La introducción masiva de fentanilo y opiáceos derivados, metanfetaminas, así como “drogas falsas” –que están matando de manera creciente a decenas de miles de adictos en Estados Unidos cada año– han provocado una gran presión social y de medios hacia el gobierno estadunidense, además de la alarma sanitaria; derivado de ello, surgió la urgente necesidad de contener al máximo posible el flujo de tales psicoactivos de potencia multiplicada en decenas de veces (100 veces más potente que la morfina) con relación a otros productos conocidos, los cuales ya son llamados en las calles de Estados Unidos “la muerte”. Por ejemplo, el carfentanilo es una droga para sedar a los elefantes, que puede ingresar o está ingresando ya a ese mercado en alguna modalidad (La Verdad, marzo de 2020).
Desde los organismos de seguridad e inteligencia del gobierno, particularmente la Agencia Antidrogas (DEA) y el Departamento de Justicia, surgió el Proyecto Pythom (concebido durante el gobierno de Donald Trump, en sus términos iniciales), orientado a capturar al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, y desmantelar la estructura organizativa y operativa de dicha organización.
Apodado Mencho, este narcotraficante es hoy el “enemigo público número uno en Estados Unidos, y abatir a su cártel es visto como uno de los factores fundamentales de contención de la enorme oferta de fentanilo, drogas sintéticas y derivados opiáceos que entran al vecino país desde Canadá y México con materias primas de Asia, desde China e India. Son los nuevos ejes estratégicos en el mercado mundial de drogas.
Las investigaciones de la DEA han detectado algunas empresas en territorio mexicano vinculadas al CJNG y Los Cuinis: Máster Reposterías y Restaurante, SA de CV (restaurante en Zapopan, Jalisco, designado el 14 de septiembre de 2017 como tal, por ser propiedad de Abigael González Valencia y Jeniffer Beaney Camacho Cázares); Corporativo Sushi Provi, S de RL de CV; Kenzo Sushi y Bake & Kitchen (también ubicados en Guadalajara). Además, International Investments Holding, registrada en Guadalajara, y la gasolinera GBJ de Colima.
Si bien el programa de combate al CJNG no es nuevo, aunque sí reciente, es importante checar sus avances: han detenido a unos 750 integrantes del CJNG en Estados Unidos, la mitad han sido sentenciados ya, quienes fueron ubicados en diversas ciudades: Los Ángeles, Houston, Dallas, Nueva York, Atlanta, Chicago, sabiendo que Los Ángeles es uno o el principal centro de operaciones del CJNG en Estados Unidos, no el único. Nemesio Oseguera es requerido por la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas por tráfico de cocaína, metanfetaminas y marihuana. La DEA estima en unos 150 laboratorios su capacidad de generación de drogas sintéticas y ubica a su cártel en 26 ciudades estadunidenses grandes, incluyendo Hawái, Honolulu y Puerto Rico.
Es probable que una operación tan grande y transfronteriza, como la del gobierno de Estados Unidos –con todos sus recursos (que son inmensos)–, más el trabajo amplio, complementario y convergente que realiza el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, logre su objetivo estelar. Será cuestión de un poco de tiempo. Sería mejor, en el momento oportuno, una negociación de entrega pactada para evitar más derramamiento de sangre. Ello iría a tono con las proclamas del gobierno actual y demostraría que es una ruta factible.
Los antecedentes de este programa podemos ubicarlos en la Orden Ejecutiva que el entonces presidente Donald Trump aprobó en 2017, cuando condenó las operaciones del CJNG en Estados Unidos y ordenó a las fuerzas del orden federales que utilizarán el Grupo de Trabajo de Mitigación de Amenazas. Éste fue instrumentado por la administración de Barack Obama en 2011, que planeó y ejecutó “reformas estructurales” para mejorar la seguridad de las redes informáticas y proteger los informes secretos del gobierno, a raíz de las filtraciones de WikiLeaks en 2010.
El encargado del Departamento de Justicia, Brian A Bencczkowski, señaló que:
“Cuando el presidente Trump firmó una Orden Ejecutiva priorizando el desmantelamiento de las organizaciones criminales transnacionales, el Departamento de Justicia respondió al llamado y apuntó directamente al CJNG. Consideramos que el CJNG es una de las amenazas de crimen organizado transnacional de mayor prioridad que enfrentamos. Y con el Proyecto Python, estamos entregando resultados frente a esa amenaza para el pueblo estadunidense”. (Univisión, marzo de 2020)
Todo indica que a diferencia del Cártel del Pacífico en donde se han sucedido diversas disputas de liderazgos que reacomodan cíclicamente la estructura jerárquica en torno al Mayo Zambada, o el caso de La Familia Michoacana desdoblada en Los Caballeros Templarios, incluso en Los Zetas, contrastan con el dominio que tiene Nemesio Oseguera en su organización: es prácticamente indisputable. La ausencia de divisiones o enfrentamientos es motivo del no debilitamiento de la organización como en los otros casos, y ello la hace extremadamente compacta, unificada y muy difícil de penetrar. El objetivo de capturarlo es entonces estratégico para desmembrar al cártel.
Al contrario, en razón de las divisiones de los grupos rivales, el CJNG ha podido aprovechar las mismas y los enfrentamientos con, por ejemplo, el Cártel del Golfo y el Cártel del Pacífico para avanzar en ambas zonas geográficas. De allí su extraordinaria expansión en relativamente poco tiempo. Por ello las detenciones masivas, las consignaciones judiciales y sentencias rápidas en Estados Unidos sobre personajes de niveles jerárquicos altos e intermedios, articulados con el CJNG, tratan de evitar un reagrupamiento en su mercado de exportación más importante.
Hoy el cerco tendido en México para su captura con apoyo logístico y de información directa de los servicios estadunidenses es de carácter regional: comprende cuatro estados cuando menos: Nayarit, Colima, Jalisco y Michoacán. Se trata de un mega-operativo.
Hay redadas constantes y decomisos grandes de dinero y cargamentos de drogas en Estados Unidos (se mencionan más de 400 millones de dólares decomisados), según declaró el administrador interino (entonces, 2020) de la DEA, Uttam Dhillon. Uno de los hijos del Mencho (Rubén) y su hermana (Jessica) han sido arrestados, uno en México y extraditado a Estados Unidos, la otra en el vecino país del norte. La ofensiva es total. El agente especial Bodner precisó otra característica importante: el CJNG domina el tráfico de drogas sintéticas porque controlan por completo el proceso productivo, no como otros cárteles que en el caso de la cocaína dependen de las entregas desde Sudamérica. (El Horizonte, marzo de 2020).
El control de Michoacán es estratégico por sus puertos y litorales del Pacífico mexicano que comunican a la región asiática, oriental y del sur. La fuerza armada de contención de esta expansión de “las cuatro letras” hacia Michoacán, además de las fuerzas federales, es la organización paramilitar Cárteles Unidos, con integrantes de otras organizaciones rivales del CJNG. La lucha es feroz, la estrategia de “las cuatro letras” es la asociación con organizaciones regionales y su rearme permanente, atacando con una fuerza de comandos de unos 60-80 hombres cada uno muy bien armados y distribuidos en el 75 por ciento aproximadamente del territorio nacional.
De allí las evidentes y fuertes presiones sobre el gobierno mexicano (las diversas reuniones y visitas en pocos meses, y la presencia del presidente AMLO en una de ellas; las videoconferencias con el presidente Joe Biden y Pamela Harris…) para que actúe con sus fuerzas federales y organismos de inteligencia en forma convergente y complementaria en México, de tal manera que esta ofensiva sea definitiva. Habrá más violencia en México, aunque se afirma que el “Pythom Project” es sólo el principio de una ofensiva continua y prolongada para terminar con esta organización, por considerarla en Estados Unidos una de las tres estructuras trans-criminales más peligrosas del mundo, después de la Mafia Roja o Rusa y las Tríadas chinas.
El cártel de las “cuatro letras” no es una organización clásica de narcotráfico trasnacional, o por lo menos ha evolucionado hacia otro estadio: es una organización con un concepto corporativo amplio, al estilo de las grandes mafias europeas abocadas a los negocios legales-ilegales. Intercambian desde minerales extraídos en Guerrero y Michoacán, entre otras zonas, hasta madera fina, los cuales son enviados en embarques; para el caso de las drogas sintéticas, ellos controlan el proceso productivo: trafican drogas químicas cuya materia prima importan en su mayoría de otros países, como China, India, Argentina o Chile.
La mercancía ingresa a México con la etiqueta de medicamentos, y casi enseguida se le añaden algunos productos, se empaqueta y comercializa en México y Estados Unidos. “El manejo de inventarios es muy rápido, eso les da un gran flujo de efectivo”, explica en un informe la organización de Consultoría Risk-Evaluation. Agrega: su grupo de dirección es pequeño, lo que permite tomar decisiones con rapidez, y además la mayor parte de sus ganancias se lavan fuera de México. La DEA lo considera “el cártel del siglo XXI” por sus atributos distintivos de los cárteles tradicionales.
Un caso particular que llama la atención es el de la empresa Tobbaco International Holding (también conocida como Corporativo TIH), vinculada por las autoridades al CJNG dado que varios de sus socios y representantes legales han sido investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). Esta ha continuado expandiendo sus operaciones en México y anunció la apertura de una planta de producción de cigarrillos en Campeche, la cual conforme al RPP es propiedad de José Guadalupe Varela González, imputado por delitos de narcomenudeo que libró pero a quien le fue asegurada una propiedad en Chihuahua. Ya le llaman también “el cártel del tabaco”, un sector de actividad económica poco alcanzado por organizaciones del narcotráfico, que se sepa. Sólo que exige con amenazas de muerte a sus proveedores y clientes que no compren nada a la competencia (Proceso, abril de 2021).
Desde el punto de vista táctico-militar, la organización de las “cuatro letras” ha mostrado capacidad de acción no sólo por el derribamiento del helicóptero del Ejército Mexicano –que ha sido su acción más efectiva y espectacular– sino también mediante distintas emboscadas a las fuerzas militares y policiales en Tierra Caliente y otros lugares. Desde luego, no en un combate a campo abierto- en donde también confronta a grupos rivales e incluso a las autodefensas del Abuelo Farías y contra Cárteles Unidos, en su lucha por establecer el dominio completo para controlar el vital puerto de Lázaro Cárdenas y todo el litoral del Pacífico. Pero el operativo táctico principal de las fuerzas federales no son los enfrentamientos que demuestren la superioridad militar, ella se da por descontada, sino la presencia disuasiva y el cerco con fines de captura. Esto no se entiende siempre ni plenamente. Las fuerzas federales libran una guerra asimétrica no una guerra regular.
Existen videos ilustrativos de cuando los militares mexicanos capturan criminales que han presentado combate, el comandante al mando dice “ya no les tiren, ya no les apunten, hay que ser honorables”, e incluso les prestan primeros auxilios a los criminales heridos. El Ejército no libra una “guerra de odio”, el esfuerzo es comportarse dentro de lineamientos militares convencionales. Ojalá siempre lo consigan, porque la guerra asimétrica es muy compleja para un ejército profesional.
Es evidente que si realmente se quiere operar un cambio estructural en el mercado actual de estupefacientes prohibidos en cuanto a la oferta hacia el exterior de drogas desde México y la dinámica de violencia y operación del cártel, es imprescindible afectar severamente la estructura organizativa y operativa de la organización de las “cuatro letras” (claro, no sólo esa). La posible –de ninguna manera segura– captura de su líder Nemesio Oseguera puede provocar un gran impacto mediático y político social en México y júbilo en Estados Unidos. Pero no es lo que se busca más allá de ello, sino la transformación de la situación actual que pasa por el desmembramiento de todo el universo corporativo y operativo que hemos subrayado. Pero cuidado con la reacción violenta si no se procesa correctamente una eventual captura. Cuando se tiene muy cerca el “aseguramiento” del objetivo, el énfasis cambia de lo táctico militar al manejo político.
Jorge Retana Yarto
*Licenciado en economía con especialidad en inteligencia para la seguridad nacional; maestro en administración pública; candidato a doctor en gerencia pública y política social. Tiene cuatro obras completas publicadas y más de 40 ensayos y artículos periodísticos; 20 años como docente de licenciatura y posgrado; exdirector de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional.
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