El hombre que presuntamente abusó sexualmente de Mariana Sánchez, la médica de 25 años que fue hallada muerta en las instalaciones de un centro de salud de Chiapas, ha sido detenido ayer jueves, según la Fiscalía General del Estado. El Ministerio Público ha informado de que el compañero de la joven asesinada ha sido aprehendido en el municipio de Ocosingo (en mitad de la selva chiapaneca) por un supuesto delito de hostigamiento sexual. La médica estaba en prácticas desde agosto en esa clínica y había denunciado a su compañero por abuso sexual dos meses antes de su muerte a través de una carta oficial a la directora del centro. El presunto agresor es el segundo detenido del caso después de que el 6 de febrero fuera capturada la directora de la institución por abuso de autoridad: tuvo conocimiento de la denuncia y presuntamente no hizo nada para protegerla.
El supuesto agresor se ha entregado de forma voluntaria, según asegura en un vídeo grabado y difundido en las redes sociales. “Me vengo a entregar para que termine la violencia en contra de mi familia, la persecución de manera injusta, y esperemos que esto se resuelva de la manera más favorable a favor de un servidor”, ha dicho antes de ingresar a los juzgados. El hombre, que se ha identificado como Fernando Cuauhtémoc Pérez Ximénez, trabajaba en la misma clínica que Sánchez en Nueva Palestina, una comunidad indígena en el municipio de Ocosingo. Según denunció la médica, una noche de noviembre, su compañero, borracho, forzó su cuarto para abusar de ella.
El médico declaró ante la Fiscalía a principios de febrero por el caso de Sánchez, según el expediente al que tuvo acceso EL PAÍS. “Nunca hablé con ella”, señalaba el testimonio. El fiscal en ningún momento le preguntó entonces qué estaba haciendo y dónde se encontraba el día en que Sánchez murió. Pérez Ximénez presentó voluntariamente una constancia de que al día siguiente estuvo haciéndose unos análisis en un laboratorio en la capital chiapaneca. Pero la carpeta no recogía una coartada para el doctor en el momento exacto de su muerte.
HAY CLAROS Y OSCUROS:
La carpeta de investigación incluye además una denuncia de 2013 en contra del mismo médico. Una compañera enfermera del doctor, cuando trabajaba en otro centro sanitario de Chiapas, interpuso una demanda por abuso sexual. Él presuntamente había intentado abusar de ella en al menos dos ocasiones. La denuncia fue archivada unos años después.
Pese a la denuncia que había interpuesto Sánchez ante la responsable de la clínica y las sospechas sobre su muerte, las autoridades desestimaron investigar el caso como feminicidio y determinaron que se trataba de un suicidio. Solo cuando el caso escaló al debate público nacional y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pidió que se investigara el caso con perspectiva de género, como exige el protocolo ante la muerte violenta de una mujer, la carpeta pasó a plantear esa hipótesis.
Sánchez llevaba cinco meses trabajando como médica en prácticas en el centro de salud y desde que la habían trasladado a esta localidad en agosto del año pasado, le había contado a su madre el infierno que vivía. En la carpeta de investigación no hay un solo indicio que apunte al posible feminicidio de la joven. El caso armado hasta ahora demostraba cómo las autoridades no impidieron la incineración rápida de su cadáver y responsabilizaba a la víctima como única culpable. Las investigaciones caminan estos días a ciegas, sin cuerpo y con un solo expediente forense que no ha podido ser revisado por otro especialista y que podría resultar clave en la línea de investigación de feminicidio, según exige el protocolo.
“La Fiscalía sigue actuando con opacidad. No ejecutó la orden, el señor se entregó, de lo contrario posiblemente no lo hubiesen detenido. Quiere mostrar una efectividad cuando no es así”, señala por su parte Carlos Hugo Tondopó, abogado de la familia. El defensor había pedido a las autoridades desde hacía una semana que se considerara al doctor como sospechoso de la muerte de Sánchez.
En Chiapas fueron asesinadas el año pasado 70 mujeres: 29 reconocidas como feminicidios y 41 como homicidios, según las cifras estatales. Este Estado no es el más letal de México; a la cabeza están Morelos, Colima y Nuevo León (hasta agosto de 2020), según la tasa por habitante. Los altos índices de impunidad, con menos de un 10% de sentencias condenatorias en estos delitos, han colocado desde hace años a los crímenes machistas en el país como un asunto de seguridad nacional. En México se estima que son asesinadas 10 mujeres al día.
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