Duele tanto como enfurece enterarse que entre las diez ciudades del mundo más peligrosas para vivir -según las estadísticas recopiladas por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Criminal en el sitio web WorldAtlas.com- haya siete mexicanas con tasas de homicidio que promedian los cien por cada cien mil habitantes.
La lista es la siguiente: Celaya, en Guanajuato, con 109.39 homicidios por cada cien mil habitantes, seguida por Tijuana, Baja California (105.15/100 mil), Ciudad Juárez, Chihuahua (103.61/100 mil), Ciudad Obregón, Sonora (101.13/100 mil), Irapuato, Guanajuato (94.99/100 mil), Ensenada, Baja California (90.58/100 mil), San Luis Missouri, Estados Unidos (87.83/100 mil), Uruapan, Michoacán (72.59/100 mil), Fiera de Santana, Brasil (67.46/100 mil) y Ciudad del Cabo, Sudáfrica (64/100 mil).
En el listado total de cincuenta ciudades analizadas, elaborado por WorldAtlas.com (empresa con sede en Nueva York), dieciocho son mexicanas. Ahí se agrega a Zacatecas, Acapulco, Culiacán, Cuernavaca, Morelia, Chihuahua, Colima, la Ciudad de México, Ciudad Victoria y Minatitlán.
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— Valor Tamaulipeco (@VaxTamaulipas) January 21, 2024
Esta información podría resultar contradictoria respecto a la divulgada por el INEGI en su más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) dada a conocer el pasado jueves 18 de enero y en la que se destacó una disminución en la percepción de inseguridad de la gente.
Y no hay tal contradicción si nos atentemos al hecho de que las estadísticas, aunque objetivamente verificables, se pueden comunicar de formas tales que respalden la idea de una mejoría relevante en un problema que sigue siendo muy grave, como es el caso.
Así las cosas, la ENSU nos informó que la percepción de inseguridad fue en diciembre pasado de 59.1% contra el 61.4% de septiembre de 2023 y 64.2% de diciembre de 2022.
Objetivamente bajó la percepción de inseguridad, pero el hecho de que tres quintas partes de la población sigan sintiéndose inseguras en la localidad donde viven, nos habla de que la inseguridad y la creciente violencia asociada a ella, son un problema vigente que está muy lejos de mostrar una mejoría.
De acuerdo con la encuesta del INEGI, las ciudades con un mayor porcentaje de personas de 18 años y más que consideraron que vivir en su ciudad es inseguro fueron: Fresnillo, en Zacatecas (96.4%), Naucalpan, Edomex (91%), Uruapan, Michoacán (89.9%), Ecatepec, Edomex (88.7%), la ciudad de Zacatecas (87.6%) y Cuernavaca, Morelos (85.7%).
En contraste, las ciudades donde la percepción de inseguridad resultó menor fueron: Benito Juárez, CDMX (15.2%), Puerto Vallarta, Jalisco (19.4%), Piedras Negras, Coahuila (20.5%), Mérida, Yucatán (22.2%), La Paz, BCS (22.4%) y Los Cabos, BCS (23.2%).
La inseguridad y la violencia han crecido como avalancha en el país durante los últimos 25 años. El inicio del alud coincide con la profundización de la desigualdad generada por el proyecto neoliberal, pero también con el debilitamiento de los mecanismos tradicionales de control de la delincuencia organizada producto del cambio político, la profunda corrupción de los gobiernos, el auge del narcotráfico, su atomización en diversos cárteles tras el desmantelamiento de una de las organizaciones delictivas de mayor relevancia en el país y la adopción intensiva en la lucha antinarcóticos de doctrinas de “Guerra No Convencional” (“La Crisis de Seguridad y Violencia en México”, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social CIESAS).
Por sexenio y en números absolutos, el de Carlos Salinas registró 76 mil 767 homicidios dolosos; el de Ernesto Zedillo, 80 mil 671; el de Vicente Fox, 60 mil 280; el de Felipe Calderón, 120 mil 463; el de Enrique Peña Nieto, 156 mil 66; y en lo que va del de AMLO, 176 mil 647, lo cual coloca a este último como el que más homicidios dolosos ha registrado, de acuerdo con estadísticas del INEGI y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Pero los datos por cada uno de los años de esos sexenios permiten delinear una segunda lectura: con Salinas aumentaron los homicidios dolosos de 14.4 mil a 15.8mil; con Zedillo bajaron de 15.6 mil a 10.7 mil; con Fox subieron de 10.2 mil a 10.4 mil; con Calderón se dispararon de 8.8 mil a 25.9 mil; con Peña Nieto incrementaron de 23 mil a 36.6 mil; y con AMLO han bajado en cinco años de 36.6 mil a 30.1 mil. Es decir, durante el último cuarto de siglo, solo en dos sexenios se ha logrado reducir el número de homicidios dolosos: el de Zedillo y el de López Obrador.
Los anteriores son algunos datos que permiten poner en perspectiva la actual crisis de seguridad y violencia que ni AMLO ni la 4T no han podido resolver a cabalidad como se prometió.
Lo que ofrezcan las dos candidatas y el candidato presidenciales para obtener resultados urgentes frente a ese desafío, será crucial para su victoria o fracaso electoral.
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