Los mensajes enviados entre un militar de alto rango identificado como Coronel, integrantes de Guerreros Unidos y elementos de élite de la policía municipal de Iguala –conocidos como Los Bélicos– revelan que algunos de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa fueron llevados al 27 Batallón de Infantería de la Sedena. Por años, los padres y madres solicitaron entrar a esas instalaciones militares a buscar a sus hijos. Una de las conversaciones entre el Chino –líder visible del grupo delictivo– y el Coronel descrita en el informe de la Comisión de la Verdad descubre que este último ordenó –el 28 de septiembre de 2014– que “soldados saquen los restos de Iguala”, a lo que después se agrega: “se llevaron la mayoría al Batallón”.
El informe con conclusiones preliminares de la Comisión Presidencial para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, hecho público el pasado 18 de agosto, revela conversaciones telefónicas entre un militar de alto rango identificado como Coronel, integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y elementos de élite de la policía municipal de Iguala –conocidos como Los Bélicos– revelan que algunos de los 43 normalistas rurales desaparecidos la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014 fueron llevados al 27 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ubicado en Iguala, Guerrero.
no solo patos,tambien se hicieron narcos:
Son los mensajes del 28 de septiembre en adelante lo que se refieren a la participación de servidores públicos del gobierno federal –específicamente de la Procuraduría General de la República–, y también de los militares de la zona.
A continuación se reproducen algunos:
28 de septiembre de 2014
13:25-17:00 horas
“Chino”-“Chango” [Sidronio “N”, identificado actualmente como el líder visible de Guerreros Unidos; Ramiro “N”, jefe de halcones en Iguala, respectivamente.]
Le comunica al “Chino” que hay rumores de que por “órdenes del gobierno de México” van a “borrar evidencia” y que “los cuerpos los van a mover para que no los hallen” excepto los del “Río”. Afirma que “el Negro ya está de acuerdo con el Coronel” y que los van a inculpar a ellos.
“Chino”-“Hl”/ “N”
Avisa al “Chino” que la PGR ya tiene fichas de los que participaron en la desaparición y que hay camionetas buscándolos. Comprueba con el “Chino” si “limpiaron bien” para que no “anden investigando aquí en Huitzuco” porque “se le asusta la gente y se le calienta la plaza”.
29 de septiembre
“Chino”-“Gorda”
Avisa al “Chino” que vieron al “Negro” con el “Coronel” entrando al 27 BI [Batallón de Infantería].
30 de septiembre
“Chino”-“Negro”
El 30 de septiembre el “Chino” le confiesa que quedaron seis estudiantes vivos en la “bodega vieja”, a lo que contesta que lo iba a arreglar para que fueran a terminar. Se coordina con “N” y el “Coronel” para tratar de “arreglar el problema”. Ordena al “Chino” que no hable con nadie, se deshaga de la evidencia y que lo mantenga informado de todo lo que se diga.
“Chino”-“Coronel”
Confirma al “Chino” que él y su gente ya se encargaron de los estudiantes de la “bodega vieja” y le pregunta si quedaron más vivos. Amenaza al “Chino” para que le diga al “Negro” que le pague lo que le prometió porque no le contesta. Pregunta al “Chino” si el primo del “Cochiloco” aún está activo en “Los Rojos”, a lo que le responde que sí.
Octubre-noviembre de 2014
“Chino”-“Coronel”
Envía a su gente a catear las casas de los familiares del “Chino” y de varios de los sicarios involucrados en la desaparición. Se llevan a los primos del “Gordey”. Ordena que soldados saquen los restos de Iguala, y “se llevaron la mayoría al Batallón”.
Karen “N”-“Moreno”
Tomás “N” es quien “anda mandando a limpiar todo” para que los “funcionarios de alto nivel queden bien”. “…Andan moviendo todos los cuerpos para que no allá más pedo me dijo “el Wason” que andan viendo como sacarlos, en patrullas o desaserlos” (sic).
Las conversaciones coinciden con otros hechos de manipulación de la verdad. Por ejemplo, entre las pruebas que pesan en contra de Jesús Murillo Karam, exprocurador general de la República detenido el 19 de agosto, destaca la videograbación hecha por un dron de la Secretaría de Marina en el basurero de Cocula, donde se observa a este exfuncionario arribando al lugar la mañana del 27 de octubre de 2014, minutos después de que 12 marinos manipularan la escena donde supuestamente fueron incinerados los cuerpos de los 43 normalistas rurales, y días antes de dar a conocer la mal llamada “verdad histórica”.
Otras conversaciones
Los principales hallazgos del informe de la Comisión de la Verdad se basan en el análisis de la base de datos de los registros de llamadas telefónicas y su visualización geoespacial, incluida la construcción interactiva de diversos mapas temáticos; en la generación y análisis de redes de vínculos y escenarios espacio-temporales, de integrantes de diversas policías y miembros de grupos delictivos; en la sistematización de la información contenida en el expediente de la Fiscalía General de la República, y el procesamiento de diversas fuentes de información sobre actividades relacionadas con el Caso Ayotzinapa.
Con base en estos análisis técnicos, la Comisión de la Verdad concluye “que no existe evidencia técnica basada en la información disponible que respalde la hipótesis de que, durante los días 26 y 27 de septiembre los estudiantes fueron trasladados fuera del municipio de Iguala. Igualmente, se considera que es probable que los estudiantes fuesen retenidos en diversas casas de seguridad en el municipio de Iguala”.
Adicionalmente, con los últimos hallazgos por parte de la FGR, se indica que es probable “el empleo de distintos métodos de traslado hacia otras poblaciones, aunque en fechas posteriores al 27 de septiembre”.
Las conversaciones que se reproducen en el reporte revelan, además, que los jóvenes normalistas habrían sido ultimados, en su mayoría, esa misma madrugada, por 5 mil pesos adicionales como pago por su ejecución.
En total, se trata de 1 mil 684 comunicaciones de integrantes de Guerreros Unidos ocurridas el 26 de septiembre tan sólo en Iguala; además: cinco en Cocula; cuatro en Tepecoacuilco; y una en Eduardo Neri (Mezcalay Carrizalillo).
El informe apunta que “es factible que el elemento que desencadena la violencia extrema en contra de los normalistas de Ayotzinapa es la percepción, por parte de Guerreros Unidos, de que su presencia implicaba una infiltración de Los Rojos y la posibilidad de perder la plaza, tal y como ellos lo habrían hecho en Carrizalillo unos meses antes”.
Agrega que de las conversaciones captadas por la DEA (Administración para el Control de Drogas del Departamento de Justicia de Estados Unidos), sobresale un mensaje enviado el día 27 de septiembre por José “N”, uno de los líderes de Guerreros Unidos, a su hermano Adán “N”: “senos metiron los contraas kon los aylosinpas y hubo un vergaseraaa” (sic).
Este mensaje, se explica, “muestra que al interior de Guerreros Unidos existían integrantes que pensaban que el 26 de septiembre había ingresado a Iguala gente de algún grupo contrario”. Agrega algunas conversaciones que se iban suscitando aquel día de la tragedia:
“Chino”-“Chango”
Monitorea el movimiento de los estudiantes y verifica si “El Takia” venía con ellos.
“Chino”-“Negro”
Ordena al “Chino” monitorear a los “ayotzinapos” para revisar si venía con ellos “El Takia”.
En el informe también se lee que “para mayor detalle sobre la evolución de la red de comunicaciones, tanto de integrantes de Guerreros Unidos, como de las policías municipales”, y luego se reproduce lo siguiente:
“Chino”-“Al”
Ordena a Guerreros Unidos desaparecer a los estudiantes por “no saber quién es quién”, para evitar que “se caliente la plaza” y “recuperar la mercancía”. Ordena a policías municipales y ministeriales apoyar a los Guerreros Unidos en la desaparición de los estudiantes.
“Chino”-“Al”-“Coronel”
Se coordina con el “Coronel”, “El Gil” y “El Negro” para arreglar la situación y evitar “que se manche su imagen”.
El mismo informe detalla que hubo “ausencia de comunicaciones entre las 02:00 y las 08:00 horas del grupo de sicarios comandados por ‘El Chuky’ e Isaac ‘N’ y de algunos policías de Iguala identificados como ‘Bélicos’. Dicha ausencia es interrumpida solamente por tres comunicaciones de ‘El Chuky’, alrededor de las 04:00 horas, volviéndose a ausentar hasta la mañana siguiente. Una hipótesis es que este grupo, tanto de sicarios como de los ‘Bélicos’, pudo haber salido de la zona de cobertura telefónica para apoyar en la desaparición de los estudiantes”.
Se agrega que las comunicaciones registradas por “El Chucky”, entre las 03:30 y las 04:45 horas del 26 de septiembre de 2014 coincide con un incremento de actividad en las comunicaciones entre los integrantes de Guerreros Unidos en Iguala. Y se cita a continuación las siguientes:
03:13-03:50 horas
“Chino”-“Cholo”
Entrega unos “paquetes” al Gil para “trabajarlos” en su casa.
“Chino”-“Gil”
Ordena a los sicarios que desaparezcan a los estudiantes antes del amanecer y que no quede ninguno vivo. Ofrece 5 mil pesos extra y ascensos a los sicarios si hacen el trabajo bien.
“Chino”-“Negro”
Ordena a los sicarios que desaparezcan a los estudiantes antes del amanecer y que no quede ninguno vivo, por ser “órdenes de arriba”. Ofrece 5 mil pesos extra si hacen el trabajo bien.
04:50-07:42 horas
“Chino”-“Chango”
Participa con “Chuky” en la ejecución y desaparición de los estudiantes. Avisa al “Chino” que querían quemar los restos pero iba a ser complicado, por lo que deciden llevarse “paquetes en bolsas” para que cada grupo hiciera como quisiera.
El informe de la Comisión de la Verdad destaca que “solamente en la zona de Villa de Guadalupe, se contabilizan en total 115 comunicaciones, de las cuales 83 fueron realizadas por Ramiro ‘N’, ‘El Chango’, principal operador en los hechos. Este dato es relevante no sólo por la cantidad de llamadas, sino por la concentración de personajes en este lugar, identificado como una de las principales áreas de operación de Guerreros Unidos”.
Agrega que en dicha zona también se encuentra el domicilio de Gildardo “N”, “El Gil”, “que si bien no pudo ser plenamente identificado en la red de comunicaciones, no se descarta que estuvo al tanto de la situación debido a su jerarquía en la organización”.
Respecto del “Chino”, se añade que ocultó en su reporte que aún quedaban aproximadamente seis estudiantes vivos en la “bodega vieja”. Y se reproducen posteriormente otros resúmenes de conversaciones entre los criminales:
“Chino”-“Chuky”
Avisa a los demás sicarios que regresará más tarde a encargarse de los estudiantes vivos que quedaron en la “bodega vieja”. Se desconoce si lo hizo.
27 de septiembre, 07:50 horas-28 de septiembre, 10:40 horas
“Chino”-Felipe “N”
Le recuerda al “Chino” que espere la orden del “Negro” para que vaya a la ciudad a cambiar todos los teléfonos.
“Chino”-“Gil”
Le ordena al “Chino” comunicarse con “Hl” para “preparar carne de cañón” para que puedan “limpiar todo porque ya se tiene el circo armado”. Afirma que “tuvieron una reunión con ‘Al’ y los asesores de México” y que “ya los licenciados y la gente de México tienen el circo armado”.
“Chino”-“Hl”/“N”
Está al tanto de la desaparición de “paquetes” en una “casa en Huitzuco” y le dice al “Chino” que “por lo menos de ahí no sacan nada” y que “ahí mero se podía”. Se coordina con el “Chino” para dar apoyo con unidades a los Guerreros Unidos porque “iban a ir a limpiar”. Le dice al “Chino” que el “Negro” ya se fue a Acapulco y que es posible que va a dejar a los involucrados en la desaparición para que los inculpen.
“Chino”-“Negro”
Ordena a los sicarios que quemen celulares, ropa, herramienta y todo lo que se haya usado y que salgan todos de la “cuna”. Ordena que no le marquen por que podrían estar “ganchados”. Ordena que el “Chango” le mande las nóminas de gobierno porque “ya todos los del gobierno se nos voltearon” y “por si quieren jodernos más”. Se reúne con “el sub” para coordinar la “limpieza”.
Al presentar las conclusiones preliminares de la investigación ordenada por el presidente Andrés Manuel López Obrador –el pasado 18 de agosto–, Alejandro Encinas Rodríguez señaló que “la desaparición de los 43 estudiantes de la [Escuela] Normal [Rural Raúl] Isidro Burgos, de Ayotzinapa [Guerrero], la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 constituyó un crimen de Estado en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano”.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación indicó que se confirma que “al filo de las 22:45 horas del 26 de septiembre de 2014, tras los hechos de violencia y la persecución, se dio la orden de desaparecer a los estudiantes”. Asimismo, “que no hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentren con vida; por el contrario, todos los testimonios y evidencias acreditan que estos fueron arteramente ultimados y desaparecidos”.
Aclaró que se trata de autoridades de los tres niveles de gobierno, incluidos elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina. No obstante, aseguró que entre las autoridades presuntamente responsables no se encuentra el expresidente Enrique Peña Nieto.
El subsecretario remarcó que “la creación de la verdad histórica fue una acción concertada del aparato organizado del poder desde el más alto nivel del gobierno, que ocultó la verdad de los hechos, alteró las escenas del crimen, ocultó los vínculos de autoridades con el grupo delictivo y la participación de agentes del Estado, fuerzas de seguridad y autoridades responsables de la procuración de justicia en la desaparición de los estudiantes. En resumen, se trató de un crimen de Estado”.
Desde Palacio Nacional, Encinas Rodríguez dijo que “autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes, existiendo elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos”.
Afirmó que en ningún momento existió comunicación alguna entre los estudiantes normalistas y el grupo delictivo Guerreros Unidos durante los hechos. Asimismo, expuso que “tras la salida de la terminal de autobuses de Iguala, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos durante su desaparición. Nunca estuvieron los 43 en el basurero de Cocula”.
Fuente.-Nancy Flores/
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