A más de cinco meses de la estrategia federal en Iguala, Guerrero, no se han obtenido los resultados esperados. Luego de ser señalado como uno de los municipios más violentos del país, la incidencia de asesinatos, hallazgo de cadáveres y detenciones de criminales continúan a la orden del día.
Iguala,GRO.-18/Mar/2015 Un claro ejemplo de ello son las jornadas violentas de la última semana, situación similar a la que acontece en Acapulco, que han dejado al menos 19 muertes en este municipio gobernado por Silviano Mendiola Pérez.
Tan sólo ayer, se dio a conocer la detención de dos jóvenes armados, presuntos sicarios ligados con al menos una decena de homicidios recientes. A ambos detenidos, de 21 años de edad, se les aseguraron armas cortas, cargadores y cartuchos útiles.
Otro fenómeno que persiste es el hallazgo de entierros clandestinos. Aunque hace unos meses las pesquisas encabezadas por personal de la PGR estaban enfocadas a la indagatoria entorno a la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Los cadáveres de un hombre y una mujer, con huellas de tortura y maniatados, fueron localizados ayer en una fosa clandestina en el poblado de La Joya. Los restos formarán parte de las investigaciones para identificar a los más de 300 desaparecidos en la región que reportó el Comité de Familiares de las Otras Víctimas de desaparición forzada.
¿Delitos de bajo impacto?
De acuerdo con especialistas consultados por este diario, la ola de violencia tanto en Iguala como en el resto del estado, no ha podido ser contenida por las autoridades de forma contundente, a pesar de la desaparición de normalistas el 26 de septiembre pasado.
“19 muertos en Iguala en menos de una semana; entonces si se da la detención de estos objetivos (en referencia a la captura de capos) que sí son importantes y siempre será buena detención, pero qué tanto se hace para retener el repunte de la violencia local”, advirtió Javier Oliva Posada, especialista en seguridad y académico de la UNAM.
Dentro de esa “ola violenta”, que a decir del experto se debe en gran medida de la pugna que mantiene los grupos criminales de Los Rojos y los Guerrero Unidos, las víctimas colaterales se han convertido en familias y pobladores ajenos a la conflictividad delictiva y a los esfuerzos de las autoridades por abatirla.
Un ejemplo de ello fue el miltihomicidio de una familia, cuyos cuatro integrantes fueron acribillados por hombres armados al interior de su propia casa, el martes de la semana pasada.
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