"MEDICOS SIN FRONTERAS" BATALLAN MAS en REYNOSA que en AFGANISTAN ...la principal tarea es sobrevivir junto a ciudadanos.

En las parroquias de San Pedro, San Pablo y San Juan de los Lagos ubicadas en Reynosa, Tamaulipas, no sólo se reza, también son atendidas las víctimas de la violenciaque prevalece en la zona. La atención médica no es proporcionada por curas ni doctores del sistema de salud estatal, sino por el equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), organización internacional que desde febrero de 2017 arrancó en el lugar un proyecto de servicios de salud como consecuencia del recrudecimiento de la violencia entre organizaciones criminales, entre 2006 y 2012.

El programa inició en los hospitales de Nuevo Laredo (2013) y Reynosa (2014), pero detectaron que éstos se encontraban saturados y que su atención se limitaba a pacientes que llegaban por su propio pie, por lo que cambiaron su estrategia y decidieron salir a las comunidades a buscar otros pacientes.

“De cinco a seis de la tarde los pobladores desaparecen por un toque de queda autoimpuesto que los lleva sólo del trabajo a su casa y viceversa. Ante el resguardo de la población, se pierde todo contacto para actividades comunitarias o juegos con niños”, narra Juan Carlos Arteaga, director de salud mental de MSF en México y América Latina.

La situación empeora si las balaceras o ejecuciones entre grupos del crimen organizado ocurren por la mañana: las iglesias cierran sus puertas, los colegios alteran sus horarios y a las colonias se les mira desoladas.

“Los pacientes cuentan que no pueden dormir, no tienen apetito y hay un temor excesivo a salir. Esto les genera cuadros de depresión, ansiedad y estrés postraumático por eventos violentos”, enlista.

Vincent Crete, de origen francés y coordinador de proyectos de MSF, cuenta que antes de llegar a Reynosa como coordinador logístico en zonas de riesgo, integró un equipo de trabajo en Afganistán. Su misión era quedarse en Tamaulipas durante un año, pero la violencia que prevalece en la zona lo llevó a solicitar su relevo por agotamiento: “La tensión te cansa y, en este caso, la deAfganistán es similar a la de Reynosa. Porque si algo he entendido es que aquí los habitantes de este municipio sobreviven. Y nosotros también nos adaptamos a sobrevivir con ellos”.

Recuerda cómo iniciaron su labor en la entidad: “Fue con un consultorio fijo en la colonia Pedro J. Méndez. Luego nos ampliamos a zonas vulnerables. Son dos casas de migrantes, una asociación religiosa ubicada en una colonia con alto índice delictivo y una parroquia en la zona de maquilas. Brindamos atención médica, sicológica y trabajo social”.

Pero en todos los casos duele la realidad con que se topan: “Aunque quisieran, los pobladores no se pueden ir de aquí. Y aun con tratamiento siguen expuestos a la violencia, así que les enseñamos a identificar síntomas físicos y de salud mental para que, en caso de recaer, busquen ayuda”, afirma.

El tamaño del problema

En Reynosa, MSF ha atendido a más de 3 mil 64 pacientes entre septiembre de 2017 y febrero pasado. De estos, 68% fue por atención sicológica, una tendencia reveladora en términos de salud mental. “A cada paciente le ofrecemos de cinco a 10 sesiones de terapia en un lapso de dos a tres meses porque, si bien no podemos solucionar las causas de la violencia, sí podemos ayudarles en términos de sus consecuencias”, reconoce Crete.

Recién llegados a esta ciudad, un equipo de especialistas recorrió las calles. Encontró a un comerciante que les habló de la desconfianza que sentía por cualquiera, incluso por el de al lado. Fue así como la organización visualizó una población invisible, urgente de atención.

“La gente viene porque la consulta es gratuita, pero al entrevistarlos encontramos que son víctimas de violencia. El 28% padece depresión y 21% ansiedad ¿Cómo recetarlos? Si a veces ellos mismos desconocen que sus síntomas son consecuencia de ello. Por eso les atendemos y, en caso de ser necesario, sugerimos acudir con un profesional que les ayude a reducir su insomnio y estrés”.

Caminar en las comunidades les permitió llegar a puntos como iglesias, escuelas y maquilas donde expusieron su oferta de salud que se caracteriza por ser independiente del gobierno estatal. Si bien la propuesta tuvo eco entre los habitantes, Juan Carlos Arteaga cuenta que no pudieron evitar ser cuestionados por probables grupos criminales:

“Al inicio se acercaban camionetas, preguntaban qué estábamos haciendo. Dimos el mismo mensaje que a la comunidad: que somos equipos de salud neutrales, imparciales, ajenos a la autoridad estatal, que brindamos atención a todo tipo de población, incluso a ellos en caso de necesitarlo.”

La respuesta de la camioneta fue simple: se retiró sin más. Sin embargo, MSF está consciente de que en las colonias donde ingresa podría haber gente vinculada al crimen organizado, “pero como operamos bajo reglas de estricta confidencialidad, en caso de tener algo así, no lo comunicaríamos”, afirma Vincent Crete.

Tener la aceptación de la comunidad, dicen ambos especialistas, les protege. Aunque eso no significa evitar tomar las precauciones para trabajo en la calle como monitoreo de redes sociales, medios de comunicación, contacto con autoridades y las propias comunidades. En conjunto, esta información les permite monitorear todos los días, hora por hora, cualquier imprevisto en los lugares marcados por su agenda de trabajo.

“Si hay algún peligro, lo más seguro es quedarse en oficina. De ser necesario, tomamos medidas para evitar riesgos con los equipos que anden en calle.

“Lo más importante es no ser paranoicos, pero sí mantenernos atentos y tomar precauciones para mantenernos a salvo. Ha habido casos en los que, lastimosamente, hemos tenido que cancelar visitas a algunas comunidades, aunque intentamos no hacerlo porque sería el colmo no atender a víctimas de violencia por registrarse situaciones de violencia” precisa Crete.

Algunos integrantes del equipo de MSF en Reynosa también han sentido miedo de la violencia en el lugar. La primera regla de su protocolo interno de intervención es no difundir su propio estrés al resto del equipo sino, por el contrario, comunicarlo a sus superiores a fin de recibir atención inmediata.

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