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martes, 20 de septiembre de 2022

"UNOS por el DEBER y OTROS DEBIENDOLA": "POLICIAS MUERTOS en CUMPLIMIENTO del DEBER solo los RECUERDA la DEA": DICE ANALISTA...todos colaboradores de Garcia Luna.



En el muro de honor de la DEA está la fotografía de Roberto Velasco Bravo, quien fue director de Crimen Organizado de la Policía Federal.

Era uno de los agentes mejor preparados, con estudios de psicología y criminología. Llevaba años indagando al Cártel de Sinaloa y a todas sus extensiones. 

Lo asesinaron sicarios el 1 mayo de 2008. Ese día estaba sin escolta. 

Siete días después, moriría Edgar Millán, coordinador Regional de la PF, en un ataque que implicó la participación de elementos policiales que lo traicionaron y el 26 de junio, Igor Labastida, director de Tráfico y Contrabando de la misma corporación. 

Todos los crímenes tuvieron en común la instrucción de altos jefes ligados a Joaquín “El Chapo” Guzmán y a la célula criminal de los hermanos Beltrán Leyva, que ya estaban en proceso de rompimiento con sus antiguos jefes. 

Pocos momentos, como aquel primer semestre de 2008, para mostrar la intensidad del trabajo de los agentes federales y los riesgos que estaban enfrentando por desmontar estructuras y redes de contrabando de drogas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

En el caso de Velasco Bravo, el embajador de los Estados Unidos en México, Antonio Garza, emitió un comunicado lamentado los hechos y recordando que el federal caído, “se distinguió por su destacada labor de primera línea de batalla contra el narcotráfico”. Pero Garza dijo algo más: “México tiene miles de oficiales valientes y honrados que confrontan el mal y a la delincuencia organizada”.

Un espaldarazo a la PF en un momento especialmente delicado y en que se requería que la moral se mantuviera en alto, por el enorme costo que en vidas estaba significando la batalla cotidiana contra los bandidos. 

Un año después, 12 agentes de la PF serían asesinados en Arteaga, Michoacán. Hacían trabajo de investigación para seguir los pasos de Servando Gómez Martínez “La Tuta”.

Estos sucesos son apenas muestras de una historia mucho más compleja, que está envuelta en múltiples contradicciones, ya que se puede describir desde actos heroicos hasta fechorías más que lamentables, pero es absurdo e injusto el denigrar, como se hace en la actualidad, a toda una institución que, además, dio un buen servicio al país y que ahora hace mucha falta.

Lo paradójico, es que en nuestro país no solo no hay reconocimiento alguno para servidores públicos que, como Velasco Bravo, murieron cumpliendo con su deber, sino que la institución que los formó dejó de existir por un capricho de corte ideológico y no por un análisis sobre su viabilidad. 

En su momento, Sophia Huett, quien en la actualidad es responsable de la seguridad pública en Guanajuato, pero que también fue integrante destacada de la PF, recordaría la enorme injustica que significan este tipo de olvidos. 

Quizá no lo admitan en el gobierno Federal, y no lo harán en el mediano plazo, pero desmantelar a la PF fue un error grave en términos estratégicos y tácticos, porque se suspendió la formación de policías civiles de alto perfil y se desmoronó todo el conocimiento de inteligencia que permitía combatir a la criminalidad con mayores niveles de eficacia. 

Es más, si la PF quedó desmantelada, por los mismos pasos va la Secretaría de Seguridad, convertida, con la salida de la Guardia Nacional, en un elefante blanco de muy poca utilidad. 

@jandradej/


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