Por sus vínculos históricos con figuras como Felipe Calderón, Salinas de Gortari y Cabeza de Vaca, el panista Roberto Gil Zuarth es el blanco perfecto en la narrativa anticorrupción del presidente López Obrador.
De acuerdo con versiones periodísticas, Gil Zuarth está en la mira de la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía Anticorrupción, las cuales investigan depósitos y egresos por alrededor de 63 millones de pesos hacia una cuenta bancaria de un despacho legal vinculado con el panista.
Los depósitos, indica el diario Reforma, fueron registrados en 2012, justo cuando Gil Zuarth se desempeñaba como coordinador de la campaña presidencial de la entonces candidata panista, Josefina Vázquez Mota.
Pero detrás de esta ofensiva existe un contexto político que convierte al chiapaneco en un objetivo ideal para la 4T.
Primero, porque ha sido una de las figuras políticas más cercanas al expresidente Felipe Calderón. Como su secretario particular al final de su sexenio, Roberto Gil Zuarth se encargó de incidir por el entonces presidente de la República en el War Room de Vázquez Mota.
Segundo, porque Gil Zuarth es referido como uno de los operadores de los intereses compartidos del PAN y el PRI en el sexenio de Calderón: desde las negociaciones legislativas con el binomio Beltrones-Gamboa hasta asuntos particulares señalados en versiones periodísticas como negocios vinculados a permisos de la Secretaría de Gobernación.
En particular, se han señalado conexiones con el entorno de Carlos Salinas de Gortari. La denuncia que presentó el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, en junio de 2020 intentó establecer una relación inferencial entre Roberto Gil, Carlos Salinas y la empresa Tradeco.
Se trata de la misma denuncia que conecta a un grupo de senadores “calderonistas“ con un presunto esquema de sobornos para aprobar la reforma energética en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Este grupo incluye a perfiles como el gobernador saliente de Querétaro y actual aspirante a la presidencia nacional del PAN, Francisco Domínguez.
El tercer y último punto que fortalece el atractivo de Gil Zuarth como objetivo de la 4T es su férrea defensa al polémico gobernador de Tamaulipas, el también panista Francisco García Cabeza de Vaca, otro ex senador calderonista señalado en la trama de sobornos de la reforma energética y quien enfrenta una investigación de lavado de dinero en la Fiscalía General de la República. El antagonismo del gobernador con la 4T es público y notorio.
Aunque Gil Zuarth ha negado categóricamente ser socio o asesor formal de García Cabeza de Vaca, fuentes cercanas al gobernador sostienen que existe una relación cercana entre ambos.
Poco después de las revelaciones sobre los presuntos depósitos irregulares durante la campaña presidencial de 2012, el ex senador panista rechazó la veracidad de la información publicada y condenó los ataques “hechos desde el encono personal”. Pues cabe recordar que su ex esposa, la consejera del INE Carla Humphrey, es ahora pareja sentimental del titular de la UIF, Santiago Nieto.
Así, es que Gil Zuarth regresa a los titulares de la prensa nacional como uno de los principales objetivos de la 4T.
Porque con ese historial político -además de personal- el panista enfrenta una situación complicada.
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