El distanciamiento entre Enrique Alfaro y Andrés Manuel López Obrador comenzó en 2012, cuando el jalisciense contendía por primera vez por el gobierno estatal y el tabasqueño buscaba por segunda vez la presidencia. Desde entonces su historia ha sido de desencuentros.
En aquella ocasión ambos serían candidatos de una coalición integrada por el PRD, el PT y MC, sin embargo, por el pleito que entonces sostenía Alfaro con el ex rector de la UdeG, Raúl Padilla, a nivel local solo se compitió con MC y López Obrador no apoyó al candidato del PRD, Fernando Garza.
Algunos de los que estuvieron en aquella campaña coinciden en que prácticamente a la mitad de ella Alfaro soltó a López Obrador y comenzó a tomar distancia de algunas posturas del candidato presidencial para tratar de consolidar una estrategia de voto cruzado atribuida entonces al ex panista Diego Monraz.
Monraz, quien en 2012 fungió como coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota en Jalisco –y hoy es secretario de Transporte con Alfaro– tejió una red de panistas que por estar inconformes con la candidatura de Fernando Guzmán Pérez Peláez, ex secretario general de gobierno de Emilio González Márquez, estaban dispuestos a votar a nivel federal por Vázquez Mota y a nivel estatal por Alfaro.
Esta situación fue denunciada públicamente por Guzmán Pérez Peláez y su coordinador de campaña, Héctor Álvarez, hoy converso al alfarismo y alcalde del municipio de Zapotlanejo por MC; Álvarez, incluso, acusó al ex gobernador González Márquez de traicionar al PAN por apoyar a Alfaro. Tres años después estas acusaciones sirvieron para que el comité municipal de Acción Nacional expulsara a González Márquez y promoviera un procedimiento similar a nivel nacional.
En Jalisco la campaña de 2012 la ganó el priísta Aristóteles Sandoval,quien obtuvo más de 1 millón 309 mil votos, aproximadamente 150 mil más que Alfaro, que logró poco más de un millón 160 mil sufragios.
Algunos políticos entrevistados que en ese momento estuvieron cerca de la campaña de Alfaro recuerdan que tras los resultados de la contienda López Obrador tuvo la idea de que el candidato en Jalisco lo había traicionado, pues él solo obtuvo 776 mil votos, mientras que Josefina Vázquez Mota, que obtuvo un millón 107 mil sufragios.
Tras aquella derrota, López Obrador habló de Alfaro en varias ocasiones, lo describió como un “hombre de poder, no de convicciones” e incluso, durante la pasada campaña, en Tepatitlán, lo tildó de “traidor”.
Ibarra, al rescate
Tras sufrir una derrota como candidato del PRI para la alcaldía de Tlajomulco, Enrique Alfaro llegó a las filas del PRD en Jalisco invitado por Enrique Ibarra –hoy secretario general de gobierno de Jalisco– quien abandonaba el tricolor para unirse al sol azteca.
Para 2006, por su cercanía con López Obrador y otros personajes del perredismo nacional como Ricardo Monreal, Ibarra consigue la candidatura al gobierno de Jalisco y con ayuda de José Zamararripa, una diputación plurinominal para Alfaro en el Congreso de Jalisco.
En 2009, atacando desde el Congreso local al entonces presidente municipal de Tlajomulco, el panista Antonio Tatengo, Alfaro construye una exitosa candidatura con el PRD para gobernar ese municipio, hoy bastión del emecismo.
Desde Tlajomulco se confrontó políticamente con el ex rector de la UdeG, Raúl Padilla –con quien se reconcilió para apoyar en 2018 a Ricardo Anaya a nivel federal– lo que le generó un capital político que el PRI y el Partido Verde intentaron aprovechar en 2012 ofreciéndole la primera posición en la fórmula para el Senado: “pero Arturo Zamora se atravesó, lo mandaron a la segunda posición y no aceptó”.
Es cuando decide apoyar a López Obrador a nivel federal y jugar sólo con MC en Jalisco, haciendo una campaña que aunque no le alcanzó para ganar la gubernatura, colocó al partido en la antesala convertirse en la primera fuerza política del estado, lo que se concretó en 2015 al sumar a muchos ex panistas que decidieron abandonar el blanquiazul en plena debacle.
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