Miguel Ángel Félix Gallardo, el Jefe de jefes, se niega a pagar 20 millones 810 mil cuatro pesos con ochenta centavos correspondientes a la reparación del daño por el asesinato de quien fuera agente de la Administración del Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, Enrique Camarena Salazar, y del piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, ambos ejecutados en 1985.
El ex líder del Cártel de Guadalajara apeló la sentencia que lo obliga a indemnizar e interpuso un recurso de revisión en el Juzgado Sexto de Distrito de Amparo en Materia Penal de Jalisco, con residencia en Zapopan, que ahora ha llegado a manos del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, según registros oficiales consultados por Infobae México.
UNA LACRA DETUVO OTRA LACRA:
Esta última instancia resolverá si ratifica la decisión de no proteger al Jefe de jefes o, por el contrario, lo ampara ante la suma millonaria que le fue impuesta, tras ser condenado a 37 años de prisión el 27 agosto de 2017 por ambos asesinatos, cuando ya llevaba casi tres décadas encerrado.
Desde el 28 de septiembre del 2021, el juez Luis Miguel Pérez Carranza resolvió que no se amparaba a Félix Gallardo, momento en que se permitieron labores en la dependencia a la que está adscrito, según expuso. Se trató de la segunda negativa, luego de aquella notificada el 30 de octubre de 2018 por Yolanda Cecilia Chávez Montelongo, entonces jueza del Sexto Distrito de Amparo en Materia Penal de Jalisco.
Ya han sido dos amparos negados al capo desde 2018 (Foto: CJF)
El amparo indirecto se presentó el 9 de julio de 2018 reclamando la resolución del 19 de junio del mismo año. Desde entonces se ha diferido y resuelto contra el acusado. Previamente, Félix Gallardo había sido emplazado a pagar por el secuestro y asesinato del piloto como el de Kiki Camarena de la DEA.
Según el ex líder criminal, el juez que lo condenó nos competente para resolver la sentencia que se le impuso con Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, los otros imputados en el caso. Pero le reviraron con argumentos sobre el alcance especializado.
Con ello, el Jefe de jefes acumula procesos judiciales conocidos en menos de una semana, pues el pasado 30 de diciembre, otro juez federal rechazó la solicitud de amparo presentada por su defensa en la búsqueda por prisión domiciliaria, después de su arresto en 1989.
Miguel Ángel Félix Gallardo ha argumentado que se encuentra en un mal estado de salud, lo cual fue sostenido por José Antonio Pérez Juárez, director General de Prevención y Reinserción Social del Estado de Jalisco.
Pero el juzgador del Noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México rechazó procesar la solicitud presentada el pasado 22 de noviembre del 2021, pues no se logró distinguir con claridad cuáles eran las razones del oficio que le entregaron los abogados del capo.
El narcotraficante ofreció una entrevista a Telemundo en agosto pasado, en la cual aseguró que su estado de salud es delicado (Captura: Telemundo)
El narcotraficante asegura que no se valoró adecuadamente su salud, pues a los 75 años sufre de diversos padecimientos; lo cual lo llevó a asegurar que se están violando sus derechos humanos, ya que se le está discriminando.
Entre los padecimientos que enfrenta se encuentran la pérdida de visión en un ojo y cataratas en otro, baja sensibilidad auditiva, reflujo, hernias y micro infartos cerebrales.
El Jefe de Jefes fue capturado el 8 de abril de 1989 en Guadalajara y posteriormente procesado por el asesinado de Kiki Camarena, quien fue secuestrado, torturado y asesinado en 1985 por miembros del Cártel de Guadalajara, una de las organizaciones criminales más poderosas de aquélla época.
Supuestamente, el ataque contra el integrante de la DEA fue en represalia por sus actividades como agente infiltrado que llevaron, entre otros golpes, al decomiso de más de 10 mil toneladas de marihuana, en el rancho del Búfalo, Chihuahua, causándole pérdidas millonarias a Caro Quintero.
Fue en agosto del año pasado cuando Félix Gallardo compareció por primera vez ante la prensa y entonces dijo que su familia ya alistó su funeral, debido al deterioro que enfrenta a su edad.
Desde el penal de Puente Grande, en Jalisco, se mostró sordo, ciego, afectado por neumonía y con el brazo roto. Lejos quedaron sus negocios que le permitieron una fortuna de 500 millones de dólares, así como un patrimonio de 50 casas y 200 ranchos.
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