Una nueva estadística
coloca a México como el país más violento en 2017. Esta vez el recuento agrupó
a los sacerdotes católicos, con un total de cuatro ejecuciones, superando a
otras naciones del mismo continente americano como Colombia, Bolivia,
Venezuela, Brasil, Argentina y Haití.
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México fue el país con el mayor número de
sacerdotes asesinatos durante 2017, con un total de cuatro clérigos muertos, de
acuerdo con el reporte anual de Fides, la agencia de prensa de la Santa Sede
cuya sede está en el Palacio de Propaganda Fide en la Ciudad del Vaticano.
Fides es parte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
El segundo país más violento de América después de México fue
Colombia, donde se reportaron dos sacerdotes asesinados, mientras que Bolivia,
Venezuela, Brasil, Argentina y Haití registraron respectivamente un asesinato
cada uno.
El
documento elaborado por el Organo de información de las Obras Misionales
Pontificias, señaló que en el año 2017 han sido asesinados en todo el mundo 23
misioneros: 13 sacerdotes, un religioso, una religiosa y ocho laicos.
“Muchos misioneros
han sido asesinados durante intentos de secuestro o robo, realizados con gran
ferocidad, en contextos de pobreza económica y cultural, de degrado moral y
ambiental, donde la violencia y el desprecio por la vida misma son casi las
normas de comportamiento”, señaló el reporte.
Según la división continental, por octavo año consecutivo, el
número más alto se ha registrado en América, donde fueron asesinados 11
misioneros (ocho sacerdotes, un religioso y dos laicos).
En el caso de México, el primer sacerdote que fue asesinado este
año fue Joaquín Hernández Sifuentes, quien desaparecido el 3 de enero. El
cuerpo del párroco, de la diócesis de Saltillo, Coahuila, fue hallado algunos
días después por las autoridades mexicanas, junto con otros dos cadáveres.
El Obispo de la Diócesis de Saltillo, José Raúl Vera López, dijo
sobre la ejecución: “Vivimos en un ambiente destrozado, en una sociedad
destrozada, y los sacerdotes no viven bajo una campana de cristal”.
Otro caso es el del sacerdote Felipe Carrillo Altamirano, quien
fue asesinado el 26 de marzo en la localidad de El Nayar, en el estado del
Nayarit, durante una agresión por robo.
El sacerdote diocesano Luis Lopez Villa, de 71 años de edad,
fue asesinado por unos delincuentes que irrumpieron en la Parroquia San
Isidro Labrador, en el municipio mexiquense de Los Reyes.
El Obispo de la diócesis de Netzahualcóyotl, Monseñor Héctor
Luis Morales Sánchez, explicó que el padre López Villa fue brutalmente
asesinado en su habitación la noche del 5 de julio.
Un primer informe de la policía detalló que el presbítero estaba
atado e inmovilizado de manos y piernas con cinta adhesiva y presentaba dos
heridas profundas, una en el cuello y otra en el lateral izquierdo del tórax
provocadas por un objeto punzante.
El 3 de agosto falleció en el hospital el sacerdote José Miguel
Machorro, de 55 años. El 15 de mayo fue víctima de un ataque de arma blanca por
parte de un individuo casi al final de la misa que celebraba en la Catedral de
la Ciudad de México.
Fue atacado en el altar por un hombre de unos treinta años que
le procuró al menos tres puñaladas. Algunos fieles pidieron ayuda de inmediato,
mientras que otros detuvieron al atacante y lo sostuvieron hasta que llegaron
las fuerzas de seguridad.
Al parecer el agresor sufría un trastorno psicótico por el cual
no fue capaz de distinguir entre fantasía y realidad. Desde el momento de la
agresión, las condiciones del sacerdote se agravaron cada vez más hasta que el
murió.
“Muchos misioneros han sido asesinados durante intentos de
secuestro o robo, realizados con gran ferocidad, en contextos de pobreza
económica y cultural, de degrado moral y ambiental, donde la violencia y el
desprecio por la vida misma son casi las normas de comportamiento, en la falta
total de respeto por la vida y por cada uno de los derechos humanos”, señaló el
reporte.
El documento detalló que estos asesinados son solo la punta del
iceberg, ya que es larga la lista de trabajadores pastorales agredidos o
amenazados.
“A la lista provisional realizada anualmente por la Agencia
Fides, siempre hay que añadir la larga lista de aquellos muchos, de los cuales
tal vez nunca se tendrá noticia o de los que ni siquiera se sabrá el nombre,
que en todos los rincones del planeta sufren y pagan con sus vidas”, refirió.
En cuanto a las ejecuciones en otros continentes. África
registra un total de 10 misioneros (cuatro sacerdotes, una religiosa, cinco
laicos); en Asia han sido asesinados dos misioneros (un sacerdote, un laico).
Desde el 2000 al 2016, según los datos recogidos por la Agencia
Fides, han sido asesinados en el mundo 424 misioneros, de los cuales cinco eran
obispos.
Aún sin terminar, el 2017 ya es el año más violento de la
historia reciente de México con un total de 23 mil 101 homicidios dolosos
durante los primeros once meses del año, de acuerdo con cifras del Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Con 23 mil 101 homicidios perpetrados entre enero y noviembre,
este año se convierte en el más mortífero de México de los últimos veinte años,
fecha desde que se tiene registro, superando así al 2011, el cual había sido el
más violento con 22 mil 409 carpetas por este delito.
A pesar de que en el mes de noviembre se iniciaron menos
carpetas de investigación por homicidio doloso, 2 mil 212, en comparación con
octubre que registró 2 mil 371 asesinatos y que lo convirtió en el más violento
del año, este delito ya rompió récord sin culminar el 2017 con un promedio de
69 homicidios perpetrados al día.
La
mayoría de los asesinatos, el 66.4 por ciento, fueron realizados con arma de
fuego y le siguió el arma blanca representando un 11.4 por ciento.
fuente.-
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