Hock Tan, CEO de la compañía estadounidense productora de chips Broadcom, desembolsó 40 mil dólares para sentarse a la mesa de Xi Jinping durante la reciente cena del Presidente de China en San Francisco con los jefes de empresas estadounidenses, destacó The Wall Street Journal (WSJ).
Tan tenía mucho más en juego: un acuerdo de 69 mil millones de dólares que estaba esperando que China aprobara, indicó WSJ.
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— Valor Tamaulipeco (@VaxTamaulipas) June 16, 2023
Durante meses, los reguladores chinos no aprobaron la oferta de Broadcom para comprar el desarrollador de software empresarial VMware, lo que llevó a la estadounidense a posponer tres veces la fecha de finalización del acuerdo, anunciado en mayo del 2022. Beijing había retrasado fusiones anteriores que involucraban a empresas estadounidenses.
WSJ destacó que la compra planeada por Intel de la firma israelí Tower Semiconductor, por más de 5 mil millones de dólares, fue frustrada en agosto después de que los reguladores chinos no la aprobaran.
Unos días después de la cena, China firmó el acuerdo de Broadcom. Beijing también dio la tan esperada luz verde al procesador de pagos Mastercard, con sede en Nueva York, para emitir tarjetas denominadas en yuanes con su marca en el país asiático.
Algunos observadores vieron estos movimientos como una rama de olivo para las corporaciones estadounidenses a medida que las empresas se vuelven más cautelosas a la hora de hacer negocios en China.
Las medidas también muestran cómo las empresas pueden convertirse en peones en la creciente competencia geopolítica entre Washington y Beijing.
En octubre, funcionarios de la Administración Estatal para la Regulación del Mercado, el regulador antimonopolio de China, indicaron a Broadcom que estaban listos para firmar el acuerdo siempre y cuando la compañía cumpliera todas sus condiciones, según personas familiarizadas con el asunto.
Sin embargo, según las fuentes, los ejecutivos de Broadcom extendieron el plazo para el acuerdo tras recibir indicaciones de funcionarios chinos de que no sería una decisión comercial simple, pues el Ministerio de Asuntos Exteriores de China también tendría voz.
Con eso en mente, añadieron, Tan buscó y logró asegurarse un lugar en una reunión con Wang Yi, Ministro de Relaciones Exteriores chino, a fines de octubre.
Wang, quien estaba en Washington para allanar el camino para la visita de Xi en noviembre, celebró una reunión con líderes empresariales estadounidenses al margen de su viaje.
China ha usado durante mucho tiempo el acceso a su enorme mercado de consumo como herramienta para conseguir concesiones geopolíticas y comerciales.
Broadcom, Mastercard y Boeing estuvieron entre los patrocinadores de la cena para Xi organizada por grupos empresariales estadounidenses.
Si bien a Mastercard se le concedió acceso, que había estado buscando durante años, el fabricante de aviones estadounidense Boeing aún está excluido.
China no ha comprado aviones de pasajeros a Boeing desde el 2017, en medio de tensiones comerciales entre las dos naciones y dos accidentes fatales del avión de pasajeros 737 Max de Boeing.
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