La iniciativa presidencial para modificar la Ley Federal de Armas de Fuego a fin de permitirles a los agentes estadunidenses operar armados en territorio nacional no haría sino legitimar una situación que ya existe de hecho. Empleados de la DEA y del FBI confirman que esta práctica se observa desde hace décadas –todo mundo lo sabe pero nadie lo menciona–. Esos funcionarios aseguran que no verían “ningún cambio” si la propuesta de Peña Nieto se aprueba.
Washington 01/Mar/2015 (Proceso) .- Enfáticos y casi descaradamente, funcionarios de la DEA y del FBI sostienen que no verían “ningún cambio” en su manera de operar en México con la iniciativa de ley del presidente Enrique Peña Nieto, que permitiría la portación de armas de fuego a agentes extranjeros dentro del territorio mexicano.
“No cambiaría en nada nuestras operaciones en México”, dice un funcionario de la administración antidrogas estadunidense (DEA). “¿Cuál es la modificación? Es un tema que se agradece, pero no cambia nada”, refiere por su parte un empleado de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Ambos fueron consultados telefónicamente por Proceso y pidieron no ser identificados, toda vez que el tema gira en torno de un proyecto de ley que no ha sido refrendado por el Congreso mexicano.
La semana pasada Peña Nieto envió al Senado un proyecto de modificación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en cuyo marco se permitiría a los agentes extranjeros, aduanales y de migración portar armas en territorio mexicano.
La decisión de Peña Nieto tomó por sorpresa a la DEA y al FBI pues, admiten, durante años y por medio de los oficios diplomáticos del Departamento de Estado se abogó por que a sus agentes en México se les permitiera portar armas de fuego para su defensa; con más urgencia a raíz de la guerra contra el narcotráfico que lanzó el expresidente Felipe Calderón y mantiene Peña Nieto.
“Es una grata sorpresa, sobre todo viniendo del presidente de México”, comenta con tono risueño el funcionario de la DEA.
Desde 1973 –cuando esta agencia comenzó a operar en Sinaloa, Guerrero, Sonora y Jalisco– el Departamento de Estado pidió al gobierno mexicano que a sus agentes se les permitiera portar armas de fuego para su defensa. Sin embargo, la respuesta de Los Pinos siempre fue una negativa.
Tema antiguo
“Es irónico”, apunta el funcionario del FBI. “Siempre fueron las presidencias priistas las más reticentes a modificar sus leyes para que nuestros agentes portaran armas; y ahora es justo un presidente que pertenece al PRI quien quiere cambiar las leyes, justo cuando ni siquiera hemos insistido en el tema”, añade el funcionario del FBI, quien operó en territorio mexicano varios años durante el sexenio de Ernesto Zedillo.
En la iniciativa turnada al Senado, Peña Nieto argumenta que lo que se busca es reforzar la cooperación con Estados Unidos en materia migratoria y aduanal.
En su proyecto e intención de homologar lo que practican Estados Unidos y Canadá, Peña Nieto defiende su pretensión señalando que en la actualidad se debe dar reciprocidad a los métodos de colaboración y trabajo con los dos grandes socios comerciales del país.
Los funcionarios de la DEA y del FBI consultados por este semanario sostienen que en términos pragmáticos la iniciativa no es importante: “Lo que nos importa es seguir trabajando y cooperando con México en la lucha contra el narcotráfico por medio del intercambio de información de inteligencia y de operaciones conjuntas transfronterizas”, considera el primero.
“Nuestra historia de cooperación se remonta a la época de la Guerra Fría. Sinceramente en el proyecto del presidente no veo nada que pueda modificar la forma en que hemos venido trabajando y cooperando con nuestras contrapartes mexicanas desde que empezó este tipo de colaboración, hace varias décadas”, acota el funcionario del FBI.
Con sus declaraciones ambos dejan ver, diplomáticamente, que sus agentes en México ya portan armas, en tácita violación a la Constitución; la portación de armas de fuego por parte de agentes federales estadunidenses que operan en este país es un secreto a voces.
En México actualmente hay 54 agentes de la DEA, distribuidos en varios estados y todos portan armas de fuego, como lo confirman varios agentes y exagentes de esta misma dependencia.
No se sabe cuántos agentes del FBI operan en México; ni cuántos de la Agencia Central de Inteligencia; de Inmigración y Aduanas; de Aduanas y Patrulla Fronteriza; de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos ni de todas las otras agencias de inteligencia de Estados Unidos, incluidas las del Pentágono. De lo que sí se tiene certeza, aunque no se dice, es de que todos están armados.
En el libro La DEA en México (Grijalbo), de la autoría del reportero, los exagentes de la DEA Sandalio González y Mike Vigil (ambos trabajaron en México varios años) dan cuenta en sus relatos de cómo ellos mismos y sus compañeros siempre han violado la soberanía mexicana portando armas de fuego, incluso armamento de calibre alto y cuyo uso es “exclusivo del Ejército” mexicano.
Entre las fotografías que se publican para ilustrar el libro mencionado hay una que el mismo Vigil le proporcionó al autor. Tomada a principios de 1978 en Hermosillo, se ve al entonces agente antinarcóticos estadunidense portando un rifle R-15 al lado de un soldado mexicano, quien sostiene un machete.
Para sustentar el argumento de la portación de armas en territorio mexicano, en este caso de agentes de la DEA, se recogen las preguntas y respuestas de fragmentos del capítulo 7 –“Todos portan armas, pero bien organizados”– del libro La DEA en México.
“–¿Los agentes de la DEA que están en México portan armas? –se le pregunta a González.
“–Sí, todos. Todos los agentes llevan armas; sólo el personal de inteligencia de las oficinas de la DEA no.
“–Los agentes de la DEA que están en México, ¿van armados sólo cuando emprenden una operación encubierta, o siempre andan armados?
“–Siempre se porta un arma; aunque no existe un tipo de arma reglamentaria para los agentes de la DEA.
“–¿Los agentes de la DEA van armados a reuniones con funcionarios, policías o militares mexicanos?
“–Sí.
“–¿Y lo saben ellos?
“–¡Claro! Eso se sabe pero no se admite; así es la regla no escrita en México sobre la relación con los agentes de la DEA. Ni los policías federales ni los militares revisan a los agentes de la DEA; nunca lo hacen cuando se dan las reuniones –aclara González.”
También las usan
Pero los agentes federales estadunidenses que operan en México no se limitan a portarlas, también las usan.
En el capítulo 3, “Agentes encubiertos”, del mismo libro, Vigil revela, sin decirlo, que mató a un narcotraficante mexicano para defender su vida.
El exagente relata detalladamente una “operación encubierta” que llevó a cabo junto a policías federales mexicanos a mediados de la década de los ochenta en Caborca, Sonora, contra el grupo criminal de Rafael Caro Quintero.
Vigil relata que antes de ir a un restaurante donde se reunirían con dos narcotraficantes del grupo de Caro Quintero “me acomodé los fajos de billetes en los calcetines y en la cintura para poder enseñárselos a los dos mafiosos. Era un truco. Llegamos al restaurante y al mismo tiempo que nosotros llegaron los dos tipos.
“Dentro, ya sentados en una mesa, pedimos algo para comer y nos tomamos unos tragos. Primero cerveza y después unos tequilas, pero pasó una hora, dos horas y ya se estaba haciendo de noche sin que se concretara la operación.
“De repente me doy cuenta de que se acerca un policía federal y por la ventana me hace señas de que ya estaban perdiendo la paciencia; casi, preguntando a qué hora comenzaba la acción.
“Justo en ese momento el mafioso que estaba conmigo me dice:
“‘Si eres federal te vamos a desplumar aquí mismo’. Yo no me espanté; le dije que cómo me hacía ese tipo de bromas y lo convencí. Pasó otra media hora. Y entonces me dice: ‘Voy al baño’, y se sale. Yo me salí con él porque conozco muy bien a los federales mexicanos y tenía temor de que todo lo echaran a perder.
“Llegando al baño se le acerca un policía federal al mafioso y le pone la pistola en el pecho, pero el mafioso saca su pistola y le dispara al federal; le da un tiro y lo mata.
“Las cosas pasan como en cámara lenta; el mafioso, a quien yo tenía como a dos metros de distancia, me apunta y me dispara dos tiros. Entonces intercambiamos disparos, él cae y luego los policías federales llaman a la Cruz Roja; ya estaba muriéndose cuando lo subieron a la ambulancia”, concluye el relato de Vigil.
Los cambios a la ley que propone Peña Nieto buscan ser un modelo de preinspección migratoria, para realizar revisiones documentales y consultas en las bases de datos, antes de que un pasajero suba a una aeronave y con ello evitar riesgos en este sistema de transporte.
Peña Nieto le garantizó al Legislativo que con esto “se beneficiaría a los viajeros”, quienes quedarán libres del sometimiento a inspecciones aduanales y migratorias minuciosas, que implican una pérdida de tiempo totalmente innecesaria.
El funcionario del FBI consultado por este semanario afirma que no sabe si los cambios que propone Peña Nieto tendrán beneficios aduanales y migratorios para los mexicanos. “Lo que sí puedo asegurar es que a nosotros y todas las agencias (estadunidenses) que operamos en México nos quitarán alguno que otro dolor de cabeza burocrático. Que, debo decir, ya no ocurren con mucha frecuencia”.
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