Socios de toda la vida, miembros de la organización Sinaloa, los Zambada y los Dámaso tomaron caminos distintos desde las capturas y delaciones de unos contra otros.
Pero después de años en las cárceles americanas, sus juicios siguen la misma ruta de retrasos y prórrogas, donde los jueces alegan complejidad para continuarlos o hasta la pandemia se señala como pretexto para mantener los procesos judiciales en su contra. Tanto como en el juicio de Ismael Zambada Imperial, el Mayito Gordo, como en el de Dámaso López Serrano, el MiniLic, las razones que fiscales y jueces dan a conocer documentalmente coinciden: los procesos están estancados desde hace más de un año.
El ‘MiniLic’
Apenas el 8 de enero pasado se pospuso de nuevo una audiencia preliminar en el proceso judicial en Estados Unidos contra Dámaso López Serrano, y que estaba programada para el 21 de enero de 2021. Se reprogramó para el próximo 11 de marzo.
Sería la décima vez que se pospone una audiencia en contra del MiniLic. Todo cambió en marzo de 2018 cuando acusó a más de 100 integrantes de la organización a la que él mismo pertenecía, el Cártel de Sinaloa, como se menciona en los documentos judiciales de los Estados Unidos. A partir de entonces todo se volvió oficios para posponer audiencias, reprogramarlas y volverlas a posponer.
El MiniLic tenía apenas ocho meses detenido cuando empezó a delatar a sus ex socios o miembros de la organización junto con su padre. El 27 de julio de 2017 por la mañana llegó solo al puesto fronterizo con Calexico, se identificó ante el agente de migración y lo escoltaron ante varios agentes de la DEA que ya lo estaban esperando. Once días después, el 11 de agosto, respondió al juez de la Corte de San Diego, California, que no era culpable de los cargos que le imputaban: introducción de drogas y lavado de dinero.
Dámaso López Serrano cambio de parecer en enero de 2018 y aceptó la culpabilidad de los cargos que le imputaban los fiscales americanos, con una diferencia que se conocería en marzo de ese año: delataría a 125 miembros de la organización Sinaloa, entre ellos Ismael Zambada Sicairos, el Mayito Flaco e Ismael Zambada Imperial, el Mayito Gordo. También están en la lista los hijos de Joaquín Guzmán, los Chapitos, entre otros de distintos rangos y funciones.
Los fiscales Adam L. Braverman y Matthew Sutton, esperan pruebas para fortalecer acusaciones contra quienes enfrentan acusaciones en Estados Unidos, y llegado el caso que el mismo López Serrano podría aportar su testimonio contra narcotraficantes en careos judiciales.
Desde entonces, la declaración de culpabilidad y la aceptación de acusar a otros miembros, en marzo de 2018, las audiencias preliminares se han pospuesto una sobre otra. Lo único posible de saber sobre el MiniLic, casi tres años después, es donde se encuentra preso, aún cuando constantemente es reubicado por temor a represalias de integrantes del Cártel de Sinaloa, que supuestamente han contratado pandillas para que lo golpeen “y le rompan la cabeza”, dentro de la prisión.
El MiniLic está ubicable, a diferencia de su padre, Dámaso López Núñez, quien desapareció del Buró de Prisiones desde que declaró contra el Chapo en el juicio en Brooklyn. Dámaso padre desde entonces desapareció del padrón de prisiones que el gobierno americano mantiene como una base de datos abierta para consultas.
La semana pasada se cumplió un año que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, Feadle, solicitó la extradición a México de López Serrano, luego de obtener una orden de aprehensión en su contra como autor intelectual del periodista Javier Valdez, asesinado el 15 de mayo de 2017, apenas dos meses antes de que se entregara a la DEA en Estados Unidos.Ricardo Sánchez, el Fiscal especial, explicó hace un año a Ríodoce la situación del MiniLic:
“Tiene que acabar su proceso (en Estados Unidos), tiene que tener una sentencia, eso es fundamental y eso está establecido en el tratado; lo que hay es un caso de excepción que si él ya está juzgado allá, ya tiene su condena, nos los pueden enviar, lo podemos juzgar y se lo regresamos nuevamente para que siga purgando su pena allá, nos lo mandan nada más para que los juzguemos y se lo regresamos nada más para que termine su pena allá antes de empezar a compurgar su pena acá”.
“Pero si es un proceso, no esperemos una resolución en los próximos meses, eso es algo que hay que decirlo con todas sus palabras, es algo que puede tomar un año, dos años y dependerá de Estados Unidos qué negociación haya tenido con Dámaso”.
Un año después de la orden de aprehensión del juez mexicano, todo sigue congelado: El proceso contra Dámaso López hijo que lleva los Estados Unidos, incluso el avance de las delaciones como testigo protegido haya hecho a los fiscales americanos o a las agencias, y por también las peticiones del gobierno mexicano para interrogarlo o extraditarlo en su caso.
El ‘Mayito Gordo’
Los mismo pasa en los procesos judiciales contra los dos hijos de Ismael Zambada presos en Estados Unidos. Prórrogas y suspensiones. La más reciente por sospechas de contagio de Covid.
Ismael Zambada Imperial, conocido como Mayito Gordo, según documentos del Departamento de Justicia (USDOJ), se cree estaba contagiado por el coronavirus, se lee en el expediente 14-cr-00658, radicado en el Distrito Sur de California, y fechado desde noviembre 17 de 2020, “la necesidad de prórroga ha superado el mejor interés del público y del acusado, y lo mejor es suspenderlo a tener un juicio rápido”.
Agrega también que “el Tribunal determina además que el hecho de no conceder una prórroga privaría a todos los abogados (el Gobierno y la defensa) del tiempo razonable necesario para una preparación eficaz, a pesar de su debida diligencia, y resultará en la inutilidad de los procedimientos”, señala el documento firmado por la jueza Dana M. Sabraw, en poder de Ríodoce.
Justo en las fechas de estas diligencias judiciales se cumple un año de que el Mayito Gordo se declaró inocente de los cargos que lo acusa el gobierno americano –en diciembre de 2019-, entre ellos conspirar para importar y distribuir metanfetaminas, cocaína, heroína y mariguana.
Zambada imperial había sido detenido en 2014 por la Marina Armada de México en un operativo en la sindicatura de El Salado, Culiacán, Sinaloa, corazón de las operaciones de su padre. Y cinco años después perdió todos los amparos que impedían su extradición a los Estados Unidos.
Cumplido un año en las prisiones americanas, el Mayito Gordo solo ha tenido dilaciones en su proceso por una u otra razón, la última muy ambigua porque las fuentes del USDOJ no determinan con precisión si el Mayito Gordo estaba infectado o no de Covid, y sólo se limitaron a decir que eran sólo algunos de los casos que se habían suspendido debido a la contingencia sanitaria.
El receso es largo y sostenido, la prorroga está desde el 30 de marzo de 2020, y el argumento era entonces que se trataba de un caso “complejo y excluido”, y que apresurarlo podía “resultar en un error judicial”. Y ahora, la Covid.
El proceso judicial de Zambada Imperial sigue la ruta que en su momento marcaron los casos de Vicente Zambada Niebla (medio hermano del Mayito Gordo), Serafín Zambada Ortiz (también medio hermano), y Reynaldo Zambada García (su tío), en donde las audiencias preliminares se fueron extendiendo, y al final al menos el Zambada Niebla y el Rey habrían llegado a acuerdos con la fiscalía estadounidense integrándose al programa de testigos protegidos, mientras que Serafín, quedó libre desde septiembre de 2018.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: