el fracaso sigue a la vista.

Esta expresión tiene décadas en el vocabulario político y social mexicano, y se ha normalizado como parte de una cultura donde la vigilancia —antes telefónica, ahora digital y masiva— es una constante.

Una condición que repiten todos los gobiernos
La vigilancia estatal no es exclusiva de un régimen o partido: es una práctica que trasciende gobiernos y épocas, adaptándose a las nuevas tecnologías. Desde la intervención de líneas telefónicas en los años 70 y 80, pasando por el espionaje político documentado en libros como “Los Periodistas” de Vicente Leñero, hasta el uso contemporáneo de software como Pegasus para espiar a periodistas, activistas y opositores, la vigilancia ha sido una herramienta de control y disuasión del disenso, mas que contra la inseguridad,el pretexto de siempre.

Sacrificio de garantías sin resultados visibles
Uno de los aspectos más criticados de estos sistemas de vigilancia es que la ciudadanía rara vez ve resultados tangibles en términos de mayor seguridad o justicia, pero sí experimenta la pérdida de derechos y libertades. 

La aprobación de leyes que permiten el acceso irrestricto y en tiempo real a bases de datos personales, sin supervisión judicial ni transparencia, como ocurre actualmente en México, transforma al Estado en un aparato de control poblacional incompatible con la democracia. Se justifica el sacrificio de la privacidad y la libertad en nombre de la seguridad nacional, pero los beneficios prometidos —reducción de la delincuencia, prevención de delitos— rara vez son comprobables o verificables públicamente.

Normalización y autocensura
La cultura de “pájaros en el alambre” genera autocensura y resignación social: se asume que siempre hay alguien escuchando, lo que inhibe la libertad de expresión y el ejercicio pleno de otros derechos. Este fenómeno no es privativo de México; ocurre en todo el mundo, como lo han demostrado los escándalos de vigilancia masiva revelados por Edward Snowden y las prácticas de gobiernos como el de Estados Unidos o El Salvador, donde el sacrificio de garantías no se traduce en transparencia ni rendición de cuentas, y sí en opacidad y abuso de poder.

Conclusión visual y política
La caricatura resume una realidad: la vigilancia masiva se instala y se normaliza bajo el argumento de la seguridad, pero en la práctica erosiona la democracia y los derechos fundamentales. Los ciudadanos, como los pájaros en el alambre, están siempre observados, pero rara vez informados o protegidos. 

El sacrificio de garantías individuales se convierte en la única certeza visible, mientras los resultados prometidos por los gobiernos permanecen fuera del alcance de la sociedad.

Con informacion: ELNORTE/PACO CALDERON/

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