En medio de la crisis causada por la epidemia del coronavirus en la ciudad de Nueva York, no solo los hospitales están colapsados, sino también las funerarias y los cementerios han tenido que adecuarse drásticamente a una realidad definida por más muertes de lo normal. Todas las ceremonias velatorias o actos fúnebres, están cancelados.
En pocas palabras, el “último adiós” del ascendente número de fallecidos y las normas de distanciamiento social, obligan a una cremación o entierro inmediato y directo, sin oficios religiosos, ni reuniones. Además, se impone una lista de espera, que hasta este miércoles significaba por lo menos de tres a diez días, para concretar el proceso.
En las líneas de servicio al cliente de la funeraria La Fe, en Brooklyn, cuando un familiar se comunica para conocer acerca de la disponibilidad del servicio, con tono paciente, se le indica que “lamentablemente tenemos mucho trabajo, por el tema del coronavirus, usted deberá esperar por lo menos una semana para terminar con el proceso de cremación o sepelio. No hay capillas para velatorios, hasta nuevo aviso”.
En los cementerios tampoco se permiten reuniones alrededor de los panteones o terrenos familiares, en el momento en que el personal de los camposantos, se encuentran realizando sus labores de remoción y sepelio.
Entre tanto, voceros de Dignity Memorial en Queens, advierten vía telefónica a los familiares que buscan conocer acerca del servicio, que por esta semana, la espera para la cremación puede tardar de 3 a 4 días, una vez que los familiares terminen con todos los procesos legales que incluye el acta de defunción y los trámites con la Ciudad.
“Todas las ceremonias que signifiquen reuniones están suspendidas, incluso en las cámaras crematorias. Esta epidemia todo lo ha cambiado. También es imposible realizar repatriación de cuerpos porque las cortes están cerradas. Tratamos de cumplir con un buen servicio, pero los familiares deben entender que vivimos una emergencia y hay más cuerpos de lo normal esperando en nuestras neveras”, aseguró la fuente.
Hace tres semanas, las normas de distaciamiento social obligaban a cortos velorios con la participación de no más de 10 personas en cada capilla. Ahora, esa posibilidad también fue prohibida, al igual que los cortejos fúnebres y por su supuesto los servicios religiosos.
Al límite de la capacidad
En San José Funeral Home, en Washington Heights, el esquema del servicio también se ha visto afectado. Los crematorios con los cuales tienen convenios solo tienen disponibilidad, si se apuntaban el pasado miércoles, hasta el próximo 10 de abril, para concretar el procedimiento y entregar las cenizas a los familiares.
Mike Lanotte, que dirige la Asociación de Directores de Funerarias del Estado de Nueva York, dijo a medios locales que este “cuello de botella” en el proceso de cremación y entierros, ocurre “porque algunos cementerios comenzaron a reducir su personal y sus horas en respuesta a la pandemia y redujeron la cantidad de cuerpos que están enterrando en un día”.
Algunas de las funerarias de la ciudad ya están “al límite de su capacidad” y como asegura Lanotte también hubo algunos directores y personal de funerarias que se enfermaron por el coronavirus, lo que agrega “estrés adicional” al sistema.
“Una despedida doblemente triste”
Esta terrible crisis ha obligado a muchos servicios funerarios de la Gran Manzana de bajo costo, especialmente en el condado de Queens y El Bronx, a realizar una pausa de 2 o 3 días y no atender llamadas telefónicas, ni recibir solicitudes en las oficinas, mientras desahogan sus refrigeradores.
“Cuando los fallecidos son a causa de COVID-19, vienen del hospital o de las casas sellados con una bolsa acrílica de seguridad y una cinta de identificación con el nombre y un código. Nuestro personal por seguridad, no abre esa bolsa. Porque todavía hay muchas dudas sobre si un cadáver, es potencialmente contagioso”, narra a El Diario el empleado de una funeraria.
Sin embargo, este protocolo también cambia por completo la forma cómo los familiares despiden a sus seres queridos, porque en la mayoría de los casos no se permite que abran las urnas, si es el caso, o que puedan tocar o abrazar el cadáver, como es usual en la cultura latina.
“Es una despedida doblemente triste, fría y distante. Porque como se sabe los familiares no pueden ir a los hospitales si el diagnóstico es coronavirus, pero tampoco lo pueden velar, ni hacer las ceremonias que estamos acostumbrados los hispanos, particularmente los católicos. Y en muchos casos, vemos que tampoco tienen la posibilidad de ver el cadáver”, contó un trabajador de una funeraria en Queens.
Se esperan más morgues móviles
En un momento en el cual las autoridades de Nueva York han estimado que la curva de fallecidos a causa del COVID-19 se disparará a mediados de abril, muchos temen que se replique en la Gran Manzana la escena de países europeos y latinoamericanos en donde los cuerpos de fallecidos, casi en descomposición, han terminado depositados en las calles o en las iglesias.
De acuerdo con un reporte del The New York Times (TNYT), en la Gran Manzana ya se han instalado 45 nuevas morgues móviles y los crematorios locales, ahora pueden trabajar las 24 horas. Además, se espera que otros 85 de los camiones refrigerados sean entregados pronto por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA).
El periódico neoyorquino reseña que “en los últimos días, la Oficina del Médico Forense de la Ciudad se hizo cargo de la recolección de cuerpos, enviando la flota de nuevos remolques refrigerados a los hospitales en los cinco condados, en donde las morgues han estado repletas de cadáveres”.
Voceros de la Ciudad aseguran que el sistema para recoger y deshacerse de los cuerpos en Nueva York “no se ha roto por completo, no corremos el riesgo inmediato de una crisis de salud secundaria, con cadáveres apilados en espacios públicos”.
El dilema: ¿entierro o cremación?
En promedio y con base a la consulta realizada a varias funerarias en la ciudad, la diferencia de los costos económicos entre un sepelio tradicional y una cremación, son abismales.
Mientras que el costo de una sepultura, que implica pagar por un ataúd y espacios en un cementerio ronda entre los $8,000 y $10,000, la conversión de un cuerpo en cenizas significa un desembolso entre $1,400 y $2,000.
“Hay muchas familias que especialmente con los ancianos ya tienen años preparadas, tienen panteones familiares o han tomado sus previsiones. El problema es que tenemos a muchas familias destrozadas con muertes sorpresivas por este virus, de gente joven incluso, que en medio de este desastre se olvidan del tema religioso y se ven obligados a cremar, porque no hay dinero para más nada”, observa Luis Mejías un trabajador de una funeraria en el Alto Manhattan.
“Todo es una incertidumbre”
El dominicano Gregorio Velásquez, de 83 años, ingresó la semana pasada a cuidados intensivos del Presbyterian Medical Center del Alto Manhattan, con un cuadro clínico asociado con el coronavirus. En efecto, falleció luego de tres días de complicaciones.
Amigos de la familia Velásquez comentan que no se explican cómo se pudo haber contagiado, porque estuvo aislado desde que se levantaron las alertas de la pandemia en la Gran Manzana.
Desde el día de su muerte, el pasado domingo 29 de marzo, todavía se encuentra en la morgue del centro hospitalario porque los servicios funerarios, tanto en Washington Heights, como en El Bronx, se encuentran saturados.
“Se le va a dar cristiana sepultura, pero toca esperar la próxima semana cuando una funeraria en El Bronx tenga disponibilidad para el servicio. Todo es una incertidumbre, nada es seguro. Por el coronavirus no se podrá hacer un funeral normal, porque ni la familia puede estar cerca”, relatan allegados del quisqueyano.
La terrible proyección de decesos en NYC
- 158 personas en promedio mueren cada día en la ciudad de Nueva York, por cualquier causa imaginable, sin la incidencia de la pandemia por coronavirus.
- 1 persona muere a causa del COVID-19, aproximadamente cada seis minutos en la ciudad de Nueva York, y es probable que esa tasa aumente a medida que los casos aumenten en las próximas semanas.
- 16,000 personas podrían morir en los próximos dos meses de acuerdo con las proyecciones de las autoridades, si el número de decesos sigue su ritmo.
- 12 espacios refrigerados para fallecidos tiene en promedio un hospital en NYC, esta última semana han estado inundados por 40 y hasta 50 cadáveres, revela TNYT.
- 3.500 cuerpos puede actualmente conservar la Gran Manzana, después de agregarse las morgues móviles de emergencia, para manejar los decesos por coronavirus.
- fuente.-
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