El poder económico de los cárteles de la droga en México, les ha permitido corromper a corporaciones de policía municipales, estatales y hasta federales, tal como ocurrió con el exsecretario de Seguridad Genaro García Luna.
Sin embargo, los alcances de los capos no se limitan al territorio mexicano, pues han llegado a “comprar” la colaboración de agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP), y hasta de la propia DEA.
Así lo revelan Informes del Senado estadounidense, así como del Departamento de Seguridad Interior, en donde se detalla que, durante 2020, 86 agentes del CBP fueron investigados por asuntos relacionados con drogas, en 2021 la cifra aumento a 127 elementos, y en lo que va de 2022 un total de 73 agentes están siendo investigados.
En el caso de la DEA no hay cifras tan detalladas, pero una revisión realizada en los archivos del Departamento de Justicia, entre 2020 y 2021, revela al menos cinco casos de agentes involucrados en corrupción, drogas y lavado de dinero.
Para lograr este objetivo, los narcotraficantes han recurrido a millonarios sobornos, así como fiestas en donde el sexo con prostitutas es una constante, según se revela en investigaciones que se llevaron a cabo en los últimos cinco años, a las cuales tuvo acceso el diario Milenio.
Como parte de estos trabajos, se encuentran intercepciones de llamadas telefónicas a agentes de la DEA y la Patrulla Fronteriza, quienes fueron corrompidos por los mismos objetivos a los que investigaban.
Uno de estos casos es el de Manuel Recio, un veterano agente de la DEA que decidió montar una empresa de consultoría para brindar servicios de investigación privada.
Pero no solo eso, pues junto con Juan Constanzo, otro agente de la DEA en activo, sacaron información de los sistemas de la agencia, como acusaciones selladas con las que dieron aviso a sus clientes de las investigaciones abiertas en su contra, identidades de otros acusados, e incluso la fecha en que serían arrestados.
Esto atrajo la atención de narcotraficantes mexicanos que estaban en la mira de la DEA, quienes llegaron a pagar a ambos sujetos hasta 70,000 dólares que eran entregados en efectivo, o en cheques de caja a sus familiares.
Por otro lado, el Subcomité del Delito, Terrorismo y Seguridad Interna e Investigaciones, reveló que los cárteles de la droga han invitado a agentes de la DEA a “fiestas de sexo” con prostitutas suministradas por los capos.
En 2018, durante el juicio de Joaquín El Chapo Guzmán, se reveló a través de documentos judiciales que el Cártel de Sinaloa había sobornado a agentes de la DEA con prostitutas a cambio de su fidelidad.
Juan Carlos Ramírez, socio de Guzmán y su contacto en Colombia, contó cómo lograron sobornar a los agentes de la DEA a cambio de sexo, dinero y prostitución.
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