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lunes, 3 de agosto de 2015

"TANHUATO": una MASACRE SILENCIADA...la mentira nunca vive hasta llegar a "vieja".


El 22 de mayo pasado, en el Rancho El Sol, situado en Tanhuato, Michoacán, y en un área limítrofe con Jalisco, un enfrentamiento entre federales y un supuesto “grupo armado”, como plantearon las autoridades federales, dejó un saldo de 42 hombres muertos, tres más detenidos y un policía federal caído. El tiroteo se dio en el marco de la llamada “Operación Jalisco” y luego de que, según la versión oficial, los propios pobladores de la zona denunciaron extorsiones, invasiones de predios, secuestros y asesinatos presuntamente realizados por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Monte Alejandro Rubido García, titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), explicó entonces que el enfrentamiento se prolongó por tres horas, pues los presuntos delincuentes comenzaron a atacar “con intensidad” e incluso se pidió apoyo tanto terrestre como aéreo.
Sin embargo, cuando las familias de los muertos, la mayoría originarios de Ocotlán, Jalisco, comenzaron a recoger los cuerpos en el Semefo de Morelia, dieron cuenta de que los cadáveres presentaban huellas de tortura: estaban mutilados, destrozados, calcinados e incluso algunos tenían el tiro de gracia, dicen… Algunos de ellos ni siquiera sabían portar armas, eran hijos y esposos de familias pobres que fueron a ese rancho a trabajar.
Las madres y padres, hermanas y hermanos, que vieron las primeras fotografías de los muertos en redes sociales, corroboraron en los cuerpos de sus familiares muertos una violencia extrema que, aseguran, responde no a un enfrentamiento, como dijeron las autoridades, sino a una masacre. Sin embargo, ninguna autoridad, ni siquiera la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ha hecho caso a sus reclamos por esclarecer el hecho y “limpiar” el nombre de los muchachos.
Ellos califican ese hecho como una “matanza” y señalan al Gobierno federal como responsable de un exceso que derivó en la muerte de personas inocentes.

Estas son sus historias…

Ocotlan, Jalisco, 3/Ago/2015 .– El 10 de julio, María Villa Reyes se levantó temprano, compró un kilo de frijol y 20 pesos de tortillas. Ese día, su nieto Héctor de Jesús Arana Hernández cumplía 20 años de edad. Coció lo frijoles y luego los guisó con manteca de puerco, reunió a sus hijas, nietos y amigos y se dirigió al cementerio.
Con música, flores, globos y llanto, Doña María, de 60 años, celebró el cumpleaños de su nieto al que crió desde pequeño como un hijo. “El Ticua”, como le decían, estudió hasta primero de primaria, apenas sabía leer y escribir. La pobreza extrema lo marcó desde el primer día. No tuvo muchas opciones. Era lavacoches, albañil, pero sobre todo jardinero.
Un día le dijeron que cerca, en el Rancho El Sol, ubicado en el kilómetro 370 de la autopista México-Guadalajara, entre Tanhuato y Ecuandureo, Michoacán, necesitaban trabajadores. La propiedad de 102 hectáreas, requería mantenimiento y un par de contratistas andaban buscando todo tipo de mano de obra en esta zona. Algunos de sus amigos, también se animaron a irse. Él no se lo pensó dos veces. La precariedad económica en la que vivía su abuela, sus tías y su propia madre y hermanastros, le hizo decidirse rápidamente.
–Nos vemos pronto, mamá Mary–, le dijo a su abuela y le pidió un favor: “Écheme la bendición”. Luego, le dio un beso de despedida.
Esa fue la última vez que lo vio sonriendo.
Durante dos meses le llamó continuamente por teléfono, hasta que el 22 de mayo su hija pequeña le dio la peor noticia de su vida: “Ha habido una matanza en el Rancho El Sol y dicen que hay muchos muertos”. Doña Mary soltó un grito desgarrador desde lo más profundo de su ser.
Las imágenes empezaron a aparecer en la televisión y la Internet. Su hija, la madre de Héctor de Jesús, le mostró una fotografía que dio la vuelta al mundo: su nieto, ensangrentado, sin camiseta, sin dientes frontales, con los brazos rotos, estaba muerto.
Las huellas de tortura que se apreciaban a simple vista en la fotografía fueron confirmadas luego en el Servicio Médico Forense de Morelia donde, según cuenta la madre del joven, había 42 cuerpos semidesnudos que fueron colocados en el suelo, sobre una capa de aserrín, sin refrigeración y sólo con unos bloques de hielo alrededor para “provocar”.
“Ya vienen por sus criminales”, les dijo un policía, compañero del comando que había participado en el supuesto enfrentamiento que según el Comisionado General de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, había sucedido durante tres horas.
Los cuerpos no tenían identidad y aún después de ser identificados por sus familiares no eran señalados por su nombre. Sólo eran un número. Y según el Gobierno federal, los 42 no merecían más, porque supuestamente eran “sicarios” del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). “Sicarios” que ahora están muertos y no podrán contradecir la versión oficial: “Los tenían como unos animales, tirados en el suelo lleno de sangre. Para ellos, no eran personas con derechos, eran sólo números. Mi hijo estaba todo golpeado, sus brazos quebrados por la tortura, sin dientes. No tenía camiseta, ni zapatos. Vi a otros muchachos desnudos que les faltaban los testículos, otros sin ojos, quemados, con el tiro de gracia… Eso no fue un enfrentamiento. Fue una masacre”.
Los familiares esperaron tres días para recibir los cuerpos. Fueron interrogados por varias autoridades. Nunca recibieron atención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que abrió un expediente y ha guardado celosamente los resultados; ni mucho menos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que antes ni después hizo acto de presencia.
Todos recibieron actas de defunción con datos similares. El enfrentamiento fue oficialmente a las 8 de la mañana, mientras la mayoría de los certificados  firmados por la doctora Verónica Sánchez Sosa, con cédula profesional 3149211, señalan que murieron a las 7 de la mañana del 22 de mayo por “hemorragia profusa” debido a la “penetración de proyectil de arma de fuego” en distintas partes del cuerpo. Ningún familiar de los fallecidos recibió los resultados de las necropsias que supuestamente les practicaron a todos por ley.
Los ataúdes empezaron a llegar como una macabra procesión a este pueblo, en cuyo cinturón de miseria, están ubicadas las colonias Infonavit Cinco, San Juan, Mascota, Cartolandia, Cantaranas, Riveras, Ferrocarril, Lázaro Cárdenas… Durante dos días, una docena de sepultureros, de los dos panteones, vivieron una jornada extenuante: enterraron a 40 hombres, la mayoría de ellos jóvenes, incluso a un menor de 17 años.
Hoy 10 de julio, Doña María ha vuelto a este cementerio porque su nieto cumpliría 20 años. La foto publicada en los medios no sirve para recordarlo, ella prefiere una imagen donde está sonriendo, otra donde se le ve feliz con su novia celebrando el amor y una más que uso para los recuerdos que entregó en la misa con la imagen de San Judas Tadeo.
Los corridos se escuchan en la grabadora. Los muchachos gritan de tristeza. Ella no habla. Saca su vasija con frijoles y hace tacos sin parar. Todos comen, todos lloran.
LIMPIAR” SUS NOMBRES
A doña María le brilla con el sol su cabello negro azabache. Camina por la calle Libra de la colonia Infonavit Número Cinco y se detiene en una esquina donde los vecinos han colocado un improvisado altar para honrar la memoria de los 42 que han sido bautizados como los “Guerreros de Ocotlán”.
Once de ellos vivían en esta colonia. Fotos, flores, mantas, plegarias, vírgenes, globos, moños negros, santos y un Cristo en la cruz, enmarcan el lugar que además cuenta con una urna para recibir cooperación a fin de conseguir construirles una especie de capilla. Aquí les rezan el rosario, aunque en estos días, en la iglesia San Pedro, el sacerdote Juan Pablo López Ramos les ofrece misas gregorianas ininterrumpidas durante 30 días del mes de julio.
María Elena Robles Loza, de 55 años, tuvo la iniciativa de montar el altar urbano: “Yo tomé este pedazo para hacer el altar, si me meten al bote, pues que me metan. Yo pensaba ponerle aquí como un arquito y vidrio”.
Martín Felipe García Pineda, “Drako”, otro de los jóvenes abatidos, se dedicaba a la lucha libres era y es como su hijo: “Empezamos a pensar en todos ellos, una hija mía pidió prestado y allí les pusimos las primeras veladoras, flores y aquí era una navidad, cerraron las calles y esta era una calle completamente llena de sus amigos… aquí les hicimos su novenario a todos”. El último día del novenario, las vecinas hicieron dos mil tamales con atole y convivieron con la música ranchera que les gustaba a los muchachos.
Ocotlán es la capital del mueble. Hay más de 150 talleres y fabricas, pero los salarios oscilan entre 600 y 800 pesos a la semana: “Me imagino que les ofrecen un cinco más y para salir adelante ellos buscan la forma… yo no sé, mis respetos para ellos, y yo los quiero a todos los quise mucho. Son los Guerreros de la Cinco”.
Comenta que algunos sobrevivientes de los hechos que lograron huir les han contado una versión muy distinta a la oficial: “Dicen que los agarraron dormidos, primero los atropellaron y ya después que los hincaron, que les dieron el tiro de gracia. Fíjese, “Drako”,estaba abajo de una palmera cuando lo entregaron, estaba todo quemado con el brazo casi desprendido, quemaron a seis arriba de una camioneta, dicen que les echaron ácido y otros dicen que con un lanzallamas”, dice al señalar que a “Drako” lo reconocieron sólo por un tatuaje.
Añade: “Fíjese el ‘Ticua’ apenas el viernes cumplió 20 años. Le sacaron  su ojo casi salido y luego toda esta carne de aquí caída, su brazo todo así quebrado, sin dientes, todos sus dientes quebrados ¿Eso qué quiere decir? La tortura. No traía ni una bala, ni un solo balazo traía el muchacho. Lo mataron a pura tortura… a otros como que les dieron aquí y les volaron todo el pedazo de cara”.
Y sigue hablando: “Hay matones a sueldo y les dan una segunda oportunidad. ¿Por qué a ellos no les dieron una segunda oportunidad? Ya los agarraron, ya los tienen, vamos a llevarlos presos, si algo debían… pero con vida. Tanta cosa que les hicieron… A los tres que quedaron vivos ya los llevaban y les decían: ‘Los agarramos como pollitos, hijos de su…’, así les dijeron. ¿Cómo ve? Esas son ejecuciones ¿Enfrentamiento? De este lado eran 50, de ellos, 100… ¿Por qué cayeron mas de este lado que del otro que eran más muchos?, del otro lado no hubo nada de bajas”, dice al señalar que una parte de jóvenes abatidos tenían balazos en la espalda porque les aplicaron la “ley fuga”.
Sobre los policías federales que participaron en el operativo, insiste: “Ellos no son dueños de la vida de los muchachos, el único dueño es Dios. Si los habían agarrado su deber y obligación como gobierno, era meterlos presos, nada más, no tenían por qué ejecutarlos”.
El altar es visitado por los familiares. Y una mujer, la interrumpe: “A mi hermano le dieron tiro de gracia. Los cobardes, son unos cobardes. ¿Qué merecen esos policías? Lo mismo que ellos hicieron. Yo estoy pidiendo justicia para todos”.
Su hermano Rafael Esqueda Valle tenía 35 años, sus hermanas han venido a visitar el altar, viajan en moto, una de ellas con un bebé en brazos: “Fueron muy crueles, los torturaron y luego los ejecutaron. Si hubiera sido un enfrentamiento no hubieran matado a 42 y supuestamente un solo policía”, dice Claudia, al criticar que los cadáveres no estuvieran en un cuarto refrigerado: “El gobierno quería entregar los cuerpos descompuestos para que no viéramos lo que les hicieron. Mi hermano tenía el tiro de gracia. ¿Cómo no lo íbamos a ver?”.
Rafael era vendedor de churros. Tenía esposa y dos hijas. Un vecino, le comentó sobre las oportunidades de trabajo para el mantenimiento del rancho “El Sol”: “Él se fue ilusionado a trabajar, porque aquí ya no salía para la comida con los churros… los torturaron, fue una masacre. Muchas familias no están de acuerdo que haya pasado esto. Son crímenes”.
Dice que esto, fue muy diferente al enfrentamiento entre la Policía Federal y supuestos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación que se registró el pasado 19 de marzo en este mismo pueblo, con saldo de cinco federales, cuatro civiles y dos sicarios muertos: “Eso sí fue un enfrentamiento, pero en este caso no, fue una masacre”.
Indignada pide que se investigue a los policías federales que “torturaron y ejecutaron a los 42”.
“Aquí la justicia vale para pura fregada, como dicen. Todo está vendido”, dice mientras acaricia la foto de su hermano que en la imagen usa sombrero ranchero y está sonriendo.
Y ambas refutan la versión del gobierno de que los 42 eran sicarios del CJNG. Entre los familiares de los fallecidos reconocen que tal vez el dueño del rancho o el patrón, estaban relacionados con ese grupo criminal, e incluso, alguno de los abatidos, pero aclaran que la mayoría de los muchachos eran trabajadores, la mayoría muy pobres. Por eso, ambas exigen “limpiar sus nombres”.
El altar a los 42, fue colocado justo atrás de la zona de tolerancia, muy activa durante la noche. A pesar de los giros negros y la inseguridad, coinciden en señalar que los jóvenes eran los guardianes del barrio y cuidaban las calles para evitar robos.

GUERREROS DE OCOTLÁN

Hoy, como todos los días desde el 25 de mayo, Angélica Moreno Mejía de 36 años, ha ido colocando las fotos, luego las veladoras y las oraciones que recuerdan a cada uno de los 42 muertos en Tanhuato. Junto a María Elena decidieron construir con cemento el altar.
Y coloca una veladora frente a la foto de su sobrino, Mario Alberto Valencia, alías “El Pelón” quien fue militar y tenía 22 años: “Ellos fueron a limpiar el rancho de zacate, a muchos los llevaron como albañiles, jardineros, carpinteros, plomeros, electricistas… otros eran policías o militares como mi sobrino, pero no hay trabajo, muchos no sabían en lo que andaban”.
Los padres de Juan Enrique Romero Caudillo han venido a traerle flores y globos, porque hoy 14 de julio es su cumpleaños y han colocado una manta con su foto y la imagen de San Judas Tadeo.
“Aquí les traen sus refrescos, jugos, su vino, su tequila, su cerveza. Y aquí es bien aceptado. Mucha gente viene, los vienen a ver les traen sus botellitas, su agua, sus dulces. Aquí todo se deja”.
–¿Cómo ve que les hagan un monumento? ¿Por qué?
–Yo siento que es porque dice el gobierno que fueron delincuentes, yo siento que vale mucho más la vida de esos muchachos. Vamos a decir una cosa. Ellos cuidaban a Ocotlán… me imagino que un delincuente no cuida, al contrario, protegen”.
Añade: “Sí me duelen los muchachos, estaban chicos, eran mis amigos, era como me dolían más como los hicieron. Queremos justicia para ellos, aunque fueran delincuentes, no es justo de matarlos así… Muchos los entregaron selladas las cajas, sin dejarlos que sus familiares los vean… Pero unos las abrieron y les vieron la cara quemada, los quemaron, les mocharon los cuerpos, sus partes… No es justo los torturaron bien feo, les enterraron varillas en el estómago. Está mal eso que hicieron con ellos, es una salvajada. Esperemos en Dios, porque Diosito no se queda con nada y vamos a esperar la mano de él… Les decimos ‘Los Guerreros’, porque siempre pelearon. Para nosotros van a ser ‘Guerreros de Ocotlán’. Vamos a seguir defendiendo a los muchachos”.
Al caer el sol, Angélica va recogiendo las fotos y todos los objetos colocados a su alrededor durante el día por sus familiares y amigos. A la mañana siguiente, los vuelve a colocar. Y así, todos los días, está decidida a seguir montando el altar, hasta que consigan dinero para cerrar la construcción  con cemento y vidrios.
La policía pasa constantemente por el lugar. Desde que sucedió el operativo en el rancho “El Sol” la vigilancia del lugar se ha identificado y los vecinos se quejan de detenciones arbitrarias y de robos de celulares y efectivos por parte de los uniformados.
Los jóvenes siguen en esta esquina como punto de reunión. La mayoría de ellos desempleados, sin posibilidad de ingresar a la universidad. No hay parques, tampoco centros deportivos.
Por la calle Violeta, los moños negros en las puertas identifican los hogares enlutados. Josefina, mejor conocida como Doña Pina, atiende una pequeña tienda de dulces. Tiene la mirada triste y está en pleno duelo por la pérdida de dos nietos: Carlos “El Chino” García González y Daniel “El Cache” Galván González, de 24 y 21 años, respectivamente.
Les ha puesto un altar con San Judas Tadeo y sus fotografías. Todos los días les enciende una veladora y les reza un rosario. Ella los crió como hijos, aunque son de Claudia González, su hija mayor. Extraña sus voces, su presencia, sus abrazos. Llora.
“Anoche no pude dormir, pensando cosas. Se me revela como los torturaron, como sufrieron. Su mamá, Claudia también está muy mal, yo le doy mucho valor porque está en depresión. Yo le digo: ‘No le des tantas vuelta. Nosotros vamos a buscar justicia’. ¿Cómo se va a quedar así esto que hicieron? Fueron crímenes, que paguen los policías asesinos, que los metan a la cárcel. Cuando hay un enfrentamiento mueren de un lado y del otro. Aquí fue masacre”.
Hasta aquí llegó el cortejo fúnebre para entregarle los dos ataúdes. Los veló en esta casa. Durante 12 horas llegaron decenas de amigos y familiares. Las cajas venían selladas: “Fue para que no viéramos lo que les hicieron. Pero algunos abrimos las cajas. Estaban muy destrozados. Uno tenía un tiro de gracia y el otro en la espalda. La esposa de uno de ellos lo reconoció por los dientes porque la cara la tenía reventada y no pudo ver el tatuaje que tenía en la mano. Hubo madres que los conocieron por el pelo, otros por los dientes, porque había muchachos quemados, sabe Dios si los quemaron vivos o muertos. Me dijeron que los agarraron dormidos como a las siete de la mañana”.
Indignada añade: “Todos en Ocotlán estamos enojados. ¿Por qué si fue el gobierno, les dejaron hacer eso a la Policía Federal? ¿Por qué no los detuvieron y los metieron presos?”.
Su hija Sandra González interviene: “Se supone que esa gente está preparada, pero lo que hicieron es propio de delincuentes, torturar y ejecutar a estos muchachos, unos eran menores de edad, niños. Todos pobres, todos trabajadores. Mis sobrinos hablaron diciendo que iban a venir y de repente ya no entraron las llamadas, como que les quitaron los celulares y es cuando ya no supimos nada de ellos”.
A veces, Doña Pina habla de ellos en tiempo presente, luego cuenta como era Carlos: “Era muy noble, le gustaba estar entre nosotras, comiendo. Era muy amistoso con toda la gente y Daniel era más serio, más apartado, pero muy cariñoso. Estudiaron la primaria, luego ya no quisieron ir a la secundaria y como somos muy pobres se pusieron a trabajar de obreros, aunque el trabajo se acabó. Aquí no hay mucho empleo, ni nada qué hacer, por eso hay tanto niño echado a perder”.

EL TICUA”, JARDINERO

La imagen de Héctor de Jesús Arana Hernández, mejor conocido como “El Ticua”, difundida luego del operativo en el rancho “El Sol” ubicado entre Tanhuato y Ecuandureo, no se parece a las fotos que su madre tiene colocadas en un improvisado altar.
Pero esa foto publicada en los medios, redes sociales y en videos, la atormenta cada día. Allí aparece con el rostro desfigurado, sin dientes, con un ojo dañado, con los brazos visiblemente quebrados, ensangrentado. Es una imagen recurrente que se le aparece en pesadillas.
Para su madre, María de Sanjuán Hernández Villa, su hijo tiene un rictus de dolor provocado por la tortura: “No tenía dientes, con el ojo salido. Unos que se libraron, que se escaparon y dicen que mi hijo ya la iba a librar, que se subió a una palmera y lo alcanzaron a ver y que una camioneta blindada lo agarró. Fue el gobierno, empezó a agarrar de dos en dos. Los torturaron, los empezaron a golpear, dicen que a uno le cortaron los testículos a un muchachillo los ojos…”.
A diferencia de otros cuerpos que presentaban impactos de bala en la espalda, su hijo tenía el rostro desfigurado y muy dañado su cuerpo: “Con su brazo todo volteado y esta parte desprendida, mi hijo no tenía balazos…” María de Sanjuán se aferra a la imagen de su hijo en vida, muestra la foto:  “Él tenía su cara bonita, su cara afiladita, nomás quedó todo deforme, sin dientes, sus dientes bien salidos, sí lo torturaron. En la parte del pecho se le ve así como quemado. Y dicen que es de lo mismo que lo arrastró la camioneta”.
Y añade: “Fue una matanza. Estaban dormidos en sus habitaciones, están así con ropa, mi hijo no traía ropa, ni zapatos. Lo torturaron. Sabrá Dios qué tanto les harían, desde a que horas empezarían a hacerles eso a los pobres… Que se haga justicia con lo que hicieron con ellos. Yo tenía un video, pero ya no está, en esa imagen se veía bien clarito las placas de los policías que andaban ese día”.
Dice que nunca habló con funcionarios de la CNDH ni la CEAV, que ninguna de las dos instituciones de atención a víctimas les hizo caso: “Aquí no ha venido. Supuestamente andan diciendo que quitaran los moños de las casas, que porque iban a venir a investigar a los familiares. Dije yo, pues de tontos vienen”.
Indignada insiste en que su hijo andaba trabajando en el rancho: “Él era noble, no era grosero con la gente, era muy tranquilo. Trabajaba en un vivero y ya después de allí se salió… luego ya no supe, porque él estaba con mi mamá. Tenía como tres meses que no lo veía”.
Tiene cinco hijos más de diferentes padres y se lamenta el poco respeto que le han dado a su dolor: “La gente dice que bueno que murieron así porque eso se merecían. Yo digo que no, tampoco eso está bien. Hayan lo que hayan sido no merecían eso. Si ya los tenían rodeados para qué, pues mejor llevárselos. Si no querían que estuvieran en malos pasos pues encarcelarlos, para qué hacerles eso…. La gente me dice ni lo quería para que lloras. Pero la gente qué sabe. No se crió conmigo, pero pues sí me duele”.
María de Sanjuán llora y sigue llorando, intenta encontrar consuelo, pero no logra comprender la razón por la cuál un operativo gubernamental de seguridad terminó con la “ejecución” de 42 jóvenes.
El general Enrique Galindo, Comisionado de la Policía Federal, ha insistido en señalar que se trato de un enfrentamiento con integrantes del crimen organizado y no una ejecución: “Definitivamente no tenemos ninguna aproximación a lo que haya sucedido en Tlatlaya. Aquí hubo un enfrentamiento demostrado… no hay ninguna ejecución después del enfrentamiento”.
Pero los testimonios de los familiares que revisaron los cadáveres de los jóvenes señalan otra cosa. Todos coinciden en afirmar que se trató de una masacre y explican que los cuerpos tenían huellas de tortura. Para la abuela que crió a Héctor de Jesús Arana Hernández “El Ticua” fue definitivamente una “carnicería”.
Vive en extrema pobreza en una casa de renta en la colonia San Juan. La ropa y las cosas de su nieto siguen intactas. Abre los cajones y saca un cobertor que tiene en una bolsa guardado, camisetas, tenis, fotos y otros objetos. Llora. Dice que no los quiere reglar porque son de él. Y muestra su altar.
Cada día le coloca un vaso de agua frente a su fotografía, un vaso que, dice, a veces se cae solo y que aparece con menos agua: “Siento su presencia, yo se que él no ha descansado y espera justicia”.
“Mi nieto estaba bien martirizado con sus brazos bien torturados, su boca sin dientes y su ojo brotado. Estaba sin camisa, con su puro pantalón, descalzo y como quemado uno de sus brazos”, dice sin poder continuar por el llanto. Se repone y continúa.
“Me enseñaron un periódico donde salía su foto. Trabajaba en el vivero, fue a trabajar en el rancho para arreglar el jardín. Él era muy bueno. Trabajó desde muy chiquillo, todos lo querían bien mucho”.
Comenta que en el cementerio un vigilante les dijo que se escuchaban gritos, llantos de los muchachos y que por favor les hicieran misas para buscar su descanso. 

“Enfrentamiento no fue, qué casualidad que todos muertos, 42 personas y todos al igual como mi nieto, todos martirizados, todos torturados, aunque lo digan así, esto fue una masacre”.

Fuente.-

EL "CDG del "CHIVE" " "EMBOSCO a CONVOY de la GENDARMERIA" en ALTAMIRA ...carreteras INSEGURAS hasta para la POLICIA.


Un convoy de la Gendarmería fue emboscado por sujetos armados en la carretera Tampico-Mante, a la altura del kilómetro 20+500, en el tramo de la zona industrial del municipio de Altamira, Tamaulipas, con un saldo de dos efectivos de las fuerzas armadas lesionados, uno de los cuales es mujer.
Del lado de los agresores, uno de ellos perdió la vida en el enfrentamiento, 
En un comunicado oficial  se  detalló que los hechos ocurrieron la madrugada del pasado domingo, cuando los “gendarmes iban quitados de la pena y de pronto una camioneta blanca cerrada los alcanzó y los rafagueó; uno de los oficiales heridos es una mujer”.
El incidente desencadenó una serie de enfrentamientos en la zona centro y sur de esta ciudad conurbada de Tampico, sin que se registraran detenidos.
Los dos oficiales heridos de la Gendarmería fueron trasladados al hospital del ISSSTE. El reporte médico fue que las lesiones no ponen en riesgo su vida.

fuente.-


EL "CONSUELO PRESIDENCIAL"..."Hay países peores que Mexico",dice PEÑA NIETO.


Tras reconocer que México no crece como sus ciudadanos desearían, el Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que hay países peores en su economía.

Mexico,D.F 03/Ago/2015 Arropado por simpatizantes, funcionarios y priistas mexiquenses en la inauguración del distribuidor vial Ignacio Pichardo Pagaza, el Mandatario insistió en que su Gobierno actúa con responsabilidad en el blindaje de la economía y seguir avanzando en su crecimiento.
"No en los niveles lamentablemente que quisiéramos, no en el tamaño del crecimiento que hubiésemos querido llevar a esta fecha. Otras economías del mundo les ha ido peor, han enfrentado escenarios todavía más adversos", afirmó.

"México, sin embargo, mantiene su ruta de crecimiento y asume decisiones con responsabilidad para cuidar las variables macroeconómicas, que nos permiten seguir creciendo, y algo muy importante: proyectar confianza hacia el mundo entero".

Peña sostuvo que su Gobierno ha reducido el gasto de la burocracia o, en algunos casos, ha crecido de manera marginal, pues, argumentó, sigue privilegiando la inversión pública en infraestructura.

El Mandatario consideró que quizá hay obras o acciones de las que aún no se alcancen a apreciar los beneficios, sin embargo, dijo, el objetivo es no cejar en la tarea ni en el esfuerzo.

Al acto protocolario asistió el priista y ex Gobernador mexiquense Pichardo Pagaza, acompañado por su familia.

fuente.-

EL "GUERO JESSI" del CDG se ENFRENTA a FEDERALES en REYNOSA y presumen YA HAY 5 MUERTOS.



La interminable violencia que ha caracterizado a Tamaulipas y particularmente a Reynosa,no cesa ni da tregua,pues los criminales estan empecinados en mantener los "cotos de poder" mas alla del combate institucional que nuevamente en este día mostró su rostro violento cuando Fuerzas Federales   han estado enfrentandose a "Grupo de Sicarios" en diferentes áreas de la ciudad de Reynosa,lo que ha degenerado en múltiples bloqueos con automóviles,vehículos de transporte e incluso unidades pesadas.


Reynosa,Tam.-03/Ago/2015 Las redes sociales como siempre,han respondido con eficiencia y eficacia,manteniendo informados los principales canales de comunicación abierta y supliendo a los canales oficiales siempre lentos e inefectivos.





Los enfrentamientos iniciaron casi a las 14: 00 hrs en un concurrido sector de la Colonia las Fuentes e inmediaciones del "Olmo" y persecuciones y bloqueos siguen en proceso desencadenando mas enfrentamientos y presumiblemente detenciones en el área del "Puente Broncos".



Las redes sociales siguen registrando una actividad profusa que busca "informar" evitando la ciudadania se vea perjudicada señalando áreas de acceso peligroso y bloqueos al trafico...


Sin embargo estas mismas redes también constituidas en medios para vulnerar las redes criminales,ya dan cuenta del incidente y a través del mecanismo de DENUNCIA ANONIMA citan a los presuntos responsables del enfrentamiento que se presume ya degenero en 5 MUERTOS...aqui el TEXTO INTEGRO:

...."es el Guero Jessi el mando del Cartel del Golfo en el sector del Olmo es su gente la que se enfrento con los Federales que le acaban de caer y este anda bien enchilado y ya les ordeno que donde se encuentren a los Federales les disparen anda bien ondeado y se va hacer una matazon ya le tumbaron entre cuatro y cinco gentes al mando este y va por la venganza el desmadre sigue .....".


GRABAN en VIDEO a un "ALCALDE "PACTANDO con el NARCO"....la corrupción tiene infinitos disfraces.


Ha comenzado a circular en redes sociales un vídeo en el que el alcalde electo de San Miguel Totolapan, Guerrero, Juan Mendoza Acosta, quien aparece al lado de un supuesto líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Guerrero,MX.-03/Ago/2015 El filme fue publicado la tarde de este domingo, en la cuenta de YouTube ‘El Justo’, y de acuerdo a su descripción, se trata de una reunión entre el alcalde electo y un hombre apodado ‘El Tequilero’.
Ambos son grabados en evidente estado de ebriedad. Al principio, la conversación es inaudible, debido a la mala calidad del video. El presidente electo y su acompañante balbucean algunas palabras, evidentemente borrachos.
Mientras, alguien les acerca una botella y los incita a beber más, aparece otro hombre a cuadro, quien se dirige al alcalde electo: “Yo estoy a tus órdenes cab$%, ya sabes, te estimo de veras”, se escucha en el audio. “Ponte ver$%, así como te hicimos ganar también tú échanos la mano”, exige. “¿Cuándo te voy a fallar?”, responde el perredista. “Jamás les voy a fallar cochos, yo jamás les voy a fallar a ustedes cab$%”.
“A ustedes no les voy a fallar nunca. Por eso vine”, dice el político.
“Ponte ver$%, aquí somos una línea. Ya te conocemos y ya estás aquí, juntos vamos a ser invencibles”, dice uno de los presuntos criminales.
Por unos segundos el audio se vuelve inaudible. Después se escucha lo siguiente:”¿Si nos vas a echar la mano viejo pues?, en ese pedo pues. Uno te hizo ganar, vas a jalar con uno, hay que echarle huevos, hay que echarle ching$%”, con lo que presumieron que el edil electo fue apoyado por este grupo.
Cabe recordar que el pasado 6 de mayo, en la recta final del proceso electoral, Juan Mendoza Acosta fue “levantado” por un grupo armado en el tramo de la carretera San Miguel Totolapan-Ajuchitán, junto a otras dos personas. El plagio fue confirmado por las dirigencias nacional y estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Esa misma tarde, el entonces candidato del PRD a la alcaldía negó el hecho, aunque el presidente estatal del PRD, Celestino Acosta Cesáreo, sostuvo la versión del plagio y afirmó que el grupo armado liberó Juan Mendoza Acosta horas después. Desde el año pasado, el municipio de San Miguel Totolapan ha protagonizado una escalada de violencia a causa de la confrontación entre dos grupos rivales del crimen organizado: La Familia Michoacana y el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
“Agradeciendo por el apoyo del 7 de junio y haciendo acuerdos para operar”, se lee al pie del video, que aparentemente fue grabado con un teléfono celular.


Fuente: 

UN "CRIMEN RODEADO de CAMARAS"...la "evidencia" ridiculiza la versión del robo.


El fotorreportero Rubén Espinosa Becerril planeaba dejar el departamento ubicado en el número 1909 de la calle Luz Saviñón poco después de las dos de la tarde del pasado viernes 31 de julio, y así se lo escribió a uno de sus amigos que, a las 14 horas con 13 minutos, recibió un mensaje de texto del periodista diciendo: “Voy de salida a la calle”.
Al menos unas nueve cámaras de seguridad ubicadas en esa cuadra debieron registrar lo que ocurrió a partir de entonces y hasta las nueve de la noche, cuando una mujer, al parecer amiga de las víctimas, subió al cuarto piso, abrió la puerta del departamento 401 y encontró la escena del crimen múltiple en que fueron torturados y asesinados Espinosa –de 31 años, refugiado en esta ciudad por amenazas en Veracruz- y otras cuatro mujeres. Una de ellas, de acuerdo con RompevientoTV, es la antropóloga egresada de la Universidad Veracruzana, Nadia Vera, de 32 años, residente de Xalapa y, como el periodista, conocida por su trabajo de denuncia sobre la ola de violencia e impunidad que prevalece en el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del Estado, los cuerpos fueron encontrados, algunos, en las recámaras y uno más en el baño. Cada uno, dijo el Procurador Rodolfo Ríos en conferencia de prensa ayer, presentaba una herida de bala en la cabeza, de arma calibre 9 milímetros, “así como algunas escoriaciones en diversas partes, presuntamente originadas por el forcejeo previo al sometimiento al que fueron expuestas”.
Fuentes consultadas por este medio agregan que los cadáveres presentaban señales de haber sido torturados de manera prolongada. En los alrededores, sin embargo, ningún vecino reportó haber escuchado los disparos. La mayoría se mostró renuente a dar información y, entre los habitantes del edificio, al parecer, los agentes ministeriales dieron la orden de que no se concedieran entrevistas.
El lugar, sin embargo, está cubierto con cámaras. Ahí, este medio observó que tan sólo en la entrada al edificio –que está protegida por dos puertas- hay una cámara sobre el techo. Otras cuatro de la Secretaría de Seguridad Pública vigilan en las esquinas de la cuadra y, en los alrededores, hay al menos otras cuatro tanto en negocios como en domicilios particulares.

“Si para algo sirve el sistema de video-vigilancia de la Ciudad de México, este es el momento de probarlo”, comentó a SinEmbargo el activista Jesús Robles Maloof, también columnista que ha investigado los millonarios gastos que el Gobierno del Distrito Federal ejerce en cámaras de seguridad y quien ayer, dijo, recorrió la cuadra en la que ocurrió el crimen.
“No se puede ingresar en ese domicilio sin ser captado por una cámara de vigilancia. Hay también otros puntos de acceso que abren la posibilidad de contar con más evidencia, como la captada por las cámaras de alta definición colocadas en el cruce de Luz Saviñón, ya casi en Eje Central, y que pueden hacer reconocimiento de placas y de rostros”, agregó.


El fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, de 31 años y colaborador desde Veracruz para la revista Proceso y la agencia Cuartoscuro, temía por su vida desde al menos 2013. En octubre de ese año, y luego de que él y otros reporteros de Xalapa fueron agredidos por policías estatales cuando cubrían el desalojo de un plantón de maestros y alumnos de la Universidad Veracruzana, viajó ex profeso a esta capital para denunciar la situación ante colegas locales.
Su testimonio generó la creación del colectivo FotorreporterosMx, que aglutinó a decenas de comunicadores que, en solidaridad con lo narrado por Espinosa, realizaron una protesta vendándose los ojos afuera de la representación del gobierno de Veracruz en esta ciudad. También por la presión ejercida por Espinosa y sus colegas agredidos, en Xalapa se formó además una Comisión Legislativa para la Atención Protección de Periodistas.
Participaba también de manera activa en los actos de conmemoración y exigencia del justicia por el asesinato de la periodista Regina Martínez, corresponsal de la revista Procesoen aquella entidad y asesinada en 2012.
Espinosa se había convertido, como dijo él mismo a SinEmbargo en una entrevista del pasado 1 de julio, en “un periodista incómodo” para el Gobernador Duarte, campeón, con 14 homicidios de periodistas, de la brutalidad contra la prensa en México.
“Yo me especializo en movimientos sociales. Tengo una portada en la revista Proceso con el Gobernador, esa portada lastimó mucho, de hecho la compraron a granel… Es una fotografía donde el Gobernador sale con una gorra de policía y de perfil que va caminando”, dijo aSinEmbargo a principios del mes pasado.
Espinosa decidió volver a la Ciudad de México en junio de este año a partir de que, en la cobertura de una manifestación estudiantil reprimida violentamente por la policía del estado, un agente lo amenazó de manera directa.
“Le di la cobertura y cuando tomo la foto de que estaban deteniendo a los estudiantes, me toma del cuello una persona de ayudantía del Gobierno del Estado y me dijo: ‘Deja de tomar fotos si no quieres terminar como Regina’. Eso me lo dijo una persona de Gobierno. Son policías vestidos de civil. La persona que orquestó el operativo de esos estudiantes está en la Secretaría de Seguridad Pública”, aseguró a este medio.
El 9 de junio siguiente, agregó en su relato, salió de su casa a trabajar por la mañana y notó que una persona lo observaba. Por la tarde, agregó, al salir de nuevo a cubrir otra manifestación estudiantil, vio que en la esquina de su casa había tres personas en un taxi con el motor encendido y desde el cual le tomaron una fotografía.
“Ahí me di cuenta que era el mismo que vi en la mañana. Por la tarde iba camino a mi casa y veo que vienen dos tipos hacia mí, en actitud violenta, se vienen y no se quitaron. Yo me pegué a la pared, y uno de ellos me pasa cerca, sentí su respiración. Me puse de lado, no lo seguí con la mirada, seguí mi camino, volteo y me están viendo. Iban de negro”, denunció.
Fue entonces que decidió volver al Distrito Federal, donde se instaló con su familia en una colonia del extremo occidente de esta ciudad.
Una vez aquí, y casi sin ingresos fijos, se mantuvo trabajando y documentando con su lente la actividad de movimientos sociales y actividad policiaca. Apenas el pasado 28 de julio publicó en su cuenta de Instagram –espinosafoto- nueve fotografías de una protesta en Paseo de la Reforma contra la expropiación de 37 hectáreas para la construcción de la autopista Naucalpan-Toluca, en el Estado de México.
“Esta lucha lleva ya ocho años en los cuales de manera injustificada el Estado Mexicano ha detenido a 22 personas por defender la tierra”, escribió el periodista al pie de las imágenes. En éstas, a blanco y negro, se observan personas mayores, jóvenes y niños asistentes a la protesta. En una, una mujer de la tercera edad aparece en primer plano con un puño en alto. Otra más aparece fuera de foco y, detrás de ella, un hombre disfrazado de revolucionario –con cananas y sombrero de ala ancha- y la máscara del “Anonymous”. En otra, este mismo manifestante aparece sosteniendo una enorme manta con el rostro de Emiliano Zapata.

“EL NARCO GOBIERNA ESTE ESTADO”
Espinosa, de acuerdo con los relatos de sus amigos, había considerado volver a Veracruz, sobre todo por la falta de ingresos fijos. En DF, además, empezó a notar que incluso aquí estaba siendo perseguido.
“Me comentó que en una entrevista que le estaban haciendo en un café, llegó un hombre y de pronto le dijo: ‘tú eres el reportero de Veracruz que está perseguido”, narró a este medio una defensora de periodistas en el exilio.
Pese a las circunstancias, Espinosa habría tomado en sus últimas horas la decisión de quedarse en la Ciudad de México y, en esta semana, confirmaría su ingreso de planta a la agencia Cuartoscuro. “Hablé con él como a las 11:30, el jueves, le contesté y me dijo que se iba a quedar”, dijo a SinEmbargo Moisés Pablo Nava, editor de la citada agencia.
“La idea era reunirnos el martes, para concretar su entrada”, agregó el periodista.
Esa noche del jueves 30, Espinosa se encontraba en una reunión en el departamento 401 del edificio ubicado sobre Luz Saviñón y decidió quedarse, le dijo a sus amigos y colegas Nicolás Tavira y Alejandro Meléndez, para evitarse el traslado hasta Santa Fe, a casi una hora de distancia de la colonia Narvarte, donde visitaba, creen sus amigos, sobre todo a la activista y productora cultural Nadia Vera.
Como él, la antropóloga chiapaneca con residencia en Xalapa era abiertamente crítica del gobernador Duarte. Tanto, que en una entrevista que dio para un documental reciente elaborado por el sitio de televisión por internet Rompeviento, denuncia que las desapariciones aumentaron con la llegada del mandatario y que, en resumen, a la entidad la controla el narcotráfico.
“Nos empieza a preocupar mucho porque empieza a elevarse el índice de desapariciones a partir de 2010, con la entrada de Javier Duarte como Gobernador, la violencia se empieza a destapar; entonces sí nos empieza a preocupar porque resulta que nosotros empezamos a ser el producto que ellos necesitan. (…) A ti te agarran como mujer para la trata, a ti como estudiante para el sicariato, aquí el problema somos todos nosotros que les estorbamos tanto al gobierno como al narco; estamos ante dos frentes de represión, ilegal y la legal”, dice Vera ante la cámara del documental “Veracruz: la fosa olvidada”.
Portada de la revista Proceso con una fotografía tomada por Rubén Espinosa y que, denunció, molestó a Duarte.

“Porque el narco es el que gobierna en este estado, el narco es el que está rigiendo, los zetas literalmente son los que tienen todo este estado manipulado, regido; aquí te cobran derecho de piso, aquí te cobran por tener un bar, te cobran por trabajar, aquí la mercancía eres tú. Es necesario accionar en este momento, porque nos están aniquilando. Es necesario que nosotros sí hagamos algo”, agrega.
Por toda esta evidencia de denuncias hechas por las víctimas, dice Daniela Pastrana, periodista y directora de la organización Periodistas de a Pie, es que el Gobierno de la Ciudad de México debe privilegiar las líneas que analicen el trabajo periodístico de Espinosa y los antecedentes que apuntan hacia las amenazas generadas en el Estado de Veracruz.
La PGJDF, sin embargo, está investigando el homicidio como un caso del fuero común e incluso, dijo el titular, Rodolfo Ríos, se está indagando también como “robo” porque en la escena, agregó, se detectó que “hubo saqueo”.
En conferencia, y sólo ante pregunta expresa de los reporteros, Ríos dijo que tenía abierta todas las líneas de investigación y que la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) del Gobierno federal había levantado un acta circunstanciada. Sobre el Gobernador Duarte, Ríos dijo solamente que había solicitado a la administración estatal la información sobre la denuncia interpuesta por el fotógrafo desde hace meses.
Argumentando secrecía en la investigación, la PGJDF se reservó la difusión de mayores datos sobre lo encontrado en la escena del crimen así como los nombres de las cuatro víctimas mujeres. De ellas, la dependencia sólo difundió oficios, edades y lugares de origen.
“(Víctima) 1. Maquillista, (18 años), originaria de Mexicali, Baja California, soltera, estudiante de belleza. 2, promotora cultural (32 años), originaria de Chiapas, soltera (Nadia Vera). 3, empleada doméstica (40 años), provenía del Estado de México, estado civil: separada; 4, aún por determinar ocupación, (29 años), originaria de Colombia”, informó la PGJDF en un comunicado.
La identidad de Vera empezó a ser difundida por colegas y amigos en redes sociales desde la noche del sábado. Ayer domingo, otros datos no oficiales apuntaron a que otra víctima llevaría el nombre de Yesenia Quiroz.
Otra toma famosa, ésta de Cuartoscuro
“VIOLENCIA DE VERACRUZ ALCANZÓ AL DF”
El homicidio cimbró a la comunidad periodística y de activistas de la Ciudad de México, sobre todo a los organizados en redes y vigilantes de la creciente inseguridad en la que se realiza el oficio en este país.
A través de un comunicado difundido ayer, periodistas de esta capital, amigos y colegas de Espinosa enfatizaron sobre todo la gravedad de que haya sido asesinado aun cuando denunció públicamente su temor, y porque el hecho podría evidenciar que la violencia de Veracruz –estado con mayor cantidad de homicidios en México- lo hubiera alcanzado hasta esta ciudad.
“Este crimen marca a la Ciudad de México. El refugio se rompió. Las autoridades, y particularmente el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, están obligados a esclarecer el asesinato de nuestro compañero. Deben diferenciarse del gobierno de Veracruz, el mejor ejemplo de que la impunidad es sinónimo de muerte”, escribieron los colegas de Espinosa en un comunicado difundido por correo electrónico.
“Él ya había denunciado amenazas, acoso y persecución. Habló con todos los colegas que encontró a su paso y con sus empleadores, y recorrió redacciones y medios alternativos y organizaciones de libertad de prensa para denunciar la imposibilidad de realizar un trabajo periodístico en Veracruz, y el clima de violencia que lo obligó a exiliarse y abandonar la vida que había construido en aquella entidad. También el temor que tenía por los compañeros que en Veracruz se quedaban. Pero la violencia de Veracruz lo alcanzó en el DF”, agregan.
UNA TESTIGO CLAVE
La Procuraduría capitalina cuenta con la colaboración de una testigo que vive en el departamento de la colonia Narvarte y quien fue la persona que encontró los cuerpos de Rubén Espinosa, de Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Alejandra y Nicole.
Las declaraciones de la joven identificada como Esbeidy está contenidas en las diligencias que realizan en las autoridades y fueron difundidas esta mañana en la prensa.
De acuerdo con el testimonio, Rubén, Nadia, Yesenia, Alejandra y Nicole tenían una reunión en el departamento 401 del edificio ubicado sobre Luz Saviñón que se realizó desde la noche del jueves pasado hasta las primeras horas del viernes.
Esbeidy dijo a las autoridades del DF, quien no participó de la reunión, dijo la mañana del 31 de julio salió a trabajar justo cuando al domicilio llegó la señora Alejandra a hacer la limpieza.
Comentó que cuando regresó a las 21:00 horas del viernes encontró los cuerpos sin vida. A uno lo halló en la sala, otro en el baño, dos más en una recámara y el quinto en otra recámara. Todos tenían escoriaciones y un disparo en la cabeza.

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