La marcha que partió del Ángel de la Independencia llegó al Zócalo capitalino con el grito unísono: ¡No queremos militares!
Aunque la marcha fue anunciada como pacífica, en el trayecto encapuchados dañaron comercios, vandalizaron paradas de metrobús, hicieron pintas y al llegar a Palacios Nacionalse aventaron cohetones.
En el mitin en el Zócalo, el primero en tomar la palabra fue Melitón Ortega, quien culpó a los militares de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y exigió justicia a este Gobierno.
"¡Que encarcele a los militares!", solicitó frente a las oficinas de la Presidencia.
La movilización convocada en el marco de la Acción Global Contra la Militarización y la Guerra Capitalista, fue encabezada por el Consejo Nacional Indígena (CNI) y fue acompañada por diversos grupos de trabajadores, sociales y estudiantiles.
"¡Queremos escuelas, queremos hospitales, no queremos militares!", "¡Asesinos, asesinos, militares, asesinos!", "¡Presupuesto para escuela, no para Sedena!", fueron algunas consignas.
En el contingente marcharon familiares de víctimas como María de Lourdes, madre de Carlos Sinhué, quien culpó a los militares y policías de la ejecución de su hijo.
Humberto Brizuela, que cuando era estudiante del Instituto Politécnico Nacional participó en el Movimiento de 1968 consideró que tener al Ejército en las calles es un peligro.
"Parece que la transformación para el Presidente es que haya poca educación y muchos militares en las calles. Yo soy del Movimiento del 68 imagínese lo que me han afectado. Yo los vi operar, son unos asesinos", expuso.
"Con todas las letras: ¡Asesinos! No los queremos las generaciones que los hemos padecido", agregó.
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