Mejora del bienestar de la ciudadanía, creación de la Guardia Nacional y erradicación de la corrupción; ésa fue la receta mágica que Morena vendió a los mexicanos para disminuir la inseguridad en el país.
Primero dijo que en seis meses se verían los resultados y después pidió seis meses más. Hoy estamos iniciando el cuarto año de (des)gobierno y la realidad para México es de impunidad, dolor y horror.
Morena está llevando al país a un escenario de desastre y desesperación.
El periodista Héctor de Mauleón no se equivoca cuando en estas mismas páginas (El Universal, 30 de diciembre de 2021) advierte que México sufre una hemorragia sin control.
El clima de violencia e inseguridad no solo no se ha revertido, sino que está desbordado, al tiempo que elementos de la Guardia Nacional no acaban de asumir plenamente sus labores de seguridad y ya les están pidiendo que se encarguen de la supervisión de autopistas, puertos y aduanas y se adjudiquen funciones como peritos e investigadores en la Fiscalía General de la República (FGR).
Alarmantemente, el gobierno de Morena es incapaz de reaccionar y remediar el escenario al cual nos ha conducido con su negligente cantaleta de “abrazos y no balazos”: la media nacional de asesinatos es de 2 mil 428 casos al mes (Semáforo Delictivo), es decir, un asesinato cada 17 minutos.
La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes se ubica en 29, haciendo que nuestro país reporte, por tercer año consecutivo, más de 36 mil vidas perdidas por la violencia, el crimen y la negligencia gubernamental.
De acuerdo con el informe “Atrocidades registradas en medios”, elaborado por Causa en Común, la aseveración presidencial en el sentido de que “ya no hay masacres” no tiene sustento alguno. En lo que va del sexenio hemos sufrido 454 masacres; se han encontrado 520 fosas clandestinas; se han registrado 700 casos de mutilación, descuartizamiento, destrucción o disolución de cadáveres, y 321 calcinamientos, entre otros horrores nacionales.
Y qué decir del asesinato de 16 defensores de derechos humanos y nueve periodistas, quienes además son tachados cada mañana de adversarios, corruptos y calumniadores.
“Fortalecimiento Integral de la Estrategia de Seguridad del Estado Mexicano” fue el nombre con el que hace cuatro meses el gobierno federal pretendió disimular el primer fracaso de su estrategia al evidenciarse la avalancha de violencia homicida imperante, pero el segundo fracaso está a la vista: en tres días se cometen más crímenes en México que en todo un año de un país europeo.
No existe indicador alguno que nos permita aseverar que en 2022 la realidad será distinta y que Morena empezará a atender los problemas con base en diagnósticos objetivos y soluciones certeras.
Ante la catástrofe nacional que representa Morena, en el PRI redoblamos el paso para evitar la destrucción nacional y confirmamos nuestra convicción de que la alianza “Va Por México” es la mejor opción para restablecer los frenos y contrapesos que detengan el deterioro institucional y obliguen a que el Estado retome inmediata y responsablemente sus funciones.
No hay tiempo que perder.
Presidente Nacional del PRI.
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