Antes de sus de sus glamorosos viajes a Europa, de sus periplos en globo por la campiña alemana, Olivia Yatay Duarte González, la promotora de Mary Kay que se convirtió en constructora contratista del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, “se la vivía en las casas de empeño” e intentó toda clase de negocios con su esposo.
Al menos esa es la historia que contaba en los seminarios que impartía a sus iniciadas de Mary Kay. “Cuando veo el anuncio del Monte de Piedad y que el reloj, que no sé qué, digo, ¡sí esta es mi historia…!”, relata Yatis Duarte, según puede verse en la videograbación de una de sus charlas.
La promotora dejó el catálogo de cosméticos para fundar una empresa constructora que facturó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) más de 21 millones en menos de dos años. La historia fue expuesta por EMEEQUIS el pasado 27 de octubre.
⇧ DALE CLICK ⇧
Fue en 2013 cuando decidió ingresar a Mary Kay, donde estuvo por seis años, hasta que el Centro -SCT Quintana Roo se atravesó en su camino con sus contratos para obras carreteras. Según la contratista: “Diosito te pone las oportunidades en el camino”.
“DIOS LO SABE”
Fue el 11 de enero de 2013 cuando Yatis emprendió actividades en la empresa distribuidora de cosméticos y bisutería. Escribió esa mañana en su cuenta de Twitter. “Mary Kay México, hoy inicio un nuevo reto en mi vida, estoy excitada”.
Por entonces, Yatis Duarte y su esposo, Carlos Alberto Cuéllar Percastre, vivían en Cancún. Fue en esa ciudad donde comenzó a involucrarse con la marca. Para poder introducirse en el mercado de los cosméticos, Yatis tuvo que hacer una inversión inicial, aunque según ella, por entonces vivían de prestado.
En este video cuenta sus inicios en Mary Kay y su método de negocios.
“Conseguí dinero, la verdad no me acuerdo ni cómo. Siempre pedíamos prestado, siempre, y nos la vivíamos en las casas de empeño… Cuando veo el anuncio del Monte de Piedad y que el reloj, que no sé qué… Digo, ¡si esta es mi historia…! ¡Sí, así...! Entonces, pues conseguí el dinero, me inicié”, contaba a “sus chicas” de Mary Kay.
A Yatis Duarte se le facilitaba empatizar con las chicas, y las entusiasmaba e inspiraba con el relato de su propia trayectoria: “La verdad es que sí fue difícil al principio. Pero, también viene la tercera lección: el que persevera, alcanza…Y cuando diosito sabe que tú tienes esas ganas inmensas de crecer, te va poniendo a la gente en el camino, te va poniendo las oportunidades en el camino…”.
Yatis Duarte con Diana Pinzón, directiva de Mary Kay. Foto: Especial.
Después de convertirse en “iniciada” –es la primera categoría– de Mary Kay, Yatis Duarte se implicó más y más los eventos de la marca y se deslumbró con las personalidades que triunfaban en ella, o al menos eso era lo que les contaba a sus seguidoras:
“A mí me presentaron, un mes después de que yo había entrado a la empresa, a Diana Pinzón, que es una directora reina, ahorita ya nacional. Entonces, Diana me adoptó, por eso yo tengo esa filosofía bien firme de adoptar a todas las chicas que lleguen a mi unidad, y no hacer distinción alguna, porque ella no lo hizo conmigo…”.
Yatis Duarte en Alemania. Foto: Especial.
LA “SEMILLITA” DE CRECIMIENTO
Yatay expone que estuvo un mes en el equipo de aquella personalidad del esquema multinivel en cuestión, también en Cancún, pero pronto llegaron cambios:
“Mi esposo encuentra un mejor trabajo en Chetumal, y nos vamos a vivir a Chetumal. Pero ya estaba en mí esa semillita de crecimiento. Yo ya había visto en la oficina de Diana, las fotos de sus viajes internacionales. Yo ya había visto cómo vivía una directora Mary Kay, cómo transmitía esa buena vibra, el que siempre estuviera contenta”.
Cuenta que, antes de mudarse, le dijo a sus esposo Carlos Alberto Cuéllar que ella requería un espacio para su oficina: “Yo le dije a mi esposo, dónde vamos a vivir, no que vamos a rentar una casa, okay, yo necesito un espacio para mi oficina, entonces”.
“Espérate –le habría dicho su esposo–, espérate, Diana tiene una oficina porque ya tiene 20 años en Mary Kay…”.
Pero Yatis insistía, de acuerdo con su propia relación de hechos: “No, yo quiero ser directora. ¿Y mis chicas dónde se van a capacitar?”. “¿Cuáles chicas? Aquí no hay nadie”, objetaba su pareja. “Pero va a haber”, reponía ella.
Yatis resumía sus historia de éxito deslumbrando a las chicas con la historia de su propio y supuesto asombro ante los eventos de Mary Kay y sus personalidades:
“Entonces, pongo un pequeño espacio, empiezo a hacer desayunos de negocios, y veía que no llegaba la gente, porque yo quería que llegaran a tocar a mi casa; porque qué pena que yo saliera de mi casa. Voy al seminario, solita me fui al primer seminario, tenía apenas cinco meses en la empresa... Y cuando veo el seminario, ¡no…! Había muchas mujeres que pasaban las llaves de sus autos, de sus camionetas, con súper vestidos elegantes, y después de escuchar todos esos testimonios, yo decía, sí ella puede, yo puedo, si ella lo hizo yo también…”.
Así narraba en Twitter su comienzo en Mary Kay. Foto: Especial.
Dice Yatis que regresó muy motivada a Chetumal, “y la verdad es que no regresé sin pena, todavía tenía mucha pena, pero también tenía muchos deseos de triunfar, porque la verdad ya habíamos intentado tantos negocios mi esposo y yo, tantos que, si los contara… Mucha gente me decía: no va a funcionar, que ya me habían lavado el cerebro, que esto era una secta…”.
Olivia Yatay pedía a sus chicas que no se rindieran ante las críticas de los demás ni ante aquellos que no creyeran en sus posibilidades de éxito, incluso familiares: “Mi familia, hasta el día de hoy, yo creo que todavía muchos en mi familia no creen que esto sea realmente un negocio. Pero yo tenía esta fe ciega, yo ya había visto a muchas directoras, el cómo vivían, y yo ya quería hacer todo como ellas”.
Seguro que, después de su salto de Mary Kay a contratista de SCT, ya no hay quien dude de Yatis.
fuente.-@estedavid /