“¡Qué chingones, donde sale mal es que Monreal se metió!”. Así, con molestia, se escuchó al coordinador de Morena en el Senado hablar “en corto” con algunos reporteros en los pasillos de esa Cámara. Se refería a la tormenta que provocó la postulación de Félix Salgado Macedonio como candidato morenista a la gubernatura de Guerrero.
Ricardo Monreal se ha negado a fijar una posición pública sobre ese tema, a pesar de la insistencia de los periodistas. “No me voy a meter en las cosas del partido, suficiente trabajo tengo aquí”, ha reiterado una y otra vez. Pero sus cercanos afirman que la postulación de Salgado y de su hermano, David Monreal, a la gubernatura de Zacatecas, fueron los únicos logros obtenidos por el coordinador parlamentario en el reparto de candidaturas al interior de Morena.
A pesar que el presidente soltó la expresión “¡ya chole!” al referirse al candidato que enfrenta acusaciones de violación en los tribunales, el tema crece como la espuma, ante las protestas de los diversos sectores, que ya alistan marchas y manifestaciones para hacer escuchar su inconformidad, porque no se ponen en los zapatos de las víctimas y, lejos de sancionarlo, están por consolidar su poder.
LA FRASE CON DEDICATORIA
El presidente no sólo soltó una frase al aire, envió también un mensaje de fondo en esta mañanera: “En épocas de elección, los rivales, los que quieren el mismo cargo, se dice en política que se es amigo hasta que no se compite por el mismo cargo”.
¿Sería este el caso?, le preguntaron… “Es que hay quienes están muy interesados, unos que quieren el cargo y otros que no quieren que un partido determinado gane y buscan debilitarlo”.
¿Para quién era el mensaje? En la oficina de la Presidencia lo escucharon decir con claridad al término de su conferencia: “A ver si así entiende Irma Eréndira”.
Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, cuyo hermano, Pablo Amílcar, fue derrotado por Salgado Macedonio en la encuesta de Morena, no ha sido requerida en las últimas semanas para participar en “las mañaneras”. No se le ha visto, como antes, en ese escenario en el que acompañan al presidente sus principales colaboradores.
Lo molestia familiar se hizo notar cuando John Ackerman, su esposo, no aguantó y criticó inmediatamente en sus redes sociales la falta de democracia interna en Morena, al haber declarado ganador de la encuesta en Guerrero a Salgado Macedonio.
El presidente percibe “fuego amigo” en el escándalo que ocupa cada vez mayores espacios en la opinión pública.
En el mismo interior de Morena hay fuerte división al respecto. El senador Germán Martínez de plano pidió que se retire de la candidatura voluntariamente, a pesar de que lo apoyaba en su objetivo. Sin embargo, lo hace con el argumento de que no continúe poniendo en entredicho a Morena y lo que ese partido ha trabajado a favor de las mujeres.
Sus compañeros del Senado y la Cámara de Diputados más bien permanecen callados, en espera de lo que decida la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) del partido y el propio líder moral de Morena (AMLO).
DUELO DE CORRIENTES
Además, dentro, se enfrentan dos corrientes. Los “puros” encabezados por la secretaria general, Citlalli Hernández, quien reconoció a las víctimas y sus derechos. En esa corriente se identifica a otros personajes, como Bertha Luján, Martí Batres, la senadora Guadalupe Antares, así como cercanos a Irma Eréndira. Del otro lado, Mario Delgado y sus allegados.
Justo por eso, en este enredo político, Monreal dice que no hará una declaración pública a favor o en contra de Félix Salgado. No quiere que un bando lo acuse de que “Monreal lo fregó” o el otro bando señale “se impuso Monreal”. Cabe recordar que la familia Ackerman-Sandoval ha hecho públicas sus diferencias también con el coordinador en el Senado.
En este tema, de cualquier forma, parece que el presidente ya decidió que la candidatura de Salgado es un hecho inamovible.
Mientras la candidatura en Guerrero atrae todos los reflectores, también hay personajes que recobran o arrebatan de regreso lo que consideran su territorio, como “los Bejaranos”, que con la postulación de Dolores Padierna están por tener de vuelta las riendas políticas de la alcaldía Cuauhtémoc, en la que hay grandes negocios, dinero, intereses y corrupción. Monreal había logrado limpiarla de la redes bejaranistas cuando fue delegado. Hoy están de vuelta y van por todo. Este movimiento puede ser clave para decidir la próxima candidatura a la Jefatura de Gobierno de la CDMX.
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