Desde hace más de dos años, familiares de personas desaparecidas denunciaron que sus seres queridos fueron privados de la libertad por los grupos armados al servicio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y generó que cientos de familias huyeran desplazadas de sus comunidades.
Los familiares de las víctimas, de quienes se cambiará el nombre y se omitirá el lugar donde viven por su seguridad, alertaron desde entonces sobre este accionar criminal en Tierra Caliente.
Como lo publicó EL UNIVERSAL el pasado 18 de noviembre, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) emprendió una operación de reclutamiento obligatorio similar a la leva en la época de la Revolución Mexicana en municipios de Tierra Caliente y el norte de Michoacán para servir a la organización criminal en la ofensiva contra sus enemigos con los que disputa el control territorial para el tráfico de drogas, secuestro y extorsión.
Informes de inteligencia federal, a los que tuvo acceso este diario, detallan que el grupo criminal —liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho— dota a los jóvenes de armamento, municiones, vehículos y responsabilidades territoriales.
De acuerdo con los reportes, el CJNG encontró en la leva una manera rápida de aumentar su fuerza para seguir expandiéndose entre los límites de Jalisco y Michoacán.
Tal fue el caso de los seis adolescentes y cinco adultos del municipio de Tangamandapio hallados sin vida el pasado 2 noviembre en la comunidad de Tarecuato, quienes fueron asesinados por una célula del grupo delictivo que los intentó enlistar para pelear contra los rivales de Cárteles Unidos, pero se negaron y fueron asesinados a balazos.
Por ello, una habitante de la región de Tierra Caliente contó que viven con terror, tras la llegada del CJNG a sus comunidades.
“De tener una vida hecha y plena, pasamos a tener niños, niñas, adolescentes y jóvenes desaparecidos por el Cártel Jalisco Nueva Generación”, dijo.
Marisol señaló que han dejado todo para buscar a sus familiares desaparecidos, pero sin encontrar todavía a alguno.
También advirtió que las comunidades donde las familias tuvieron que huir por el asedio criminal fueron en las del municipio de Aguililla.
“Esa es nuestra triste realidad. Los levantan en la plaza, en sus casas, a ricos y pobres, porque andan embarrados o porque no; agarran parejo y ya no vuelven”, lamentó.
Marisol dejó todo para buscar a sus familiares sin lograr avances.
Carne de cañón
La drogadicción, el poder de un arma, el tener un buen vehículo y llamar la atención de una mujer, llevó a tres jóvenes a las filas del Cártel. Salomón iniciaba la preparatoria, cuando fue invitado por Raúl y Tomás, dos de sus amigos del barrio en el municipio de Cotija, a una fiesta en el municipio de Quitupan, en Jalisco.
Cuenta que al llegar a la plaza principal, un hombre se les acercó, les preguntó de dónde eran y les ofreció trabajo como choferes. Al lado, estaban dos jóvenes más que sin saber, ya habían sido también reclutados, por lo que dice que de inmediato los metieron a una casa, donde estuvieron una semana.
Asegura que no les daban de comer y les daban pura droga (cristal). Los enseñaron a usar las armas y les dieron unos trajes tipo militar. Recuerda que su primer trabajo, era manejar algunas de las camionetas en las que el Cártel Jalisco atacó al municipio de Los Reyes, el 3 de diciembre del 2020.
Salomón refiere que las cosas les salieron mal y todos los criminales huyeron, menos él y sus amigos, ya que por el efecto de la droga, no sabían qué pasaba. Cuando reaccionaron, se vieron solos y no les quedó otra más que correr e internarse en los cerros, por temor a ser atrapados o asesinados.
Describe que durante una semana tuvieron que huir y esconderse. Para entonces ya habían cumplido 15 días de no probar alimentos, por lo que en los ranchos, se robaban gallinas u otros animales que se comían crudos.
Salomón señala que nunca había sentido tanto temor y tanta miseria a su alrededor, al darse cuenta que sólo habían sido utilizados como carne de cañón por el CJNG. Menciona que de los cinco jóvenes reclutados ese día en la plaza de Quitupan, solo tres sobrevivieron; uno se murió en el camino y del otro nada se sabe.
Esclavas sexuales
En esta zona de la entidad, se tienen registrados casos en los que los familiares denunciaron que las niñas son privadas de su libertad para ser pareja sexual de los jefes de plaza del CJNG y los jóvenes torturados para sacarles información.
Ernestina sufre su propio calvario: su hija de 15 años de edad fue raptada del interior de su casa por un jefe de plaza del CJNG en el municipio de Aguililla.
“Un grupo armado llegó por ella y se la llevó. Lo último que supe es que la había levantado un comando del Cártel Jalisco y hasta ahorita no sé nada de ella. Tiene poco que supe que me la habían matado; que le habían cortado la cabeza y que tienen videos de lo que le hicieron”, asegura.
Otro caso fue el de Alondra, raptada a los 12 años de edad para ser abusada sexualmente por un líder de esa organización criminal, con el consentimiento de su padre, quien pertenece al grupo delictivo.
Alondra fue sustraída de su casa en el 2019 y después de 2 años de infierno logró escapar del jefe de plaza. Ahora, cuenta que en el tiempo que estuvo cautiva fue testigo de múltiples asesinatos, entre ellos el de la hija de Ernestina, la adolescente de 15 años de edad.
La niña cuenta que el criminal le mostró el video en el que decapitan a la hija de Ernestina, como ejemplo de lo que le podía pasar si lo traicionaba y le tocó ver la manera en la que la célula criminal asesinaba a más niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes fueron enterrados en fosas clandestinas.
Zona de riesgo
Desde hace aproximadamente dos años, la privación ilegal de la libertad y desapariciones en los municipios colindante entre Michoacán y Jalisco han ido en aumento.
“El único requisito es que sean de municipios donde ha intentado irrumpir el CJNG en Michoacán y que se droguen, para ser levantados”, señala una fuente de seguridad.
Uno de esos casos es del que sobrevivió Julián, un habitante de otro poblado de Tierra Caliente, cuando tenía 10 años de edad. El niño fue privado de la libertad junto con su padre, el 7 de octubre del 2019, cuando regresaban de Guadalajara a Apatzingán.
El menor, narra que habían ido a Guadalajara a solicitar la visa de Estados Unidos, porque su padre ya era residente y se lo quería llevar a vivir con él, pero a la altura de La Barca, el padre de Julián se detuvo a preguntarle a un taxista dónde podía comprar droga, para consumir en el camino.
El chofer del servicio de transporte público se negó a proveerlo y al arrancar, Julián y su padre fueron perseguidos por el taxista.
“Después nos alcanzó, nos dijo que ya había conseguido (droga) y nos llevó a una parte; iba hablando (por teléfono), después venía una troca gris y se bajaron cuatro batos encapuchados y nos apuntaron a mi papá y a mí”, cuenta Julián.
El menor relata que les vendaron los ojos y después de varios minutos llegaron a una casa donde había más personas en las mismas circunstancias de él y su papá.
Julián señala que los del CJNG le exigían a su papá información y que dirigiera un video, de uno de los enemigos del líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”. “Le decían que si les daba información y si subía el video con el mensaje que ellos querían, lo iban a dejar ir; si no, lo iban a matar”.
El menor fue liberado una semana después, pero su papá sigue desaparecido.
Precio por cabeza
Autoridades de seguridad de diferentes municipios de la Tierra Caliente, afirman que el CJNG le ha puesto precio, literalmente, a las cabezas de habitantes de los lugares donde se han resistido a las ofensivas de esa organización criminal.
El pasado 14 de septiembre, un joven jornalero fue testigo de cómo en un ataque armado a La Estanzuela, municipio de Tepalcatepec, fueron asesinados y decapitados varios de sus familiares.
Por los radios que utiliza esa organización criminal (y que fueron recuperados por los habitantes luego de un enfrentamiento), se reveló la aberrante oferta.
En otros audios que le hicieron llegar a los familiares de esas cinco víctimas decapitadas, se confirmó que las extremidades son desprendidas de los cuerpos para llevárselas a sus jefes.
“Ya los decapitamos. Le vamos a llevar estas cabezas de regalo a papá Mencho, hijos de su puta madre. Puro cuatro letras”, se escucha en una de las grabaciones.
En esa semana, sumaron 11 las personas asesinadas y decapitadas por el CJNG tan sólo en el municipio de Tepalcatepec, donde se han resistido al ingreso de ese grupo.
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