Una muy reciente carta trascendida a las redes y cuyo texto deja claros los "enojos del panismo" con su virtual enterrador el aun gobernador de Tamaulipas ,no es único indicio de la rebeldía panista que buscara destronar al "cabecismo" y desde ya se manifiestan contra el proyecto de reelección de Luis René ‘El Cacharro’ Cantú como presidente estatal del PAN,quien el periodista Hector Garces presume ya se atascó, aunque tambien afirma que la intención es imponerlo a toda costa pese a su curricula delincuencial exhibida en narcomantas,cuando criminales en 2019 reclamaban las traiciones de Cabeza de Vaca y su hermano y de paso lo llamaron traficante.
Para lograrlo, desde el más alto mando del gobierno de los ‘vientos del cambio’ ya enfriaron las aspiraciones de varios panistas que querían o podían registrarse y derrotar, en una elección abierta a la militancia, al actual dirigente del panismo tamaulipeco.
De esa forma, ni Francisco Javier Garza de Coss, ni Kiko Elizondo se inscribirán para participar en la contienda interna de Acción Nacional.
AL PAN PAN Y AL VINO VINO:
Si bien ‘el manotazo’ enfrió a los más visibles aspirantes, también incrementó la molestia y la inconformidad en contra del estilo autoritario con el que pretenden imponer un comité directivo estatal controlado por el grupo cabecista.
En medio de ese malestar al alza de la militancia blanquiazul, una rebelión se encuentra en ciernes y espera superar todos los obstáculos que les pongan para evitar su registro como planilla opositora a los sueños de dominio partidista de los hermanos Cabeza de Vaca.
Claro, enfrentarán múltiples piedras en el camino. Un panista, cuyo nombre se reservará esta columna por el momento, no le recibieron su carta de intención, primer requisito para participar como aspirante a la presidencia del PAN en Tamaulipas. ¿El argumento? ¡Ya habían cerrado!
Dos días después, el panista regresó a las oficinas del partido y, al más puro estilo de la fastidiosa burocracia mexicana, le dijeron que no se la podían recibir porque le faltaba un domicilio de Ciudad Victoria. Finalmente, la carta de intención fue aceptada, pero…
Cuando el aspirante solicitó el padrón de militantes para comenzar a buscar las firmas que se necesitan en cada uno de los 43 municipios, la respuesta que obtuvo fue de risa loca, una auténtica burla: ¡No tienen el padrón!
Como no cuentan con el listado nominal de militantes, lo pedirán al Comité Ejecutivo Nacional y, cuando se los envíen, entonces se lo entregarán al aspirante. Puras trabas. La intención es desalentar a quien quiera registrarse como candidato. ¿Qué tal?
Sin embargo, los panistas que están hartos del autoritarismo cabecista seguirán con su lucha por inscribirse en el proceso interno. Ya tienen, en los hechos, configurada la planilla completa, integrada por militantes de las distintas regiones del estado. ¿Las firmas? Con la mano en la cintura, superarían el máximo permitido.
¿Y si no los dejan inscribirse? Impugnarán ante todos los tribunales electorales con el objetivo de tumbar el proceso y, de paso, descarrilar a ‘El Cacharro’.
Es decir, la mayoría blanquiazul está en pie de lucha. La rebelión panista se encuentra en ciernes.
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