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miércoles, 9 de abril de 2025

EL “CAPITAN y su BANDA”: EL “EJERCITO MILITARIZA el CORRIDO para LAVADO de COCO e IMAGEN para CAMBIAR la MUSICA SIN CAMBIAR el SISTEMA”…un parche mojigato y moralista en una herida social infectada.


En una base militar mexicana, el capitán Eduardo Barrón, conocido como “Eddy Barrón”, deja el rifle para tomar un micrófono y cantar al ritmo de un corrido, acompañado de una banda de soldados. 

“…Su música, publicada en plataformas como Spotify, exalta las virtudes del ejército, honra a los caídos y celebra a los padres orgullosos buscando una diferencia de los populares narcocorridos, que glorifican a los cárteles y sus líderes, Barrón busca ofrecer una alternativa positiva, promoviendo letras que destacan el compromiso y la valentía de las fuerzas armadas en un contexto donde los narcocorridos han sido objeto de censura y críticas gubernamentales”…ELPAIS.

Como ya se sabe,el gobierno de Mexico a cargo de Claudia Sheinbaum ,ahora promueve corridos con letras “edificantes” —centradas en amor, paz y respeto— como respuesta al escandalo provocado por Los Alegres del Barranco, quienes en marzo de 2025 rindieron un homenaje al Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante un concierto en Guadalajara. 

Este episodio, que incluyó proyecciones del criminal y referencias explícitas a su poder, evidenció la complicidad entre ciertos sectores musicales y el narcotráfico, pero también reveló la futilidad de las medidas gubernamentales para contener la glorificación del crimen organizado.

La doble moral de una estrategia fallida

La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, anunciada el 7 de abril, propone concursos musicales y alianzas con productoras para “transformar” los corridos tumbados. Sin embargo, este esfuerzo se topa con una realidad incómoda:

  • Los narcocorridos siguen dominando las listas de reproducción, con artistas como Peso Pluma y Natanael Cano liderando el género.
  • El homenaje al Mencho no fue un hecho aislado: en febrero de 2025, el mismo cártel financió eventos públicos en Jalisco, donde se distribuyó dinero en nombre del líder criminal y la FGR que prometio actuaron ha cumplido y ya le antecede una larga lista de promesas en fila.
  • La revocación de visas a Los Alegres del Barranco por parte de Estados Unidos y las investigaciones penales en México que nunca llegan a nada, son medidas reactivas que no atacan las raíces del problema: la normalización cultural del narco y la economía clandestina que sustenta estos espectáculos.

El capitán Barrón: ¿héroe o instrumento de propaganda?

Mientras el gobierno intenta lavar la imagen del género, el capitán Eduardo Barrón (“Eddy Barrón”) emerge como figura clave con sus corridos militares. Sus canciones, respaldadas por el Ejército, exaltan valores castrenses y buscan reclutar jóvenes. Aunque su enfoque evita la censura directa, resulta ingenuo creer que un género históricamente ligado a la resistencia popular pueda ser cooptado por instituciones estatales sin generar escepticismo.

  • Los videos de Barrón muestran soldados con equipo táctico y banderas mexicanas, una estética que contrasta con la crudeza callejera de los narcocorridos.
  • Su estrategia, aunque innovadora, no aborda la desconfianza hacia las fuerzas armadas, vinculadas a desapariciones,ejecuciones extrajudiciales,corrupcion y todo tipo de violaciones de derechos humanos bajo síntomas de colusión con el crimen en el pasado y el presente que ya cruzo el rio y la valla.

La hipocresía de “cambiar la música” sin cambiar el sistema

Sheinbaum insiste en que su campaña busca “darle la vuelta” a la apología del delito, pero esta retórica ignora dos aspectos clave:

  1. Los corridos tumbados son síntoma, no causa, de un México donde el narcotráfico ofrece oportunidades económicas ante la falta de alternativas legítimas bajo un gobierno claramente fallido y fallando.
  2. La censura selectiva (como prohibir conciertos) solo empuja el fenómeno a la clandestinidad, mientras se permite que figuras como Los Alegres del Barranco llenen en plazas públicas antes de ser sancionadas.

¿Mojigatería? 

Sí. Mientras el gobierno invierte en concursos musicales, no existe un plan integral para combatir la impunidad que permite a cárteles operar con libertad, ni para ofrecer opciones reales a jóvenes seducidos por el “glamour” del narco. 

La campaña parece más un lavado de imagen que una solución auténtica, especialmente cuando figuras como el Mencho siguen siendo referentes culturales en regiones enteras.

En resumen, la estrategia gubernamental —y su héroe musical Eddy Barrón— se asemejan a un parche moralista en una herida social infectada. Sin enfrentar la corrupción, la desigualdad y la complicidad institucional, cualquier intento de “redención” de los corridos será tan efímero como las letras que pretenden reemplazar.

Con informacion:DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/

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