Una vez más, Michoacán fue convertido ayer en zona de guerra en plena vía pública por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos.Por una parte, en Aguililla, el Alcalde del PVEM, César Arturo Valencia, fue asesinado pese a la presencia de cientos de militares y policías estatales.
Por la otra, en Parangaricutiro, autodefensas y sicarios convirtieron la explanada municipal en su campo de batalla, dejando al menos cinco muertos y más de 10 criminales desaparecidos.
En Aguililla, punto clave para la siembra de drogas, el Alcalde fue asesinado alrededor de las 15:30 horas, cuando estaba en su vehículo estacionado a un lado de la Unidad Deportiva, a menos de 10 cuadras del Palacio municipal.
Desde el pasado 9 de febrero, el municipio se encuentra lleno de efectivos del Ejército y Policía de Michoacán, tras más de un año de mantenerse incomunicado por constantes narcobloqueos de la vía Apatzingán-Aguililla.
Del 2019 a la fecha, Aguililla ha sido el escenario del multiasesinato de 13 policías y de dos militares, de narcobloqueos con vehículos incendiados, carreteras destrozadas y ponchallantas, así como de ataques con drones, explosivos, granadas y hasta minas antipersonas.
Valencia participaba en la Comisión de Pacificación de Aguililla, que se instaló desde julio del 2021 y en la que también están el Ejército, la Guardia Nacional, la Secretaría de Bienestar, el Gobierno estatal y la Iglesia católica.
A los hechos de Aguililla se sumó ayer el enfrentamiento a balazos entre autodefensas y sicarios de Cárteles Unidos en Nuevo San Juan Parangaricutiro, a unos 2 kilómetros de Uruapan y a 122 kilómetros de la capital, Morelia.
Los cinco cuerpos fueron encontrados tirados dentro del Palacio Municipal y en la explanada tras la balacera que inició desde las 8:00 horas.
Los pobladores reportaron ráfagas de alto calibre, movilizaciones de camionetas blindadas y de "monstruos" (vehículos blindados) que fueron utilizados por Cárteles Unidos para intentar apoderarse de la cabecera municipal, pero fueron enfrentados por grupos locales vinculados al CJNG.
Fue hasta las 9:30 horas que integrantes de Guardia Nacional, Ejército y Fiscalía estatal pudieron ingresar al poblado, tras el permiso de líderes comunales.
Inicialmente se reportó un muerto, pero, luego del ingreso de las fuerzas federales, pobladores lincharon a sicarios ya desarmados, por lo que la cifra subió a cinco muertos.
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