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domingo, 8 de julio de 2018

LA "NSA" y las 8 CAPITALES del ESPIONAJE "GRINGO"...nada se les pasa de lo que por su cancha pasa.

La misión principal de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional por sus siglas en inglés) es obtener datos de inteligencia extranjera. La agencia tiene el poder legal de monitorear correos electrónicos, llamadas telefónicas y otras formas de correspondencia que sea transportada por los EU. También puede obligar a empresas como AT&T a instalar equipo de espionaje en sus redes.
Bajo una orden de la era del gobierno de Ronald Reagan (la Orden Ejecutiva 12333), la NSA tiene lo que denomina “autoridad de tránsito”, la cual, dice, le permite espiar “comunicaciones que se originan y terminan en países extranjeros pero que atraviesan el territorio estadounidense”. Eso incluye, por ejemplo, un email que envió una persona desde Francia a otra en México y que en ruta a su destino se enrutó por un servidor en California. De acuerdo con los documentos de la NSA, la agencia utilizaba las redes de AT&T hasta marzo de 2013 para obtener unos 60 millones de correos electrónicos de un país extranjero a otro cada día, o 1.8 mil millones al mes.
Sin una orden individual de un juez, es ilegal que la NSA espíe comunicaciones que sean totalmente domésticas, como emails que se envían y reenvían entre dos estadounidenses en Texas. Sin embargo, tras las consecuencias de los ataques terroristas del 9/11, la agencia comenzó a espiar las llamadas y correos electrónicos internacionales de estadounidenses que pasaban entre EU y otros países. El New York Times  expuso esa práctica en 2005 y detonó lo que se conoció como el escándalo de “las escuchas sin orden judicial”.
Los críticos denunciaron que el espionaje de las comunicaciones internacionales de los estadounidenses era ilegal puesto que la NSA lo había llevado a cabo sin obtener órdenes de los jueces y había actuado bajo órdenes del expresidente George W. Bush. En 2008, el Congreso se involucró en la disputa y, de manera controversial, autorizó algunos elementos del programa de espionaje sin orden judicial al implementar la Sección 702 de la Ley de Inteligencia y Espionaje al Extranjero, o FISA, por sus siglas en inglés. La nueva ley permitía que la NSA siguiera entrometiéndose en las comunicaciones internacionales de los estadounidenses sin una orden siempre y cuando lo hiciera de manera “incidental” en su monitoreo de extranjeros en otros países. Ejemplo de ello es si la NSA monitoreaba personas en Afganistán, y ellos se comunicaban con estadounidenses por teléfono, email o un chat vía internet.
En las redes de AT&T hay equipos diseñados para separar los datos de internet nacionales y extranjeros antes de pasarlos a la NSA, de acuerdo con los documentos de la agencia. Esta tecnología para filtrar a menudo se utiliza por proveedores de internet por cuestiones de seguridad, y les permite clasificar problemas dentro de sus redes, bloquear el spam, o monitorear ataques de hackers. Sin embargo, esas mismas herramientas se pueden utilizar para el espionaje del gobierno.
“Básicamente, puedes engañar a los enrutadores para redirigir un pequeño subconjunto de tráfico que te interese, el cual puedes examinar con mayor detalle”, dijo Jennifer Rexnord, una científica informática quien trabajó para AT&T Labs entre 1996 y 2005.
De acuerdo con los documentos de la NSA, la agencia programa sus sistemas de espionaje enfocados en ciertas direcciones IP (la serie de números digitales que identifican a una computadora), en alianza con naciones extranjeras. Un memorando secreto de 2012 detalla los esfuerzos de la agencia para detectar y espiar los datos de internet que pasan entre EU y algunas “regiones de interés”, incluyendo Irán, Afganistán, Israel, Nigeria, Pakistán, Yemen, Sudán, Túnez, Libia y Egipto. Sin embargo, este proceso no se basa en ciencias exactas y la gente puede utilizar herramientas que ofrecen privacidad o anonimato para cambiar o burlar sus direcciones IP. Una persona en Israel, por ejemplo, podría utilizar software de privacidad para disfrazar su acceso a internet en EU. Asimismo, un usuario de internet en EU podría simular que se conectó a internet en Israel. No es claro que tan efectivos son los sistemas de la NSA para detectar esas anomalías.
En octubre de 2011, la Corte de Espionaje e Inteligencia Extranjera, que autoriza las operaciones de espionaje dentro de la Sección 702 de la ley FISA, descubrió “limitaciones tecnológicas” en el equipo de escuchas de internet de la agencia. La corte refirió que el equipo era “generalmente incapaz de distinguir” entre algunos tipos de datos. En consecuencia, el Juez John D. Bates determinó que la NSA había estado interceptando las comunicaciones de “personas que no eran un blanco de EU, así como personas en EU”, en violación a las protecciones que la Cuarta Enmienda ofrece en contra de búsquedas y decomisos sin fundamento. El veredicto, que se desclasificó en agosto de 2013, concluyó que la agencia había obtenido casi 13 millones de “correspondencias de internet” en un periodo de seis meses, y que había obtenido, ilegalmente, “decenas de miles de comunicaciones totalmente nacionales” cada año.
El fondo del asunto es que la tecnología de la NSA no sólo se centraba en comunicaciones enviadas o recibidas de blancos específicos de su espionaje. Al contrario, la agencia revisaba los emails de las personas que hicieran mención de cierta información en torno al espionaje.
Un memorando ultrasecreto de la NSA sobre el veredicto de la Corte, que no se había hecho público, explicó que la agencia recolectaba mensajes masivos de la gente si en uno de ellos contenía un “selector”, como una dirección de email o un número telefónico incluido en una lista de blancos.
“Un ejemplo de ello es cuando un usuario de un servicio de correo web consultaba su bandeja de entrada. Si su inbox contenía un mensaje con un selector designado por la NSA, la agencia capturaba una copia de toda la bandeja, no sólo ese email en particular con el selector”, refirió el memo.
El veredicto de la Corte dio dos opciones a la agencia: cerrar por completo el espionaje basado en menciones de blancos; o asegurar salvaguardas para detener la revisión de comunicaciones obtenidas de forma ilegal. La NSA eligió la segunda opción y creó un “banner de advertencia” para prevenir a sus analistas que no leyeran ciertos mensajes a menos que pudieran confirmar la legalidad de su obtención”.
Pero el banner de advertencia no solucionó el problema. Los analistas de la NSA mantuvieron el acceso a las mismas bases de datos para buscar, ilegalmente, información sobre estadounidenses. 

En abril de 2017, la agencia reconoció públicamente  que estas violaciones, que describió como “incidentes de incumplimiento involuntario”. Dijo que dejaría de aplicar programas de espionaje autorizados bajo la Sección 702 de la ley FISA para captar mensajes con menciones de sus blancos, mencionando “limitaciones tecnológicas, los intereses privados de los ciudadanos de EU, así como ciertas dificultades en su implementación”.
Los mensajes que la NSA había obtenido ilegalmente se recolectaron mediante un método de espionaje conocido como “upstream” que la agencia continúa empleando para otros programas de espionaje autorizados por la Sección 702 de la FISA y la Orden Ejecutiva 12333. El método upstream incluye escuchas de las comunicaciones a su paso por las redes de internet, justo el tipo de espionaje que parece haber sucedido en las ocho ubicaciones identificadas por The Intercept.
El edificio de AT&T en Atlanta se construyó originalmente en la década de los 1920s para ser el centro telefónico más importante del centro de la ciudad.  La estructura art deco está hecha de cantera y se diseñó con la intención de ser el edificio más alto de la ciudad con 25 pisos. Sin embargo, a causa de la Gran Depresión, se dio marcha atrás a estos planes y al principio sólo tuvo 6 pisos. Entre 1947 y 1963, se hizo una ampliación para llegar a los 14 pisos, y una gran torre café de microondas que se alcanza a ver desde la distancia. Un perfil de edificio se encuentra en el sitio History Atlanta  señala que contiene “operaciones, intercambios telefónicos, y otro equipo de comunicaciones para AT&T.
Los mapas de la NSA y de AT&T indican que el edificio de Atlanta es uno de los centros de “conexión directa” que procesan el tráfico de internet como parte del programa de espionaje de la NSA que recibe el nombre código de FAIRVIEW. Un antiguo empleado de AT&T, que habló bajo anonimato, confirmó que el sitio era una de los principales “Redes de Nodos de Enrutadores de Servicio”, o SNRC, en EU. Algunos documentos de la NSA describen explícitamente la intervención de flujos de datos en los ocho sitios.
La información que proporcionó otro empleado de AT&T amplía las evidencias que vinculan el edificio de Atlanta con el espionaje de la NSA. Mark Klein, ex técnico de AT&T, indicó en 2006 que la compañía permitió que la NSA instalara un equipo de espionaje en algunos sitios de la red. Un edificio en Atlanta eran uno de los sitios de espionaje, según documentos que Klein presentó a la corte en un caso sobre supuesto espionaje. El edificio de Atlanta estaba equipado con equipo “splitter”, que se utiliza para hacer copias del tráfico de internet mientras las redes de AT&T lo procesan. La información copiada se manda a un equipo “SG3”, referencia a “Study Group 3” (Grupo de Estudio 3), que es un nombre código que AT&T utiliza para actividades relacionadas con el espionaje de la NSA, según la evidencia del caso Klein.
Es probable que el edificio de Atlanta tenga importancia estratégica para la NSA. Es el lugar más cercano de AT&T al centro de enrutamiento de internet de Miami, según la NSA y los mapas de AT&T. Por los cables submarinos que pasan cerca de Miami fluyen grandes cantidades de información entre EU y América del Sur. Es probable que mucha de esa información pase por el edificio de Atlanta en su paso hacia y desde EU. Durante los últimos años, la NSA ha puesto bajo la mira del espionaje a varios países latinoamericanos como México, Brasil y Venezuela.
Como muchos otros centros importantes de telecomunicaciones que se construyeron a finales de los 1960s y principios de 1970s, el edificio de AT&T en Chicago se diseñó en medio de la Guerra Fría para resistir un ataque nuclear. El rascacielos de 14 metros, localizado en West Loop Gate, se completó en 1971. Hay ventanas en la cima y en la parte baja de la vasta estructura de concreto, pero 18 de los 28 pisos no tienen ventanas.
Según el Chicago Sun-Times, en este edificio se controla una gran parte del tráfico telefónico y de internet de la ciudad y está equipado con bancos de routers, servidores, y sistemas de transformación. “Por este edificio se llega a cada uno de los habitantes de la ciudad”, dijo al periódico Jim Wilson, un gerente de área de AT&T en 2016.
Uno de los arquitectos del edificio, John Augur Holabird, dijo en una entrevista en 1998 que albergaba un “conmutador gigante”. Y agregaba: “En caso de que una bomba atómica cayera en Milwaukee, tal vez te gustaría saber que la línea telefónica seguiría funcionando aunque la gente ya no existiera. Y para eso es el edificio”.
10 South Canal Street originalmente tenía un tanque de un millón de galones de petróleo, generadores de turbina, y un pozo de agua, para que pudiera seguir funcionando dos semanas sin electricidad o sin agua de la ciudad, explica un locutor de WBEZ de Illinois. El edificio está “anclado en roca, lo cual ayuda a sostener el peso del equipo al interior, y le da mayor protección en caso de bombardeo o terremoto”, reportó la WBEZ .
En la actualidad, la instalación contiene 6 grandes generadores Cartepillar V-16 amarillos que pueden generar electricidad de respaldo en caso de una falla eléctrica, según indica el Chicago Sun Times . Dentro del rascacielos, AT&T guarda 757 mil litros de diesel, los suficientes para que los generadores funcionen durante 40 días.
Los mapas de la NSA y de AT&T indican que el edificio de Chicago es uno de los centros de “conexión directa” que procesan tráfico de internet como parte del programa de espionaje de la NSA con el nombre código de FAIRVIEW. Philip Long, quien trabajó para AT&T durante más de dos décadas como técnico de servicio de redes, confirmó que el edificio de Chicago es una de las ocho principales Red de Nodos de Enrutadores de Servicio, o SNRC, en EU. Documentos de la NSA describen explícitamente la intervención de flujos de información en los ocho sitios.
Este edificio de AT&T es una especie de fortaleza en forma de cubo en la área Old East de Dallas, no tan lejos del Centro Médico de la Universidad de Baylor.
Construido en 1961, se trata de un edificio en color café amarillento, con un basamento de granito. Desde el exterior del edificio se ven sus ventanales, así como varias ventanas estrechas, muchas de las cuales parecen polarizadas o recubiertas con vidrio reflectante.
La instalación del 4211 de Bryan Street es adyacente a otros edificios de AT&T, incluyendo un complejo muy alto con complejos de enrutadores que se construyó originalmente en 1904. En una nota sobre las centrales telefónicas en el Dallas Observer se le describió como un “imponente y repulsivo edificio”, conocido en algunos círculos como “la Gran Muralla Beige”. 
De acuerdo con el sitio Central Office, que elabora perfiles de edificios de telecomunicaciones por todo EU, la central telefónica de Dallas es “el principal centro regional conjunto de AT&T para servicios de larga distancia y de telefonía de paga en la región Dallas-Texas”. A la fecha, el edificio también tiene “conexiones principales de fibra con Plano, Irving, Tulsa, Oklahoma City, Fort Worth, Abilene, Houston y Austin”, refiere el sitio web.
Los mapas de la NSA y AT&T señalan este edificio como parte de las centrales “de conexión directa”, las cuales procesan el tráfico de internet como parte de FAIRVIEW, el programa de espionaje de la NSA. Un ex empleado de AT&T confirmó que el sitio era una de las ocho principales Redes de Nodos de Enrutadores de Servicio, o SNRC en EU. Los documentos que The Intercept obtuvo de la NSA describen explícitamente las escuchas de flujos de datos en todos estos ocho sitios.
Cuando se construyó en 1961, el edificio de AT&T conocido como Madison Complex era el edificio más alto del centro de Los Ángeles. Ahora está a la sombra de varios rascacielos corporativos que los rodean en el Distrito Financiero.
Ubicado entre el Barrio Chino y la arena Staples Center, este edificio, que tiene la estructura de una fortaleza es una de las centrales telefónicas más grandes de EU. “En teoría, el número de líneas telefónicas que pueden operarse desde esta oficina es de 1.3 millones, y además, esta oficina sirve como operador de larga distancia para zonas telefónicas vecinas”, según Central Office, un sitio web que perfila los centros de telecomunicación de EU.
Este edificio de 135 metros, con 17 pisos, es de color beige, rectangular y casi sin ventanas. En el techo tiene una gran torre de microondas, que originalmente se usaba para transmitir llamadas telefónicas por medio de una serie de antenas. La tecnología de la torre se volvió obsoleta a principios de los 1990s, y dejó de operar. Todavía permanece en su lugar como un monumento a los métodos obsoletos de comunicación y contrasta con los edificios vecinos más modernos, muchos de los cuales pertenecen a bancos.
El Complejo Madison se encuentra a sólo dos cuadras de One Wilshire, que alberga lo que se considera el intercambio de internet más importante de la costa oeste de EU. “Miles de millones de llamadas telefónicas, emails y páginas de internet pasan todas las semanas por One Wilshire”, señaló Los Angeles Times en 2013, “porque es la principal terminal de destino de las principales rutas de fibra óptica entre Asia y América del Norte”.
Debido a la proximidad del Complejo Madison y One Wilshire, y su trabajo compartido como centros de telecomunicaciones, es probable que los edificios procesen la misma información mientras se transporta por las redes a lo largo de EU.
Los mapas de la NSA y AT&T apuntan a que el edificio del Complejo Madison es uno de los centros de “conexión directa” que procesan el tráfico de internet como parte del programa de espionaje de la NSA con el nombre código FAIRVIEW. Un ex empleado de AT&T confirmó que este lugar es una de las ocho principales Red de Nodos de Enrutadores de Servicio o SNRC en EU. Los documentos de la NSA describen explícitamente la intervención en los flujos de información en los ocho centros.
Este edificio se construyó en 1964 como parte de la primera fortaleza de telecomunicaciones relevante de la ciudad. El imponente edificio de concreto y granito de AT&T, a 15 minutos de Central Park, en el barrio de Hell’s Kitchen, mide 134 metros de alto y tiene 21 pisos, todos sin ventanas y capaces de resistir una explosión nuclear.
En un artículo del New York Times, publicado en 1975, se lee que ese edificio fue “el primero de varios edificios sin ventanas de equipamiento a ser construidos” en la ciudad. Y añade que su diseño inicialmente “provocó muchas polémicas”.
De acuerdo con registros de AT&T, el edificio es “un centro de telecomunicaciones y datos reforzado” y se renovó en 2000 para convertirse en un centro de datos de internet. Thomas Sunders, un ex ingeniero de AT&T, dijo a The Intercept que, en los 70s, el edificio era el “mayor centro de transmisiones de comunicaciones del país”. Saunders también afirmó que si Bush se hubiera encontrado en Manhattan cuando los ataques del 9/11, el Servicio Secreto lo habría resguardado en esa instalación de AT&T. “Es el edificio más resistente en la ciudad”, dijo.
Los mapas de la NSA y AT&T señalan que este edificio de la Décima Avenida es parte de las centrales “de conexión directa”, las cuales procesan el tráfico de internet como parte de FAIRVIEW, el programa de espionaje de la NSA. Dos ex empleados de AT&T confirmaron que el sitio era una de las ocho principales Redes de Nodos de Enrutadores de Servicio, o SNRC en EU. Los documentos que The Intercept obtuvo de la NSA describen explícitamente las escuchas de flujos de datos en todos estos ocho sitios.
El diseño de este edificio asemeja en cierto modo otra instalación sin ventanas en la ciudad: el rascacielos de AT&T en la parte baja de Manhattan. Como The Intercept reportó en 2016, el 33 de la Thomas Street es una central principal para enrutar llamadas telefónicas internacionales y al parecer contiene una sala segura de espionaje de la NSA llamada TITANPOINTE, la cual se ha utilizado para espiar faxes y conversaciones telefónicas.
Los documentos de la NSA y AT&T señalan que el edificio de la Décima Avenida funciona como el equivalente de internet de la NSA del 33 de la Thomas Street. Si bien las labores de espionaje en Thomas Street principalmente son sobre llamadas telefónicas que pasan por los conmutadores internacionales del edificio, en la Décima Avenida la agencia parece concentrarse en obtener emails, chats en línea y datos de sesiones de navegación en línea.
Este edificio de AT&T de San Francisco se describe como el “centro nervioso” de las telecomunicaciones de la ciudad. Mide alrededor de 78 metros de alto y tiene nueve pisos, su exterior está cubierto en páneles de colores plateados. Tiene una serie de ventilas que pueden verse al nivel de la calle, pero tiene pocas ventanas.
Los mapas de NSA y AT&T que obtuvo The Intercept indica que el 611 de Folsom Street es uno de los centros de “conexión directa” de EU que procesan el tráfico de internet como parte del programa de espionaje de la NSA con el nombre código de FAIRVIEW. Philip Long, quien fue empleado de AT&T durante más de dos décadas como técnico de servicio de redes, confirmó que San Francisco es una de las ocho principales Redes de Nodos de Enrutadores de Servicio, o SNRC, en EU. Los documentos de la NSA describen explícitamente la intervención en los flujos de datos en los ocho centros.
Long recuerda que en los primeros años de la década de los 2000, “movió todos los circuitos de la columna vertebral de internet del norte de California” desde la oficina de Folsom Street. En esos días, dijo, a él y a sus compañeros les pareció extraño que les pidieran ‘reenrutar’ todo el tráfico, porque “no había nada mal con el servicio, ningún problema”.
“Nos ordenaron mover las columnas vertebrales, y eso me llamó la atención”, dice Long. “Pensábamos que se trataba de órdenes del gobierno y que eran intrusivos. Pensábamos que teníamos que reenrutar nuestros circuitos para que ellos pudieran quedarse toda la información”.
No es la primera vez que el edificio resulta implicado en acusaciones por espionaje electrónico. En 2006, un técnico de AT&T llamado Mark Klein declaró bajo juramento en la corte que la NSA estaba interviniendo el tráfico de internet desde un cuarto de seguridad del sexto piso del edificio.
Klein, quien trabajaba en el 611 de Folsom Street entre octubre de 2003 y mayo de 2004, declaró que empleados de la agencia visitaron el edificio y reclutaron a uno de los técnicos de nivel gerencial para que llevara a cabo un “trabajo especial”. El trabajo era el de instalar una “cabina de distribución” que copiaba información de internet mientras pasaba por el edificio, antes de enviarla al cuarto de seguridad.
Señaló que el equipo en el cuarto de seguridad incluía un “analizador de tráfico semántico”, una herramienta que puede usarse para buscar palabras específicas o frases en las grandes cantidades de información que se manejan en emails o en conversaciones.  De manera importante, Klein descubrió que la NSA parecía estar buscando links de “conexión directa”, lo cual corroboran los documentos de la NSA y de AT&T que obtuvo The Intercept.
“Al entrar en los links de conexión directa, no sólo tienen la información de AT&T, también tienen la información que intercambiaron AT&T y las otras compañías”, explicó Klein a The Intercept in una entrevista reciente.
Según los documentos que proporcionó Klein, la red de AT&T en Folsom Street hizo “conexión directa” con otras compañías como Sprint, Cable & Wireless, and Qwest. También estaba vinculada con otra compañía de internet llamada MAE West, un importante centro de información de San José, California, en donde otras compañías conectan sus redes.
Sprint no respondió a nuestras peticiones de comentarios. Un vocero de Cable & WIreless dijo que la compañía sólo proporciona información “cuando se le pide hacerlo por vías legales como una orden válida u otros procesos legales”. En 2011, CenturyLink adquirió Qwest como parte de una fusión por 12.2 mil millones de dólares. Un vocero de CenturyLink dijo que no podía hablar sobre “temas de seguridad nacional”.
APublicado por Ryan Gallagher y Henrik Moltke

MARINOS se "DEPRIMEN" por el COMBATE al CRIMEN,DIAGNOSTICAN TRASTORNOS a 2,430 EFECTIVOS...unos oprimen y otros se deprimen.

A los elementos de la Marina se les ve transitar con su uniforme por diversas zonas del país. En Tamaulipas,VeracruzEstado de México Sinaloa, entre otras entidades, incluida la Ciudad de México, realizan labores de seguridad contra los grupos delictivos. Sus rostros se muestran serios y en sus manos portan fusiles automáticos M16A2 o carabinas M4.

NOTA RELACIONADA:

Las tareas que desempeñan van más allá. Lo mismo se les puede ver surcando el mar de Cortés, en el Alto Golfo de California para proteger a la vaquita marina (especie en extinción), que recorriendo las polvorosas calles del Golfo de Santa ClaraSonora, realizando operativos contra el tráfico de totoaba. Al igual en altamar combaten a piratas, huachicoleros y narcotraficantes en sumergibles o rescatan a pescadores náufragos, siempre sobrios y concentrados.
Detrás de aquellos semblantes se esconden jornadas extenuantes, horarios interminables y cansancio de navegar por semanas sin pisar tierra. Pueden ocultar problemas emocionales, distanciamientos con la familia y amigos, divorcios y pérdida de compañeros durante las misiones.
Situaciones como esas en sus vidas ha afectado a por lo menos 2 mil 430 integrantes de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), a los que les diagnosticaron depresión o ansiedad de enero de 2010 a diciembre de 2017, indican cifras obtenidas vía transparencia por EL UNIVERSAL.
Otros factores que los desencadenarían son los operativos contra el crimen organizado, la sobreexposición a situaciones de riesgo, emboscadas y fuego cruzado, lo mismo que la falta de descanso y presión por trabajar en una institución demandante.
En esas circunstancias los efectivos pueden presentar estrés postraumático, señala Francisco Shimasaki, médico siquiatra adscrito al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, de la Ciudad de México.
“Otra situación es que están en alta mar en un barco. El tiempo mínimo es de 15 días a un mes y eso les va traer consecuencias afectivas”, destaca. En casos particulares, atendiendo a elementos de la institución, comenta, existe la disolución de la familia, divorcios y separaciones. Sobre las cifras de estos trastornos mentales, resalta que puede haber una cifra negra mayor.
Martín Gabriel Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) y experto en temas de seguridad, comenta que las operaciones implican un estrés constante, puesto que la sobreexposición a hechos violentos y horarios extenuantes les han afectado.
Evaluaciones preventivas
En los últimos cinco años, la Semar comenzó a realizar evaluaciones de manera preventiva para monitorear estas circunstancias, informa la capitán Liliana Téllez Cárdenas, subdirectora de Medicina Ocupacional de la dependencia.
“Lo que hemos encontrado más es, efectivamente, ansiedad y depresión. Los factores son múltiples, desde el área del punto de vista ocupacional, son sicosociales. Esos factores tienen que ver con el medio ambiente en el que se están desenvolviendo, que la mayor parte de nuestro tiempo es nuestra vida laboral, institucional y otra parte es la familiar”, explica la oficial.
En lo que respecta a los elementos con depresión, se registraron 925 entre 2010 y 2017. Las cifras se dispararon al pasar de 71 casos, en 2015, a 69, en 2016, y 251, en 2017. Es decir, se triplicaron en un año. Del total, 538 son hombres, 385 son mujeres y en dos no se especificó su sexo.
En cuanto a este incremento, Barrón Cruz destaca que se tendría que conocer el periodo que los marinos realizaron tareas de seguridad. Puede ser que estos últimos llevarán más tiempo o estuvieran más contenidos, pero por algún hecho es cuando brota el problema. “Lo que hay que encontrar es qué detona ese cambio. Se debe hacer un estudio del quehacer profesional de estas personas, para encontrar en qué momento hay un cambio de comportamiento.
“Cuando se inició todo este asunto donde la Semar participa en acciones que anteriormente no realizaba, el personal, digamos, estaba en un estado de salud diferente. Como médico del trabajo te lo puedo decir, que a mayor exposición, más daño a la salud; sin embargo, la ventaja de todo esto es que se está monitoreando, se está previendo”, expone Téllez Cárdenas.
Otro dato relevante es que los casos de depresión en la Semar superan en poco más de cuatro veces a los 214 militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que fueron diagnosticados con el padecimiento de diciembre de 2006 a agosto de 2016, según la respuesta a otra solicitud de información.
Los síntomas de la depresión que pueden presentar son variados. Primero es tristeza, llanto, apatía y falta de placer. También irritabilidad, intolerancia, insomnio, ansiedad y cambios en los hábitos de alimentación, explica Shimasaki. Al mismo tiempo, se altera el patrón del sueño. Aquellos con pareja tendrán una disminución del deseo sexual. En el caso de los que se expusieron a situaciones de riesgo y enfrentamientos, tendrán pesadillas recurrentes.
Quienes la padecen son más propensos a consumir sustancias tóxicas. “Es un medio de cultivo, una persona afectada emocionalmente buscará la manera de aliviarlo. En este sentido, entran las sustancias: marihuana, cocaína y alcohol tienden a aliviar momentáneamente los síntomas; no obstante, después la persona se dará cuenta que tiene un problema más. Aparte de depresión y ansiedad, tiene adicción”, destaca.
Efectos
La detonación de un arma de fuego se escuchó en las instalaciones del Octavo Batallón de Infantería de la Semar, en Guaymas, Sonora. En el suelo y con la cabeza sangrando, hallaron a Ubaldo Roberto, de 33 años, sin signos vitales, según reportaron medios locales. Esa mañana de julio de 2016, el elemento de la Marina se quitó la vida.
Las etapas de la depresión van de leve y moderada a muy grave. Se debe atender al inicio, puesto que irá avanzando y podría terminar en el suicidio. La Semar registró cuatro casos en los que había antecedentes de este trastorno, afirma en su respuesta vía transparencia.
En 2016 hubo tres: uno en Guaymas, Sonora, por asfixia, uno en Tampico, Tamaulipas, por disparo de arma de fuego, y otro por la misma causa, en Chetumal, Quintana Roo. En 2017 hubo otro en Champotón, Campeche, por asfixia. Todos eran del sexo masculino y tenían 46, 23, 36 y 35 años, respectivamente.
Aunque no están relacionados con este padecimiento, otros tres elementos de las Fuerzas Armadas se suicidaron, todos por asfixia, en 2017. Uno en Ensenada, Baja California; uno en Tuxpan, Veracruz, y otro más en Tampico.
En otra solicitud de información se encontró que nueve elementos más perdieron la vida en fechas distintas, por asfixia, ahorcamiento y por estrangulamiento a lazo. En 2010, dos en Quintana Roo; en 2011, uno en Sinaloa; en 2012 uno en Veracruz y otro en el Estado de México; en 2013 uno en Sonora y en 2014 uno en Jalisco, uno en Baja California y del otro se desconoce el lugar. En mayo de 2017, EL UNIVERSAL reportó el suicidio de 110 elementos de la Sedena dentro y fuera de servicio, del 1 de diciembre de 2006 al mismo mes de 2016.
Fuente.-

UN SECUESTRO por ERROR: “SON ZETAS,SON ZETAS,PELATE”...saldos de la inseguridad, la única segura.

En cuanto regresamos a la carretera, una camioneta Lobo negra, con hombres armados apuntándonos, nos cerró el paso. Otra camioneta, una Explorer negra, se paró detrás de nosotros, encerrándonos por delante y por detrás. ”Son zetas, ¡son zetas!”, gritó Erik. “¡Pélate, pendejo!”, le grité.

Alejandro aceleró, esquivó la camioneta Lobo y los dejamos atrás. Más adelante, el tráfico de la carretera nos obligó a detenernos. Las camionetas nos alcanzaron. Alejandro bajó los vidrios polarizados para que vieran nuestros rostros y sacamos las manos por las ventanas. “Somos estudiantes, somos estudiantes”, dijimos con miedo. Los hombres se acercaron y nos bajaron del auto.

Es un texto de RIA, como se lo contó a Alejandro Mendoza, de Vice

Ciudad de México, 8 de julio (VICE.com/SinEmbargo).- “Son Zetas, ¡son Zetas! ¡Pélate!”, le dije a mi amigo mientras un grupo de sicarios nos apuntaba con armas. Era 2008 y la llamada Guerra contra el narco del ex presidente Felipe Calderón estallaba con fuerza en México.
Nunca fui bueno para la escuela y después de haber pasado por algunas universidades en Culiacán, Sinaloa —donde nací—, decidí estudiar en Monterrey, Nuevo León. En ese entonces, cualquier pretexto para faltar a clases era bueno. Había escuchado que “el bungee más alto de México” estaba en Cola de Caballo, una cascada que se encuentra al sur de Monterrey. “Siente la adrenalina en tus venas como si saltaras de un edificio de 30 pisos”, dice el sitio del bungee. “Jalo”, pensé.
Les platiqué del famoso bungee a mi primo, mi hermano y un amigo, con quienes compartía casa. “Es una experiencia de liberación”, les dije para convencerlos de ir, y a pesar de que mi primo Erik estaba crudo por la peda de la noche anterior, aceptó ir. Alejandro, mi amigo, también se sumó al plan. Dos meses atrás, mi hermano Pablo y yo habíamos peleado y no nos hablábamos muy bien. El motivo de la pelea fue lo que más tarde salvó mi vida. Discutimos porque se hizo amigo de un narcojunior, como le llaman a los hijos de los capos del narcotráfico. “Eres un pendejo, Pablillo, por más buen pedo que sea ese güey, te puede meter en un problema, te puede pasar algo”, le dije pero no me hizo caso. Pablo, mi hermano, ya había saltado de ese bungee y prefirió dejar pasar la oportunidad.

Salimos de la casa y en la cochera teníamos dos opciones: el carro de Erik, una Jeep con placas de Nuevo León, y el carro de Alejandro, un Vectra negro, con vidrios polarizados y placas del estado de Sinaloa. “Shot”, grité y corrí al asiento del copiloto del carro de Alejandro. Erik nos dijo que era una pendejada irnos en ese coche. “Las cosas están calientes”, dijo refiriéndose a la disputa que se vivía entre cárteles del estado de Nuevo León y los de Sinaloa. Salir del municipio con placas de Sinaloa era peligroso. “Déjate de mamadas”, le dije, “tú lo que quieres es que no me vaya adelante”. Erik no discutió, se subió al asiento trasero y emprendimos camino.
Tomamos la carretera 85 rumbo a Cola de Caballo en el Vectra negro, con vidrios polarizados y placas de Sinaloa emocionados por el bungee. Eran cerca de las 12 del día y había tráfico. Con el sol calentando más de lo normal, subimos los vidrios y prendimos el aire acondicionado. Erik nos pidió parar en algún lugar para buscar algo y curarse la cruda: un suero, Gatorade, un porro. Cualquier cosa que disminuyera las palpitaciones en su cabeza. Alejandro hizo caso y se desvió de la carretera hacia un pueblo cercano al de Santiago, un municipio pequeño de Nuevo León. Manejó con lentitud por las calles del pueblo en busca de una farmacia. Después de un rato y sin haber encontrado una, retomamos el camino hacia Cola de Caballo. “Allá encontraremos algo, aguanta, Erik”, le dijimos.
En cuanto regresamos a la carretera, una camioneta Lobo negra, con hombres armados apuntándonos, nos cerró el paso. Otra camioneta, una Explorer negra, se paró detrás de nosotros, encerrándonos por delante y por detrás. ”Son zetas, ¡son zetas!”, gritó Erik. “¡Pélate, pendejo!”, le grité. Alejandro aceleró, esquivó la camioneta Lobo y los dejamos atrás.
Manejamos por la carretera 85 con el coche lleno de paranoia. Alejandro venía concentrado con las manos en el volante, mientras Erik y yo volteamos y vimos las camionetas venir hacia nosotros con los hombres por fuera y sus armas apuntándonos. “A la verga, ¡nos van a disparar!”, decía Alejandro. Más adelante, el tráfico de la carretera nos obligó a detenernos. Las camionetas nos alcanzaron. Alejandro bajó los vidrios polarizados para que vieran nuestros rostros y sacamos las manos por las ventanas. “Somos estudiantes, somos estudiantes”, dijimos con miedo. Los hombres se acercaron y nos bajaron del auto.
Entre cinco hombres bajaron a Alejandro y comenzaron a golpearlo. Se escuchaban los golpes secos sobre su rostro. En una gasolinera, al lado de la carretera, un grupo de gente veía el espectáculo pero nadie se metía. A Erik y a mí nos tiraron boca abajo y nos esposaron, mientras una bota empujaba mi cabeza contra el asfalto caliente. Lo último que vi de Alejandro fue que se lo llevaron, golpeado, a la camioneta Explorer. A nosotros dos nos subieron a la cabina trasera de la Lobo. Adentro había un hombre esposado con una camisa roja envuelta en su cabeza. Aureliano, le llamaban los sicarios.
Mientras dábamos vueltas por lugares desconocidos, pude ver que la mayoría de los sicarios eran jóvenes. Algunos más que nosotros. Por las bocinas de la camioneta se escuchaba reggaeton. “¿A los de Sinaloa no les gusta esta música, loco?”, nos preguntaron retóricamente. Mi primo Erik habló: “¿Me puedes aflojar tantito las esposas, viejo?” Volteé a ver su mano y estaba púrpura. “Cállese, pendejo”, le contestaron riéndose, ”¿A ti qué te importa eso si nos los vamos a quebrar?” Cuando dijo eso comprendí la gravedad de la situación. Era una sentencia de muerte. Mi corazón se aceleró y palpitó tanto, que pensé que iba a salir expulsado de mi pecho.
Después de haber dado vueltas y vueltas, los sicarios, calmados, comenzaron a platicar con nosotros. Nos preguntaban sobre Culiacán, sobre “las viejotas” que hay ahí, a qué se dedicaban nuestros padres y se burlaban de Aureliano en cada oportunidad. Después de tres horas de estar arriba de la camioneta, se detuvieron por fin. Era un lugar perdido en el monte. No había nada verde ahí. Al fondo había una casa y alrededor había hombres custodiándola con armas. Nos bajamos de la camioneta y se llevaron a Aureliano rumbo a la casa. A Erik y a mí nos rodearon varios hombres armados, buscando intimidarnos, y preguntaron: ”¿A qué se dedican ustedes, muchachos?” íbamos a contestar cuando escuchamos un balazo. Sentí que la sangre abandonó mi cuerpo.
“¿Que a qué se dedican, muchachos?”, preguntó nuevamente el hombre. “Somos estudiantes, güey, nosotros nada que ver con esta onda”, contestó Erik cabizbajo. “¿Cómo que güey, pendejo? ¿Cómo que güey?”, le preguntó molesto y le dio un cachazo en la cabeza. Erik cayó sobre sus rodillas. Un hombre robusto, de piel áspera y uniformado de negro, me vio a los ojos y dijo: “Este güerito es mío”.
El hombre me alejó del grupo, se paró frente a mí y me preguntó nuevamente a qué me dedicaba. “Somos estudiantes”, contesté. El tipo me dio un cachazo y caí sobre mis rodillas. Durante dos horas me interrogó y por cada respuesta que no le gustaba, me golpeaba. Cerca del final de las preguntas, lo único que podía contestar era: “Sí, señor”, “no, señor”.
Después de las dos horas en que fui golpeado, el hombre me llevó de regreso junto a mi primo Erik. Él estaba completamente golpeado, igual que yo. Su mano estaba casi negra por lo apretadas que estaban las esposas. Nos pusieron de rodillas, uno junto al otro. Un joven de no más de 20 años se acercó a nosotros y comenzó a vendarnos los ojos. “¿Qué está pasando?”, pregunté asustado. “Sht, sht, sht, ya se va a terminar esto”, sentenció. Mi cabeza se llenó con un mar de preguntas: ”¿Qué se va a terminar?, ¿Nos van a matar?, ¿Cómo nos van a matar?, ¿Quién va a encontrar nuestros cuerpos?, ¿Así termina mi vida?, ¿Y mi mamá?, ¿Y mi papá?, ¿Mis hermanos?, ¿Sabrán lo que pasó?”
Con la venda sobre mis ojos, lo único que veía era negro. Completa oscuridad. Escuché a un hombre hablar por teléfono mientras los demás jugaban con nuestras cabezas. “Ahora sí, putos culichis, van a valer verga. Los vamos a matar, cabrones”, decían. Uno de ellos cargó un tiro de su arma y, con fuerza, golpeó mi cabeza con el cañón. “¡Pum!”, gritó para asustarme más de lo que ya estaba. En ese momento la claridad llegó a mi mente: “Vamos a morir”, pensé.
El hombre que hablaba por celular colgó. Escuché unos pasos acercarse hasta estar frente a nosotros. “¿Quién es Raúl?”, preguntó. El miedo me tenía paralizado. No pude reaccionar y no contesté la pregunta. El hombre preguntó nuevamente: “¿Que quién vergas es Raúl, pendejos?” El sonido de una patada sonó con fuerza y escuché a Erik gemir. Casi al instante dije: “Yo soy Raúl, yo soy Raúl”. Me quitaron las vendas y, aunque el sol estaba por meterse, el resplandor molestó mis ojos. Me levantaron y me quitaron las esposas. El más joven, el que nos vendó, me rodeó con el brazo sobre mis hombres y me dijo: “Ya relájate, loco, ya la libraste, ¿te gusta la mota?” Sacó una bolsa de marihuana y me puso a forjar unos porros con las manos temblorosas. “Qué bueno que no se quebraron, morros, porque cuando se ponen de llorones, estos cabrones hasta un huevo les hubieran cortado a la verga”, me contó.
Alejandro se encontraba completamente golpeado en la cajuela de la Explorer. Más tarde me contó que cuando vio la puerta de la cajuela abrirse, uno de los sicarios, también uniformado de negro, le dijo: “Ándele, cabrón, bájese”. Se bajó con miedo y la mirada hacia abajo. “Camínele para allá, pendejo, órale”, le ordenaba. Alejandro caminó y vio a Erik, con los ojos vendados, de rodillas. A mí no me vio. Me contó que fue la caminata más larga de su vida, pues pensó que le iban a disparar por la espalda o que lo iban a arrodillar junto a Erik y los iban a ejecutar. Siguió caminando, asustado, y de repente me vio a mí forjando churrosde mota. Volteé y lo vi. “Ya la libramos, viejón”, le dije.
Mientras forjaba los churros temblorosamente, el hombre que pasó horas torturándome, pasaba junto a mí y decía: “Apúrale, pendejo, o me arrepiento y me los termino quebrando”. Ese día aprendí a forjar porros rápido y eficaz. Forjé uno detrás de otro como nunca en mi vida. Fumamos con ellos hasta que nos pidieron que entráramos a la parte trasera del carro de Alejandro, que lo habían llevado hasta ahí cuando nos levantaron, y nos subimos.
Manejamos hasta que la oscuridad de la noche cubrió la carretera 85. Los hombres se detuvieron en el mismo lugar donde nos levantaron, sólo que esta vez rumbo a San Pedro. “Órale, putos, en cuanto nos bajemos uno se pasa para adelante y maneja, no se paren, directito a su casa”, nos ordenaron. Alejandro y Erik estaban más golpeados que yo, por lo que decidí manejar. Después de unos minutos en silencio, Erik preguntó: “¿Se dan cuenta de lo que acabamos de vivir?”, “¿Por qué nos habrán soltado?”, preguntó Alejandro. Yo no podía hablar, seguía en shock.
Cuando llegamos a la casa, Alejandro tomó el primer vuelo a Culiacán y se fue de Monterrey lo más pronto posible. Erik y yo nos quedamos en casa tratando de asimilar lo que habíamos vivido. De pronto sonó mi celular: ”¿Te sirvió el favorcito que te hice recabrón?”, dijo alguien del otro lado de la línea. “¿Quién es?”, pregunté. “Ordené que los soltaran”, dijo. Irónicamente, era el amigo narcojunior de mi hermano, por el que habíamos peleado.
Cuatro meses después lo levantaron los enemigos de su padre y fue asesinado.
Fuente.-

CARTEL ZETA del NORESTE DETRAS del ASESINATO de 12 PERSONAS TRAS ATAQUES "SIMULTANEOS" a BARES en N.L...por el pago de piso.

Una serie de ataques contra cinco bares en Monterrey y sus alrededores dejaron 12 personas muertas y otras seis heridas. Fuentes de las fuerzas del orden señalaron que la facción Cartel Del Noreste del cártel conocido como Los Zetas estaba detrás de los ataques al estilo terrorista.
La violencia se produjo entre el sábado por la noche y el domingo por la mañana cuando equipos de hombres armados comenzaron a llegar simultáneamente a múltiples bares en el centro de la ciudad de Monterrey y sus alrededores. De manera coordinada, los pistoleros del cártel abrieron fuego contra las empresas y las personas que se encontraban dentro.   Monterrey es una gran área metropolitana industrial en el estado de Nuevo León y está aproximadamente a 120 millas al sur de la frontera con Texas. La región es considerada por la delincuencia organizada como una importante área de tránsito y en el pasado ha sido muy disputada.
El ataque más feroz ocurrió en el bar Rancho Viejo en Juárez, donde los hombres armados mataron a cinco hombres y una mujer. Los pistoleros también hirieron a otro hombre.   
Casi al mismo tiempo, otro equipo de hombres armados atacó dos bares llamados Jarritos y Ancla de Oro, en el centro de la ciudad de Monterrey. Este tiroteo dejó tres víctimas heridas. En la parte sureste de Monterrey, otro equipo de hombres armados mató a un hombre e hirió a otros tres en un bar llamado Wicho's. Hombres armados mataron a dos hombres e hirieron a un tercero en un bar llamado El Bohemio, cerca de la ciudad de Apodaca. Y finalmente, otro ataque en un bar llamado La Mitotera mató a dos personas e hirió a una tercera persona.
Fuentes policiales revelaron a Breitbart Texas que los ataques parecen estar relacionados con una disputa territorial en la que hombres armados de CDN están tratando de fortalecer varios bares que han estado pagando tarifas de protección a otras organizaciones. La fuente de la aplicación de la ley declaró que una parte secundaria de la investigación señala que las organizaciones criminales detrás de los barrios son, de hecho, grupos independientes no vinculados a los carteles que pagan protección a los funcionarios corruptos de la ley.
Fuente.-(English Link)(Imagen/web)

LOPEZ OBRADOR TIENE "MUCHAS PROMESAS por CUMPLIR",DICE el WASHINGTON POST...y si no,que el pueblo se lo demande.

Andrés Manuel López obrador, quien el pasado domingo fue elegido para ser el próximo presidente de México, es un producto de la izquierda política; sin embargo, su victoria es parte del fenómeno global que representan en la actualidad líderes populistas en ascenso.
Al igual que muchos de ellos, incluido el presidente Trump, el señor López Obrador promete derrocar al establishment; dice que sólo él es capaz de cumplir un conjunto de promesas que en realidad resultan ser descabelladas; critica a los medios de comunicación, a tribunales, a grupos de la sociedad civil y a todos aquellos que se atrevan a cuestionarlo.
Al igual que otros populistas, el nuevo líder mexicano también ha sido vago y en ocasiones contradictorio, al matizar sobre políticas públicas que intentará implementar. Por ejemplo, insiste en que al llegar a la presidencia llevará a cabo una “transformación”, comparable a la Independencia de México.
Después de negarse a aceptar la derrota en la contienda presidencial del 2006, el señor López Obrador afirmó, sin pruebas, que las elecciones de este año se las podrían robar. Sin embargo, la votación del pasado domingo fue libre y la contienda equitativa y sus rivales pertenecientes al establishment aceptaron rápidamente sus respectivas derrotas.
De confirmarse los resultados correspondientes al Senado y cámara de Diputados, el señor López Obrador tendría mucho más poder que el que tuvieron los gobiernos autocráticos del siglo pasado.
En realidad, la dimensión de la victoria del señor López Obrador se debe mucho más al masivo rechazo de los mexicanos hacia los partidos tradicionales por su incapacidad de terminar con la corrupción y la violencia que por el apoyo a un político de 64 años de edad.
El señor López Obrador prometió “eliminar no reducir” la corrupción, aunque no ha dicho la forma en que lo hará. Simplemente, él mismo se pone como ejemplo.
Gobiernos en América Latina deben evitar tomar medidas como las que promete implementar el señor López Obrador, pues con ellas erosionarían a las instituciones democráticas y las libertades de los medios de comunicación.
El señor López Obrador le ha hecho una serie de promesas muy ambiciosas a los mexicanos.
¿Qué hará López Obrador si no puede cumplir sus promesas?.
fuente.-

ERAN MARINOS "NO CLONES",ACUSA VICTIMA de DESAPARICION en TAMAULIPAS...es la estrategia de nivel criminal contra criminales.

En la penumbra de su habitación, Jessica Molina sólo podía ver la luz roja de la mira del rifle proyectada en la frente de su esposo, José Daniel Trejo, de quien no sabe nada desde aquel martes en que sujetos vestidos de marinos se lo llevaron de su casa, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

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"Ya estaba resignada, ya estaba hablando con Dios, dije, me van a matar porque se están llevando a mi esposo y van a decir: para que esta no diga nada, le damos un plomazo", cuenta Jessica en entrevista.

"Vacían mi bolsa en la mesa, y lo primero que sale es mi pasaporte azul; voltea el encargado del operativo y me dice '¿Usted es ciudadana americana?' Le digo que sí. Inmediatamente da la orden: respétenle las pertenencias a la señora".

Jessica, de 37 años, y José Daniel, de 41, estaban en su casa, en la Colonia Mirador, ella viendo la tele, reponiéndose de una operación, y él durmiendo en el piso, desnudo, cuando minutos antes de la una de la mañana del 27 de marzo pasado, unos seis sujetos tumbaron la puerta y sometieron a su esposo.

"Te digo que eran marinos, porque iban equipados completamente, no vengas con que son 'clones', tenían el letrero ese de la Marina aquí (en el pecho), y no era un vil parche chafa", comenta molesta por la excusa que le han dado las autoridades.

Jessica, cuyo caso es uno de los documentados por la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, está convencida que fueron marinos quienes se llevaron a su esposo.

Explica que no decían groserías, se expresaban propiamente y se dirigían con respeto al encargado del operativo. Cuando dijo que se sentía mal le acercaron sus pastillas y un vaso con agua, cosa que duda que un criminal hiciera. Y por la manera en que se movían y agarraban las armas, cree que tenían entrenamiento especial.

Jessica y José Daniel radican desde hace 12 años en Laredo, Texas, pero construyeron una casa en Nuevo Laredo, Tamaulipas, porque de ahí es la familia de él.

Estaban en Tamaulipas porque a ella la operaron por cáncer el 20 de marzo en Monterrey y querían evitar el cruce fronterizo. El día de los hechos, le iban a quitar los puntos de su operación.

Ese día, aunque recuerda haber escuchado que alguien dijo que estaban en la casa equivocada, los sujetos también se llevaron a Gabriel Gaspar, un amigo de su esposo que buscaba cruzar a Estados Unidos y se había quedado a dormir con ellos.

Después de interrogar a José Daniel, los uniformados tomaron su celular, vieron algo y le dijeron "este fuiste tú", y se lo llevaron.

Jessica cree que vieron el video de una ejecución que le habían mandado a su esposo por Whatsapp, pero asegura que había estado circulando en redes sociales.

Como pudo, convaleciente por la operación, llegó con sus vecinos. Ellos le dijeron que antes habían entrado a su casa, tenían miedo y no la dejaron usar el teléfono, pero la llevaron con sus suegros.

Ella pensó que todo había durado 10 minutos, pero grabaciones de cámaras de seguridad mostraron que en realidad fue media hora.

Apenas amaneció, acudió a la delegación de la PGR. Iban a buscar a su esposo, pensó que lo tenían detenido, pero terminó levantando una denuncia por desaparición forzada.

Al cabo de cuatro horas, el agente del Ministerio Público aventó su denuncia a la cima de una pila de papeles.

"Me dice, 'ah, ya llevamos 14'", cuenta Jessica.

fuente.-