La
profesión del periodismo es de las más peligrosas, de hecho México está entre
los primeros lugares del mundo de periodistas asesinados. Pero si no terminan
muertos, su salud mental se deteriora considerablemente, según estudios.
Ser periodista es un arte, es una profesión
que se lleva hasta el tuétano, pero también es un oficio que depara dos
destinos a quienes lo profesan: la muerte o la “locura”.
Sí, algunos periodistas no solamente exponen
hasta el pellejo cada vez que hacen uso de la libertad de expresión y de la
proclamación de la verdad, también viven a la merced del crimen y en amenaza
constante.
Y México es de los países más peligrosos para
ser periodista. De acuerdo a Reporteros Sin Fronteras (RSF), más de 105
periodistas han sido asesinados en el país desde el año 2000… y esos son los
casos que se han identificado y reportado. Sin contar a los periodistas que han
sido víctimas de la extorsión, el secuestro y la agresión física y la tortura
psicológica y verbal.
México podrá ser de los primeros lugares
mundiales en exportación de cerveza, pero en el campo del periodismo su puesto
es lamentable. El país ocupa el tercer sitio a nivel global de número de
muertes de reporteros, después de países como Siria y Afganistán, según RSF.
“Ningún periodista, sin importar el alcance de
su medio está a salvo”, dijo Tania Reneaum, directora de Amnistía Internacional
en México.
Así que en este país, buscar la noticia y
divulgar la información es una sentencia de muerte... o bien, el primer paso
hacia una cadena viciosa y una vida de malos hábitos que afectan directa y
severamente la salud física y mental.
Se vuelven ‘locos’
Tal vez los periodistas no son como los
médicos que reciben llamados a cualquier hora del día o que tienen vidas en sus
manos… pero sí son profesionistas que tienen que lidiar con la amenaza de
muerte y con información las 24 horas del día, los siete días de la semana (sí,
hasta dormidos siguen pensando en encabezados, análisis y datos).
Eso aumenta considerablemente los niveles de
estrés y ansiedad y de acuerdo a una investigación elaborada por el London
Press Club, la mala vida que llevan (hábitos alimenticios deplorables, sueldos
bajos y alto estrés) provoca que el periodista sea menos propenso a resolver
problemas complejos, aumenta su riesgo de padecer depresión y otros trastornos
mentales que pueden llegar a ser crónicos.
Anthony Feinstein, profesor de psicología de
la Universidad de Toronto, realizó un estudio con periodistas de todo el mundo
(incluidos países mortales para ellos, como México e Irán) y llegó a la
conclusión de que aún siguen los estigmas y que su salud mental está en riesgo
constante.
Y Elana Newman, profesora de psicología de la
Universidad de Tulsa, alega que la situación es tal que es más fácil hablar de
salud mental de bomberos y soldados que de periodistas.
Sobre todo si se trata de los reporteros de
guerra, que son testigos y víctimas al mismo tiempo.
Insomnio, fritangas y
alcohol
El periodista raras veces tiene tiempo para
hacer ejercicio, duerme pocas horas y lleva un ritmo de vida sumamente
acelerado. Sea o no su trabajo una “excusa”, también tienden a beber alcohol
frecuentemente y el tabaco es un aliado para soportar la ansiedad.
Es muy probable que se alimenten de frituras y
comida rápida –en el trayecto hacia una entrevista, por ejemplo–,y la cafeína
será su acompañante recurrente (lo que aumenta el riesgo e insomnio y
ansiedad), de acuerdo a la investigación del London Press Club.
Los altos niveles de estrés y las fechas
límites los persiguen como ellos a “la nota”, aunado a los bajos salarios y las
cuentas que siempre van en aumento.
Además, según el estudio del London Press
Club, solamente el 10 por ciento de los periodistas –los de mayor edad–
asegura recuperar descanso al dormir.
Oficio peligroso
>> Los periodistas viven bajo amenazas
de muerte, con altos niveles de estrés, malos hábitos de sueño y alimenticios.
>> Quienes ejercen esta profesión suelen
tener insomnio y tienden a beber alcohol con frecuencia.
>> El consumo de cafeína y tabaco
provoca que lleven ritmos de vida poco saludables.
>> El simple hecho de ser periodista
puede ser nocivo para la salud mental.
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