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martes, 8 de noviembre de 2016

RICARDO ANAYA,la "HIPOCRESIA AZUL" del LIDER PANISTA....es la pobreza moral que también viene en azul celeste.

Imagen.-Twitter

Cuando una persona piensa que vive en el país equivocado, no puede tener vinculación alguna con la patria que le dio pasaporte. Ese es el verdadero problema de Ricardo Anaya.

No debería existir un solo protagonista de la vida pública que tuviese un pie en nuestro país y otro en el extranjero.  Las implicaciones de esto son muy graves.

De entrada, un profundo desprecio a lo mexicano.  A nuestras instituciones, a nuestros colegios, a nuestra forma de vivir.

Pretender inculcar a sus hijos, pequeños, una cultura distinta, una forma de ver el mundo diferente, cancela cualquier discurso político.

No interesa, no es el primer punto del análisis si Ricardo Anaya ha gastado todos sus ahorros, como dice, en llevarse a su familia a vivir a Atlanta, a sus hijos, pequeños a estudiar en una escuela privada exclusiva de allá, sino qué hay en su formación, en su forma de ver al país que, a no negar, aspira a gobernar.
La OBLE VIDA de ANAYA...El Universal...


Ser el dirigente de un partido político que, supongo, tiene una ideología nacionalista hace esto, todavía, más preocupante.  Porque hay un quiebre profundo entre lo que dice y lo que piensa, hay una mentira permanente en un discurso político de preocupación por los mexicanos.

¿Todos los mexicanos aspiran a vivir en Estados Unidos?  

Quiero creer que no es así. Incluso en las historias de quienes se fueron a vivir a ese país por falta de oportunidades, existe una constante de amor por México.  De querer vivir aquí.  Cuando no existe un titubeo, un conflicto para la transición de vivir en Atlanta, de tener “casa” ahí, es que en el esquema mental México no es la prioridad, antes, al contrario.

Los gobernantes que no pueden vivir en nuestro país por pésima fama pública, o quienes han sido corruptos tienen o quieren tener una casa en el extranjero.  Un lugar donde “esconderse”, qué sentido puede tener para el dirigente de un partido, diputado, que dirige un partido político hoy en la oposición “encerrarse” en Estados Unidos.

Los especialistas dicen que la participación activa de los padres, su presencia, es lo más importante.  Obvio que Anaya es omiso.  Que está fuera, lejos, la mitad del tiempo.  Como lo está de sus obligaciones partidarias y como diputado federal.

Es decir, no cumple con ninguno. No cumple con los ciudadanos que pagan su sueldo, no cumple con los del PAN, no cumple con sus hijos.

A esto hay que agregar las edades de sus hijos.  No están haciendo una maestría.

¿Qué sentido vivir en Estados Unidos si no van a seguir viviendo ahí?  ¿Para qué desadaptarlos a su realidad?  Pobres niños. Pobres de todos los panistas. Pobres de quienes pagamos su sueldo.

Lo cierto es que Anaya demuestra que piensa que se puede vivir mejor en Estados Unidos. Que se puede tener una educación mejor en Estados Unidos. Que se puede formar mejor a los hijos en Estados Unidos. Entonces para qué vivir en México, para qué ser diputado en México, para que pretender ser candidato presidencial en México.

Que se vaya al país de sus sueños.  Sin su sueldo.  Sin sus vinculaciones político partidarias.  Que en verdad se vaya, sea congruente y se quede en el mejor de los mundos posibles.

Los mexicanos queremos que la vida sea mejor para muchos aquí. Los mexicanos a final de cuentas solamente podemos tener un lugar dónde vivir: México.


fuente.-Isabel Arvide
@isabelarvide

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