En 2013, México tuvo la mayor crisis de secuestros de los últimos 20 años, al registrar una tasa nacional de 1.43% por cada 100 mil habitantes, la máxima desde 1997. Al año siguiente se lanzó la Estrategia Nacional contra el Secuestro y cuatro años después la tasa nacional disminuyó hasta en 0.93 por ciento. Ahora, el riesgo es que estos crímenes repunten si no se da continuidad a la estrategia.
Aunque a la fecha hay tres estados con una tasa por encima de la media nacional: Tamaulipas, Veracruz y el estado de México, en las cifras oficiales y en la evaluación de organizaciones de la sociedad civil como Alto al Secuestro y el Observatorio Nacional Ciudadano, el trabajo encabezado por la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase) ha hecho posible aminorar los secuestros. De 2014 a 2017, la cantidad de personas privadas de su libertad a nivel nacional disminuyó un 24.3 por ciento.
Pero en palabras de Patricia Bugarín Gutiérrez, titular de la Conase, el riesgo de que este delito repunte es posible si el nuevo gobierno determinara desestructurar las 33 unidades especializadas contra el secuestro que hoy tienen un trabajo especializado y operan en todo el país.
CURRÍCULUM. Antes de ser comisionada nacional antisecuestros, Patricia Burgasín Gutiérrez fue subprocuradora de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada en PGR
“El riesgo existe (de que aumente el secuestro). El primer riesgo que vemos es en los cambios de gobierno y de fiscalías, que se deje de observar a las unidades especializadas como áreas necesarias, que se desestructuren o que incluso, digamos, se eliminen sin tener conocimiento de toda la inversión que se les ha hecho en tiempo, en capacitación y recursos. Un cambio puede detonar la desaparición de una unidad y esto significa que también, como si fuese una explosión exponencial es que quien llegue desconozca cómo se viene trabajando”, advirtió en entrevista con ejecentral.
¿Hay voluntad del gobierno electo de continuar con la estrategia antisecuestro?
—Yo pienso que sí, no hemos tenido una disposición o un comentario contrario. Habrá cambios seguramente en estructura, tal vez hasta de ubicación, o sea, creemos que están tomando conocimiento, ya estamos con el trabajo de transición, pero sería lo más esperable, una estrategia no puede permanecer inalterable, tiene que irse ajustando, cambiando”.
Especialización y prevención
El éxito alcanzado por la Conase, detalló Bugarín, ha consistido en la constancia y perseverancia que han hecho en conjunto los estados con la federación. De no existir esta coordinación se estaría ante “un panorama de intentos y esfuerzos aislados”.
Ahora, se busca el seguimiento al proceso de reinserción social de las víctimas y sus cercanos (familia, amigos, compañeros laborales); así como conocer el estatus de aquellos que ya fueron sentenciados por secuestro y están cumpliendo una condena, son parte de los aspectos que pretende impulsar la coordinación antisecuestro.
Patricia Bugarín sostuvo que el fortalecimiento al interior de las unidades antisecuestro debe ser una constante debido a que en los últimos cuatro años la experiencia ha mostrado que el secuestro se trata de un delito “interestatal”. En un solo caso puede haber tres entidades involucradas, la víctima puede estar secuestrada en un estado, la familia se encuentra en otro y una tercera entidad es donde están haciendo el cobro del rescate.
“Si no estuviéramos comunicados permitiéramos que la delincuencia se movilice con libertad y hoy en día en el tema de secuestro esto no pasa”, explicó la titular de la Conase.
Incluso, señaló, hay entidades donde la alta incidencia del secuestro y las problemáticas derivadas de su situación geográfica ha propiciado que además de la unidad especializada cuenten con subsedes como es el caso de Tamaulipas, donde existen más subsedes antisecuestro en el país, ubicadas en Reynosa, Victoria, Tampico, Mante y Nuevo Laredo.
“El problema es que tenemos diferentes características incluso hasta geográficas. No es lo mismo un secuestro que ocurra en una ciudad a que ocurra en zona como Veracruz, Tamaulipas o Tabasco donde por las condiciones geográficas, una víctima la pueden estar cambiando en horas de sitio, no sólo es un reto de investigación y tecnología es un riesgo de vida para la víctima de soportar las condiciones en que la están movilizando que puede ser sierra, selva, monte, humedales o incluso zona de pantanos que nos han movido víctimas.
“Hoy tenemos tres estados que todavía están arriba, han bajado sí, pero siguen estando arriba de la media. Esos son nuestro principal reto. Estamos trabajando específicamente con ellos”, explicó.
¿Hay focos rojos del secuestro?
—No como tales, no como puntos específicos. El único foco rojo es no denunciar. Si no se denuncia estamos permitiendo que crezca, estamos dejando que (los secuestradores) se empoderen, que el delincuente se sienta seguro. Tenemos que demostrarles que no es un negocio exitoso, que si lo cometen se están poniendo a la vista de las autoridades, y si la autoridad recibe la denuncia va a ver una respuesta”.
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