Sin cachuchas y de manga larga, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca y el alcalde Adrián Oseguera Kernion, recorren a pie la zona de palapas.
Acompañados de otros funcionarios, no les importó que la arena se les metiera a los zapatos.
Las fotos no se hacen esperar, familias completas buscan retratarse con el mandatario en la recta final de su sexenio.
En su mayoría, originarios de Nuevo León como ya es la costumbre. Mamás aventaban a sus hijos por delante para que tuvieran la foto de recuerdo con los mandos estatales y municipales.
Pero hubo algo que llamó la atención, pues había señoritas que pedían fotos exclusivamente con el gobernador. Como si se tratara de una estrella de rock, fue el más solicitado, mientras los demás esperaban a qué terminarán las sesiones.
“Una para mi Facebook”, “ahora otra para mi Instagram”, decían las jóvenes encantadas de estar con el mandatario estatal, mientras él mantenía una sonrisa nerviosa.
Parecía no saber si abrazarlas o mantenerse al margen, al estar siendo captado por un sin número de cámaras.
Se tomó una foto con una mujer que dijo llamarse “Barbie”. Pero cuando ya se iba, lo volvió a tomar de la mano y lo jaló hacia ella; “Una foto más”, le dijo y el gobernador no tuvo de otra más que posar para una segunda imagen.
“¡Lo van a regañar, gobernador!”, se escuchó entre la multitud, mientras todos alrededor también aprovecharon para soltar la carcajada.
“¡Ah como son alcahuetes ustedes!”, respondió García Cabeza de Vaca y aprovechó para escabullirse hacia otro lado.
“Qué comprometidón me dio”, señaló mientras se alejaba de esa zona.
El recorrido siguió su curso por la zona de bañistas, más personas le pidieron fotografías.
“Alcalde, véngase a las fotos”, le decía el gobernador al presidente Adrián Oseguera Kernion para ya no salir solo. De paso también se juntó Fernando Olivera Rocha, secretario de Turismo en Tamaulipas.
“Lo felicito, gobernador, hay mucha seguridad, nos topamos una patrulla, después otra y al poco tramo otra, nosotros venimos de Monterrey, así sí nos sentimos confiados de venir y téngalo por seguro que vamos a regresar”, exclamó un turista que empujó a quien estuviera enfrente para saludarlo.
Luego de caminar hasta las escolleras, visiblemente asoleados y cansados, siguieron caminando. Las autoridades se vieron a la cara como diciendo que por fin llegaron.
En su recorrido siguieron saludando a la gente, pero no sólo a los paseantes, también a los comerciantes, vendedores de artesanías, raspas, troles, fruta, no perdieron ni un momento y atendieron a todo aquel que quiso una fotografía.
fuente.-
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