Aguililla, Michoacán. – Al borde de un colapso económico y social sin precedente, los residentes de esta comunidad viven un ambiente de terror constante. Hace seis meses el municipio se convirtió en zona de guerra entre pistoleros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), contra las fuerzas armadas de Nicolás Sierra Santana el Gordo, líder del cártel de Los Viagras.
Mueren inocentes, enfrentamientos día y noche, incomunicación, extorsión, ausencia de autoridad, psicosis, cierre de negocios por falta de insumos, ni siquiera lo elemental, gas LP o gasolina, son solo parte de los problemas que todos los días tienen los residentes de este municipio.
Aguililla. Una fama terrible le precede. En julio de 1964 ahí nació Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, líder del CJNG, por quien la DEA ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su captura, y quien habría ordenado a su gente liberar al pueblo de la inseguridad que ahí se vive.
“Los Viagras tienen tomado el pueblo, y nosotros, por órdenes especiales del señor Mencho, se nos ha dicho entrar a Aguililla y a sus alrededores, para liberar a toda la población”, dijo un pistolero del CJNG, que está a cargo de un retén permanente en los alrededores del pueblo Dos Aguas.
La supuesta liberación del pueblo sin embargo ha costado la vida de decenas de personas inocentes, que no sólo han muerto en el fuego cruzado entre ambos grupos, sino que debido al constante bloqueo de carreteras por parte de los Viagras para impedir el avance del CJNG hacia Apatzingán, un número no precisado de personas también han fallecido por falta de atención médica.
“Mi abuelo murió por falta de atención médica porque uno de esos grupos cerró la carretera a Apatzingán y el gobierno fue incapaz de reabrirla”, comentó Gabriela Carbajal, una de las dueñas del desayunador Las Perrillas, localizado frente a la plaza principal del pueblo, y quien a duras penas sostiene su negocio ante la falta constante de insumos producto del bloqueo de caminos para llegar a la cabecera municipal.
La voz de Gabriela Carbajal es un eco de otros comerciantes que debieron cerrar sus negocios desde el inicio de la guerra, pues empezaron a ser extorsionados por quienes controlan los retenes que les exigían una cuota fija para cruzar, o bien un 15 por ciento del total de los insumos que llevaban de Apatzingán a Aguililla.
El resultado fue que todo resultó incosteable, y muchos negocios optaron por cerrar e irse del pueblo antes de ser alcanzados por la quiebra total.
Golpe directo
“Me ha costado trabajo mantenerme porque la materia prima que necesito para producir: madera, pegamento, clavos, o pintura, tarda en llegar, si es que llega, y ello ha alentado el negocio al grado que, de 12 empleados que tenía hace tres meses, hoy sólo puedo mantener a cuatro”, dijo Rafael Contreras, propietario de la única carpintería que queda en el pueblo.
Apenas el pasado 13 de abril, el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles visitó el municipio para ofrecer una solución al problema de inseguridad y de incomunicación que se vive, pero tras ser encarado y cuestionado fuertemente por los residentes, este se molestó tanto que, justo antes de irse, caminó directamente hacia un maestro de escuela que se manifestaba y lo empujó con violencia.
“Fue un acto de cobardía, de abuso de autoridad, porque yo me manifesté pacíficamente y él (gobernador) me agredió”, dijo Fernando Padilla Vázquez, maestro de la escuela primaria Narciso Mendoza, en Aguililla.
Luego del empujón, el gobernador subió en una camioneta blindada que lo llevó hasta el cuartel militar de Aguililla para luego tomar un helicóptero a Morelia. Al día siguiente, Padilla Vázquez habría de saber con amargura que se le suspendió el salario que le correspondía en esa quincena.
Nadie en la oficina del gobernador de Michoacán ofreció una reacción respecto a la agresión, y una semana después del incidente, el Secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Israel Patrón Reyes, regresó a Aguililla luego de reabrirse el tránsito en el tramo de la carretera que durante meses estuvo bloqueada por grupos criminales.
Rodeado de al menos 30 patrullas y aproximadamente 200 agentes de policía, Patrón Reyes no se atrevió a entrar al municipio y ofreció a cambio una conferencia de prensa en las afueras del pueblo, donde dijo que la carretera se mantendría desbloqueada a partir de ese momento. Doce horas después de aquel anuncio la carretera fue bloqueada nuevamente, aunque debieron reabrirla con la llegada del nuncio apostólico en México, Franco Coppola, quien el viernes pasado ofreció una misa en Aguililla para enviar un mensaje de paz a la población.
“Nos duelen las familias desplazadas, las personas heridas y fallecidas producto de esta barbarie que anida en éstas y en otras muchas comunidades de nuestra geografía nacional”, dijo el nuncio durante una misa ofrecida en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, una de las dos iglesias que hay en el pueblo.
Para los habitantes de Aguililla la llegada del nuncio es un signo de esperanza, aunque la petición sigue siendo para el gobierno de Michoacán y el gobierno federal: que se garantice el libre tránsito de Apatzingán a Aguililla, y que se despliegue todo el aparato de seguridad del estado para brindar seguridad a la comunidad.
“El gobierno sigue cobrándonos impuestos como si nada pasara aquí, y lo único que tenemos son perdidas económicas, de cultura, de tradiciones, de convivencia familiar, de libertad. ¡Urge que el gobierno haga algo!”, enfatizó Contreras.
Desolación
La carretera que conecta Aguililla-Apatzingán resume el retrato de una película de guerra y terror: pueblos completamente abandonados, como es el caso de El Limoncito, una comunidad que colinda con El Aguaje, y cuyas casas, bardas, canceles, postes, y hasta cenotafios muestran las cicatrices de la violencia.
La gente que alguna vez estuvo en el pueblo no se preocupó por llevarse nada, sino salir a como diera lugar de El Limoncito, en algún momento controlado por Los Viagras y otros cárteles como los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana, y quienes juntos se autodenominan “Cárteles Unidos”.
“Por eso abren los caminos, para evitar que vehículos blindados del CJNG, los que se conocen como monstruos, avancen”, dijo un periodista michoacano que solicitó que no se revelara su identidad por temor a alguna represalia.
De acuerdo a pistoleros del CJNG a quienes los medios Ríodoce y Al Jazeera tuvieron acceso, el problema radica en que las autodefensas se han unido a esta lucha, y ahora cárteles como los Viagras y los Caballeros templarios se amparan en ser autodefensas, cuando en realidad son organizaciones criminales.
“Son narcos como nosotros, sólo que ellos extorsionan y se aprovechan de la población, y el gobierno no les hace nada, porque se dicen autodefensas, pero son igual de mañosos que nosotros”, dijo un comandante de grupo del CJNG.
Grupos de Autodefensas por su parte, en Tepalcatepec, Los Reyes, Periban, y otras comunidades de Tancitario, han dicho que la guerra es contra el CJNG, y para ello trabajan unidos desde Uruapan hasta Buenavista para, juntos, detener a la gente del Mencho.
“Nos ha extorsionado el CJNG con hasta 4 mil por hectárea de aguacate, pero llegó un momento en que decidimos no pagar más, y empezaron a secuestrarnos y a matarnos si no podíamos pagar el rescate, y por eso decidimos levantarnos en armas, para al menos poder defendernos y no morir arrodillados, porque es como te matan: te ponen de rodillas y te dan un tiro en la sien”, dijo el comandante Delta, uno de los autodefensas que comanda un grupo de más de 50 hombres fuertemente armados para enfrentar a los de Jalisco.
Durante un recorrido hecho por Ríodoce con los diferentes grupos de autodefensas, pudo constatarse lo decididos que están los grupos de autodefensas, incluso muchas de sus unidades están llenas de orificios de bala, mientras ellos fuertemente armados con armas de uso exclusivo del ejército.
Las consecuencias siguen siendo muerte, desolación, y comunidades enteras dispuestas a defender sus territorios de un enemigo que está en todas partes y en ninguna.
“Nadie estamos a salvo”, comentó el padre Gilberto Vergara García, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, en Aguililla.
Aún cuando la guerra parece ser por el control del tráfico de droga, la realidad es que son tierras donde hay cientos de miles de toneladas de hierro que en China compran en 187 dólares la tonelada, y ante lo cual Michoacán es el principal productor a nivel nacional.
“La gente piensa que Servando Gómez la Tuta, estaba interesado en el tráfico de metanfetaminas cuando la realidad es que él iba tras el hierro que hay en la región, dijo un productor de hierro que vive en la región y quien solicitó no se revelara su nombre.
Según datos de The Steel Index, la tonelada de hierro subió de 13 dólares en 2003, a 135 dólares actualmente, aunque en el mercado internacional llega a cotizarse en casi 200 dólares.
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