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lunes, 7 de enero de 2019

RESPONSABILIZABA a MILITARES del AUMENTO de la "TASA CRIMINAL" y AHORA "PIDE a GRITOS" la GUARDIA NACIONAL...en el pecado la penitencia.

Mario Delgado, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, urgió a los legisladores aprobar la reforma constitucional que dará creación a la Guardia Nacional.

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El legislador aseguró que su bancada está lista para trabajar sobre el tema en el periodo extraordinario de sesiones que iniciará el próximo 16 de enero.

"Me sumo a la urgencia del Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador para tener lo más pronto posible un cuerpo de seguridad que pueda controlar el territorio nacional en materia de seguridad, pero con la coordinación con todas las policías estatales y municipales", dijo.

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"México no puede seguir como hasta ahora en el combate al crimen organizado. No hay tiempo que perder, la creación de la Guardia Nacional es una urgencia no sólo de nuestro grupo parlamentario, sino del País en su conjunto, de Gobernadores, Alcaldes y sociedad".

El presidente de la Junta de Coordinación Política confirmó que esta semana iniciarán las audiencias en la Cámara baja para discutir el contenido de la reforma constitucional.

Detalló que el martes 8 de enero están convocados los Gobiernos estatales, el 9 de las asociaciones y Gobiernos municipales; el día 10 organizaciones civiles, académicos y expertos; el viernes 11, integrantes del Gobierno federal; y el sábado 12, organismos internacionales e investigadores.

"Todo con el fin de generar la más amplia discusión que permita transitar en la búsqueda de acuerdos y consensos para aprobar el 16 de enero, cuando comienza el periodo extraordinario, la reforma constitucional para crear la Guardia Nacional", expresó.

Fuente.-(Imagen/internet)


LOS "HUACHICULEROS OPERABAN DESDE el GOBIERNO",DICE el PRESIDENTE "BOQUIFLOJO" que "ACUSA,NO PRUEBA y NO CASTIGA"...amenaza a quienes quieren jugar a las vencidas.

El presidente Andrés Manuel López Obradoraseguró que el robo de combustibles se permitía “desde el gobierno” y había una actitud de “complicidad plena” al interior de Petróleos Mexicanos.

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“Se robaban 60 mil millones de pesos al año de combustibles, con el huachicol, y nos hacían creer de que era por la ordeña de los ductos, los huachicoleros, toda una cortina de humo, toda una farsa, porque en realidad este robo se permitía desde el gobierno, se daba al interior del gobierno, ahí se manejaba todo el sistema de conducción de los combustibles, ahí se maneja toda la transportación de las gasolinas, ahí es donde se ve en los monitores cómo van los ductos, qué presión tienen, ahí se advierte cuando no hay presión porque están desviando el combustible a redes paralelas que se crearon con ese propósito”, dijo.

“Cuando llegamos al gobierno y nos informan, porque se tenía toda la información diaria del robo, esto desde el gobierno del presidente Fox, se tenía hasta contabilizado el robo en Hacienda, ya sabían que había que descontar en aquel entonces alrededor de 10 mil millones, por robo de combustible, pero ahora llegó a más de 60 mil millones. Es de sentido común: ¿cómo va a ser huachicoleo si estamos hablando de que hace 30 días se robaban más de mil pipas diarias de 15 mil litros cada pipa?, ¿cómo distribuyen toda esa gasolina robada? Había una actitud de complicidad plena al interior de Pemex y eso es lo que estamos corrigiendo. Hace dos días de robarse mil 100 pipas logramos que bajara a 36 pipas”, expuso desde Tijuana.

Son “intereses creados”, “muy poderosos”, pero “al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie. Ahora hay estado de derecho, ya no hay estado de chueco”, sostuvo.

“Están ahí presionando, pensando que nos van a vencer. Que no quieran jugar a las vencidas porque va a triunfar la ley y va a triunfar la justicia”, confió.

Fuente.-

domingo, 6 de enero de 2019

FUE a PESCAR y "PESCO PAQUETE con 27 KILOS de COCAINA"...solo uno de muchos casos.


Hace días pasé mis vacaciones en Puerto Escondido. Fui al mar. Pesqué por primera vez. Fue más difícil de lo que pensé y considero que no tengo muchísimas habilidades para esto. “En el mar puedes encontrar muchísimas cosas, incluso a veces hemos pescado corales, cofres, cosas que la gente deja botada. Es una lotería”, me dijo Martín, que lleva toda su vida pescando.

Dije eso para poder empezar con algo que tuviese que ver con encontrar cosas extrañas en el mar. Hace días, las autoridades de Florida dijeron que un pescador pescó un paquete que resultó estar lleno con hasta 60 libras de presunta cocaína.

La Oficina del Sheriff del Condado de Monroe dijo que un pescador regresaba a Islamorada en los Cayos de Florida cuando vio una paca en un muelle el sábado por la mañana. El pescador usó un una red para jalar el paquete en su bote y determinó que estaba lleno de un polvo blanco no identificado.

Los oficiales del alguacil y los investigadores de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos respondieron y descubrieron que el paquete contenía 25 paquetes envueltos en plástico de lo que se cree que es cocaína. Los paquetes fueron entregados a las autoridades federales.

“Esto sucede con bastante regularidad, aproximadamente una o dos veces al año”, dijo a CNN el portavoz de la oficina del alguacil, Adam Linhardt. “Vivimos en una parte del país donde esto es común”.

Encontraron 18 millones de dólares en cocaína dentro de unas bananas que tenían como destino una prisión de Texas.

Foto vía Wikimedia.

La policía de Texas encontró una donación de bananas dentro de unas cajas con cocaína valorada en 18 millones de dólares. Tenían como destino una prisión en Texas. El Departamento de Justicia Criminal de Texas dijo en una publicación en su Facebook que había 45 cajas provenientes de Ports of America en Freeport. Las bananas fueron donadas porque ya estaban maduras.

"Dos sargentos llegaron para recoger las bananas. Una de las cajas se sentía diferente a las otras. Cortaron las correas, sacaron la caja y la abrieron para darse cuenta que algo no estaba del todo bien"; dice la publicación de Facebook.

La aduana llegó a la escena para investigar lo que había dentro de las cajas y la sustancia resultó ser cocaína. Se descubrieron 540 paquetes como este dentro del envío, con un valor estimado de 18 millones de dólares.


El departamento dice que los funcionarios federales y las Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos están investigando para conocer la procedencia y origen de estos paquetes.

Encontraron 20 kilos de cocaína flotando en una playa australiana.

El ladrillo de coca fue descubierto por kayakistas, y tiene un valor estimado de 7 millones de dólares.

La semana pasada, unos kayakistas que estaban remando en la costa este de Australia se toparon con un ladrillo de 20 kilos de cocaína. El paquete flotaba en las aguas de Trial Bay, en la costa central del norte de Nueva Gales del Sur, y las autoridades locales lo sacaron rápidamente antes de entregarlo a la Policía Federal Australiana. Tiene un valor estimado de 7 millones de dólares.

No se sabe de dónde llegó la coca, a dónde se dirigía ni cómo terminó aquí, en una playa tranquila al sur de Port Macquarie. La policía sospecha que podría estar vinculado a un cargamento de 600 kilos que fue confiscado luego de ser arrojado al océano cerca de Byron Bay a principios de este año, pero no están seguros. Ahora solicitan que cualquier persona que sepa algo sobre el misterioso paquete negro se presente.

"Cualquier información adicional que podamos obtener del público podría ayudarnos a establecer cómo terminó este paquete en Trial Bay", dijo el superintendente del detective Andrew Donoghoe en una declaración. “Si alguien vio algo sospechoso o fuera de lo común en esa área, infórmelo. Podría ser información valiosa para la policía".

"Un hallazgo como este es una preocupación para la policía, y estamos agradecidos de poder hacernos cargo antes de que causara daño en nuestra comunidad", dijo el comandante del Distrito de Policía de la Costa Norte de la Fuerza de Policía de Nueva Gales del Sur, el Superintendente Paul Fehon. "Si bien creemos que esto podría ser un hallazgo aislado, insto a cualquier miembro de la comunidad que encuentre algo sospechoso en la playa o en el agua para que se comunique con la policía local de inmediato".

fuente.-

EL "COLETAZO del HUACHICOL" ESCENIFICADO por GARCIA LUNA y ROMERO DESCHAMPS...un par de corruptos.

“Señor secretario, lo prevengo de que una medida arbitraria contra compañeros del sindicato, sin bases ni pruebas, nos hará protestar paralizando al país; tome usted sus decisiones, y asuma las consecuencias…”.

Palabras más, palabras menos, este es el diálogo que Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), refería haber sostenido con Carlos Romero Deschamps, el poderoso dirigente del sindicato petrolero, cuando discutieron evidencias de que personal participaba en el robo de combustible, desde instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex).

García Luna, el hombre que gozaba de la mayor confianza presidencial en temas de seguridad, decía contar con pruebas que implicaban a trabajadores y a funcionarios de la empresa petrolera, pero decidió mirar hacia otro lado, y recomendó a varios gobernadores estatales hacer lo mismo, ante un delito que entonces representaba al Estado pérdidas estimadas superiores a los 10 mil millones de pesos anuales.
Esa cifra se multiplicó durante la administración Peña Nieto, cuando el problema fue atribuido a comunidades marginadas que “chupaban” ductos, dejando de lado los señalamientos de corrupción en Pemex como factor relevante, especialmente ante indicios de que el crimen organizado controla este negocio.
José Antonio González, a la sazón director de Pemex (luego sería secretario de Hacienda), descartó públicamente que el robo de gasolinas superara 30 mil millones de pesos al año. El presidente López Obrador acaba de sostener que equivale al doble.
En el pasado verano, durante una batida en Puebla contra la perforación de ductos de gasolina, un destacamento de la Policía Federal acampó en una vieja bodega en cuyas cercanías había sido destruido equipo de huachicoleros, o ladrones de combustible. Por la madrugada los despertó el ruido de varios vehículos: eran trabajadores de Pemex reconectando mangueras para que el saqueo siguiera. Fueron arrestados, pero después se les liberó.
En esa misma entidad, un ex director de Seguridad Pública estatal, Facundo Rosas (ex colaborador de García Luna y señalado por narcotraficantes de recibir sobornos), debió renunciar en 2015 luego de que dos altos subordinados fueron capturados por el Ejército mientras escoltaban el traslado de gasolina robada. Rosas había sido designado dos años antes por el entonces gobernador Rafael Moreno Valle. Los procesados recibieron sentencias menores, por lo que saldrán a la calle este mismo año.
Durante más de una década, la cuádruple crisis (de seguridad, económica, social y política) ligada al huachicol ha despertado disimulo y complicidad por parte de entidades gubernamentales, de todos los niveles.  Ello trajo la percepción de un gigantesco caso de corrupción que implica seguramente a múltiples actores.
El anuncio realizado por López Obrador en los últimos días del año, en el contexto de la muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y de su esposo, el citado Moreno Valle, coordinador del PAN en el Senado, despertó expectativas positivas, pero también atrajo comentarios de que solo se buscó tender una cortina de humo ante la polémica desatada por la tragedia en Puebla.
Como ha ocurrido en otros momentos de tensión en los que Pemex está implicado, varias regiones del país, especialmente el centro, encaran hoy una creciente escasez de combustibles. El gobierno ha dicho que ello es provocado por un nuevo sistema de distribución de gasolinas, mediante pipas, lo que podría no resistir una discusión seria.
Un eje crucial de todo el problema radica en Guanajuato, donde diagnósticos serios demuestran la correlación entre el índice de homicidios en la entidad y la operación de bandas criminales ligadas al huachicol. Cerca del 30% de los ductos de Pemex cruzan por territorio de ese estado, que ha sido convertido en zona de guerra por dos cárteles que se disputan el negocio (Jalisco Nueva Generación y Santa Rosa de Lima). El gobernador, Diego Sinhué, impulsa una estrategia con la participación de la Marina, y ha tenido reuniones con miembros del gabinete de López Obrador sobre el tema, en espera de más apoyo.
Todavía faltan profundidad y claridad a los anuncios oficiales contra la mafia criminal (así como sindical e institucional, en Pemex) del huachicol. Sin detenidos a la vista, sin más acciones y menos impunidad, estaremos ante el riesgo de un nuevo caso de simulación.  
Apuntes: Germán Martínez, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, entró la semana pasada en el terreno políticamente resbaladizo que justificó su nombramiento en una posición que será pivote de un nuevo sistema de salud. El IMSS encara ya presiones operativas y laborales por su nueva red de clínicas en zonas marginadas; tendrá un enorme peso en los estados y, por si hiciera falta, el funcionario deberá lidiar con las especulaciones que lo proyectan como candidato a la gubernatura de Michoacán en 2021.

fuente.-rockroberto @gmail.com

"SI ME ATRAPAN o ME MATAN NADA CAMBIA",DIJO en ENTREVISTA en 2010 el "MAYO ZAMBADA"...y ni uno ni lo otro.

Este lunes 7 se cumple el cuarto aniversario de la muerte de Julio Scherer García, en cuya memoria reproducimos el texto que escribió en 2010 sobre su encuentro con Ismael Zambada, sin duda un hito en la historia reciente del reporterismo en México. El texto adquiere particular relevancia por los señalamientos que ha hecho Vicente, el hijo del Mayo, en sus declaraciones como testigo de la fiscalía en el juicio al Chapo Guzmán, en Nueva York.

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Un día de febrero recibí en Proceso un mensaje que ofrecía datos claros acerca de su veracidad. Anunciaba que Ismael Zambada deseaba conversar conmigo.
La nota daba cuenta del sitio, la hora y el día en que una persona me conduciría al refugio del capo. No agregaba una palabra.
A partir de ese día ya no me soltó el desasosiego. Sin embargo, en momento alguno pensé en un atentado contra mi persona. Me sé vulnerable y así he vivido. No tengo chofer, rechazo la protección y generalmente viajo solo, la suerte siempre de mi lado.
La persistente inquietud tenía que ver con el trabajo periodístico. Inevitablemente debería contar las circunstancias y pormenores del viaje, pero no podría dejar indicios que llevaran a los persecutores del capo hasta su guarida. Recrearía tanto como me fuera posible la atmósfera del suceso y su verdad esencial, pero evitaría los datos que pudieran convertirme en un delator.
Me hizo bien recordar a Octavio Paz, a quien alguna vez le oí decir, enfático como era:
“Hasta el último latido del corazón, una vida puede rodar para siempre.”
u u u
Una mañana de sol absoluto, mi acompañante y yo abordamos un taxi del que no tuve ni la menor idea del sitio al que nos conduciría. Tras un recorrido breve, subimos a un segundo automóvil, luego a un tercero y finalmente a un cuarto. Caminamos en seguida un rato largo hasta detenernos ante una fachada color claro. Una señora nos abrió la puerta y no tuve manera de mirarla. Tan pronto corrió el cerrojo, desapareció.
La casa era de dos pisos, sólida. Por ahí había cinco cuadros, pájaros deformes en un cielo azuloso. En contraste, las paredes de las tres recámaras mostraban un frío abandono. En la sala habían sido acomodados sillones y sofás para unas diez personas y la mesa del comedor preveía seis comensales.
Me asomé a la cocina y abrí el refrigerador, refulgente y vacío. La curiosidad me llevó a buscar algún teléfono y sólo advertí aparatos fijos para la comunicación interna. La recámara que me fue asignada tenía al centro una cama estrecha y un buró de tres cajones polvosos. El colchón, sin sábana que lo cubriera, exhibía la pobreza de un cobertor viejo. Probé el agua de la regadera, fría, y en el lavamanos vi cuatro botellas de Bonafont y un jabón usado.
Hambrientos, el mensajero y yo salimos a la calle para comer, beber lo que fuera y estirar las piernas. Caminamos sin rumbo hasta una fonda grata, la música a un razonable volumen. Hablamos sin conversar, las frases cortadas sin alusión alguna a Zambada, al narco, la inseguridad, el ejército que patrullaba las zonas periféricas de la ciudad.
Volvimos a la casa desolada ya noche. Nos levantaríamos a las siete de la mañana. A las ocho del día siguiente desayunamos en un restaurante como hay muchos. Yo evitaba cualquier expresión que pudiera interpretarse como un signo de impaciencia o inquietud, incluso la mirada insistente a los ojos, una forma de la interrogación profunda. El tiempo se estiraba, indolente, y comíamos con lentitud.
Las horas siguientes transcurrieron entre las cuatro paredes ya conocidas. Yo llevaba conmigo un libro y me sumergí en la lectura, a medias. Mi acompañante parecía haber nacido para el aislamiento. Como si nada existiera a su alrededor, llegué a pensar que él mismo pudiera haber desaparecido sin darse cuenta, sin advertirlo. Me duele escribir que no tenía más vida que la servidumbre, la existencia sin otro horizonte que el minuto que viene.
“Ya nos avisarán –me dijo sorpresivamente–. La llamada vendrá por el celular.”
Pasó un tiempo informe, sin manecillas. “Paciencia”, me decía.
Salimos al fin a la oscuridad de la noche. En unas horas se cruzarían el ocaso y el amanecer sin luz ni sombra, quieto el mundo.
u u u
Viajamos en una camioneta, seguidos de otra. La segunda desapareció de pronto y ocupó su lugar una tercera. Nos seguía, constante, a cien metros de distancia. Yo sentía la soledad y el silencio en un paisaje de planicies y montañas.
Por veredas y caminos sinuosos ascendimos una cuesta y de un instante a otro el universo entero dio un vuelco. Sobre una superficie de tierra apisonada y bajo un techo de troncos y bejucos, habíamos llegado al refugio del capo, cotizada su cabeza en millones de dólares, famoso como El Chapo y poderoso como el colombiano Escobar, en sus días de auge, zar de la droga.
Ismael Zambada me recibió con la mano dispuesta al saludo y unas palabras de bienvenida:
–Tenía mucho interés en conocerlo.
–Muchas gracias –respondí con naturalidad.
Me encontraba en una construcción rústica de dos recámaras y dos baños, según pude comprobar en los minutos que me pude apartar del capo para lavarme. Al exterior había una mesa de madera tosca para seis comensales, y bajo un árbol que parecía un bosque, tres sillas mecedoras con una pequeña mesa al centro. Me quedó claro que el cobertizo había sido levantado con el propósito de que el capo y su gente pudieran abandonarlo al primer signo de alarma. Percibí un pequeño grupo de hombres juramentados.
A corta distancia del narco, los guardaespaldas iban y venían, a veces los ojos en el jefe y a ratos en el panorama inmenso que se extendía a su alrededor. Todos cargaban su pistola y algunos, además, armas largas. Dueño de mí mismo, pero nervioso, vi en el suelo un arma negra que brillaba intensamente bajo un sol vertical. Me dije, deliberadamente forzada la imagen: podría tratarse de un animal sanguinario que dormita.
–Lo esperaba para que almorzáramos juntos–, me dijo Zambada y señaló la silla que ocuparía, ambos de frente.
Observé de reojo a su emisario, las mandíbulas apretadas. Me pedía que no fuera a decir que ya habíamos desayunado.
Al instante fuimos servidos con vasos de jugo de naranja y vasos de leche, carne, frijoles, tostadas, quesos que se desmoronaban entre los dedos o derretían en el paladar, café azucarado.
–Traigo conmigo una grabadora electrónica con juego para muchas horas–, aventuré con el propósito de ir creando un ambiente para la entrevista.
–Platiquemos primero.
u u u
Le pregunté al capo por Vicente, Vicentillo.
–Es mi primogénito, el primero de cinco. Le digo “Mijo”. También es mi compadre.
Zambada siguió en la reseña personal:
–Tengo a mi esposa, cinco mujeres, quince nietos y un bisnieto. Ellas, las seis, están aquí, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena, el cielo no.
–No le entiendo.
–A veces el cielo niega la lluvia.
Hubo un silencio que aproveché de la única manera que me fue posible:
–¿Y Vicente?
–Por ahora no quiero hablar de él. No sé si está en Chicago o Nueva York. Sé que estuvo en Matamoros.
–He de preguntarle, soy lo que soy. A propósito de su hijo, ¿vive usted su extradición con remordimientos que lo destrocen en su amor de padre?
–Hoy no voy a hablar de “Mijo”. Lo lloro.
–¿Grabamos?
Silencio.
–Tengo muchas preguntas–, insistí ya debilitado.
–Otro día. Tiene mi palabra.
Lo observaba. Sobrepasa el 1.80 de estatura y posee un cuerpo como una fortaleza, más allá de una barriga apenas pronunciada. Viste una playera y sus pantalones de mezclilla azul mantienen la línea recta de la ropa bien planchada. Se cubre con una gorra y el bigote recortado es de los que sugieren una sutil y permanente ironía.
–He leído sus libros y usted no miente–, me dice.
Detengo la mirada en el capo, los labios cerrados.
–Todos mienten, hasta Proceso. Su revista es la primera, informa más que todos, pero también miente.
–Señáleme un caso.
–Reseñó un matrimonio que no existió.
–¿El del Chapo Guzmán?
–Dio hasta pormenores de la boda.
–Sandra Ávila cuenta de una fiesta a la que ella concurrió y en la que estuvo presente El Chapo.
–Supe de la fiesta, pero fue una excepción en la vida del Chapo. Si él se exhibiera o yo lo hiciera, ya nos habrían agarrado.
–¿Algunas veces ha sentido cerca al Ejército?
–Cuatro veces. El Chapo más.
–¿Qué tan cerca?
–Arriba, sobre mi cabeza. Hui por el monte, del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo. A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al Chapo. Para que hoy pudiéramos reunirnos, vine de lejos. Y en cuanto terminemos, me voy.
–¿Teme que lo agarren?
–Tengo pánico de que me encierren.
–Si lo agarraran, ¿terminaría con su
vida?

–No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría.
Advierto que el capo cuida las palabras. Empleó el término arrestos, no el vocablo clásico que naturalmente habría esperado.
Zambada lleva el monte en el cuerpo, pero posee su propio encierro. Sus hijos, sus familias, sus nietos, los amigos de los hijos y los nietos, a todos les gustan las fiestas. Se reúnen con frecuencia en discos, en lugares públicos y el capo no puede acompañarlos. Me dice que para él no son los cumpleaños, las celebraciones en los santos, pasteles para los niños, la alegría de los quince años, la música, el baile.
–¿Hay en usted espacio para la tranquilidad?
–Cargo miedo.
–¿Todo el tiempo?
–Todo.
–¿Lo atraparán, finalmente?
–En cualquier momento o nunca.
Zambada tiene sesenta años y se inició en el narco a los dieciséis. Han transcurrido cuarenta y cuatro años que le dan una gran ventaja sobre sus persecutores de hoy. Sabe esconderse, sabe huir y se tiene por muy querido entre los hombres y las mujeres donde medio vive y medio muere a salto de mata.
–Hasta hoy no ha aparecido por ahí un traidor–, expresa de pronto para sí. Lo imagino insondable.
–¿Cómo se inició en el narco?
Su respuesta me hace sonreír.
–Nomás.
–¿Nomás?
Vuelvo a preguntar:
–¿Nomás?
Vuelve a responder:
–Nomás.
Por ahí no sigue el diálogo y me atengo a mis propias ideas: el narcotráfico como un imán irresistible y despiadado que persigue el dinero, el poder, los yates, los aviones, las mujeres propias y ajenas con las residencias y los edificios, las joyas como cuentas de colores para jugar, el impulso brutal que lleve a la cúspide. En la capacidad del narcotráfico existe, ya sin horizonte y aterradora, la capacidad para triturar.
u u u
Zambada no objeta la persecución que el gobierno emprende para capturarlo. Está en su derecho y es su deber. Sin embargo, rechaza las acciones bárbaras del Ejército.
Los soldados, dice, rompen puertas y ventanas, penetran en la intimidad de las casas, siembran y esparcen el terror. En la guerra desatada encuentran inmediata respuesta a sus acometidas. El resultado es el número de víctimas que crece incesante. Los capos están en la mira, aunque ya no son las figuras únicas de otros tiempos.
–¿Qué son entonces? –pregunto.
Responde Zambada con un ejemplo fantasioso:
–Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió.
–¿Nada, caído el capo?
–El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí.
A juicio de Zambada, el gobierno llegó tarde a esta lucha y no hay quien pueda resolver en días problemas generados por años. Infiltrado el gobierno desde abajo, el tiempo hizo su “trabajo” en el corazón del sistema y la corrupción se arraigó en el país. Al presidente, además, lo engañan sus colaboradores. Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida.
–¿Por qué perdida?
–El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción.
–Y usted, ¿qué hace ahora?
–Yo me dedico a la agricultura y a la ganadería, pero si puedo hacer un negocio en los Estados Unidos, lo hago.
u u u
Yo pretendía indagar acerca de la fortuna del capo y opté por valerme de la revista Forbes para introducir el tema en la conversación.
Lo vi a los ojos, disimulado un ánimo ansioso:
–¿Sabía usted que Forbes incluye al Chapo entre los grandes millonarios del mundo?
–Son tonterías.
Tenía en los labios la pregunta que seguiría, ahora superflua, pero ya no pude contenerla.
–¿Podría usted figurar en la lista de la revista?
–Ya le dije. Son tonterías.
–Es conocida su amistad con El Chapo Guzmán y no podría llamar la atención que usted lo esperara fuera de la cárcel de Puente Grande el día de la evasión. ¿Podría contarme de qué manera vivió esa historia?
–El Chapo Guzmán y yo somos amigos, compadres y nos hablamos por teléfono con frecuencia. Pero esa historia no existió. Es una mentira más que me cuelgan. Como la invención de que yo planeaba un atentado contra el presidente de la República. No se me ocurriría.
–Zulema Hernández, mujer del Chapo, me habló de la corrupción que imperaba en Puente Grande y de qué manera esa corrupción facilitó la fuga de su amante. ¿Tiene usted noticia acerca de los acontecimientos de ese día y cómo se fueron desarrollando?
–Yo sé que no hubo sangre, un solo muerto. Lo demás, lo desconozco.
Inesperada su pregunta, Zambada me sorprende:
–¿Usted se interesa por El Chapo?
–Sí, claro.
–¿Querría verlo?
–Yo lo vine a ver a usted.
–¿Le gustaría…?
–Por supuesto.
–Voy a llamarlo y a lo mejor lo ve.
La conversación llega a su fin. Zambada, de pie, camina bajo la plenitud del sol y nuevamente me sorprende:
–¿Nos tomamos una foto?
Sentí un calor interno, absolutamente explicable. La foto probaba la veracidad del encuentro con el capo.
Zambada llamó a uno de sus guardaespaldas y le pidió un sombrero. Se lo puso, blanco, finísimo.
–¿Cómo ve?
–El sombrero es tan llamativo que le resta personalidad.
–¿Entonces con la gorra?
–Me parece.
El guardaespaldas apuntó con la cámara y disparó. 
Fuente.-

LOPEZ OBRADOR y el "GANSO que se VOLVIO GALLINA" CACARAQUEANDO de NOCHE y de DIA...que le avisen que ya es presidente.

Alguien haga la caridad de informarle a Andrés Manuel López Obrador que ya es presidente de la república.
Alguien haga la caridad de explicarle, que dicha condición, implica necesariamente gobernar para todos los mexicanos, sin distinciones.
Alguien haga la caridad de instruir a Andrés Manuel López Obrador, respecto del ceremonial, obligaciones y protocolos consustanciales a su cargo y tenga a bien explicarle, que todo lo que derive en tales casos consecuentemente, no es transferible. Implican situaciones que deben atenderse de manera personal.
Alguien haga la caridad de instruir a López Obrador, respecto de lo inconveniente de injuriar a su pueblo; debe ser capaz de entender que no todos lo apoyarán. Tendrá opositores y es sano y hasta necesario que los tenga; habrán discrepancias, pero eso no significa que el primer mandatario de golpe y porrazo pretenda eliminar a quienes lo critiquen o cuestionen. Andrés Manuel debe recordar que manda en un gobierno republicano y democrático y que no encabeza una monarquía absoluta.
Alguien haga la caridad de informarle a Andrés Manuel López Obrador que es humano, que no es un redentor, ni el mesías, como algunos se empeñan en hacerle creer. Que es imperfecto y falible y no omnisciente y omnipotente, como muchos de sus aduladores insisten en musitarle al oído.
Alguien haga la caridad de explicarle a Andrés Manuel López Obrador que los problemas se enfrentan y resuelven, no se evaden, se afrontan y no se rehuyen y como mandatario hay que tener siempre la hombría de dar la cara y no escurrir el bulto, dejando a otro y menos si es mujer, la responsabilidad de enfrentar conflictos que no son de su encargo, porque eso no es legal, ni moralmente conveniente, ni es precisamente varonil.
Alguien haga la caridad de decirle a Andrés Manuel López Obrador, que los mexicanos queremos un presidente que no se raje y que no corra a la hora de los trancazos. Alguien que sepa asumir su papel de liderazgo y guía.
Alguien haga la caridad de indicarle a Andrés Manuel López Obrador, que por favor no vaya a salir nuevamente con la monserga de que no fue por temor a lo que se dijera en las benditas redes sociales y porque le dio miedo enfrentar un ambiente adverso, donde podían confrontarlo o insultarlo.
Alguien haga la caridad de decirle a Andrés Manuel López Obrador que no nos vaya a salir otra vez con el cuento de que el ganso, se volvió gallina.
Dios, Patria y Libertad
fuente.-Guillermo Barrera/ (imagen/twitter)

PROPONE el "PAN" MULTAR a OPERADORES TELEFONICOS por "NO BLOQUEAR SEÑAL CELULAR" en PENALES BAJO CONTROL NARCO...asi de ilusos

Cada año se realizan más de cinco millones de llamadas telefónicas para extorsionar, de ellas, 3.7 millones salen de las cárceles del país; lo que evidencia que las concesionarias del servicio móvil de telefonía incumplen con bloquear la señal en los centros penitenciarios del país.
Reportes del 2017, revelan que de enero a agosto, se registraron 206 mil reportes de personas que fueron víctimas de alguna extorsión, el informe del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), señala asimismo que en ese año hubo cinco millones de llamadas en el país. De ellas, 63.95% hacia líneas fijas y 36.05% hacia líneas móviles. Datos de la Asociación Nacional de Telecomunicaciones destaca que de ese universo, 3.7 millones fueron para extorsionar y salieron de las cárceles.
Ante tal panorama, la Comisión de Comunicaciones y Transportes de la Cámara de Diputados analiza establecer las sanciones para las concesionarias telefónicas que incumplan con la obligación de bloquear las llamadas provenientes de los centros penitenciarios.
La iniciativa es impulsada por el diputado Jorge Luis Preciado Rodríguez de la fracción del Partido Acción Nacional (PAN), propone crear un capítulo denominado “Sanciones en materia de Seguridad y Justicia”, con la meta de establecer una multa equivalente de 1.1 a 4% de los ingresos del concesionario o autorizado que incumpla con esa obligación, y en caso de reincidencia reiterada, la revocación de las concesiones.
Para la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, el legislador se sustenta en estudios revelados por el Comité Especializado de Estudios de Investigación en Telecomunicaciones, que expone que cada semana, en un solo penal, se realizan hasta 219 mil 700 llamadas. En algunos centros penitenciarios estatales se hacen en siete días más de 43 mil llamadas, usando solamente 90 equipos, y en federales más de 19 mil, con igual número de equipos.
El diputado blanquiazul destacó que lo anterior “habla de la notoria falta de cumplimiento con la obligación contenida en la fracción VIII del artículo 190” de la citada ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
El ordenamiento precisa que las concesionarias tienen la obligación de bloquear las llamadas que salgan de los centros de readaptación social y penitenciarios, sin embargo, dicha disposición no se respeta y el IFT tiene la responsabilidad de exigirles la observancia de este compromiso.
Preciado Rodríguez aseguró que “actualmente no pasa nada con las empresas de telefonía que incumplen la ley, porque no existe una sanción suficientemente coercitiva para obligar su acatamiento, lo cual afecta a la sociedad, ya que la inobservancia trae consigo el alza de la extorsión telefónica”.
De esa forma, estimó que, para determinar, el monto de las multas deberá considerar la gravedad del desacato, la capacidad económica del infractor y la reincidencia; precisó que las multas serían ejecutadas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y el importe obtenido se destinaría al Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral de las Víctimas que contempla la ley. 
fuente.-