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sábado, 6 de enero de 2024

"DE MAULEON y el PARTE de GUERRA": "LUCHA de BANDOS que NO ACABA EXHIBE de PUERCO ENTERO ASQUEROSA ENTREGA de AMERICO VILLARREAL al CRIMEN ORGANIZADO"...la evidencia habla y no habla bien.


Con una narrativa puntillosa  con rigor periodístico e informacion certera, el periodista de "El Universal" Hector de Mauleon, hizo un "breve balance desastroso" del des_gobierno de Morena que encabeza Américo Villarreal Anaya en Tamaulipas,con un "parte de guerra donde no nos informa todo, porque todo lo acontecido en 15 meses de ausencia de gobierno constituido y gobernanza narca de facto,seria interminable, aunque una mirada al "con_trato de Americo con Escorpiones", podria abonar aun mas a la punible complicidad del gobernante de moral laxa que "nos salió muy golfo".


Héctor de Mauleón,quien fue quien exhibio al hoy gobernador de Tamaulipas,cenando con capo zeta que luego desapareció para no volver a aparecer,  solo hace un breve pero escandaloso recuento de los múltiples hechos delictivos que azotaron a Tamaulipas solamente en la segunda mitad del diciembre pasado, en los que se abandonaron cuerpos, se encontraron casas de exterminio, hubo choques de "moustros",bloqueos carreteros,ataques armados, balaceras y el mas reciente secuestro de 32 migrantes, que exhibieron la pésima respuesta del gobierno del Presidente Andres Manuel López Obrador ,y dejaron muy mal parado al gobierno asquerosamente entregado al crimen organizado.


"Que dice que dijo y como lo dijo:"

"...El 12 de diciembre pasado, ocho cadáveres aparecieron apilados en una calle del municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas. Automovilistas que circulaban por la zona grabaron los cuerpos en los que se apreciaban impactos de bala y tiros de gracia.Cuando las autoridades llegaron al lugar, los cadáveres habían desaparecido. En la tierra sólo había varias manchas de sangre. 



Días antes, un colectivo de madres buscadoras descubrió en Reynosa, precisamente, una casa de exterminio en la que varios hombres habían sido incinerados y sepultados. 


Al mismo tiempo, la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturrosas, informaba en sus redes sociales sobre un enfrentamiento al poniente de esa ciudad, y llamaba a la ciudadanía a no circular por las calles.Ese mismo día una balacera paralizaba la colonia azteca en el municipio de Río Bravo. 


El mismo 12 de diciembre en que los cadáveres que luego desaparecieron fueron grabados en San Fernando, las actividades se paralizaron en el municipio de Llera, en donde se habían registrado varios ataques armados. Las clases se suspendieron en los tres niveles de educación. En los mismos días ardieron otras regiones de Tamaulipas. Tras una balacera en la carretera Ciudad Victoria-Matamoros, grupos criminales arrojaron ponchallantas sobre el camino y resultaron averiados vehículos de carga y autos particulares. 
En el tramo San Fernando-Carboneras, se dieron narcobloqueos y quema de vehículos y a lo largo de seis horas ninguna autoridad se presentó. En Ciudad Victoria se reportó que una camioneta perseguía un autobús foráne. El ómnibus logró alcanzar la central camionera de Ciudad Victoria.

Ahí, el operador fue agredido a cachazos y los pasajeros amenazados de muerte. Lo que siguió fueron días de enfrentamientos y bloqueos en San Fernando y Reynosa. En esos días, un militar perdió la vida en un enfrentamiento ocurrido en Nuevo Laredo, frente a una plaza comercial, y el policía Miguel Francisco Bustamante fue asesinado en Reynosa. 



El vocero de seguridad, Jorge Cuellar, culpó al PAN de difundir los hechos delictivos para sacar provecho político. Mientras tanto, en San Fernando fueron encontrados, abandonados en un ejido, tres vehículos de los llamados "Mounstros", uno de los cuales había sido calcinado. 


En sólo unos días de diciembre, y frente al silencio absoluto del gobierno del morenista Américo Villarreal, la violencia asoló Tamaulipas, un estado donde la delincuencia opera en el 100% de los municipios y en donde se han dado la mitad de los enfrentamientos que el ejército mexicano ha sostenido con civiles armados durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. 


No hay semana en que no desfilen por los medios de comunicación los nombres de los grupos criminales que dominan la entidad. Los escorpiones, los metros, los Zetas, el cártel del golfo, el cártel del noreste, la tropa del infierno. 


Como se ha documentado una y otra vez, no hay un centímetro de Tamaulipas que no esté en poder del crimen.


En el último año, las disputas por el control del Estado crecieron 25%. Algunos de los grupos más activos, los escorpiones y los metros, se acusan mutuamente de tener vínculos y gozar de la protección del gobierno de Américo Villarreal. 



En ese contexto se dio el secuestro, el pasado 30 de diciembre, de 32 migrantes que en un autobús de la línea Zenda recorrían la carretera Reynosa-Matamoros y que fueron interceptados por hombres cubiertos por pasamontaña. A lo largo de tres días, las autoridades dieron versiones confusas e incluso tardaron en confirmar la desaparición. 


Hoy se sabe que los migrantes fueron repartidos en cinco camionetas y llevados a diferentes domicilios donde se les retuvo y donde se hicieron las llamadas de extorsión para sus familiares. Como se sabe, la presión ejercida por los medios, el escándalo que se desató, obligaron a los criminales finalmente a liberar a los secuestrados.

El gobierno de López Obrador trató de vender esa liberación como un éxito de colaboración entre la Sedena, la Guardia Nacional y la Policía de Tamaulipas. 



Pero la mentira duró sólo unas horas. Trascendió con una llamada anónima había señalado el lugar donde los migrantes iban a ser liberados. Mientras el vocero del presidente y la secretaria de gobernación se paraban el cuello presumiendo el supuesto rescate de las víctimas, el secuestro de migrantes seguía ocurriendo en otros puntos del estado. Según la diócesis de Matamoros, a las casas de migrantes que hay en el estado llegan noticias de 10 a 15 secuestros diarios, más de 450 al mes, más de 5.000 al año. 


Tamaulipas es la suma del fracaso de López Obrador en materia de seguridad. Al arribar a los últimos meses de su gobierno, las cuentas que el presidente tiene que entregar se miden en muertos, en secuestros, en extorsiones, en balaceras, en persecuciones, en enfrentamientos.

Todo lo que su gobierno legó a la vida diaria de los tamaulipecos...

Con informacion: Hector de Mauleon/Latinus

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