Basta con escribir “asesinan a político” en cualquier buscador de internet, para encontrar múltiples notas periodísticas sobre los alcaldes y candidatos que han sido asesinados en México. Sin embargo, contrario a lo que muchos podrían pensar, éste no es un fenómeno nuevo. Este patrón criminal ha crecido con el paso de los años y 2018 podría convertirse en el año más violento para las autoridades municipales.
En julio de 2004 ocurrió el primer ataque contra un alcalde electo en Otáez, Durango. Desde entonces, aproximadamente más de 200 presidentes municipales asesinados. Y a pesar de que en cualquier democracia que se respete a sí misma esto sería un escándalo, en México tristemente pareciera que sus vidas no importan.
El tema no es menor. Durante el periodo electoral 2017-2018 fueron asesinados más de un centenar de candidatos a presidentes municipales, regidores, diputados, entre otros. Lamentablemente, la violencia no cesó. Un día después del 1 de julio fue asesinado el alcalde de Tecalitlán, Jalisco. Asimismo ocurrieron ataques letales contra autoridades municipales recientemente electas en Michoacán y Puebla.
Pero los homicidios de candidatos y autoridades locales son sólo la punta del iceberg. La intimidación -en la que no se llega el homicidio- también parece estar creciendo. Sobran los ejemplos. En Cutzamala de Pinzó, Guerrero, diez políticos renunciaron a su candidatura por las amenazas del crimen organizado y las precarias condiciones de seguridad en campaña. Mientras tanto en Buenavista Tomatlán, Michoacán, Elvia del Socorro Ortega Peláez, síndica municipal y encargada de despacho del municipio tras el asesinato del presidente electo Eliseo Delgado, renunció a su cargo luego de que sus familiares fueron secuestrados. Ser presidente municipal se ha convertido en una de las profesiones más peligrosas para ejercer, junto con el periodismo o el ser policía. Con todo esto en mente, ¿quién quiere ser alcalde en México?
Ilustración: Patricio Betteo
La impunidad como política pública
Ante cada ataque, la respuesta institucional ha sido deficiente, pues no va más allá de ofrecer condolencias a los familiares o de prometer que se hará una investigación a profundidad. La impunidad es la regla.
De fondo, lo más trágico es que no existe un diagnóstico sobre los homicidios de alcaldes a nivel nacional desde que iniciaron estos ataques en 2004. A lo largo de dos años, hemos dado seguimiento a este tipo de incidentes y publicamos en el Instituto Baker de Política Pública de la Universidad de Rice, la investigación titulada “Homicidios de Alcaldes en México: Un análisis de las víctimas, los perpetradores y las ubicaciones de los ataques”. Con este estudio exploratorio pretendemos enriquecer el debate y servir como punto de partida para que las autoridades (en especial las recién electas) de los tres niveles de gobierno puedan desarrollar estrategias para prevenir más agresiones. A continuación presentamos los principales hallazgos sobre la distribución temporal y espacial de este fenómeno y las posibles causas detrás.
1. ¿Cuándo empezó este fenómeno y cuántos alcaldes han perdido la vida?
Debido a la falta de datos oficiales realizamos una recopilación de fuentes abiertas en donde identificamos 178 asesinatos desde el año 2004 hasta el 1 de marzo de 2018,1 es decir, 1.2 cada mes. Sin embargo hemos mantenido nuestra base de datos actualizada debido a la frecuencia de estos ataques. Actualmente tenemos registro de 201 ejecuciones, en donde los años más críticos son 2010, 2011 y 2018 con 23, 22 y 23 ejecutados respectivamente. Así, 2018 podría convertirse el peor año para las autoridades municipales, rompiendo récord en el número de asesinatos.
Gráfica 1. Distribución temporal de los homicidios de alcaldes (2004-2018)*
*Incluye los ataques hasta el 9 de septiembre de 2018.
Fuente: Elaboración propia.
2. ¿Dónde han ocurrido los asesinatos?
Al 1 de marzo de 2018, se identificó que los ataques a alcaldes ocurrieron en 24 de las 32 entidades federativas. De manera particular, se concentran en 161 municipios, es decir, en 6.5% del territorio nacional. Los estados que no han registrado este tipo de agresiones son Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Ciudad de México, Nayarit, y Querétaro y Tlaxcala.2 La evidencia nos indica que los estados con el mayor número de ataques son Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Michoacán y Chihuahua (ver mapa 1).
Mapa 1. Distribución espacial de los homicidios de alcaldes (2004-2018)
Fuente: Elaboración propia.
A nivel municipal, encontramos que existen clusters o concentración de homicidios muy marcados en Chihuahua, Durango, Michoacán, Guerrero y Veracruz (ver mapa 2). La distribución espacial de estos homicidios indica que este tipo de agresiones no necesariamente responden a una única causa, es decir, los asesinatos en Oaxaca, no necesariamente ocurren por las mismas razones que en Chihuahua.
Mapa 2. Distribución espacial de los homicidios de alcaldes a nivel municipal (2004-2018)
Fuente: Elaboración propia.
Asimismo, identificamos municipios con victimización reiterada, esto quiere decir que fue asesinado más de un alcalde en ese municipio. Ejemplos de esta situación son Guadalupe, Chihuahua; Otáez, Durango; Tecpan de Galeana, Guerrero; y Buenavista,Michoacán.
Tabla 1. Municipios con victimización reiterada
Estado
|
Municipio
|
Número de casos
|
Años de ataque
|
Chihuahua
|
Aquiles Serdán
|
2
|
2008 y 2012
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Guadalupe
|
3
|
2006, 2007, y 2010
| |
Durango
|
Otáez
|
3
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2004* y 2009
|
Guerrero
|
Petatlán
|
2
|
2009 y 2017
|
Tecpan de Galeana
|
3
|
2009, 2012, 2017
| |
Zapotitlán Tablas
|
2
|
2009 y 2010
| |
Jalisco
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Cuautitlán de García Barragán
|
2
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2006 y 2008
|
Michoacán
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Buenavista
|
3
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2005, 2008, y 2013
|
Santa Ana Maya
|
2
|
2009 y 2013
| |
Morelos
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Tetecala
|
2
|
2013 y 2016
|
Oaxaca
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San José del Progreso
|
2
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2010 y 2016
|
San Miguel Tilquiápam
|
2
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2012 y 2013
| |
Veracruz
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Juan Rodríguez Clara
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2
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2010*
|
*Dos homicidios fueron cometidos el mismo año.
3. ¿Quiénes son las víctimas?
A pesar de que las autoridades federales y locales han indicado que los presidentes municipales son presuntamente víctimas del crimen organizado, la evidencia revela que existen otros factores asociados. Con base en nuestra investigación, encontramos que han sido asesinados 101 exalcaldes, 58 alcaldes en funciones, 11 alcaldes electos y ocho alcaldes suplentes. Se debe señalar que también existen ataques a sus familiares y a otras autoridades locales como síndicos y regidores.
Los ediles que no son de la misma filiación política que el gobernador del estado, o del presidente de la república en turno, son más propensos a ser ejecutados. Al respecto, encontramos que los alcaldes del PRI son los más victimizados con el 42.7% (aunque también es cierto que hay más alcaldes de este partido), seguidos por los del PRD, 20.8% y en menor proporción del PAN con 16.3%.
Identificamos dos posibles explicaciones por las que ocurren estas ejecuciones: 1) vínculo directo o indirecto con grupos de delincuencia organizada, es decir, la asociación, traición u oposición a la operación de un grupo delictivo en el municipio y 2) violencia política, es decir, el homicidio responde a razones políticas, y el alcalde representa un obstáculo para ciertos grupos de interés.
4. ¿Cuál es el modus operandi?
Encontramos que un 74% de los asesinatos fueron cometidos con armas de fuego y que 85% de los ataques involucraron dos o más delincuentes. Entre los lugares más utilizados para asesinar a un alcalde son carreteras y calles (40%), seguido de sus hogares (27%). Los responsables de cometer el homicidio operan bajo un proceso de decisiones racionales y cuentan con una capacidad logística para adquirir armas de fuego e incluso reclutar a varios individuos para conocer mejor la rutina de la víctima y atacarla. Alrededor de un 60% de los homicidios suceden en municipios ubicados en un radio de 200 km de la capital del estado.
Comentarios finales
Los homicidios a presidentes municipales en México presentan varios retos y oportunidades para el mundo académico, políticos y expertos en seguridad y manejo de riesgos. No se debe ignorar la gravedad de la situación, ya que amenaza a las instituciones políticas del país. La evidencia indica que podría manifestarse un efecto epidemiológico y expandirse a otros municipios en un corto plazo o bien podría escalar hacía los gobernadores. Por tal motivo es conveniente impulsar fortalecer las capacidades a nivel municipal, considerando que la autoridad municipal es quien tiene una mayor proximidad con la ciudadanía. Este análisis situacional invita a cambiar el discurso público sobre el asesinato de los alcaldes; ofreciendo matices que eviten las falacias de generalización pero sobre todo a atender el problema antes de que sea demasiado tarde. Llevamos 14 años ignorando el problema, así que llego la hora de atender el problema con la seriedad que amerita.
AUTORES:
Maestra en Combate a la Delincuencia Organizada y Terrorismo por la University College London (UCL), y Consejera de #PropuestaMx.
Candidato a Doctor en Ciencias de la Seguridad por la University College London (UCL), y Consejero de #PropuestaMx.
Los autores agradecen el apoyo del Instituto Baker de Política Pública de la Universidad de Rice por la publicación de esta investigación y a Laura Ambrosio Jaramillo por la georreferenciación de datos.
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