Después de casi siete años de búsqueda, la familia de Carlos*, un joven desaparecido en Coahuila durante 2011, recibió a principios de este año una noticia esperanzadora por parte de la Fiscalía General del Estado: el cuerpo de su hijo podía formar parte de un grupo de 49 cadáveres que fueron donados a la Facultad de Medicina de la Universidad estatal.
Pero había un problema: los registros de la Universidad Autónoma de Coahuila no coincidían con los de la Fiscalía. Los listados de cadáveres estudiados por los alumnos de medicina, y posteriormente enterrados, tampoco coincidían con los archivos del Panteón Municipal.
La Fiscalía reportó que entregó 49 cuerpos a la Universidad entre 2011 y 2016, y que 24 de esos cuerpos estudiados fueron enviados al panteón. Sin embargo, la Facultad de Medicina reportó que sólo fueron 16 los cuerpos que mandaron a inhumar.
"¿Dónde quedaron los ocho cadáveres restantes?" Se pregunta Silvia Ortiz de Sánchez Viesca, integrante de grupo Víctimas por sus Derechos en Acción(Vida). La activista, y madre de una joven desaparecida, ha apoyado a la familia de Carlos en su proceso de búsqueda.
Tras meses de reuniones con personal de la fiscalía, y numerosas peticiones de información oficial sobre el paradero de los cadáveres donados, Silvia sospecha que los supuestos errores en la línea de custodia de los cuerpos son, en realidad, intentos de los agentes estatales por encubrir asesinatos cometidos por grupos del crimen organizado que operan en la Comarca Lagunera.
El hecho de que los agentes ministeriales no respetaron el debido proceso al momento de recibir los cuerpos recuperados en escenas de homicidios, que incluye el registro de sus características físicas, la toma de fotografías y de muestras de ADN, así como la nula notificación del hallazgo a familiares de personas desaparecidas, despiertan la sospecha en la activista de que se trate de corrupción.
Yo creo que (los agentes) simplemente no querían problemas con la delincuencia, y lo que hicieron fue donar, enterrar y no hay nada".Silvia Ortiz de Sánchez Viesca.
El periodo de donación de los cadáveres a la Facultad de Medicina coincide con los años más álgidos de la violencia generado por los cárteles de la droga, que se disputaban el control de las operaciones de narcomenudeo en Coahuila, y de las rutas de trasiego hacia Estados Unidos, en particular 2012 y 2013.
De acuerdo con información revelada por el periódico Vanguardia, cerca del 70 por ciento de los homicidios en la entidad quedan sin resolver, ubicando a Coahuila entre los 10 estados con mayor índice de impunidad de todo el país.
Cifras del Secretariado Ejecutivo ubican a Coahuila en el octavo lugar nacional en casos de personas desaparecidas, con mil 630 casos registrados hasta el último trimestre de 2017.
El viernes pasado Silvia Ortiz acudió al Panteón Municipal para intentar ubicar algunos de los cadáveres que no aparecen en los registros oficiales, así como algunos otros que permanecen en calidad de no identificados.
Espera que al menos 10 puedan generar resultados positivos, que ayuden a las familias a dar con los cuerpos de sus seres queridos, brindarles su debida sepultura, y aliviar la desesperación e incertidumbre de no saber cuál fue paradero final.
Nosotros vamos a seguir presionando hasta tener a cada uno de estos cuerpos en donde deben de estar, con sus familias".Silvia Ortiz de Sánchez Viesca.
*El nombre y sexo de la víctima fueron cambiados en este texto.
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