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miércoles, 8 de julio de 2015

El SENADOR "BARTLETT" ordeno "MATAR" a "BUENDIA y CAMARENA",dice EX-de la DEA.


El ex agente de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) y encargado de la llamada “Operación Leyenda”, Héctor Berrellez, dijo a Xinhua que está dispuesto a colaborar y aportar evidencias a México que implican al Senador mexicano Manuel Bartlett Díaz en el secuestro, tortura y asesinato del policía estadounidense Enrique Camarena a manos del capo Rafael Caro Quintero en 1985.
Foto.-El ex agente y ex jefe de la DEA

“Quiero recalcarle que Manuel Bartlett, quien fue Secretario de Gobernación de México, no nada más dio la orden de asesinar a Enrique Camarena. Él también dio la orden de que asesinaran al periodista Manuel Buendía, éste último quien investigaba el involucramiento de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con el narcotráfico en México”, aseguró en una entrevista en la que además pidió al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, ordene la aprehensión del senador a fin de que se le juzgue.
“Con todo respeto quiero suplicarle al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, que ordene a la Procuraduría General de la República girar una orden de aprehensión en contra del Senador Manuel Bartlett Díaz. Me pongo a sus órdenes para proceder contra esos asesinos con contundentes pruebas a la mano, y le pido por favor que encarcele a esos asesinos”, expuso a Xinhua vía telefónica Berrellez, jefe de grupo que investigó el caso Camarena.
El caso Camarena, ocurrido en 1985, tensó las relaciones entre México y Estados Unidos.
“NIEGO ESA ACUSACIÓN Y SE ACABÓ”
Entrevistado esta tarde por el reportero David Martínez de SinEmbargo, a partir del cable de la agencia Xinhua que firma la periodista Edna Alcántara, Bartlett negó las acusaciones:
–Senador Manuel Bartlett, el ex agente de la DEA lo acusa de que usted en su calidad de secretario de Gobernación en el año de 1985 ordenó el asesinato del agente norteamericano Enrique Camarena y del periodista Manuel Buendía. ¿Qué tiene que decir ante esta acusación?
–No tengo nada que decir, ¿quién es ese señor?
–Es un ex agente de la DEA y anunció a la agencia de noticias Xinhua que está dispuesto a colaborar y presentar evidencias sobre su responsabilidad en el asesinato de estos personajes.
–Que las aporte [las presuntas evidencias]. Yo niego categóricamente esas afirmaciones.
–Lo responsabiliza directamente de haber dado esas órdenes de asesinato en 1985.
–Yo lo niego totalmente eso que dice usted que dice ese señor.
–¿Usted estaría dispuesto a entrar en una polémica con el ex agente de la DEA?
–Niego esa acusación y se acabó. Eso es todo lo que voy a decir. Gracias.
LOS AUTORES INTELECTUALES
Rafael Caro Quintero, de 62 años y considerado uno de los fundadores del desaparecido Cártel de Guadalajara, junto con Miguel Angel Félix Gallardo durante la década de 1970, fue excarcelado el 9 de agosto de 2013, tras pasar en prisión 28 años, gracias a un fallo judicial que desechó varias causas en su contra, una de ellas por el asesinato de Camarena, un agente encubierto que ayudó a desmantelar varias organizaciones.
No obstante, Berrellez aseguró que aunque el capo es el asesino material de Camarena, existen otras personas como autores intelectuales de su homicidio.
Preguntado por qué no había presentado anteriormente estas pruebas, explicó que fue debido a que contaba con una orden de aprehensión para extradición a México por supuesta violación a la soberanía mexicana.
“Esa orden ya prescribió, y ahora, con la liberación de Caro Quintero, ahora saco a la luz estas nuevas pruebas y sin presión de ser perseguido”, puntualizó.
Asimismo, dijo a Xinhua que se dará a conocer en México un documental a cargo de la productora ejecutiva del mismo, Arlette Garibay, en el que se presentan testimonios de testigos protegidos de ex policias mexicanos que señalan que “Bartlett Díaz estuvo en reuniones con narcotraficantes como Caro Quintero para planear el secuestro, muerte y asesinato de Enrique Camarena, a quien solamente se le nombraba como agente de la DEA”.
“Cuando Camarena fue levantado por supuestos agentes federales, eran en realidad narcotraficantes con charola – identificación falsa – y se lo llevaron amagado ante autoridades, funcionarios y militares, y al final ya se sabe cómo ocurrió, cómo lo torturaron y asesinaron”, explicó vía telefónica a Xinhua un ex agente protegido y quien se hace llamar “José”.
De acuerdo con “José”, el Senador facilitó esta operación e incluso se le dio dinero para su campaña, pues “se le dio miles de millones de dólares para su campaña presidencial”.
“Los narcopolíticos, narcomilitares, narcopolicías siguen actuando impunemente en la actualidad”, lamentó José, quien consideró que el homicidio de Camarena “fue un hecho de lesa humanidad”.
Actualmente, Estados Unidos ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por información que lleve a la captura de Caro Quintero, de 62 años, de quien se desconoce su paradero desde su excarcelamiento.
Su liberación fue objetada por las autoridades mexicanas y, dos días después de su liberación, se concedió a la Procuraduría General de la República (PGR) la orden de detención provisional con fines de extradición por diversos delitos de los que se le acusa en una corte de California, Estados Unidos.
Caro Quintero recurrió a la Suprema Corte de México para pedir un amparo en contra de la orden de detención provisional con fines de extradición.
La defensa de Caro Quintero presentó la petición de amparo por considerar que la orden de detención de su cliente es inconstitucional, debido a que las únicas formas admitidas por la Constitución para detener y privar de la libertad a una persona se dan en los supuestos casos de flagrancia y mediante orden de aprehensión.
Estados Unidos ha buscado la detención de Caro Quintero con el fin de juzgarlo por el asesinato de Camarena.
Berrellez, en su investigación, dice que Camarena descubrió la relación de la CIA con el cártel de Caro Quintero, y entonces fue secuestrado y torturado con la intención de interrogarlo para saber hasta dónde había llegado la información que él mandó a Washington sobre esta relación criminal de la CIA con el narcotráfico.
Dentro de la investigación que tiene el ex agente, y de acuerdo con testimonios, Camarena, junto con un piloto mexicano Alfredo Zavala, fue secuestrado y torturado, y colocado aún vivo en un coche para enterrarlo.
No obstante, Berrellez dice que uno de los sicarios conocidos como los “Tierras Libres” le dio con la barreta en la cabeza a Camarena y lo mató. 

Fuente.-

EL "INDICE de LETALIDAD,MENOS ENFRENTAMIENTOS y MAS OCULTAMIENTOS"....en el uso y abuso de la fuerza.


En 2011 los autores del presente texto realizamos un estudio que evaluaba el uso y abuso de la fuerza letal por parte de las fuerzas federales (Silva, Pérez Correa y Gutiérrez, 2012).1Nuestro interés y preocupación entonces, como ahora, se originó por la presencia diaria de notas de prensa donde se daba a conocer que elementos del Ejército (la Policía Federal o la Marina) habían sido agredidos y ello suscitaba enfrentamientos con un habitual saldo de muchos agresores muertos y pocos heridos. Lo anterior ocurría en un contexto de un creciente uso de las fuerzas federales, especialmente del Ejército, para tareas de seguridad pública local.
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Han pasado cuatro años y un cambio de administración desde la realización del pasado estudio. Enrique Peña Nieto inició su gobierno con un discurso menos belicoso que el que caracterizó al gobierno de Felipe Calderón. El cambio parecía implicar un gradual retiro de los elementos del Ejército mexicano de las labores de seguridad pública. Sin embargo, los casos de Tlatlaya, Apatzingán y Ecuandureo/Tanhuato han traído nuevamente al debate público preocupaciones sobre la presencia de fuerzas federales en tareas de seguridad pública local y sobre el uso desmedido de la fuerza letal.
En este marco, nos propusimos actualizar la información sobre muertos y heridos en enfrentamientos en los que participaron las fuerzas federales (Policía Federal, Ejército y Marina). Los resultados, aunque positivos en algunos aspectos, confirman una situación preocupante. Encontramos que en este sexenio se registra un menor número de enfrentamientos y muertos; sin embargo, comparada con la administración anterior, la letalidad de las fuerzas federales se mantiene en valores altos. Esto es especialmente cierto en algunas entidades como Guerrero y Zacatecas. Asimismo, encontramos una creciente opacidad de las instituciones, una señal de alarma más, dado el contexto de violencia y los recientes enfrentamientos que han dejado saldos de muchos civiles opositores muertos y pocos heridos.
No existen indicadores únicos que permitan determinar si en una situación se llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales o si una fuerza de seguridad en su conjunto está haciendo uso excesivo y desproporcionado de la fuerza letal. Para poder determinar en un caso concreto la existencia de ejecuciones extrajudiciales debe evaluarse la información detallada sobre el acontecimiento. En este sentido, cada vez que el Estado hace uso letal de la fuerza debe abrirse una investigación y las instituciones de procuración y administración de justicia deben realizar las investigaciones correspondientes. Sin embargo, en un contexto de impunidad generalizada, y a falta de instituciones de procuración de justicia que detecten e investiguen estos casos eficazmente, surge la necesidad de construir indicadores que permitan la evaluación del uso legítimo y proporcional de la fuerza letal por parte de los distintos cuerpos de seguridad. No se trata de indicadores que por sí mismos determinen la existencia de privaciones arbitrarias de la vida sino de valores que alertan sobre un contexto de preocupación y que muestran la necesidad de realizar investigaciones serias y puntuales para cada caso.
Los indicadores más utilizados a nivel internacional, según Adriana Loche (2010) son: a) el porcentaje de homicidios dolosos cuyo presunto responsable es un policía o miembro de otra fuerza de seguridad, b) número de civiles muertos por cada policía o miembro de otra fuerza de seguridad muerto en enfrentamientos, c) número de civiles muertos por cada civil herido en enfrentamientos. Nombramos este último indicador índice de letalidad, siguiendo la terminología de Ignacio Cano (1997, 2003, 2010) para estudios en Brasil. El estudio de esta relación tiene también antecedentes en trabajos de Paul Chevigny (1987, 1991, 1993) y ha sido retomada en Argentina (Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, 2002, Máximo Sozzo, 2002, Verónica Aimar et al., 2005) y Venezuela (Christopher Birkbeck y L. Gerardo Gabaldón, 2002). En este texto, utilizamos las mediciones b) y c) en tanto que no existe la información oficial para la construcción de a).
Construimos nuestro análisis a partir de dos fuentes: a) información proporcionada vía Infomex por la Policía Federal (folio 0413100088114), la Secretaría de la Defensa Nacional (folio 0000700211714) y la Secretaría de Marina (folio 0001300092314); y b) una base de datos elaborada a partir de información de prensa.2
La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), proporcionó la información sobre civiles muertos y heridos en enfrentamientos del año 2007 al 5 de abril de 2014, advirtiendo que: “…a partir del 6 de abril de 2014, ya no se le da continuidad a dicha estadística, en relación de no ser necesaria para esta dependencia del Ejecutivo federal, debido a que, como ya se le indicó con anterioridad, el personal de esta Secretaría después de repeler una agresión, se limita únicamente a preservar el lugar de los hechos y una vez que hacen presencia las autoridades competentes se desliga de los procesos e investigación correspondientes”.
Sin duda, una de las principales preocupaciones que surgen de este estudio es la decision de la SEDENA de no continuar recabando —o haciendo pública— información tan importante sobre su funcionamiento. Con ello se violenta el principio de transparencia que exige que los órganos del Estado hagan públicas sus actuaciones y posibiliten su evaluación. Además, contradice el Manual del Uso de la Fuerza de Aplicación Común a las Tres Fuerzas Armadas que en su artículo 15, c, iii señala que después de una agresión se procederá a “Elaborar un informe detallado del evento donde se efectuó uso de la fuerza de conformidad con las disposiciones que sobre el particular emitan ambas secretarías”.
Es contradictorio y preocupante que la SEDENA afirme que la información sobre civiles muertos y heridos no es necesaria para la dependencia, cuando el manual que regula su actuación así lo exige e incluso establece responsabilidad legal para los mandos en caso de incumplimiento (art. 23, B, d). Igualmente preocupante es que al ser preguntada por el número de enfrentamientos registrados, la PGR —dependencia a la que en su respuesta la SEDENA nos sugirió canalizar nuestra solicitud— haya respondido tener conocimiento de cero enfrentamientos en 2011, uno en 2012, cero en 2013 y tres en 2014 (solicitud folio 0001700326814). La generación y disponibilidad de información sobre el uso de la fuerza es necesaria para poder evaluarla y controlarla, especialmente la fuerza letal. Constituye, pues, un mecanismo de salvaguarda del derecho a la vida de todas las personas.
Número de enfrentamientos 2008-2014. El total de enfrentamientos de las fuerzas federales tuvo un crecimiento acelerado de 2007 a 2011, para luego descender en 2012 e incrementar dicha tendencia a la baja en 2013 y 2014. La gráfica 1 muestra el número de enfrentamientos para cada una de las fuerzas federales de seguridad.
La SEDENA alcanza el máximo número de enfrentamientos en 2011, cifra que se reduce en 70% a lo largo de los tres siguientes años. La Policía Federal, con cifras menores y más estables, tuvo un crecimiento de 2008 a 2012 para luego descender 35% en los últimos dos años. Finalmente, si bien la información brindada por la Marina es limitada y su participación más reducida, el número de enfrentamientos de dicha dependencia aumentó en 2013 y 2014 en relación a 2012.
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El descenso acentuado de los enfrentamientos de los últimos años podría ser explicado por distintas razones, por ejemplo: un menor despliegue de elementos de las fuerzas federales, variaciones en el número y características de los operativos implementados, así como la reconfiguración y/o desplazamientos de grupos delincuenciales a regiones o tareas que propicien un menor contacto con fuerzas federales de seguridad.
Para el caso de la SEDENA, de 2006 a 2011 hubo un incremento constante en el número de elementos desplegados en operaciones contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, llegando a 52 mil 690 en 2011. En cambio, 2012 y 2013 muestran un descenso significativo, aumentando de nuevo ligeramente en 2014. En términos de las operaciones, 2009 presenta el mayor número. En 2010 y 2011 existe un descenso para luego incrementar ligeramente en 2012. Para el periodo diciembre 2012-diciembre 2014 la información oficial se dio de forma agregada, reportando sólo 14 operaciones, una cifra llamativamente menor a la de los años anteriores. Queda abierta la interrogante acerca de un posible cambio en la definición del término “operaciones” u otras razones que explicaran tan marcado descenso (ver cuadro 1). 
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La disminución del número de enfrentamientos trajo consigo, de forma esperable, menos muertos y heridos en todo el país. El total de civiles muertos por el Ejército en enfrentamientos (según las cifras aportadas por la SEDENA) ha pasado de mil 297 en 2011 a 459 en 2013. Esta disminución es un resultado que se mueve en la dirección deseada. Sin embargo, lo anterior no implica un cambio en otros indicadores acerca del uso de la fuerza letal, que se mantienen en valores preocupantes.
Relación civiles muertos/miembros de fuerzas federales muertos en enfrentamientos. De acuerdo con Paul Chevigny (1991), la muerte de más de 10 o 15 civiles por cada agente de seguridad fallecido en enfrentamientos sugiere que la fuerza letal se está usando más allá de lo necesario. Los resultados para México en el periodo analizado se consignan en el cuadro 2.
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Para la Policía Federal la relación de civiles/policías muertos aumenta hasta alcanzar su valor más alto en 2012 (10.4) y luego desciende en los dos primeros años de la actual administración. Sin embargo, los datos de prensa muestran un aumento del valor del indicador en 2014 y no la disminución que muestran los datos oficiales. Las cifras de prensa siguen una tendencia similar de aumento de la relación civiles muertos/policías muertos en enfrentamientos desde 2008 (2.4) hasta 2012 (16.2), pero si bien en 2013 el valor desciende a 7.2, vuelve a aumentar para 2014 llegando a 17 civiles muertos por cada policía muerto en enfrentamientos. Es importante, sin embargo, tomar en cuenta que la información de prensa, por sus criterios de selectividad, puede tener un sesgo al alza de los indicadores que analizamos.
Para el Ejército, de acuerdo con datos oficiales, el valor más elevado del indicador ocurre en 2011 (32.4). Pero desde 2009 hasta 2013 se supera el umbral de preocupación de más de 15 civiles muertos por cada miembro de la fuerza de seguridad muerto señalado por Chevigny. El descenso de la relación civiles/soldados muertos en enfrentamientos en 2014 debe ser tomado con reserva, ya que la SEDENA sólo brindó información del primer trimestre del año por lo que, por ejemplo, el caso de Tlatlaya quedó fuera de la información brindada.  
Si recurrimos a la base de datos de prensa para la SEDENA, la información muestra un importante aumento, con oscilaciones del indicador desde 2008 (5.5) hasta 2012 (42.1), cuando alcanza su valor más alto. En el primer año de la presente administración (2013), la relación de civiles muertos/soldados muertos en enfrentamientos, según la prensa disminuye a 18.8. Pero en 2014, cuando se deja de brindar datos oficiales, el valor del indicador alcanza a 53 (un total de 159 civiles y tres soldados fallecidos en enfrentamientos). Como ya mencionamos, la información de prensa suele sobreestimar los indicadores que analizamos. Sin embargo, ante la ausencia de información oficial, estos datos son los únicos existentes para estudiar el uso de la fuerza letal.
La información entregada por la Marina presenta problemas que no nos permiten construir los indicadores analizados.3 Por ello sólo disponemos de la información recabada en prensa que siempre presenta valores muy elevados de la relación civiles muertos/marinos muertos en enfrentamientos. Incluso en 2010 y 2013 no puede calcularse la relación porque no se registraron marinos fallecidos (en 2010 se reportaron 50 civiles muertos en enfrentamientos y 33 en 2013). Los valores de la relación para los demás años son: 24 para 2009, 34.3 para 2011, 36 para 2012 y 74 para 2014.

El índice de letalidad, como se mencionó, es el número de civiles muertos por cada civil herido en enfrentamientos. En todo enfrentamiento entre civiles y cuerpos de seguridad, el número de muertos no debería sobrepasar por mucho al de heridos. Por tanto, el valor del índice no debe ser muy superior a uno. Los datos analizados para las fuerzas federales mexicanas muestran índices de letalidad sumamente altos. A partir de los datos oficiales calculamos que para todo el periodo 2007-2014 la Policía Federal tiene un saldo en enfrentamientos de 4.8 civiles muertos por cada herido, mientras que en el Ejército llega a 7.9. Sin embargo, los valores del índice para cada una de las corporaciones tuvieron importantes variaciones durante el periodo, tal como se muestra en la gráfica 2.
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En el caso del Ejército el índice de letalidad fue creciendo año con año desde 2007 (1.6) hasta 2012 (14.7), en lo que podría ser un aprendizaje sobre el uso de la fuerza letal durante los años de la administración de Felipe Calderón. En los dos primeros años del gobierno de Peña Nieto el índice de letalidad del Ejército disminuye a 7.7 en 2013, pero luego se incrementa alcanzando en 2014 un valor de 11.6 muertos por cada herido. Nuevamente es importante hacer notar que para 2014 se trata sólo de información del primer trimestre del año.
Si consideramos la base de datos de prensa, el índice de letalidad del Ejército crece desde 2008 (3.4) hasta 2011 (19.5) y luego comienza a descender, aunque sigue permaneciendo en valores elevados: 16.1 en 2012, 11.8 en 2013 y 7.3 en 2014. Es decir, si bien los cálculos con base en la información de prensa no siguen año por año la tendencia de los datos oficiales, sí se comportan en términos generales de manera similar. El resultado en ambos casos —información oficial y de prensa— es que la letalidad en enfrentamientos de la SEDENA tuvo su valor más elevado en 2011 y 2012, pero el descenso posterior arroja valores elevados del índice en un contexto donde la información oficial se cierra al escrutinio público.
En el caso de la Policía Federal, según los datos oficiales, el índice de letalidad en enfrentamientos mantuvo valores bajos hasta 2010 para luego crecer vertiginosamente hasta 2013, alcanzando un valor de 20.2 civiles muertos por cada herido, un número mayor al alcanzado por el Ejército en 2012. Sin embargo, en 2014 hay un fuerte descenso del índice a 4.6 opositores muertos por cada herido. En contraste, la base de datos de prensa arrojó un índice de letalidad de 25.5 en 2014.
Si estudiamos algunas entidades federativas, los focos de preocupación bajo la actual administración quedan subrayados. Desde enero de 2013 a marzo de 2014 (según datos oficiales) en todo el país murieron 540 civiles en enfrentamientos con el Ejército, quedando heridos 67 (índice de letalidad de 8). En el cuadro 3 presentamos los datos para algunas entidades donde hubo un número importante de muertos en enfrentamientos durante el periodo.
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En Tamaulipas, donde hubo un mayor número de muertos en enfrentamientos, el índice de letalidad fue de 5.9. No se trata de un valor “bajo” para un indicador cuyo estándar señala que debe ser cercano a la unidad. Tampoco significa que en dicho contexto no se hayan cometido privaciones arbitrarias de la vida. El índice aparece como relativamente bajo porque en los restantes estados casi no hay civiles heridos en los enfrentamientos. Destacan también Guerrero y Zacatecas por el número de muertos y el índice de letalidad en esos estados. En el Estado de México durante 2013 y hasta marzo de 2014 hubo 17 enfrentamientos en los que participó el Ejército donde murieron 30 civiles y hubo un solo herido, tres meses más tarde en Tlatlaya se sumarían 22 muertos más y ningún herido (información que, como mencionamos, no quedó incluida en el cuadro anterior).
Los índices aquí expuestos alertan sobre el uso excesivo y desproporcionado de la fuerza letal como posible patrón de comportamiento de las fuerzas federales. Aunque el número total de enfrentamientos y muertos en enfrentamientos ha disminuido desde 2012, el índice de letalidad y la relación entre civiles muertos y miembros de fuerzas de seguridad muertos en enfrentamientos han permanecido elevados. Esto podría mostrar la inercia del aprendizaje institucional sobre el uso excesivo de la fuerza.
En el pasado estudio concluimos que la inclusión del Ejército en tareas de seguridad pública parecía traer consigo un inevitable uso de la fuerza bajo una lógica de guerra. La conclusión, extensible a otras fuerzas militarizadas, es válida hoy como entonces. Eventos recientes como los de Tlatlaya, Apat-zingán y Ecuandureo han llamado la atención de los medios de comunicación y de la sociedad por sus elevados saldos de muertos y por la confirmación —o las dudas— acerca del uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas federales de seguridad. Los autores de este estudio compartimos esta preocupación. Sin embargo, nuestro interés no sólo está orientado a dichos acontecimientos sino también a visibilizar cada uno de los enfrentamientos donde se ha usado la fuerza con resultados letales. Estos eventos, al ser analizados de forma agregada, muestran un patrón de comportamiento de las fuerzas federales que se aleja de los estándares nacionales e internacionales que exigen que la fuerza se use respetando los principios de excepcionalidad, necesidad y proporcionalidad. Aunque el índice de letalidad, y otros indicadores que hemos considerado, no son pruebas por sí solos de la existencia —o ausencia— de ejecuciones extrajudiciales, cuando se presentan sistemáticamente con valores elevados son un indicio fuerte de una política deliberada o de una práctica normalizada del uso ilegal de la fuerza letal.
En el contexto descrito es apremiante el diseño y puesta en marcha de mecanismos de control efectivos sobre el uso de la fuerza que permitan evaluar la legalidad de las actuaciones de estas instituciones. Es vital contar con la mejor información posible y que cada caso de uso de la  fuerza letal por parte del Estado sea investigado a profundidad y se indaguen las circunstancias y características de su ejercicio. Sin embargo, la creciente opacidad, especialmente del Ejército, va en sentido opuesto. Ello, junto con la ausencia de un marco legal que regule debidamente el uso de la fuerza, colocan tanto a los agentes del Estado como a la sociedad en una posición de incertidumbre y riesgo. Los escasos controles que hoy tenemos se traducen en un incentivo para que se haga un uso excesivo de la fuerza. La información, junto con los mecanismos de control, constituyen elementos clave para la salvaguarda del Estado de derecho, empezando por los derechos fundamentales de todas las personas, específicamente el derecho a la vida.
Fuente.- 
Catalina Pérez Correa
Profesora Investigadora de la División de Estudios Jurídicos del CIDE.

Carlos Silva Forné  Rodrigo Gutiérrez Rivas
Investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

Este texto sintetiza algunos de los hallazgos de un estudio académico que analiza el uso de la fuerza letal por parte de las fuerzas federales en México. El estudio lo realizan conjuntamente investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ) y del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). La versión completa de este texto puede consultarse como documento de trabajo en la página de internet del IIJ y del CIDE.

2 Para la construcción de la base de datos se revisaron los archivos digitales de dos periódicos de distribución nacional: El Universal y La Jornada. Si las cifras de muertos o heridos no coincidían, se consultaba un tercero —Reforma—, o un cuarto —La Crónica de Hoy. Si las cifras continuaban sin coincidir se recurría a una regla de registro por la que se consideraba el menor número de muertos y el mayor número de heridos.
3 La Marina sólo brindó información sobre los enfrentamientos en los que participó desde marzo 2012 a septiembre 2014, pero además en el oficio de respuesta coloca las letras “s/d” (sin datos) en la mayor parte de las variables solicitadas. Los casos con información completa son marginales.


EL "JT",el "GUERO PALMA","QUINTERO PAYAN"...CAPOS a punto de la "LIBERTAD".


Javier Torres Félix, el lugarteniente que en otros tiempos controlaba la zona del valle de San Lorenzo, en Sinaloa, cumplió el pasado 25 de junio dos años de estar recluido en la cárcel del Altiplano, en el municipio de Almoloya de Juárez, luego de ser repatriado de Estados Unidos a México, en abril de 2013.
Según fuentes familiarizadas con el caso, actualmente su defensa lucha ante un Juez Federal para que lo deje en libertad argumentando que el JT ya cumplió su condena, y que está totalmente reformado y en espera de reintegrarse a la sociedad.
El antiguo capo se pierde entre los más de 800 reos que alberga la cárcel del Altiplano, en espera de que el juez federal que revisa su caso determine si el JT ya merece salir de prisión, o si aún le faltan otros cuantos años en prisión. 
Aferrado a la ilusión de la libertad, y ante la promesa juramentada de alejarse de las malas compañías, Javier Torres Félix sigue en espera de ser sentenciado, y de que la sentencia le favorezca, al grado de inmediatamente lograr la libertad.
De acuerdo con una petición hecha por Ríodoce a la PGR, mediante el portal de acceso a la información, el JT sigue en etapa de instrucción, en espera de una sentencia, según se informa en un documento con número de folio 0001700162115, emitido por la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Jurídicos de la Procuraduría General de la República.
“La persona aludida (Javier Torres Félix), fue consignada ante el Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, con residencia en Toluca, en el cual se radicó la causa penal 34/2013, misma que se encuentra en etapa de instrucción, por lo que aún no se ha dictado sentencia”, se lee en el documento, fechado el 11 de Junio de 2015.
No obstante, las posibilidades de que el JT salga libre en cualquier momento son latentes, ya que el delito por el cual está siendo juzgado es delincuencia organizada y tráfico de drogas, ya se le juzgó y sentenció en Estados Unidos, donde purgó una pena de siete años en prisión, y de acuerdo con los tratados internacionales que existen entre México y Estados Unidos, a una persona no se le puede juzgar dos veces por el mismo delito.
“Los abogados de esta persona (el JT), no deben de tardar en tumbar los argumentos de la PGR, porque existen tratados internacionales y si ya se le juzgó por los mismos delitos en Estados Unidos, no debe tardar en salir”, opinó Humberto Villicaña, quien durante la administración de Carlos Salinas de Gortari fungió como asesor de asuntos jurídicos en la PGR.
Para ello, hace mención al caso de Sandra Ávila Beltrán la Reina del Pacífico, y de Francisco Rafael Arellano Félix, asesinado en Los Cabos, en octubre de 2007:
“El gobierno de México renuncia a su jurisdicción, y decidió no juzgarlos aquí; qué pasa, que son extraditados, allá cumplieron sus sentencias, y al poco tiempo, son liberados aquí en México porque tuvieron una buena defensa; la única manera que se les puede continuar un delito judicial es que se le acuse por delitos diferentes”, explicó el ex funcionario.
El único otro delito que enfrentaría Javier Torres es portación ilegal de arma de fuego de uso exclusivo del ejército, pero con los cuatro años que ya tiene encarcelado en México, deben ser suficientes para que salga de prisión.
Fuentes de la PGR indicaron que al extraditar al JT a Estados Unidos, México no renunció a su proceso judicial y ni a su jurisdicción, sino que le suspendieron el proceso penal que se le llevaba, y que tras ser repatriado a México, se le detuvo en la frontera para que se le continúen los cargos que tenía pendientes.
Según ha trascendido, el JTtiene cuentas pendientes tanto a nivel federal como ante el fuero común. En esta última instancia, la defensa de Torres Félix solicitó un amparo ante un juez en Culiacán, pero las autoridades judiciales le dieron una respuesta negativa.
En ninguno de ambos fueros, las autoridades han confirmado si las cuentas que tiene pendientes el JTson por la muerte de un cabo de infantería en el 2004, en Culiacán.
“No puedo precisar cuáles son los delitos por los que será procesado, no los recuerdo todos, ojalá fuera uno o dos, pero son muchísimos, aunque de momento no puedo precisarlos”, sostuvo el entonces titular de la PGR Jesús Murillo Karam, durante una visita que hizo a Culiacán.
Javier Torres fue arrestado por elementos del Ejército Mexicano el 27 de enero de 2004, un día después de que un comando que él mismo encabezaba se enfrentó con elementos militares y donde murió un uniformado.
Al momento, el JT fue presentado como lugarteniente de Ismael Zambada García, el Mayo, e inmediatamente trasladado a la Ciudad de México, e internado en el Reclusorio Norte.
El 29 de noviembre de 2006, Torres Félix fue extraditado a Estados Unidos, donde se le inició un proceso judicial que se realizó en medio de un total sigilo, incluso, tiempo después se especuló que el JT formaba parte del programa de testigos protegidos. 
Los próximos capos a ser liberados 
Jesús Héctor Palma Salazar, el Güero
El próximo gran capo en ser liberado es Héctor Palma, el Güero, quien según el portal del Buró de Prisiones Federales de Estados Unidos (BOP), se encuentra recluido en la cárcel Supermax, localizada en Colorado, y su liberación está programada para el 16 de julio de 2016.
Como ocurrió con el JT, serán agentes de US Marshals quienes lo saquen de la prisión más brutal de Estados Unidos, para entonces custodiarlo hasta la garita de Tijuana, donde será entregado a agentes de la PGR, que a su vez lo conducirán a una prisión de máxima seguridad en México. 
Juan José Quintero Payán, donJuanjo
Encarcelado en la prisión Federal CorrectionalInstitution (FCI) de Oakdale, en el estado de Louisiana, 35 millas al sur de la ciudad de Alexandria, donde está recluido desde abril de 2010. Su liberación está programada para el 27 de abril del 2018.
Quintero Payán era el brazo derecho de Amado Carrillo. Su detención ocurrió el 29 de octubre de 1999, en el municipio de Zapopan, Jalisco. 
Miguel Ángel Caro Quintero
Confinado en la Federal CorrectionalInstitution (FCI), de Memphis Tennessee. La fecha de su liberación está programada para el 12 de octubre de 2019.
Caro Quintero pertenecía al grupo de su hermano Rafael, y según la PGR, “desde 1983 hasta 1994, Miguel Ángel lideró una organización criminal dedicada a la importación y distribución de mariguana en Estados Unidos”.
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"HACKING TEAM" ...la EMPRESA "HACKER HACKEADA" y el "ESPIONAJE a MEXICANOS".


El Ejército, la Marina, la Policía Federal, el CISEN y 11 gobiernos estatales, han espiado masivamente a mexicanos, a través de un sistema que interviene a control remoto dispositivos móviles, copia mensajes de texto, conversaciones de Google, Yahoo, MSN y Skype, y extrae todos los datos y el historial de las computadoras, sus audios e imágenes de la webcam, que les permiten, además, grabarlos mientras trabajan. Esta es la más grande revelación que se haya dado de cómo en México los gobiernos espían a sus gobernados, y el mayor descubrimiento de cómo la vida privada en este país, es inexistente. 
Las instituciones mexicanas recurrieron a una empresa italiana, creada en Milán en 2003, Hacking Team, cuyos sistemas fueron hackeados este lunes y su información distribuida abiertamente en la red. La tecnología de esta empresa, considerada internacionalmente como una violadora de las garantías individuales, cuesta aproximadamente 700 mil dólares por una instalación “media”, suficiente para intervenir dispositivos móviles inteligentes a control remoto, rastrear sus movimientos a través de un GPS, o convertir su teléfono en un micrófono y una cámara sin que el usuario se entere. De acuerdo con la empresa, puede intervenir 100 mil aparatos simultáneamente, y no ser detectado por un software antivirus. 
En una entrevista en noviembre de 2011 en el periódico inglés The Guardian, días después de celebrarse en Washington la cumbre anual de las Américas Sistemas de Apoyo de Inteligencia, el socio fundador de Hacking Team, David Vincenzetti, dijo que habían vendido sus dispositivos en 30 países en cinco continentes. Su principal producto es un programa llamado Da Vinci, dentro de su Sistema de Control Remoto, bautizado como Galileo, tan violentamente intrusivo que cuando uno abre su página aparece la identificación de la computadora en donde se hizo la búsqueda, para recordarle al usuario que nadie está más allá de su vigilancia cibernética. De acuerdo con Citizen Lab, que es un laboratorio en la Escuela Munk de Asuntos Internacionales de la Universidad de Toronto, los gobiernos también pueden implantar  el virus maligno en cualquier sistema operativo de un móvil inteligente Android, OSX, iOS, Windows Phone, Blackberry y Linux, así como en Facebook y WhatsApp. 
Los clientes principales de Hacking Team son las fuerzas de seguridad. De hecho, en su presentación, la empresa milanesa dice que “creemos que la lucha contra el crimen debe ser fácil: nosotros proveemos tecnología ofensiva defectiva y fácil de usar a todas las policías y comunidades de inteligencia. La tecnología debe empoderar, no entorpecer”. El gobierno mexicano entró en esa racional desde la administración de Felipe Calderón, cuando el director del CISEN era Guillermo Valdés, quien pagó casi 12 millones de pesos para que espiaran a los mexicanos. 
El espionaje se extendió y amplió de manera significativa en los tres últimos años. De acuerdo con la empresa de contenidos digitales Hipertextual, México es el país que más gastó en Hacking Team de todo el mundo para espiar a sus ciudadanos. Esto habla de los recursos limitados que tienen los aparatos de inteligencia federal y estatales para llevar a cabo estas intervenciones, y la necesidad creciente de los gobiernos mexicanos para acceder a esa información. 
De acuerdo con los datos filtrados al público, el CISEN, a través de la Secretaría de Gobernación, es quien más pagó a la empresa milanesa, casi 18 millones de pesos de 2010 a la fecha, con excepción de 2013, donde no contrató sus servicios. Los contratos que tenía con la Marina y la Policía Federal ya expiraron, mientras que uno más con el Ejército, financiado por Pemex por cinco millones y medio de pesos pagado el 31 de marzo pasado, aún no se activa. También expiró el contrato de los gobiernos de Campeche, Puebla y Querétaro, así como de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, y el Cuerpo de Seguridad Auxiliar y Urbana del Estado de México. En la lista mantienen contratos activos los gobiernos de Baja California, Durango, Jalisco, Tamaulipas, Yucatán, la Procuraduría General de Justicia el Estado de México, la Fiscalía de Nayarit, el CISEN, y una empresa de transportes del norte del país. 
El hackeo al Hacking Team dejó al descubierto 400 gigabytes de información, cargados en BitTorrent, que permite el intercambio de archivos grandes en forma rápida. La información que colocaron los hackers en BitTorrent incluyen grabaciones de audio, correos electrónicos y código fuente, lo que permitirá a los expertos en descargar toda la información vulnerada a los sistema de la empresa en Milán. Qué tanta información va a salir con el paso de los días, no se sabe aún. Hacking Team ha negado que les hayan roto la seguridad, pero envió mensajes a sus clientes para que no utilicen el Sistema de Control Remoto. 
Team dice que su tecnología se ajusta a los estándares internacionales y que es utilizada para intercepción con propósitos legales. Sin embargo, en abril de 2013 la revista Wired publicó que la empresa ha sido denunciada por vender su software a países violadores de los derechos humanos, como Marruecos, Etiopía y los Emiratos Árabes, que los han usado para reprimir activistas, disidentes políticos y periodistas. 
Qué espiaron, a quién y porqué, exige explicaciones de las autoridades, que se escurren en la inagotable inconciencia mexicana. Qué fácil debe ser gobernar en México, con una sociedad tan democráticamente inmadura. Pero omisión, aunque sea de muchos, no debe ser silencio, aunque sea de pocos.
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