Para ese Pinocho que dice que Tamaulipas es el sexto estado más seguro de México, le tenemos la nueva; en 27 días (del 17 de marzo al 12 de abril) tan sólo en la capital cueruda, lugar donde él trompea, se jetea y flatulencia sus colchas, desaparecieron cuatro pequeñas, todas de 13 años de edad, casi niñas, digo, ahí para que el pueblo siga creyendo en este piñero, mismo que dijo en marzo de 2016 que en 18 meses limpiaría el estado y lo dejaría más seguro que esos criminales broches que nos ponían nuestras mamis allá en los años 60 para sujetarnos el pañal de trapo y que al hacerlo, nos daban unas pinchadas brutas con las afiladas puntas aceradas.
ESCONDE EL FISCAL
No, no estamos diciendo que tenga título nobiliario Irvin Barrios Mojica, ni que sea un conde, pertenezca a la realeza o sea gente de la nobleza, lo único que sí es el “fiscal carnal” de Tamaulipas, es un soberano, pero un soberano sinvergüenza, un real malandro que esconde, pero el sinónimo del verbo ocultar, encubrir, esfumar, desaparecer. Y si bien no ejecuta personalmente a niñas o comete feminicidios, plagios, secuestros y demás, sí es actor principal de las cifras de estos casos, de los números, las cantidades de estos delitos muy serios y bastante graves que ocurren en la entidad. Son muchas las familias en Tamaulipas que no saben de sus menores hijas y nietas, de señoritas, muchachas, esposas, hermanas y madres.
MUY SEGURO DE QUE CIUDADANOS Y CIUDADANAS ESTAN SEGUROS:
Pero las que le echan todos los tamaulipecos al goberladrón y al mago fiscal (lo de ilusionista es por aquello de que todo lo tapa, lo calla, difumina, agazapa, guarece y silencia). En Tamaulipas todo es un secreto bien guardado. Nada es cierto, eso de que no hay robo de autos, ni homicidios, ni atracos bancarios, ni violaciones sexuales, ni feminicidios, ni desaparecidos, ni fraudes, ni más cosas malanconas. Todo es absolutamente una mentira. Tamaulipas o mejor dicho el goberladrón y su fiscal carnal, si lo comparamos con una barra de pan rebanado Bimbo, serían las tajadas de ambos extremos, es decir, dos verdaderas tapas, par de tapaderas. Por ello es que en Tamaulipas es letra muerta y bien enterrada (¡Gulp!) todo lo que tenga que ver con muerte de mujeres.
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