El poder legislativo de Tamaulipas entró ayer en otra crisis política, por culpa del Gobernador Cabeza de Vaca que, a base de sobornos, empuja a algunos diputados a traicionar a su partido y también a los ciudadanos que votaron por ellos.
En efecto, Cabeza de Vaca consiguió y no propiamente a base de convencimientos ideológicos, que otra diputada renegara de Morena y desertara de esa bancada, para votar en adelante como se lo marque el PAN. Se llama Nayeli Lara Monroy.
Esta compra de conciencias hizo posible que la Junta de Coordinación Política del Congreso local sea ahora posesión de la bancada del PAN, pues destituyeron a Armando Zertuche Zuani, de Morena, para dársela al partido del gobierno.
Cabeza de Vaca consiguió casi al final de su ciclo sexenal, tener en sus manos los tres poderes del Estado. Ahora sí que no se moverá la hoja del árbol sin su anuencia.
Esta uniformidad legislativa es una afrenta para la democracia, pues ya no hay debate, diálogo, confrontación, controversia, polémica, discusión, sino que todos los diputados levantarán sus deditos de la manera como se les ordene desde el palacio de gobierno.
Es una lástima y un peligro, porque detentando un poder absoluto, Cabeza de Vaca puede hasta caer en la loca tentación de hacer reformas a la Constitución para prolongar su permanencia en el poder ejecutivo.
También es una vergüenza que algunos diputados sucumbieran a la tentación de los billetes de banco, y renunciaran a la potestad con los que los distinguieron los ciudadanos en las urnas.
Poderoso caballero es don dinero, repitió ayer en su tumba don Francisco de Quevedo.
Por cierto, Cabeza de Vaca fue a la Ciudad de México para visitar periódicos, estaciones de radio y televisión, así como otras plataformas informativas, para repetir el rollo de que él es una blanca palomita, inocente de toda culpa y que hará ganar limpiamente a su candidato el domingo 5 de junio.
En el espacio informativo de Ciro Gómez Leyva, Cabeza dijo ser víctima de persecución y que no aceptaría hacer perder a su partido la elección de su propia sucesión, a cambio de inmunidad e impunidad.
Pero no dijo si ya le habían ofrecido desde el gobierno federal o Morena, hacer ese trato, o si simplemente les estaba dando la idea, para que la retomaran y se la plantearan.
También le hizo fuchi a una hipotética invitación a convertirse en embajador. Nos parece que Cabeza se está sobredimensionando, como cuando presumía de que podía convertirse en candidato presidencial.
Con informacion:Alberto Guerra Salazar/ElMañana de Nuevo Laredo
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