Algunos de los integrantes del gabinete de Andrés Manuel López Obrador confiesan tener lujosas colecciones de libros, exquisitas obras de arte y abultadas cuentas bancarias, mientras que otros apuntan hasta estufas, refrigeradores y secadoras. A juzgar por sus declaraciones patrimoniales, losamlistas ricos no parecieran ser tan ricos, ni los colaboradores modestos, tan modestos.
Entre los bienes que se detallan hay algunas cosas curiosas:
Una colección de libros de tres millones de pesos, comprada en el último día de 2017, por Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes.
Una lavadora, una secadora, una estufa y refrigerador son algunas de las posesiones de Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, quien también tiene un reloj de 50 mil pesos. La encargada decombatir la corrupción declaró cuentas bancarias por 1 millón 359 mil 222 pesos, otras por 23 mil dólares y una más con 6 mil 63 euros.
Hay más: Una colección de obras de arte valuada en 500 mil pesos, en manos de Alejandra Frausto, secretaria de Cultura. Una cuenta con 38 mil 496 dólares a nombre deCarlos Manuel Urzúa Macías, secretario de Hacienda y Crédito Público. Un posible conflicto de interés por parte Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo y Previsión Social, quien es socia de la Escuela de Derecho Ponciano Arriaga.
Caso peculiar el de Román Meyer Falcón, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) –e hijo del historiador Lorenzo Meyer–, quien sólo registra un refrigerador de 10,500 pesos en el rubro de muebles, además de un departamento de 2 millones 400 mil en inmuebles. No tiene auto, pero enlista cuentas bancarias por 2 millones 835 mil 394 pesos.
Dos miembros del equipo son percibidos como miembros de la élite financiera. El primero, Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia, quien de acuerdo con la revista Forbes llegó a ser “uno de los hombres con mayor fortuna de México”, se tardó en presentar su declaración patrimonial. Lo acaba de hacer el 16 de enero, de forma parcial, y en ella sólo reconoce cuentas bancarias por 5 millones 34 mil 041 pesos.
Por su parte, Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo, es hijo de Maria Elena Marqués, leyenda del cine nacional. Su hija, María Elena Torruco, está casada con Carlos Slim Domit, cuyo padre, Carlos Slim Helú, alguna vez fue considerado el hombre más acaudalado del mundo. En su declaración patrimonial (parcial) pone casas, joyas, autos e inversiones, pero sin mencionar el valor.
Todavía faltan algunos por entregar cuentas
Así son las fortunas de algunos de los integrantes del gabinete de López Obrador, según las declaraciones patrimoniales que entregaron a la Secretaría de la Función Pública al iniciar sus cargos. El tiempo ya corre en contra. La Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos indica que, después del nombramiento, hay 60 días para entregar el documento. Hasta ahora, no lo han hecho: Jesús Ramírez Cuevas (coordinador general de Comunicación Social), César Yáñez(coordinador general de Política y Gobierno) y Gabriel García Hernández (coordinador general de Programas Integrales de Desarrollo), los tres adscritos a Presidencia.
Hace seis años, justo en enero de 2013, los miembros del gobierno de Enrique Peña Nieto presentaban sus declaraciones. En esos patrimonios, lo que sobresalía eran las casas y los terrenos. Miguel Ángel Osorio Chong(entonces secretario de Gobernación) declaró poseer cuatro terrenos y un departamento adquiridos de contado y el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa),Enrique Martínez y Martínez declaró una casa, 16 terrenos y un edificio. A algunos como a Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social, le pareció importante declarar que en ese momento, no tenía casa a su nombre.
Cuatro de los 17 titulares de dependencias federales la presentaron pública con Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). El resto la cerró a la consulta de los ciudadanos. Los datos que sobresalen en ese sexenio son las dos tarjetas de crédito en dólares de Abelardo Escobar Prieto, quien había sido nombrado secretario de la Reforma Agraria; los dos terrenos de casi 2 mil metros cuadrados, cada uno, que recibió en herencia Rodolfo Elizondo Torres, secretario de Turismo; los créditos hipotecarios que tenía en ese momento por una casa y un departamento, Beatriz Zavala Peniche, quien tuvo el encargo de la Secretaría de Desarrollo Social, o el que tenía Germán Martínez Cázares, secretario de la Función Pública, por su casa de 289 metros cuadrados de construcción. Ahora, como titular del IMSS, su declaración patrimonial está hecha de forma parcial.
Tienen derecho a la opacidad, pero…
Desde 2002, cuando se configuró de manera legal la declaración patrimonial en la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, la discreción de los bienes y sus valores ha sido un lugar común. Publicada en el micrositio Declaranet plus -un archivo que permite las búsquedas por nombre del servidor público-, la misma Ley le da derecho a los funcionarios a no hacer público el documento o presentarlo sólo de manera parcial para la consulta ciudadana.
Comparados los cuatro arranques de Gobierno, el paisaje aún es opaco si a los servidores públicos se les ve a través del espejo de sus declaraciones patrimoniales y su voluntad de informarle a los ciudadanos lo que poseen y cómo evoluciona su peculio. Dos secretarios de Estado en el gabinete de AMLO no quisieron hacer pública su declaración patrimonial, un número mayor que el mostrado por el equipo de Enrique Peña Nieto (2012-2018) en el mismo momento político. Hace seis años, todos los titulares de dependencias federales entregaron el documento con carácter público, aunque de manera parcial; es decir, sin precisar el valor de sus propiedades. Con Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), la mayoría cerró su fortuna a la consulta.
Presentar cerrada o parcial la declaración da cuenta de la resistencia de los servidores públicos mexicanos para dar a conocer sus fortuna y posibles conflictos de interés ante los ciudadanos. Y las lecciones han sido duras al respecto. Fueron justo las omisiones e inconsistencias en este documento las que pusieron contra la pared a los miembros del gabinete de Peña Nieto en la compra de casas adquiridas de manera inexplicable.
En 2014, Organizaciones no Gubernamentales entablaron una batalla legal y le pidieron al Congreso de la Unión un marco jurídico que le ordenara la máxima publicidad del documento en aras de mayor efectividad en el combate a la corrupción. Querían que los ciudadanos pudieran consultar el documento sin excepciones y también que se incluyera patrimonio, intereses y obligaciones fiscales, la llamada Ley 3de3. Pero no lo lograron y el formato quedó tal cual. Así, en México, ser transparente o no respecto a la fortuna ante los ciudadanos depende de cada funcionario.
Los que se cerraron con AMLO
Un día antes de entregar su declaración patrimonial y de que apareciera en Declaranet plus, el Presidente López Obrador dijo en su conferencia de prensa matutina que sólo trabajará en su Gobierno quien haga pública la declaración patrimonial. " El que no los de a conocer, alegando de que la ley no se lo exige, no va a poder desempeñarse en este gobierno. Transparencia es transparencia", exclamó con tono tajante. Luego exclamó: "Me patea el hígado saber que organismos como Transparencia Internacional nos (coloquen) en el sitio 135 en corrupción".
Hasta ahora, de los 21 integrantes del equipo de AMLO mencionados aquí, dos decidieron no hacer pública su fortuna ante los ciudadanos. Nueve aceptaron desglosarla por completo y siete lo hicieron de manera parcial. Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, y Josefa González Ortiz Mena, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cerraron por completo su patrimonio ante los ojos de los ciudadanos. Y tres funcionarios de la Presidencia antes mencionados no lo han hecho todavía.
fuente.- Twitter:@Linaloe_RF
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